La inteligencia artificial tiene su nueva ‘Meca’ y, oh sorpresa, no se encuentra en Estados Unidos, ni en Rusia, ni en Japón, sino en un país que también puede alardear de galones de potencia mundial tecnológica: China.
El Gobierno de Pekín ha afirmado recientemente y de forma pública que en el año 2030 serán sus empresas las que lideren los desarrollos en inteligencia artificial (IA) en el planeta. Entre las razones de esta apuesta, se apunta la necesidad del Gobierno chino de diversificar las fuentes de ingresos de su poderosa economía en nuevos sectores de crecimiento exponencial. La obsesión por la seguridad y el control de la población son, en opinión de ciertos analistas, las otras motivaciones que hay detrás de esta agenda.
La maquinaria ya se ha puesto en marcha. Según datos recopilados por CB Insights, las compañías chinas aglutinaron en 2017 el 48% de los fondos globales destinados a IA, lo que las coloca por encima de sus competidoras norteamericanas. A nivel gubernamental, Pekín ha situado la IA como uno de los puntales estrella de su plan Made in China 2025, y ha anunciado importantes paquetes de ayudas y estímulos fiscales para empresas punteras en inteligencia artificial por todo el país asiático. Así, por ejemplo, Shenyang, la ciudad más poblada del noroeste del país, ha creado un fondo de inversión de 20.000 millones de yuanes (algo más de 2.500 millones de euros), destinado específicamente a desarrollos en el campo de la robótica.
Entre las compañías que encabezan el auge de la inteligencia artificial en China hay viejos conocidos de Europa como Alibaba, Huawei o Xaomi, pero también compañías emergentes y startups llamadas a producir un efecto disruptivo en los mercados internacionales.
Uno de estos adelantados es Megvii, la empresa especializada en tecnología de visión por computadora. Fundada hace ocho años por dos estudiantes de ciencias de la computación de la prestigiosa Universidad de Tsinghua, la empresa ya cuenta con una división de I+D en Seattle (USA) y hace unos meses logró levantar una nueva ronda de inversión por valor de 750 millones de dólares, lo que ha situado su valor de mercado por encima de los 3.500 millones de dólares.
El desarrollo estrella de Megvii es el polémico programa de reconocimiento facial Face, por cuyos escáneres han pasado ya 100 millones de ciudadanos chinos. La tecnología puntera de esta aplicación promete grandes avances en la resolución de problemas cotidianos como la agilización de trámites administrativos, y también abre un mundo de posibilidades en el terreno de la lucha contra el crimen por su capacidad para identificar delincuentes. Sin embargo, el patente apoyo del gobierno chino a este proyecto también está desatando críticas a nivel internacional por los posible usos fraudulentos o represivos.
Otro hito computacional apoyado en tecnología china lo ha alcanzado el motor de búsqueda Baidu. Conocido como el “Google chino”, en 2018 fue la cuarta web más visitada de internet en el mundo. Aunque la empresa opera dentro del ámbito nacional chino, esta no ha pasado desapercibida para los inversores internacionales. De hecho, Google tuvo un pequeño porcentaje de sus acciones durante un breve periodo de tiempo y la empresa mantiene relaciones con inversores de Silicon Valley. Uno de los últimos desarrollos de Baidu es un sistema de traducción automática basado en redes neuronales que presume de lograr una precisión superior a la de los seres humanos en el reconocimiento de voz.
Por otro lado, el gigante de los eSports Tencent se ha convertido en la empresa de su sector más rentable del planeta. Propietaria de juegos icónicos como League of Legends, PUBG o Clash Royale, la compañía china tiene en la IA un pilar fundamental. Recientemente ha creado su propio laboratorio de alto rendimiento en el que medio centenar de científicos, investigadores y programadores trabajan en contenidos y juegos basados también en IA. La inteligencia artificial hablará mandarín en este nuevo milenio. Porque la cuna del dragón se ha lanzado a su conquista y no le faltan capacidad, recursos y determinación .