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Fernando Valladares: «El decrecimiento económico es la auténtica prosperidad»

Fernando Valladares

El conocido científico y divulgador pone sobre la mesa algunos temas incómodos –y menos discutidos– sobre todo aquello que podemos y debemos hacer para mejorar nuestra relación con el medio ambiente.


Para Valladares, el cambio climático, la sobreproducción de alimentos, el mal uso del agua, o el «tecno optimismo» tienen que pasar necesariamente por entre las patas del elefante en la habitación: el decrecimiento económico. Solo limitando la producción y priorizando los derechos humanos por encima de la economía podremos, finalmente, sanear la relación entre el ser humano y la naturaleza para vivir una vida plenamente sostenible.

Sabemos que es indispensable dejar de producir y utilizar combustibles fósiles para revertir el cambio climático, pero, ¿hay algo más que debamos hacer? ¿Algo de lo que no se esté hablando lo suficiente?

Esto es muy interesante, ya que no basta con abordar los combustibles fósiles. Si bien la emergencia climática es quizá lo más apremiante en este momento, no deja de ser uno de los múltiples síntomas de una sociedad insostenible. El sistema alimentario es uno de los grandes problemas de la humanidad. Producimos en exceso, tiramos un tercio de la producción y un 20% genera sobrepeso y problemas de diabetes en el norte global. 

Hablamos de un sistema que es un tremendo fracaso: utiliza 20% del agua, provoca un 8% de las emisiones y ocupa un 13% de la superficie del suelo para que un tercio de esas cosechas acaben en la basura. Producimos en demasía, mal, caro y deslocalizado para, encima, generar hambruna. Además, entre las consecuencias también están las aguas contaminadas por todos los agroquímicos, como en el Mar Menor y en tantos otros lugares.

Por otro lado, está también el uso insostenible del agua. Cataluña está pasando la mayor sequía de toda su historia, lo cual se venía anunciando desde hace décadas. Un tercio de la población mundial no tiene agua suficiente y la Organización Meteorológica Mundial dice que vamos a necesitar un tercio más de agua para el 2050, ¿de dónde la vamos a sacar? Y, por supuesto, la contaminación por los plásticos y la atmosférica generan muchísimas muertes y es algo de lo que no se habla de forma conjunta; todo el modelo civilizatorio es tóxico. Hay millones de muertes evitables todos los años y hay muchísima gente que no es sana ni feliz por este modelo socioeconómico que provoca el deterioro de la biodiversidad, la contaminación, la sobreexplotación del agua y que se multiplica con el cambio climático.

«El capitalismo y el crecimiento indefinido son ingredientes absolutamente insostenibles»

Propones que el gran culpable de la «relación tóxica» de los humanos con la tierra es el fruto directo de la insostenibilidad del modelo capitalista que busca el crecimiento económico desmedido, sin tomar en cuenta las limitaciones de la tierra. ¿Consideras que para poder recuperar una relación de armonía entre seres humanos y la naturaleza se debe abandonar este modelo de sistema económico por completo? ¿Cuál sería la alternativa?
El sistema económico es uno de los graves problemas de la humanidad. El capitalismo y el crecimiento indefinido son ingredientes absolutamente insostenibles. Hemos reventado seis de los nueve límites planetarios. No tenemos todo un sistema alternativo al que saltar como si fuera el sistema operativo de un ordenador, esto no funciona así. Tenemos que aplicar distintas recetas, algunas de ellas tienen diferencias geográficas, por supuesto. 

El norte global tiene que decrecer un 80% - 70% su producción, mientras que el sur global en muchos casos debe aún crecer en algunos aspectos para poder alcanzar el desarrollo que en cuestiones básicas muchos países no han llegado aún. Para que el sur se desarrolle sin pasar por la senda contaminante que ha pasado el norte tenemos que ceder tecnología, algo que se nos da muy mal, como vimos con la vacuna de la covid.

