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El leopardo de las nieves, el fantasma de Asia

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El leopardo de las nieves es conocido como el «fantasma de las montañas». Ahora ante la rápida desaparición que está viviendo esta especie, se corre el riesgo de que el término «fantasma» se convierta en una realidad ya que, según la «lista roja de las especies amenazadas» de la IUCN, el felino está en la máxima categoría de peligro de extinción.

El sol y la agricultura: claves para la transición energética

La convergencia entre la energía solar y los cultivos agrícolas dibuja la hoja de ruta hacia un futuro más sostenible con una industria en auge que se presume fundamental en la lucha global contra el cambio climático.


En la carrera contrarreloj que el planeta libra contra el cambio climático, aparece un actor semidesconocido para la gran mayoría de la población: la energía agrovoltaica. Si bien las placas solares son un elemento común y una alternativa sostenible muy utilizada, incluso para el autoconsumo, su aplicación en agricultura y ganadería resulta menos habitual.

La fusión agrovoltaica mantiene frescos los pastos gracias a los paneles que captan la energía del sol

También conocida como agrofotovoltaica, este tipo de energía consiste en algo tan sencillo como aprovechar un mismo terreno para obtener energía solar y cultivar productos agrícolas de forma simultánea. Es lo que se denomina smart farming: promover la agricultura y generar electricidad desde un único lugar. Además, la sombra que ofrecen los paneles mantiene frescos los pastos y ofrece refugio a los animales. Instaladas a varios metros de altura, las placas pueden ver modificada su orientación para maximizar la eficiencia del sistema agrovoltaico. Y, al mismo tiempo, sirven para atraer y proteger a insectos polinizadores, en especial a las abejas, potenciando la biodiversidad.

Aunque fue inventada en 1981, su uso se ha disparado en la última década, experimentando un crecimiento significativo que la convierte en una iniciativa muy interesante para la generación de electricidad sostenible. Los datos así lo indican: España es el cuarto productor de energía fotovoltaica en Europa, detrás de Alemania, Italia y Reino Unido, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés). Y las posibilidades son inmensas ya que el 50% del suelo español se considera superficie agraria útil, unos 23 millones de hectáreas potenciales donde poder implementarla, conforme a los datos del Ministerio para la Transformación Ecológica y el Reto Demográfico.

Los agricultores pueden diversificar sus ingresos y mantener la productividad con plantaciones adecuadas para crecer bajo la sombra de la instalación fotovoltaica

Según datos del informe Overview of the Potential and Challenges for Agri-Photovoltaics in the European Union, si se implementaran sistemas agrovoltaicos en el 1% de la superficie agrícola utilizada de la UE se produciría el 1 TW de capacidad fotovoltaica, muy por encima de los 590 GW previstos para 2030. Por su parte, España, que tiene el segundo objetivo más alto de desarrollo fotovoltaico para 2030 (92 GW), podría quintuplicar su energía si incorporara agrovoltaica en el 1% de su superficie agrícola.

En días nublados, la menor producción de energía se compensa con el uso de la energía almacenada de días soleados. Así, los agricultores pueden diversificar sus ingresos y mantener la productividad con plantaciones adecuadas para crecer bajo la sombra de la instalación fotovoltaica como vides, hongos o plantas aromáticas, entre otras.

A pesar de que construir un futuro sostenible supone un reto mayúsculo, impresiona pensar que, tal y como señala un estudio publicado en la revista Nature, para compensar la demanda mundial de energía con la producción solar bastaría con que menos de un 1% de las tierras de cultivo implantaran un sistema de energía agrovoltaica.

Cien especies marinas descubiertas en las costas de Chile

Schmidt Ocean Institute

La costa de Chile es una región poco estudiada de nuestro planeta. Actualmente, un equipo internacional de científicos realiza una serie de exploraciones de sus montañas submarinas y ya ha descubierto más de 100 nuevas especies.


