Etiqueta: XSlider

2057, año en el que podría estropearse el termostato del clima

Una Europa helada y una región ecuatorial ardiendo serían solo dos de las consecuencias que tendría el frenazo de la corriente oceánica del Atlántico, una de las principales encargadas de regular el clima en la Tierra. Este escenario podría estar más próximo de lo que pensamos: en 2057, según la teoría más probable de un estudio publicado el pasado julio en Nature Communications

Setenta años en los que llegaría la catástrofe si la metodología aplicada no se equivoca

Sus autores son los hermanos Peter y Susanne Ditlevsen, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca). Este trabajo bebe de otras investigaciones similares que advierten del posible colapso de la circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), su nombre oficial; a diferencia de las anteriores, la conclusión para los daneses es que es inminente que esto ocurra si sigue el actual ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). 

Incluso prevén que llegue en algún momento entre 2025 y 2095. Setenta años en los que llegaría la catástrofe si la metodología aplicada no se equivoca: el intervalo de confianza de los resultados es de un 95%. 

Ni siquiera el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) se lanzó a la piscina de esa manera en su último informe de evaluación (conocido como Assessment Report 6 o AR6, por ser el sexto). En este también abordaban la cuestión de la AMOC, sugiriendo como «improbable» que se produjera un colapso total durante el siglo XXI.

Los Ditlevsen se muestran distantes de esa hipótesis: «Estimamos que se producirá hacia mediados de siglo en el escenario actual de emisiones futuras», escriben. Esa disparidad entre unos modelos probabilísticos y otros no es rara: tiene relación directa con los parámetros a utilizar y, además, ocurre que el punto de no retorno de dicha corriente atlántica «está poco definido».

La corriente se debilita

El tránsito de doble sentido en el interior del océano posibilita que el clima de la región geográfica del Atlántico norte sea templado o, al menos, no sufra de temperaturas extremas. La corriente del Golfo (nace en el Golfo de México) es de agua caliente, menos densa. Esta cualidad hace que descienda y se desplace a una mayor velocidad. Mientras que su hermana atlántica es más fría, por ende, más densa y tiende a ascender a la superficie, donde se calienta.

Hay dos señales de alerta temprana (SAT) que los investigadores observaron para completar sus predicciones: el aumento de la varianza (que provoca la pérdida de resistencia) y, también, la autocorrelación (síntoma de una ralentización crítica). Todo, sin olvidar el contexto de calentamiento global que, solo en Europa, ya está 2,2 grados por encima de los niveles preindustriales. 

Es bien conocido el derretimiento de los polos a causa de la acción humana. El problema radica en que el agua resultante es dulce y, a diferencia de la salada de los mares (aunque ambas estén frías), no es tan densa y no se hunde como debería para permitir el flujo natural de las corrientes oceánicas, lo que acaba por debilitar el sistema circulatorio del planeta.

Y aquí empieza la incertidumbre con la que tienen que jugar todos los trabajos probabilísticos que tratan de determinar cuándo podría darse el colapso de la corriente atlántica. Son los «sesgos de los modelos» que menciona el estudio: falta homogeneidad en los registros históricos a nivel climático y, además, hay otros factores como la representación de las aguas profundas, la salinidad y el retroceso de los glaciares (escorrentía). Por eso algunos resultados consideran la AMOC mucho más estable de lo que podría ser en realidad.

En el periodo comprendido entre 2004 y 2012 se observó una disminución de la actividad de la corriente del Atlántico.

Esta corriente se empezó a monitorizar en 2004 mediante diferentes técnicas (como equipos de medición anclados al fondo marino, corrientes eléctricas inducidas en cables submarinos o medidores de la superficie marina vía satélite). En el periodo comprendido entre ese año y 2012 se observó una disminución de la actividad de la corriente del Atlántico. «Pero se necesitan registros más largos para evaluar su importancia», precisan los investigadores. 

De lo que no cabe duda es de que si se cumpliese la profecía lanzada por los hermanos suecos, la especie humana podría volver aproximadamente 12.000 años atrás, última vez que se estima que la AMOC se apagó en la última glaciación que ha vivido el planeta.

El nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para dummies

Desde que se desató la crisis energética en 2021, y con el estallido de la guerra de Rusia en Ucrania, la energía es uno de los temas preponderantes de la agenda pública europea. Y España no se ha quedado atrás. Mientras la Comisión Europea avanza en su reforma del mercado eléctrico, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España elaboró un borrador para actualizar su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para elevar las aspiraciones energéticas nacionales y plantear objetivos coherentes con la reducción de emisiones adoptada a nivel europeo de cara a 2030. 

¿Qué es el PNIEC?

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es la hoja de ruta española en materia de descarbonización y penetración de energías renovables. Originalmente, fue enviado a Bruselas en 2020, que le dio el visto bueno para que se pusiera en marcha en 2021. Sin embargo, ante los nuevos contextos energéticos y las crecientes ambiciones climáticas a nivel europeo, plasmadas en los paquetes «Objetivo 55» y «REPowerEU», el Gobierno ha decidido actualizar el PNIEC. El nuevo borrador fue enviado a la Comisión Europea en julio y estuvo abierto a consulta pública hasta el pasado 4 de septiembre. 

¿Cuáles son sus objetivos principales?

El nuevo PNIEC aspira a concretar un 32% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030

La nueva hoja de ruta aspira a concretar, para 2030, un 32% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990; un 48% de renovables sobre el uso final de la energía; un 44% de mejora de la eficiencia energética en términos de energía final; un 81% de energía renovable en la generación eléctrica; una reducción de la dependencia energética hasta en un 51% (frente al 73% en 2019); disponer de 19 GW de autoconsumo y 22 GW de almacenamiento; y un 43% de reducción de las emisiones de los sectores difusos y un 70% de los sectores bajo el comercio de derechos de emisión con respecto a 2005. 

¿Qué ha cambiado exactamente con respecto a 2021?

La versión de 2021 del PNIEC tenía como objetivos vinculantes principales para 2030 un 23% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990; un 42% de renovables sobre el uso final de la energía; un 39,5% de mejora de la eficiencia energética; y un 74% de energía renovable en la generación eléctrica. 

¿Por qué es importante el PNIEC?

Como bien lo explica el propio Gobierno en su borrador, el nuevo PNIEC establece el marco de actuación español hasta 2030 para cumplir los objetivos de transición ecológica de la Unión Europea, luchar contra el cambio climático y alcanzar la neutralidad climática antes de 2050. 

Aumenta del 74 al 81% el porcentaje de integración de energías renovables en la generación eléctrica

Además, la transición energética “es una oportunidad para la modernización de la economía, la creación de empleo sostenible en el tiempo, el refuerzo de la competitividad y la reducción de la dependencia energética exterior”, además de una oportunidad “para el desarrollo del medio rural, la mejora de la salud de las personas y el medio ambiente, y la justicia social”. 

¿Qué reacciones ha generado el nuevo PNIEC?

El nuevo documento ha despertado tanto reacciones a favor como en contra. Algunas críticas están relacionadas con la concreción numérica, las estimaciones de aportación de algunas energías, la participación social y el almacenamiento. Asimismo, se ha criticado que el incremento en la reducción de emisiones es escaso, si se tiene en cuenta que el compromiso adquirido por la Comisión Europea está en el 55%.

Mientras que la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) aplaude que el borrador haya tenido en cuenta la petición del sector de revisar al alza los objetivos de implementación de energía solar para autoconsumo y plantas en suelo, por su lado, la Asociación para la Transición Energética pide que se tenga más en cuenta la demanda y al consumidor, para que se disponga de energía a un precio competitivo para las empresas y la ciudadanía.

Por su parte, el colectivo de expertos Fundación Renovables valora "positivamente" el incremento en las ambiciones del Gobierno, pero subraya que hace falta un "calendario analizado hasta 2030" para el desarrollo de los objetivos, y considera conveniente aumentar el "grado de concreción, con compromisos numéricos". Además, resalta la necesidad de una oficina de seguimiento y control del PNIEC y de que los diferentes grupos de interés sean incluidos en los procesos de diálogo.

¿Cuándo estaría listo el nuevo PNIEC?

El borrador de la nueva hoja de ruta estuvo abierto para consulta de participación pública hasta el 4 de septiembre y la Moncloa prevé que la versión definitiva del documento sea remitida a la Comisión Europea en junio de 2024. 

La democracia se estanca en el mundo

Decía el filósofo y premio Nobel de Economía Amartya Sen que la democracia le da a los ciudadanos la posibilidad de aprender el uno del otro, a la vez que ayuda a sus sociedades a formar sus valores y prioridades. En pleno año 2023, millones de ciudadanos en todo el mundo conviven en países donde la democracia está firmemente instaurada. Sin embargo, a pesar de su avance, son todavía mayoría los países donde aún no está presente. 