Hay que abandonar el crecimiento ilimitado, enfriar y desescalar la economía progresivamente para que no ocurran recesiones imprevistas y así programar un decrecimiento, tomando medidas acompañantes para los sectores que no puedan reorganizarse por sí mismos. Esto es ineludible, el decrecimiento va a ocurrir, no es algo opcional. Al ritmo al que vamos, reventando muchos límites planetarios, las tensiones geopolíticas, etc., lo que harán es irnos llevando con más frecuencia a recesiones y eventualmente a algunas muy profundas de las que tardaremos muchos años en salir. Entonces, como el decrecimiento va a ocurrir sí o sí, lo único que podemos elegir es adelantarnos, pilotarlo y acomodar un poco las condiciones de la humanidad. ¿Cómo? Poniendo los derechos humanos por delante de la economía.

¿Cómo podemos hablar de decrecimiento económico sin que esto suponga un retroceso económico y social en el imaginario colectivo? ¿O incluso la crispación social entre los más radicales?

No tenemos que ser nosotros mismos los que pongamos la solución política, para eso están los políticos. En buena medida la sociedad, los técnicos, los científicos, incluso los medios de comunicación deben transmitir lo que se sabe, así como los problemas del modelo socioeconómico y el diagnóstico de la situación. Podemos convertir lo que parece un frenazo, un retroceso, una involución en todo lo contrario, porque es justamente eso. El decrecimiento económico es la auténtica prosperidad. Vendrá a medida que apliquemos, sobre todo en el norte global, medidas drásticas de decrecimiento, además de crecer solo en lo importante, como en los valores humanos, en los derechos humanos o en el tiempo para uno mismo. 

Así trabajaremos mucho menos y habrá tiempo para cuidarnos y para hacer muchas cosas que en el norte global estamos subcontratando, como cuidar, cocinar, etc. Ese tiempo se lo restaríamos a la jornada laboral y así podríamos encarrilar entre todos un nuevo modelo de civilización. Todo esto son motivos para la esperanza, tenemos una oportunidad histórica para pilotar un tránsito hacia una sociedad mayoritariamente sana y feliz. La ultraderecha populista no quiere entender este tipo de mensajes. Así que lo que habrá que hacer es ponerles ejemplos de comunidades y soluciones que funcionan y con esa dosis de empatía y de amabilidad espero que los vayamos suavizando.

«Tenemos una oportunidad histórica para pilotar un tránsito hacia una sociedad mayoritariamente sana y feliz» 

A la agonía existencial que provoca el cambio climático, el costo de la vida, etc., se le suma ahora una nueva variante: la inteligencia artificial. Sin embargo, no todo es oscuro. Algunos dicen que la IA será un agente clave para frenar el cambio climático, ¿qué visión tienes acerca de esto?
La IA es una herramienta poderosísima que nos permite entender mejor el clima complejo de la tierra o hacer simulaciones mucho más rápidas de sistemas multivariantes como es el propio cambio climático. Pero debido a su huella energética consume mucha agua y energía, por lo que tenemos que hacer un uso responsable de ella, pero sería la primera vez que hacemos un uso responsable de algo. Quizás sería interesante consultar a la propia inteligencia artificial, sobre cómo hacer un uso responsable climáticamente de la inteligencia artificial.

¿Pueden los individuos y comunidades utilizar la tecnología para mejorar su relación con la naturaleza? ¿O es esto un oxímoron?
El mayor tiro en el pie que nos hemos dado y por el cual no avanzamos es el «tecno optimismo». Es decir, un optimismo exagerado de que la tecnología nos sacará del apuro. Los científicos podemos asegurar que esto no va a ocurrir. La tecnología es una herramienta que nos puede ayudar a salir, pero necesitamos voluntad. Por ejemplo, en el tema energético no basta con las renovables. Tenemos que cambiar el chip y producir y consumir en España concretamente la mitad de la energía, en Europa en promedio un tercio de la energía y en Estados Unidos una quinta parte la energía que actualmente se produce. 

Este es el chip civilizatorio que debe acompañar al cambio del modelo energético, pero la tecnología tiene que estar bajo nuestro control y tenemos que usarla con sensatez. Hay que abandonar los sueños «tecno optimistas» que piensan que «hemos salido de otras». La tecnología no nos salvará porque nunca la humanidad se ha enfrentado a un desafío global del tamaño de la escala espacial temporal que tiene el cambio climático y las otras grandes crisis que estamos generando.

¿Qué podemos hacer, como individuos, familias y comunidades, para decrecer conjuntamente y vivir una vida sostenible?