Las montañas submarinas que surgen de las profundidades de nuestros océanos establecen complejos patrones de corrientes que los convierten en verdaderos oasis de biodiversidad. Perpendiculares a la costa de Chile, en el Pacífico, se encuentran las cordilleras submarinas de Juan Fernández, Nazca y Salas y Gómez. Cerca de 2.900 kilómetros cuadrados en los que la biodiversidad es de una riqueza sorprendente. Más de la mitad de las especies que habitan estos territorios no existen en ningún otro lugar.

Estudiar la biodiversidad de esta zona es el principal objetivo de un equipo internacional de científicos coordinados por el Schmidt Ocean Institute y dirigido por los doctores Javier Sellanes y Erin Easton.

Las comunidades de seres vivos que habitan las montañas submarinas son de reproducción lenta y, por tanto, conforman un hábitat extremadamente frágil y vulnerable a cualquier tipo de explotación humana, principalmente la pesca comercial, la de arrastre y la minería.

Las cordilleras submarinas de Juan Fernández, Nazca y Salas y Gómez conforman 2.900 kilómetros cuadrados con una gran biodiversidad

Chile lleva años buscando apoyo internacional para proteger el área de alta mar que rodea las cordilleras submarinas de Nazca y Salas y Gómez. Pretende con ello evitar la desaparición de dichas comunidades y contribuir a revertir la crisis climática. El objetivo del Schmidt Ocean Institute es mostrar las evidencias que faciliten a científicos y administraciones herramientas para proteger el recurso vital que supone la biodiversidad no solo de esta zona, sino también de otros perímetros de nuestros océanos.

La primera expedición de este equipo se realizó en enero de este año. A bordo del buque Falkor del Schmidt Ocean Institute, se dirigieron hacia las cordilleras submarinas del Pacífico sudoriental. Allí, con la ayuda de un vehículo robótico submarino (ROV) equipado con luces y cámaras que sumergieron a más de 1.500 metros de profundidad, obtuvieron la retransmisión en directo de un fascinante espectáculo de vida submarina que desveló la existencia de más de 100 especies marinas nunca antes vistas.

Los seres vivos que habitan los montes submarinos conforman un hábitat vulnerable a acciones humanas como la pesca comercial, la pesca de arrastre y la minería

Entre las nuevas especies descubiertas se encuentran formas de vida sumamente complejas que semejan constelaciones vivientes. También crustáceos de colores imposibles recubiertos de espinas, innumerables organismos luminiscentes y esponjas de mar cuya estructura parece de cristal. Además, ha sorprendido el descubrimiento de un nuevo tipo de chaunacops, o «sapo marino», cuya existencia hasta ahora se limitaba a aguas del Atlántico. Se trata de un tipo de pez con aletas modificadas que le permiten caminar por los fondos marinos.

En la actualidad, menos del 1% de las montañas submarinas del planeta han sido cartografiadas, y esta investigación solo abarcó cuatro de ellas desconocidas hasta la fecha. En palabras del propio Sellanes, «únicamente se ha arañado la superficie, ya que lo que exploramos en cada inmersión del ROV es solo lo que podemos ver en unos dos kilómetros».

Nos hallamos, sin duda, ante un estudio científico de gran calado para la supervivencia de los ecosistemas submarinos. Durante el mes de febrero se llevó a cabo una nueva expedición. Los descubrimientos de la misma contribuirán a comprender mejor cómo influye la acción humana en la vida submarina y seguir avanzando hacia el necesario equilibrio medioambiental.

Cabo Ortegal, joya geológica reconocida por la UNESCO

Cabo Ortegal

Cabo Ortegal

Una zona costera en el noreste de La Coruña ha sido elegida como Geoparque Mundial de la UNESCO. Este paraíso gallego es un enclave de gran biodiversidad que cuenta con espacios naturales protegidos y endemismos animales y vegetales.


