Auguste Fröbel, el «padre de los jardines de infancia»

Auguste Fröbel

Auguste Fröbel por Valeria Cafagna

El pedagogo alemán, nacido en 1782, fue creador del concepto «kindergarten», impulsor del juego para el desarrollo de habilidades físicas y sociales y propulsor de los materiales didácticos para el desarrollo cognitivo.


Auguste W. Friedrich Fröbel fue un pedagogo alemán que, tras imbuirse de las enseñanzas de Rousseau y Pestalozzi, dedicó su vida al estudio de la educación infantil. En 1840 fundó en la ciudad de Blankenburg el primer «kindergarten» o jardín de infancia. Su pasión por la pedagogía le llevó a edificar una teoría de la educación preescolar que aún está vigente a día de hoy.

«Kindergarten» significa, literalmente, jardín de niños. Un jardín, según Fröbel, en que los niños, esos pequeños brotes humanos, puedan crecer sanos y dar frutos.

El concepto «kindergarten» alude al espacio natural en que, como en un jardín, los niños crecen sanos y dan frutos

El jardín de infancia de Fröbel tenía como máxima el respeto a la actividad creativa del niño en un clima de libertad y en contacto directo con la naturaleza. El jardín de infancia, así, más que en una institución escolar, se convertía en una extensión del hogar en el que los docentes tenían el papel de guía y amigo. Para que la función docente fuera óptima, era imprescindible tomar conciencia de que cada niño se desarrolla de una manera distinta, y atender a dichas diferencias.

Antes de fundar el primer jardín de infancia, Fröbel había expuesto de manera sistemática los principios de su concepción pedagógica en la obra La educación del hombre (1826). En ella, afirmaba que la finalidad última de la educación debe ser lograr que la persona alcance la clara y absoluta visión de sí misma que le permita conocer su verdadera vocación y desarrollarla de manera libre y espontánea.

Consideraba que la principal herramienta para no solo respetar, sino también estimular las capacidades creativas del niño era el juego. Gracias al juego, el niño desarrolla con mayor intensidad las destrezas físicas y conocimientos sociales que le permitirán mantener una relación cordial con el mundo una vez alcanzada la edad adulta. El juego, según Fröbel, es el producto más puro y espiritual de las personas a temprana edad. La educación, por tanto, en los primeros años, debe tolerar y permitir el libre desarrollo del juego en los niños. Cualquier tipo de imposición que impida la espontaneidad supondrá un obstáculo en su desarrollo. 

En La educación del hombre, Fröbel expuso de manera sistemática una concepción pedagógica basada en el juego en la temprana edad

Para permitir que el juego siguiese conduciendo el desarrollo del niño, Fröbel diseñó su modelo educativo en torno a una serie de actividades físicas y mentales que incluían el canto y el baile y, por supuesto, la jardinería. Asimismo, los docentes utilizaban diversos materiales como el papel y los tejidos para que los niños pudiesen representar, con ellos, las formas que les rodeaban. De esta manera, su desarrollo cognitivo y motriz iban emparejados y se hacían eminentemente prácticos. 

Tras la muerte de Fröbel, los jardines de infancia se extendieron por toda Europa entre 1850 y 1860. En las siguientes décadas llegaron a Estados Unidos, Japón y Rusia, impactando de manera notable en todo lo relacionado con la educación artística. En la actualidad, si bien se mantiene el nombre de jardín de infancia para designar los establecimientos dedicados a la educación preescolar, la fidelidad al modelo pedagógico desarrollado por Fröbel se ha diluido en parte.