A la lista habitual de cosas que todos podemos hacer para mejorar nuestra relación con el medio ambiente (comer menos carne, usar bicicleta, hacer uso mínimo del agua, etc.) debemos sumar una activación real de la ciudadanía. Hay que ejercer más democracia participativa y hacer uso de las herramientas que tenemos para ponernos de acuerdo más rápidamente y más drásticamente de forma colectiva. Para ser sostenibles tenemos que consumir críticamente; ver de dónde viene aquello que compramos; luchar contra la obsolescencia programada y votar exigiendo a los políticos que tengan la agenda del cambio climático y la verdadera sostenibilidad como prioridad por encima de la propia economía. 

Por otro lado, como familia tenemos que hablar de política. España es un país con muy poca tradición, posiblemente debido a las heridas de la guerra civil y al periodo de dictadura, pero tenemos que rescatar una vida política que tiene que ser de mucho mejor calidad que la que vemos en la sede parlamentaria o en internet. Tenemos que ser más racionales y capaces de discrepar sin enfadarnos, así como escalar nuestras opiniones y necesidades en el ámbito de la comunidad para lograr cambios de mayor escala. Todo esto es lo que más podemos hacer de cara a acelerar una transición de modelo de civilización.

Eleanor Roosevelt, «la primera dama del mundo»

Eleanor Roosevelt

Ilustración de Valeria Cafagna

Eleanor Roosevelt fue mucho más que la esposa del presidente de Estados Unidos: tenía el compromiso y la convicción de mejorar la vida de las personas y su trabajo fue clave en la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.


Aventurera, curiosa y trabajadora, Anna Eleanor Roosevelt supo aprovechar al máximo su vida. Nació en Nueva York en 1884 en una familia rica e influyente. Cuando se casó no se cambió el apellido, ella ya era una Roosevelt: su padre era el hermano de Theodore Roosevelt. Sin embargo, no tuvo una infancia fácil. Se quedó huérfana y vivió con su abuela desde los 7 años. Cuenta en su libro Lo que aprendí viviendo que fue una niña tímida, insegura y necesitada de afecto, pero con muchas ganas de aprender y experimentar. Muy pronto entendió que, si quería tener una vida plena, tenía que plantar cara a sus miedos. Y así lo hizo. 

Con 15 años, se fue a estudiar a un internado de Londres, donde sintió por primera vez una gran libertad y entró en contacto con profesoras como Marie Souvestre que le ayudaron a desarrollar su pensamiento crítico. Cuando regresó a Estados Unidos, Eleanor conoció a un primo lejano que se convertiría en su marido y padre de sus 6 hijos: Franklin Delano Roosevelt. 

Cuando se casó no necesitó cambiarse el apellido: su padre era el hermano de Theodore Roosevelt

Era un joven que parecía tener una carrera prometedora. Ascendió rápidamente en el Partido Demócrata, pero cuando enfermó de polio pensó en abandonar la política influenciado por su madre. Eleanor Roosevelt fue quien lo convenció para que no dejara de lado sus aspiraciones y se convirtió en un apoyo clave en su campaña. Franklin D. Roosevelt ganó por primera vez las elecciones en 1933 y se convirtió en el presidente que consiguió sacar a Estados Unidos de la Gran Depresión con el New Deal.

A pesar de que en el terreno político funcionaron muy bien, su relación fue complicada. Cuando Eleanor se enteró de las infidelidades de su marido, estuvieron a punto de divorciarse, pero llegaron a un acuerdo. Seguirían juntos, pero ella dejaría para siempre el tradicional perfil de primera dama en el que nunca había encajado y pasaría a tener una agenda política propia. 

Durante los doce años que Franklin D. Roosevelt fue presidente, Eleanor Roosevelt trabajó intensamente en las políticas del Gobierno, defendió los derechos civiles y demostró un interés real por los problemas de la gente. Estaba convencida de que no bastaba con saber que había personas que tenían necesidades: era preciso conocerlas y ponerse en su lugar. Por eso, visitaba a la gente en sus casas, en sus lugares de trabajo y le gustaba moverse en entornos distintos al suyo. Siempre mostró sus opiniones, aunque le pudieran crear algún conflicto diplomático y más de una polémica.  