Marcando la frontera entre el mar Cantábrico y el Océano Atlántico, se encuentra el Cabo Ortegal. Este territorio se caracteriza por sus elevados acantilados, algunos de más de 600 metros de altura, y por sus inmediaciones están repletas de rías, islotes y calas. Pero, además de eso, el Cabo Ortegal esconde una riqueza geológica sin parangón, que lo ha llevado a ser declarado Geoparque Mundial de la UNESCO.

Cabo Ortegal forma parte de las comarcas de Ferrol y Ortegal, situadas en La Coruña, Galicia. Este accidente geográfico ha dado nombre a un nuevo Geoparque Mundial, título del que goza desde el 24 de mayo de 2023. Con una superficie total de 799,72 km² –de ellos, 168,72 km² de superficie marina– este enclave es ya una reconocida joya geológica. La belleza y singularidad de su paisaje son sin duda merecedores de ese galardón, pero su valor geológico va más allá: es un testimonio de la historia de la Tierra.

El Cabo Ortegal esconde una riqueza geológica sin parangón, con la que se ha ganado ser declarado Geoparque Mundial de la UNESCO

La teoría de la tectónica de placas explica la configuración y los movimientos de las mismas. Estas «piezas de puzzle» se desplazan sobre el manto terrestre, arrastradas por las corrientes de convección. El movimiento de estas placas ha hecho que, a lo largo de la historia de la Tierra, los continentes se hayan unido y separado varias veces. El último supercontinente que hubo en la Tierra se llamó Pangea. Se originó tras la colisión de dos continentes –Laurussia y Gondwana– hace unos 350 millones de años. Fue, precisamente, en esa colisión en la que afloraron las rocas que hoy forman el Geoparque de Cabo Ortegal. Por ello, proporciona algunas de las pruebas más completas de Europa sobre la colisión que creó Pangea.

El título de geoparque mundial de la UNESCO fue lanzado en 2015, y tiene como objetivo reconocer el patrimonio geológico de importancia internacional. Junto con Cabo Ortegal, el Consejo Ejecutivo de la UNESCO aprobó la designación de 18 nuevos geoparques mundiales el año pasado. Actualmente, existen 195 geoparques repartidos en 48 países de todo el mundo. Estas áreas geográficas son únicas por la protección del legado geológico y promueven la educación y el desarrollo sostenible. 

Los geoparques pretenden construir un puente entre el medio ambiente y la sociedad

Además, buscan construir un puente entre el medio ambiente y la sociedad. Tanto en Cabo Ortegal como en el resto de geoparques, el patrimonio geológico se funde con el patrimonio cultural, y también con el medioambiental. El geoparque gallego es un enclave con gran biodiversidad, que cuenta con espacios naturales protegidos y endemismos animales y vegetales.

Cabo Ortegal conservará esta designación durante un periodo de cuatro años, tras el cual tendrá que revalidar el correcto funcionamiento y la calidad del geoparque. Mientras tanto, su objetivo será honrar el pasado y guiar el presente y el futuro hacia un uso sostenible de nuestro entorno.

Salvar la biodiversidad, clave para evitar el colapso ecológico

Biodiversidad

El declive de la biodiversidad es más pronunciado hoy que en cualquier otra época de la historia. Sobrepasar el calentamiento global de 1,5 °C tendrá consecuencias irreversibles y solo la descarbonización puede frenar una potencial catástrofe.


Más de 60 jefes de Estado y unas 1.000 empresas de todo el mundo se congregaron en la edición número 54 del Foro Económico de Davos. Su eje transversal se basó en reconstruir una confianza fragmentada a nivel global y cuyo refuerzo es clave para tejer puentes políticos y sociales que nos ayuden a superar los crecientes desafíos que nos acechan. Uno de ellos es la acelerada pérdida de biodiversidad, clave para el equilibrio ecológico en todo el planeta. Según el informe Global Risk Report, publicado por el Foro Económico Mundial el año pasado, la pérdida acelerada de la biodiversidad es una de las principales preocupaciones mundiales tanto a corto como a largo plazo. 

