Categoría: Uncategorized

Cuatro pódcast clave sobre activismo social

El activismo también se hace en los pódcast, un formato que acerca a los oyentes a historias de lucha e injusticia y que nos ayuda a comprender y mejorar nuestra sociedad.


En los últimos años, el pódcast se ha convertido en una de las principales vías de comunicación y difusión de contenido, y no deja de crecer. Según el último informe de la plataforma iVoox, un 36,21% de los 3.600 encuestados afirma escuchar más pódcast que el año pasado, o lo hace con la misma asiduidad que el año anterior (54,05%). Heredero de la radio, sirve para entretener y divulgar, pero también para concienciar: y es que muchos activistas están aprovechando el tirón de este nuevo formato para dar a conocer su trabajo y las diversas causas e injusticias sociales que cada día afectan a millones de personas en el mundo. Así, a golpe de click y desde cualquier lugar podemos aprender y concienciarnos sobre temas como los derechos humanos, la violencia de género o el cambio climático. 

A continuación, presentamos cuatro pódcasts que pueden ayudar a comprender mejor la sociedad en la que vivimos y, por qué no, suponer el primer paso hacia el cambio.

¿Quién dijo miedo? 

Con ocasión del 75 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la organización Amnistía Internacional ha presentado este pódcast en el que se da voz a diversos activistas por los derechos humanos, que cuentan sus historias de vida y lucha. Sus perspectivas nos ayudan a entender muchos de los conflictos activos en el mundo y a obtener información real de primera mano.

 

 

Greenflags 

El pódcast impulsado por la organización ecologista Greenpeace, tiene como presentadora a Andrea Compton que, en cada edición, recibe a una personalidad diferente para charlar sobre temas como el reciclaje, los incendios forestales o la pobreza energética. Así, podremos conocer los problemas a los que se enfrenta nuestro planeta mediante informaciones contrastadas y explicaciones dadas en un tono muy ameno.

 

 

Yonki 

Oihan Iturbide dirige este espacio de entrevistas en el que escucharemos los testimonios de investigadores de las adicciones y también de personas que han padecido adicción a las drogas, al juego, a la pornografía o al trabajo. Las palabras de los entrevistados nos ayudan a comprender mejor un tema que afecta a millones de personas en el mundo y especialmente a personas en situación de vulnerabilidad, y sobre el que aún hoy cunde la desinformación. El propio Iturbide describe así el propósito del pódcast: «conocer para reconocer».

 

Jaula de oro

Este pódcast de la plataforma Podimo cuenta la historia de Gabriela (nombre ficticio), una mujer maltratada de clase alta que se ve envuelta en una trama de corrupción por culpa de su pareja. La narración, construida a partir de las vivencias reales de la víctima, se completa con entrevistas a expertos en violencia de género, presentando así un relato pormenorizado y contextualizado. Uno de los objetivos del pódcast, según sus creadores, es concienciar sobre la violencia de género como un problema que pueden tener todos los tipos de mujeres, también las que gozan de formación y una buena posición social.

 

Estos son solo algunos de los programas que, en formato pódcast, podemos encontrar en Internet para conocer los problemas que asolan el mundo y comenzar nuestro camino hacia una sociedad más justa.

Félix Rodríguez de la Fuente: el padre de la naturaleza

Ilustración por Valeria Cafagna

La pasión por la naturaleza de Félix Rodríguez de la Fuente lo convirtió en uno de los personajes más famosos de la televisión española. Naturalista, divulgador científico y activista, fue capaz de agitar conciencias, influyendo en la sociedad y en los gobiernos de la época sobre la importancia de cuidar la naturaleza. Más que un nombre, Félix Rodríguez de la Fuente es un legado.


Defensor de la vida salvaje y extraordinario comunicador, Félix Rodríguez de la Fuente transformó la forma en que entendemos y apreciamos la biodiversidad. Nacido en Poza de la Sal, provincia de Burgos, fue el divulgador medioambiental por excelencia en la España de los años setenta.