Su empeño por alcanzar un compromiso internacional la convirtió, en palabras del presidente Harry S. Truman, en «la primera dama del mundo»

Cuando su esposo murió en 1945, Eleanor no dejó su activismo. Se convirtió en delegada de la Asamblea de las Naciones Unidas y fue elegida presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU por unanimidad. Su trabajo y su capacidad para consensuar y confrontarse con otras personas fueron esenciales en la redacción y aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 1948. 

En un contexto cargado de incertidumbre tras la Segunda Guerra Mundial, su empeño por alcanzar un compromiso internacional la convirtió, en palabras del presidente Harry S. Truman, no solo en la primera dama de Franklin D. Roosevelt, sino en «la primera dama del mundo». Defendió en múltiples ocasiones la participación de las mujeres en asuntos internacionales y reclamó la adopción de la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer. También presionó al presidente John F. Kennedy para que incluyera a más mujeres en puestos de poder y presidió la primera Comisión Presidencial del Estatus de la Mujer de Estados Unidos.

Convencida de que el proceso de aprendizaje y de crecimiento debe continuar a lo largo de toda la vida, Eleanor Roosevelt aprovechó sus días hasta el final y siempre supo mirar al mundo con curiosidad. Falleció a los 78 años tras una vida dedicada a promover la justicia social.

Auguste Fröbel, el «padre de los jardines de infancia»

Auguste Fröbel

Auguste Fröbel por Valeria Cafagna

El pedagogo alemán, nacido en 1782, fue creador del concepto «kindergarten», impulsor del juego para el desarrollo de habilidades físicas y sociales y propulsor de los materiales didácticos para el desarrollo cognitivo.


Auguste W. Friedrich Fröbel fue un pedagogo alemán que, tras imbuirse de las enseñanzas de Rousseau y Pestalozzi, dedicó su vida al estudio de la educación infantil. En 1840 fundó en la ciudad de Blankenburg el primer «kindergarten» o jardín de infancia. Su pasión por la pedagogía le llevó a edificar una teoría de la educación preescolar que aún está vigente a día de hoy.

«Kindergarten» significa, literalmente, jardín de niños. Un jardín, según Fröbel, en que los niños, esos pequeños brotes humanos, puedan crecer sanos y dar frutos.

El concepto «kindergarten» alude al espacio natural en que, como en un jardín, los niños crecen sanos y dan frutos

El jardín de infancia de Fröbel tenía como máxima el respeto a la actividad creativa del niño en un clima de libertad y en contacto directo con la naturaleza. El jardín de infancia, así, más que en una institución escolar, se convertía en una extensión del hogar en el que los docentes tenían el papel de guía y amigo. Para que la función docente fuera óptima, era imprescindible tomar conciencia de que cada niño se desarrolla de una manera distinta, y atender a dichas diferencias.

Antes de fundar el primer jardín de infancia, Fröbel había expuesto de manera sistemática los principios de su concepción pedagógica en la obra La educación del hombre (1826). En ella, afirmaba que la finalidad última de la educación debe ser lograr que la persona alcance la clara y absoluta visión de sí misma que le permita conocer su verdadera vocación y desarrollarla de manera libre y espontánea.

Consideraba que la principal herramienta para no solo respetar, sino también estimular las capacidades creativas del niño era el juego. Gracias al juego, el niño desarrolla con mayor intensidad las destrezas físicas y conocimientos sociales que le permitirán mantener una relación cordial con el mundo una vez alcanzada la edad adulta. El juego, según Fröbel, es el producto más puro y espiritual de las personas a temprana edad. La educación, por tanto, en los primeros años, debe tolerar y permitir el libre desarrollo del juego en los niños. Cualquier tipo de imposición que impida la espontaneidad supondrá un obstáculo en su desarrollo. 

En La educación del hombre, Fröbel expuso de manera sistemática una concepción pedagógica basada en el juego en la temprana edad

Para permitir que el juego siguiese conduciendo el desarrollo del niño, Fröbel diseñó su modelo educativo en torno a una serie de actividades físicas y mentales que incluían el canto y el baile y, por supuesto, la jardinería. Asimismo, los docentes utilizaban diversos materiales como el papel y los tejidos para que los niños pudiesen representar, con ellos, las formas que les rodeaban. De esta manera, su desarrollo cognitivo y motriz iban emparejados y se hacían eminentemente prácticos. 