Durante el Foro Económico de Davos se instó a crear una red para movilizar la inversión en energía limpia en el Sur Global

El declive de la biodiversidad es más pronunciado hoy que en cualquier otra época de la historia. La cadena de reacciones negativas provocadas por la intervención humana ha impactado sobre un equilibrio delicado y perfecto de la naturaleza con preocupantes consecuencias para el futuro. Así, el informe cita la severidad de este problema en la cuarta posición en la última década. «Dado que más de la mitad de la producción económica está estimada a ser entre moderadamente y muy dependiente de la naturaleza, el colapso de los ecosistemas tendrá consecuencias sociales y económicas de alto alcance», sostiene el documento. En ese sentido, las enfermedades zoonóticas, la disminución del resentimiento de los cultivos y su valor nutricional, el creciente estrés hídrico —potencial causa de conflictos violentos—, la pérdida de vidas dependientes de los sistemas alimentarios y los sistemas naturales como la polinización, además de las inundaciones, las subidas del nivel del mar y la erosión y degradación de los sistemas de protección contra inundaciones como praderas marinas y manglares, además de la degradación de los medios marinos, son apenas algunos de los problemas que ya se están desencadenando.

Es crucial comprender la relación directa entre el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. Ahora, más que nunca, es fundamental frenar el colapso ecológico alcanzando las emisiones netas cero. No alcanzar esta meta de sobrepasar el calentamiento global de 1,5 °C tendrá devastadoras consecuencias: el impacto continuado de desastres naturales, los cambios en la temperatura global y los cambios en las precipitaciones se convertirán en la causa dominante de la pérdida de biodiversidad. «Sin medidas políticas significativas o inversiones, las complejas relaciones entre la mitigación del cambio climático, la inseguridad alimentaria y la degradación de la biodiversidad acelerarán el colapso del ecosistema», sentencia el informe. 

Más de 100 empresas se comprometieron a restaurar, conservar y cultivar 12.000 millones de árboles

Así, la reconstrucción de la confianza entre todos los agentes es la base para tomar medidas serias «a tiro hecho». En ese sentido, la élite económica mundial alcanzó algunas conclusiones para el planeta. La plataforma Trillion Trees anunció que más de 100 empresas se comprometieron a restaurar, conservar y cultivar 12.000 millones de árboles. 

También, entre los acuerdos alcanzados se instó a crear una red para movilizar la inversión en energía limpia en el Sur Global, con el fin de desbloquear tres billones de dólares de aquí a 2030 necesarios para la transición energética. Así, la denominada Red para Movilizar Inversiones en Energía Limpia para el Sur Global es una alianza creada en el marco del Foro Económico de Davos, formada por más de 20 directores generales y líderes de los gobiernos de Colombia, Egipto, India, Japón, Malasia, Marruecos, Namibia, Nigeria, Noruega, Kenia y Sudáfrica. La red proporcionará un espacio de colaboración para que sus miembros aceleren las soluciones de capital en energías renovables. 

En esa misma línea, también se anunciaron nuevos compromisos para desbloquear miles de millones de dólares destinados a financiar soluciones para el clima y la naturaleza a través de la iniciativa Giving to Amplify Earth Action (GAEA). GAEA también ha incorporado un nuevo Acelerador de Grandes Apuestas, cuyo fin es amplificar y acelerar las asociaciones público-privadas filantrópicas e innovadoras a nivel mundial para poder alcanzar las emisiones netas cero, revertir la pérdida de biodiversidad y preservar la naturaleza.

Bioluminiscencia, uno de los secretos mejor guardados del mar

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Bahía Mosquito en Puerto Rico, Islas Maldivas, bahía de Toyama en Japón o Punta Cuchillos en Costa Rica son algunos de los exóticos lugares en los que podemos disfrutar de la bioluminiscencia. Este fenómeno es todo un espectáculo lumínico que se produce por una reacción química en algunos organismos vivos.