Analizamos cuál es la salud democrática de nuestro planeta con motivo del Día Mundial de la Democracia que se celebra este 15 de septiembre y que este año aboga, precisamente, por centrarse en las personas, promoviendo valores como la igualdad, libertad, justicia y solidaridad.

El 35% de los ciudadanos del mundo viven en países autoritarios, con escaso acceso a derechos y libertades.

Aunque la democracia tiene más de dos mil años de antigüedad, desde la Atenas del siglo 5 a.C., es en el siglo XX y a la luz de la revolución industrial, cuando empieza a extenderse de forma mayoritaria, especialmente en Occidente. Así, según el Índice de Democracia Global, elaborado por la revista británica The Economist, actualmente el 43% de los países tienen un sistema democrático, aunque de ellos solo un 8% se considera una ‘democracia plena’. En población, representa al 46% del total de ciudadanos del mundo. Esto deja al otro lado de la balanza un 22% de regímenes híbridos, que conjugan derechos democráticos con leyes dictatoriales, y un 35% considerados directamente autoritarios, una cifra que ha subido tres puntos en los últimos 15 años.  


Entre los estados más democráticos se encuentran Noruega, Nueva Zelanda e Islandia, con una puntuación cercana al 10, en base una ponderación que evalúa su sistema electoral y pluralismo político, las libertades civiles, el funcionamiento de su Gobierno, la participación política y la cultura política de sus ciudadanos. En el otro extremo se encuentra Afganistán, con un claro retroceso desde la llegada de los talibanes, seguido de Birmania y Corea del Norte, que apenas superan el 1. El promedio global de los 167 estados analizados es de un aprobado raspado, con 5,29.  

En la última edición de este índice, que corresponde a 2022, Chile, Francia y España han recuperado el estatus de 'democracia plena' respecto al año anterior, “principalmente debido a una reversión de las medidas pandémicas que habían infringido las libertades de los ciudadanos en 2020-21", señala el informe. Mientras, Rusia es el que ha experimentado un mayor retroceso, bajando 22 puestos en la lista hasta el 146, debido a la restricción en las libertades de sus ciudadanos como consecuencia de la guerra de Ucrania. Le sigue China por las “draconianas” medidas impuestas durante la pandemia del covid. 

Como puede verse en el mapa, la mayoría de países sin un sistema parlamentario se concentran en Asia y África, donde los golpes militares en países como Níger, Sudan o, el más reciente, Gabón, han acentuado el retroceso democrático. Pero no solo estas regiones están empeorando en derechos y libertades: prácticamente todas han bajado sus puntuaciones desde 2006, cuando se empezó a realizar este ranking.

Los países escandinavos se sitúan año tras año entre los más democráticos, según varios organismos

Los investigadores de The Economist lamentan que el año 2022 haya sido “decepcionante” en el progreso hacia la consolidación de un planeta democrático. “El efecto positivo de la restauración de las libertades individuales que se habían visto temporalmente restringidos por la pandemia de covid-19 ha sido anulado por otros efectos acontecimientos negativos a nivel mundial”, apuntan.

Según sus expertos, no solo los gobiernos totalitarios o el socavo de elecciones justas amenazan las democracias, también el narcotráfico, los ejércitos privados, las insurgencias o los piratas informáticos pueden socavar los derechos y libertades civiles.

 

También la organización Freedom House realiza su propio análisis sobre el estado mundial de la democracia, y de nuevo, los estados escandinavos son los mejor parados, con Finlandia, Noruega y Suecia con la máxima puntuación. Sin embargo, en este caso son Sudán del Sur, Siria y el Tíbet los peor posicionados. Este organismo analiza también la libertad de los ciudadanos en su uso de internet, considerado a China, Birmania e Irán como los menos libres en el acceso y con más límites a su contenido.


Según Naciones Unidas, el lema del día que conmemora la democracia este año “espacio para la sociedad civil” es un recordatorio para los gobiernos del mundo entero de que “el signo de las democracias exitosas y estables es la presencia de una sociedad civil fuerte que opere libremente, en la cual el gobierno y la sociedad puedan colaborar en la consecución de objetivos comunes con miras a un futuro mejor”.