Tras la muerte de Fröbel, los jardines de infancia se extendieron por toda Europa entre 1850 y 1860. En las siguientes décadas llegaron a Estados Unidos, Japón y Rusia, impactando de manera notable en todo lo relacionado con la educación artística. En la actualidad, si bien se mantiene el nombre de jardín de infancia para designar los establecimientos dedicados a la educación preescolar, la fidelidad al modelo pedagógico desarrollado por Fröbel se ha diluido en parte.

Un año nuevo y una nueva oportunidad para disminuir la depresión

depresión

En este nuevo año, enfrentamos el reto de disminuir la depresión y fomentar la salud mental. Canalizando esfuerzos en educación, comprensión y compromiso con soluciones efectivas, estamos trazando el camino hacia una sociedad donde cada individuo tenga la oportunidad de vivir una vida emocionalmente saludable.


El comienzo de un nuevo año nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre un aspecto vital que con frecuencia pasa desapercibido: la salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos el 3,8% de la población mundial experimenta depresión, y alarmantemente, esta cifra ha experimentado un aumento del 18% en la última década. Ante este panorama inquietante, surge la urgencia de abordar los factores que han contribuido a este aumento y explorar vías efectivas para prevenir y reducir su incidencia.

En primer lugar, la aparición de la depresión no está influenciada por un único factor, por lo que, en ocasiones, resulta complicado distinguir y comprender cómo los distintos factores que intervienen se relacionan entre sí y con la enfermedad. El estrés crónico, la presión social, la falta de acceso a recursos de salud mental o la creciente incidencia de eventos traumáticos son solo algunas de las causas que han contribuido a esta preocupante tendencia.

El estrés crónico, la presión social, la falta de acceso a recursos de salud mental o la creciente incidencia de eventos traumáticos son solo algunas de las causas que han contribuido a esta preocupante tendencia

Por tanto, prevenir y disminuir la depresión es un desafío colectivo que requiere un enfoque multifacético. Según detalla el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de los Estados Unidos, la agencia federal que dirige las investigaciones sobre trastornos mentales, la promoción de la conciencia sobre la salud mental, la implementación de programas educativos que aborden el estrés y la presión social, o la expansión del acceso a servicios de salud mental son pasos cruciales. La educación desde una edad temprana sobre el manejo emocional y la búsqueda de ayuda puede ser un escudo poderoso contra la aparición de episodios depresivos.

Sin embargo, en ocasiones, la prevención no es suficiente, y es fundamental saber cómo ayudar a quienes ya están lidiando con ella. En España, según detalla la Confederación de Salud Mental, el 88% de las labores de atención y apoyo recaen en el entorno cercano, por lo que mostrar empatía y comprensión son pilares esenciales. Pero, además, fomentar la apertura sobre la salud mental, reducir el estigma y mantener un entorno de apoyo es clave para ayudar a quienes enfrentan cada día esta batalla.

En España, el 88% de las labores de atención y apoyo recaen en el entorno cercano, por lo que mostrar empatía y comprensión son pilares

Por último, no podemos olvidar que evidencias científicas respaldan la noción de que la pobreza y la desigualdad económica constituyen factores de riesgo significativos para el desarrollo de problemas de salud mental. Diversos estudios, como la reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que evaluó el bienestar emocional de la población española durante la pandemia, refuerzan esta afirmación. Los resultados de la encuesta revelan que las personas pertenecientes a clases socioeconómicas menos privilegiadas experimentan tasas casi el doble de altas (32,7%) de sentimientos de desánimo, depresión o falta de esperanza en comparación con aquellos identificados en clases más favorecidas (17,1%). En este sentido, es esencial abogar por políticas que aseguren la equidad en la disponibilidad de servicios de salud mental, garantizando que aquellos con recursos limitados no queden excluidos de la ayuda que tanto necesitan.