Los peces también migran ante el aumento de temperaturas

Ilustración por Valeria Cafagna

Un novedoso estudio demuestra cómo los peces se desplazan hacia los polos o a aguas más profundas para evitar el incremento de las temperaturas. Los expertos enfatizan que estos cambios pueden conllevar graves consecuencias en el futuro.


Las migraciones climáticas ya son una realidad en muchas partes del planeta. Huir de zonas en las que la vida humana no puede desarrollarse con normalidad debido al aumento de las temperaturas será algo cada vez más habitual. Y lo veremos. ¿Qué pasa con lo que no vemos? ¿Qué ocurre con los cientos de millones de peces que viven en el mar? ¿Y si sus cambios fueran mucho más rápidos que los de los seres humanos en tierra? ¿Y si ellos también migraran y eso pudiera tener consecuencias para las personas?

Los efectos del calentamiento global, como su propio nombre indica, no dejan nada por perturbar. La mirada antropocéntrica no debe desviarnos del estudio de aquello que va más allá de lo humano pues, como bien está demostrado, las personas tan solo somos un eslabón más en una cadena trófica más sensible de lo que podemos llegar a pensar. Este interés es lo que ha llevado a varios investigadores de la Universidad de Glasgow a concluir que la mayoría de las poblaciones de peces están respondiendo al calentamiento global desplazándose hacia aguas más frías cercanas a los polos norte y sur.

Los peces migran hacia el polo sur y norte o hacia aguas más profundas para evitar el aumento de las temperaturas

Esta postura se deduce de los últimos estudios sobre el impacto del cambio climático en nuestros océanos, que también recogen otra dinámica en estos peces: algunos de ellos deciden trasladarse a aguas más profundas, siempre como un intento de encontrar espacios más fríos en los que vivir.

Se trata de la primera vez que se estudia de forma tan exhaustiva estos desplazamientos. Los expertos han examinado los datos de 115 especies de las principales regiones oceánicas, con un total de 595 respuestas de las poblaciones de peces marinos al aumento de la temperatura.

No es baladí este cambio en los peces, pues la temperatura del agua circundante les afecta en funciones críticas como el metabolismo, el crecimiento y la reproducción. Además, las especies marinas suelen tener un rango de temperatura habitable muy limitado, lo que hace que «incluso las pequeñas diferencias en el agua sean imposibles de soportar», tal y como explica la investigación publicada en Global Change Biology. Como resultado, los cambios en la vida marina causados por el calentamiento global se han dado hasta siete veces más rápido que las respuestas de los animales en tierra. Una de sus repercusiones más graves ha sido la desaparición total de especies de peces en algunos lugares.

«Nuestra capacidad para predecir las reubicaciones de los peces será vital para mantener la seguridad alimentaria»

De esta forma, «nuestra capacidad para predecir las reubicaciones de los peces será vital para proteger los ecosistemas mundiales y mantener la seguridad alimentaria», añaden desde el centro académico. Carolin Dahms, autora principal del estudio, señala cómo la pesca también afecta a estas reubicaciones, ya que las especies explotadas comercialmente se desplazan más lentamente.

Todo ello deja en el aire cómo esta alteración puede afectar a las personas, tal y como concluye Shaun Killen, también autor del estudio: «Si las presas de estas especies no se trasladan también, o si estas especies se convierten en una perturbación invasora en su nueva ubicación, podría haber graves consecuencias en el futuro».

Anita Conti, luchadora de la pesca responsable

Anita Conti

Anita Conti fue una mujer todo terreno adelantada a su tiempo. Pionera en la oceanografía francesa, fotógrafa, cineasta y escritora, embarcó en pesqueros de altura para estudiar sus actividades y, al descubrir los peligros de la sobrepesca, comenzó su activismo para preservar los océanos.