A través de documentales y programas de televisión como Planeta Azul o La aventura de la vida, transformó la percepción de la audiencia, llevándola a una experiencia casi mística de conexión con el entorno natural. Con la mítica serie El Hombre y la Tierra se convirtió en un fenómeno mediático, pionero en llevar la conservación de la naturaleza a los hogares de todos los españoles. Su característica voz, sus pausas alargadas y sus explicaciones didácticas le otorgaron un lugar privilegiado en los corazones de toda la familia.

Félix Rodríguez de la Fuente fue el divulgador medioambiental por excelencia en la España de los años setenta

Entre las muchas historias que rodean a este defensor de la naturaleza, su amistad con lobos ibéricos es una de las que más destaca. Hasta finales de los años 60, el lobo era considerado un animal peligroso, temido y perseguido. Félix Rodríguez de la Fuente utilizó todo su carisma para cambiar la percepción de la sociedad del momento, y convirtió la figura del lobo en emblema de la España salvaje, protegiéndolo y librándolo de una extinción segura.

Félix Rodríguez de la Fuente perdió la vida en un trágico accidente aéreo el 14 de marzo de 1980. Viajaba en una avioneta que se estrelló en Alaska mientras se trasladaba junto con su equipo del programa al círculo polar ártico para filmar la carrera de trineo con perros más importante del mundo. Como una desafortunada premonición, Rodríguez de la Fuente, con miedo a volar, esa misma mañana comentó: «Qué lugar más hermoso para morir». La noticia conmocionó a sus seguidores y al mundo de la conservación, y dejó un vacío irreparable en la lucha por la preservación del medio ambiente.

«Estamos destruyendo nuestro medio ambiente y si lo destruimos nos estamos destruyendo a nosotros mismos»

Más de cuarenta años después de aquel trágico suceso, la memoria de Félix Rodríguez de la Fuente sigue más viva que nunca. En 2004 se constituyó una fundación con su nombre que tiene como objetivo difundir su legado y concienciar sobre la importancia de cuidar el entorno. «Estamos destruyendo nuestro medio ambiente y si lo destruimos nos estamos destruyendo a nosotros mismos», advertía mucho tiempo atrás Félix Rodríguez de la Fuente.

La travesía incalculable de la infancia migrante

Cada año miles de niños y niñas llegan a las costas mediterráneas en busca de un futuro mejor, pero muchas esperanzas se quedan por el camino o su rastro desaparece en una travesía que puede durar años.


Aissata llegó a Mallorca en una patera con solo cinco años, tras vivir una odisea desde Guinea Bissau. Ousman pisó España después de dejar su tribu de Fiasco, en Ghana, con 13 años. Riteg cruzó el Sáhara y el Estrecho con 15 años para poder estudiar aviación…  

Aunque sus nombres, sus edades o sus orígenes difieren, todos tienen algo en común: migraron solos y eran menores de edad. Sus casos, recogidos en la prensa en los últimos años, son algunos de los que están detrás de los miles de niños y niñas que cada año se juegan la vida buscando un futuro mejor en Europa.

Según el Registro de Menores no Acompañados, en 2022 llegaron a España 11.417 menores no acompañados, una cifra que aumenta año a año. 2018 fue el año en el que más niños llegaron a territorio español sin compañía de padres, madres ni tutores legales. Y el ritmo de llegadas está aumentando a pasos agigantados superada la pandemia. 


El camino que deben recorrer, a menudo durante años, está minado de obstáculos y peligros. Por eso, muchos nunca llegan a su destino y su rastro se pierde en el olvido junto con la esperanza de sus familias. De enero a julio de este año, se calcula que al menos 289 niños y niñas han muerto o desaparecido al intentar cruzar la peligrosa ruta migratoria del Mediterráneo Central desde África del Norte hasta Europa, según UNICEF. Son una docena de muertes cada semana. Casi dos al día.

En 2022 llegaron a España 11.417 menores no acompañados, una cifra que aumenta año a año

La vía marítima es la más habitual para llegar a la península: se tiene constancia de que al menos 2.375 menores extranjeros no acompañados llegaron a España en 2022, en pateras u otras embarcaciones frágiles, aunque pueden ser muchos más. También es la vía más peligrosa: entre junio y agosto de este año, al menos 990 personas (incluidos niños) han muerto o desaparecido cuando intentaban cruzar el Mediterráneo central debido a las malas condiciones de traslado, a menudo precarias y a merced de las mafias.  A España llegan sobre todo embarcaciones procedentes de Marruecos, el Sáhara Occidental, República de Guinea, Malí o Costa de Marfil. 