En definitiva, comprender la depresión es el primer paso para abordarla de manera efectiva, pero fomentar la conciencia pública, desestigmatizar la salud mental y proporcionar recursos accesibles son acciones clave. La terapia, la medicación en casos necesarios y el apoyo comunitario pueden ser también cruciales para hacer frente a esta situación.

Aprovechemos el inicio de este nuevo año para enfrentarnos al desafío colectivo de disminuir la depresión y fomentar la salud mental. A través de la educación, la comprensión y el compromiso con soluciones efectivas, podemos allanar el camino hacia una sociedad más resiliente y solidaria, donde cada individuo tenga la oportunidad de vivir una vida plena y emocionalmente saludable.

Plantas invasoras, amenazas para el medio natural

especies exóticas

La introducción y proliferación de especies exóticas se ha convertido, desde hace unos años, en uno de los grandes causantes de la pérdida de biodiversidad en nuestro país. 


La introducción de especies exóticas en nuestros territorios es una de las grandes amenazas para la biodiversidad autóctona. En algunos casos porque la capacidad de crecimiento y regeneración de muchas especies autóctonas queda completamente alterada, y en otros, porque impacta directamente sobre la salud y la capacidad regenerativa de otras especies. 

Frenar el avance de las invasoras tiene sus desafíos, debido a la rápida proliferación en diferentes entornos naturales. En España tenemos un Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, detallado en la Ley 42/2007, donde se recogen todos los tipos de especies invasoras del territorio. Este es uno de los mayores esfuerzos de documentación de fauna y flora de la Península. Algunas de ellas son la Agave americana, originaria de Méjico, o la Acacia mimosa, proveniente de Australia. 

Algunas de las especies invasoras más comunes son el Jacinto de Agua o el Plumero de la Pampa

Pero, entre las especies invasoras más problemáticas del territorio español destacan el Jacinto de Agua y el Plumero de la Pampa, también conocido como Cortaderia selloana. Estas plantas, en términos generales, impiden el desarrollo de las especies nativas, alteran el hábitat de la zona modificando su físico y la química de sus suelos, compiten por espacio y alimento con especies autóctonas y se hibridan con las especies nativas. Además, introducen nuevos parásitos y enfermedades. A nivel particular, el Jacinto de Agua provoca una gran cantidad de materia orgánica que se junta en un denso tapiz sobre el agua que dificulta el intercambio de oxígeno con la atmósfera y obstruye el paso de la luz del sol. Así, limita altamente el desarrollo de otros animales y plantas y reduce la producción primaria bentónica. 

Algunas de las principales fórmulas para frenarlas son técnicas como el manejo integrado del territorio, la prevención de su expansión mediante la vigilancia y monitoreo e inspecciones en puertos y fronteras. Otra herramienta de intervención más lenta es la educación pública sobre los peligros que tiene la expansión de estas especies. 

La cortaderia es un problema de emergencia ecológica alrededor del mundo, y una de las 100 especies más dañinas en Europa

Existen una gran variedad de iniciativas en España que buscan frenar su propagación por nuestros ecosistemas, como Stop Cortaderia, un programa colaborativo que busca frenar la extensión de la cortaderia en zonas como Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, así como en el norte de Portugal, y la región de Nueva Aquitania en Francia. 

La cortaderia es un problema de emergencia ecológica alrededor del mundo, y una de las 100 especies más dañinas en Europa, tal y como recoge el proyecto Delivering Alien Invasive Species Inventories for Europe (DAISIE). Por ello, sector público y privado (con empresas como Redeia) se han unido en este desafío y se han comprometido a detener la expansión de la planta así como a restaurar las zonas recuperadas. 

La colaboración de las empresas, los gobiernos y la sociedad en general en la lucha contra la pérdida de la biodiversidad es fundamental para garantizar el desarrollo y supervivencia de las especies del territorio. Stop Cortaderia es solamente uno de los muchos ejemplos existentes, y es solo una de las prácticas a las que se pueden sumar diferentes actores en nuestro país. Ante un contexto de emergencia climática, frenar la expansión de especies invasoras es uno de los pasos que harán que la acción local se convierta en global. 

¿Qué es el compromiso de refrigeración?

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La COP 28, celebrada en Dubái, ha llegado a su final y entre los diferentes acuerdos alcanzados aparece el compromiso firmado por más de 60 países para reducir las emisiones de refrigeración. Explicamos qué implica el acuerdo y cuáles son las repercusiones para combatir el cambio climático. 