El mar fue la gran pasión de Anita Conti, en la que se sumergió desde muy niña. Quería comprender sus secretos. Nacida en 1899 en el seno de una familia francesa acomodada, en 1914 se refugió de la Primera Guerra Mundial en la isla de Oléron. Allí se aficionó a la vela, la fotografía y la lectura. Tras casarse con un diplomático, se mudó a París y desarrolló una carrera como encuadernadora de arte sin dejar de lado el mar, publicandeo artículos sobre las riquezas marinas en revistas femeninas.

En 1932 viajó a bordo del navío oceanográfico Ville d'Ys para documentar sus actividades con artículos y fotografías captadas con su cámara Rolleiflex. Fue entonces cuando inició sus investigaciones sobre la pesca del atún. Alarmada por los excesos de la pesca, Conti denunciaba entonces que el mar no era un recurso inagotable como se pensaba. De hecho, en la actualidad solo el 1,5% de los mares y océanos del mundo son áreas marinas protegidas, según la fundación WMF.

En 1934, la entonces Oficina de Pesca Marítima francesa la contrató como responsable de propaganda. Durante sus expediciones cartografió los primeros mapas de pesca y estudió la influencia de la temperatura y salinidad del mar en determinadas especies de peces, como el bacalao.

Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue la primera mujer que se alistó en la marina francesa 

Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue la primera mujer que se alistó en la marina francesa y obtuvo permiso para embarcarse en dragaminas como fotógrafa, durante el desminado de Dunkerque. Las dificultades para la pesca en esas aguas hicieron que Conti siguiera a los pescadores franceses a las aguas de Guinea y Senegal, entre otros países del África occidental. Durante los siguientes diez años, realizó estudios en la zona, pero también ayudó a modernizar las artes de pesca y la conservación del pescado para mejorar la nutrición de las poblaciones locales con dietas más ricas en proteínas animales.  

Entre julio y diciembre de 1952, navegó junto con una tripulación de 60 marinos a bordo del bacaladero Bois Rosé III por los caladeros de Terranova, en el Atlántico Norte. Debían regresar con 1.000 toneladas de pescado. Anita Conti lo hizo, pero con numerosas anotaciones y fotografías, con las que publicó el libro Râcleurs d’océans (Surcadores de océanos, 1953). Y con las filmaciones del viaje realizó un documental del mismo título, donde relató la vida y faena de los marinos. Son imágenes crudas, con cubiertas repletas de sangrientos pescados. También reflejan aspectos más íntimos, como la peluquería a bordo o tripulantes actuando con estrambóticos disfraces. 

Ayudó a modernizar las artes de pesca y la conservación del pescado para mejorar la nutrición de las poblaciones locales con dietas más ricas en proteínas animales

En Francia, Anita Conti prosiguió su activismo en pos de una pesca sostenible. En los años 60, respaldó los inicios de la acuicultura y la instalación de las primeras granjas de peces y mariscos. En 1971, publicó L'Ocean, Les Bêtes et L'Homme (El océano, los animales y el hombre), en donde denuncia el desastre que provocan las personas y sus efectos en los océanos.

Sus contribuciones a las ciencias del mar son extensas. Realizó más de 50.000 fotografías, innumerables y detalladas anotaciones, artículos, libros y filmaciones sobre la vida cotidiana a bordo y la actividad de las pesquerías, que han permitido activar las conciencias. La cinemateca de Bretaña aloja algunas de sus obras. Y sus archivos, depositados en Lorient, Francia, han sido indexados y parcialmente digitalizados. 

Con la biografía Anita Conti: 20.000 Lieues sous les mers (Anita Conti: 20.000 leguas sobre el mar), Caterine Reverzy obtuvo en 2008 el gran premio del Mar de la academia de escritores en lengua francesa. Conocida como «dama del mar», Conti murió a los 97 años, pero hasta los 85 se mantuvo investigando y dando conferencias. Una vida casi centenaria digna de una buena película de aventuras.