Anita Conti, luchadora de la pesca responsable

Anita Conti

Anita Conti fue una mujer todo terreno adelantada a su tiempo. Pionera en la oceanografía francesa, fotógrafa, cineasta y escritora, embarcó en pesqueros de altura para estudiar sus actividades y, al descubrir los peligros de la sobrepesca, comenzó su activismo para preservar los océanos.


El mar fue la gran pasión de Anita Conti, en la que se sumergió desde muy niña. Quería comprender sus secretos. Nacida en 1899 en el seno de una familia francesa acomodada, en 1914 se refugió de la Primera Guerra Mundial en la isla de Oléron. Allí se aficionó a la vela, la fotografía y la lectura. Tras casarse con un diplomático, se mudó a París y desarrolló una carrera como encuadernadora de arte sin dejar de lado el mar, publicandeo artículos sobre las riquezas marinas en revistas femeninas.

En 1932 viajó a bordo del navío oceanográfico Ville d'Ys para documentar sus actividades con artículos y fotografías captadas con su cámara Rolleiflex. Fue entonces cuando inició sus investigaciones sobre la pesca del atún. Alarmada por los excesos de la pesca, Conti denunciaba entonces que el mar no era un recurso inagotable como se pensaba. De hecho, en la actualidad solo el 1,5% de los mares y océanos del mundo son áreas marinas protegidas, según la fundación WMF.

En 1934, la entonces Oficina de Pesca Marítima francesa la contrató como responsable de propaganda. Durante sus expediciones cartografió los primeros mapas de pesca y estudió la influencia de la temperatura y salinidad del mar en determinadas especies de peces, como el bacalao.

Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue la primera mujer que se alistó en la marina francesa 

Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue la primera mujer que se alistó en la marina francesa y obtuvo permiso para embarcarse en dragaminas como fotógrafa, durante el desminado de Dunkerque. Las dificultades para la pesca en esas aguas hicieron que Conti siguiera a los pescadores franceses a las aguas de Guinea y Senegal, entre otros países del África occidental. Durante los siguientes diez años, realizó estudios en la zona, pero también ayudó a modernizar las artes de pesca y la conservación del pescado para mejorar la nutrición de las poblaciones locales con dietas más ricas en proteínas animales.  

Entre julio y diciembre de 1952, navegó junto con una tripulación de 60 marinos a bordo del bacaladero Bois Rosé III por los caladeros de Terranova, en el Atlántico Norte. Debían regresar con 1.000 toneladas de pescado. Anita Conti lo hizo, pero con numerosas anotaciones y fotografías, con las que publicó el libro Râcleurs d’océans (Surcadores de océanos, 1953). Y con las filmaciones del viaje realizó un documental del mismo título, donde relató la vida y faena de los marinos. Son imágenes crudas, con cubiertas repletas de sangrientos pescados. También reflejan aspectos más íntimos, como la peluquería a bordo o tripulantes actuando con estrambóticos disfraces. 

Ayudó a modernizar las artes de pesca y la conservación del pescado para mejorar la nutrición de las poblaciones locales con dietas más ricas en proteínas animales

En Francia, Anita Conti prosiguió su activismo en pos de una pesca sostenible. En los años 60, respaldó los inicios de la acuicultura y la instalación de las primeras granjas de peces y mariscos. En 1971, publicó L'Ocean, Les Bêtes et L'Homme (El océano, los animales y el hombre), en donde denuncia el desastre que provocan las personas y sus efectos en los océanos.

Sus contribuciones a las ciencias del mar son extensas. Realizó más de 50.000 fotografías, innumerables y detalladas anotaciones, artículos, libros y filmaciones sobre la vida cotidiana a bordo y la actividad de las pesquerías, que han permitido activar las conciencias. La cinemateca de Bretaña aloja algunas de sus obras. Y sus archivos, depositados en Lorient, Francia, han sido indexados y parcialmente digitalizados. 

Con la biografía Anita Conti: 20.000 Lieues sous les mers (Anita Conti: 20.000 leguas sobre el mar), Caterine Reverzy obtuvo en 2008 el gran premio del Mar de la academia de escritores en lengua francesa. Conocida como «dama del mar», Conti murió a los 97 años, pero hasta los 85 se mantuvo investigando y dando conferencias. Una vida casi centenaria digna de una buena película de aventuras. 

Triplicar las energías renovables, el nuevo reto marcado por la COP28

Los países participantes en la COP28 han incidido en la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El avance mundial en materia de freno al calentamiento global avanza de manera lenta. Por eso, los países participantes en la COP28 han incidido en la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de perseguir la descarbonización del planeta mediante la sustitución de los combustibles fósiles para paliar los estragos producidos por las altas temperaturas.


El Acuerdo de París de 2015 estableció el reto de limitar el aumento de la temperatura hasta un máximo de 1,5ºC para 2050. Tras ocho años, la COP28, celebrada en Dubái entre noviembre y diciembre, ha sido el escenario para hacer balance de los avances logrados.

Esta edición de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ha sido de gran relevancia ya que se han evaluado los avances hechos hasta la fecha, con respecto a los objetivos de la Agenda 2030 y se han logrado acuerdos «históricos». A partir de ello, los países ya pueden utilizar las conclusiones tomadas para desarrollar planes de acción climática más sólidos para 2025.

El eje central de esta edición se basa en que la ciencia indica que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse un 43 % para 2030 con respecto a los niveles de 2019 para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, y señala que las partes no van por buen camino―la trayectoria actual está justo por debajo de los 3ºC―.

La transición energética avanza demasiado lenta para lo ambiciosos y urgentes que son los objetivos de la Agenda 2030

Se ha concluido que la transición energética avanza lentamente para lo ambiciosos y urgentes que son los objetivos. Por eso, los dirigentes participantes en la COP28 han decidido tomar medidas más agresivas: 116 países se han comprometido a triplicar el uso de las energías renovables y duplicar la tasa anual de eficiencia energética para 2030

Por ello, la COP28 ha marcado un punto de inflexión: por primera vez, se ha alcanzado un acuerdo para abandonar paulatinamente los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) y avanzar hacia una transición verde. Además, se ha puesto en marcha el Fondo de Pérdidas y Daños, destinado a ayudar a los países en desarrollo vulnerables al cambio climático.

El acuerdo alcanzado sienta las bases para una transición rápida, justa y equitativa. También se han acordado las metas del Objetivo Global de Adaptación (GGA) y su marco, que establece cuál debe ser el consenso mundial para ser resilientes a los impactos de un clima cambiante y evaluar los esfuerzos de los países.

En cuanto a la financiación, seis países prometieron una nueva aportación al Fondo Verde para el Clima (GCF), que alcanza la cifra récord de 12.800 millones de dólares procedentes de 31 países.

La COP28 ha adoptado el acuerdo histórico de abandonar paulatinamente los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) y avanzar hacia una transición verde

Ocho países anunciaron también nuevas aportaciones al Fondo para los Países Menos Adelantados y el Fondo Especial para el Cambio Climático por un total de más de 174 millones de dólares. Asimismo, se prometieron contribuciones al Fondo de Adaptación de casi 188 millones de dólares. Sin embargo, estas cifras aún están lejos de los billones necesarios para ayudar a los países en desarrollo en la transición energética y la aplicación de sus planes climáticos nacionales. Sería necesario establecer y acelerar fuentes de financiación nuevas e innovadoras.

También se acordó que el programa de trabajo de mitigación de cara a sociedades más descarbonizadas que se puso en marcha en la COP27 continuará hasta 2030, con la celebración de al menos dos diálogos globales anuales.

Han sido semanas de intensas negociaciones que han dado como resultado un texto de 21 páginas que recoge cómo hacer frente a los objetivos, compromisos y retos globales que plantea el cambio climático para ir hacia una transición energética real y lograr un futuro más sostenible gracias a la cooperación internacional.

La navidad sin desperdicio, ¿es posible?

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Se acercan las navidades y, con ellas, la excitación por las compras y el consumo con la repercusión que eso tiene para la salud del planeta y del bolsillo. Sin embargo, existen medidas alternativas para disfrutar de las fiestas navideñas de una manera más consciente y sostenible.