«En un intento por encontrar seguridad, reunirse con la familia y buscar un futuro más esperanzador, un gran número de niños y niñas se embarcan en las costas del Mediterráneo solo para perder la vida o desaparecer en el camino», asegura Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.

Entre 2018 y 2020, en toda Europa se ha perdido el rastro de 18.000 niños y niñas que viajaban solos

Muchos otros desaparecen una vez pisan España, a menudo el primer destino de una travesía más larga hacia países del centro y norte de Europa, donde suelen tener familiares y el sistema de protección es más eficaz. Entre 2018 y 2020, se ha perdido el rastro de 18.000 menores extranjeros no acompañados en todo el continente, como reveló la plataforma de periodistas Lost In Europe. Según el Centro Nacional de Desaparecidos de España, desde 2010 han desaparecido 8.215 menores de los centros de tutela donde se encontraban. Solo en 2022 se dieron 173 casos, en su mayoría en Canarias, donde la tasa de niños, niñas y adolescentes tutelados es mucho mayor por ser uno de los principales puntos de llegadas marítimas. 


Para mitigar esta problemática, UNICEF sugiere proporcionar vías seguras y legales para que los niños y niñas migren, reforzar la coordinación en las operaciones de búsqueda y salvamentos, y mejorar los sistemas nacionales de protección de la infancia, entre otras propuestas. «Se deben tomar más medidas a fin de establecer vías seguras y legales para que los niños y niñas accedan a servicios de asilo, al tiempo que se refuerzan las operaciones para rescatar vidas en el mar. En última instancia, hay que hacer mucho más para abordar las causas profundas que fuerzan a los niños a arriesgar sus vidas en primer lugar», añade Russell.

En noviembre de 2020, la Comisión Europea adoptó un Plan de Acción en materia de Integración para los próximos años, que promueve la inclusión entre las comunidades migrantes y locales, la sociedad civil y todos los niveles de gobierno.

La magia oculta del micelio

Featured Video Play Icon

El micelio es la red que da vida a los hongos y está formada por un conjunto de filamentos muy delgados que se ramifican debajo de la tierra. Una red poco conocida pero con un peso enorme en los diversos ciclos naturales de la vida en la tierra y con una notable contribución para nuestra biodiversidad. 

 

Vandana Shiva: sembrando esperanza, cosechando futuro

Ilustración por Valeria Cafagna

El nombre de Vandana Shiva, la gran abanderada del ecofeminismo, resuena como un eco inspirador en el mundo de la agricultura ecológica y la defensa del medio ambiente. Su vida es un viaje extraordinario en la búsqueda de un mundo más justo y sostenible. 


Nacida en la India en 1952, Vandana Shiva es una destacada ecofeminista, filósofa, autora y defensora del medio ambiente. Con una pasión inquebrantable por la tierra, estudió física teórica en la Universidad de Punjab y obtuvo su doctorado en la Universidad de Western Ontario. Su amor por la ciencia y la naturaleza hizo que tuviera una comprensión profunda de la importancia de la biodiversidad.

Se convirtió en una referencia a nivel mundial en el ámbito de la agroecología gracias a su papel como activista en contra de la agricultura industrial

Criada en las colinas del Himalaya, Vandana Shiva demostró su inquietud por el medio ambiente desde muy temprana edad. Con un padre guardabosques y una madre granjera, exploraba cada día la diversidad del entorno, aprendiendo las lecciones que la tierra le ofrecía.

Sin embargo, a medida que crecía, Shiva observaba que la belleza de tu tierra natal estaba en peligro. La agricultura industrial estaba dejando cicatrices en la naturaleza, envenenando ríos y amenazando la vida de las comunidades rurales que dependían de la agricultura.

Luchadora histórica y constante

Vandana Shiva se convirtió en una referencia a nivel mundial en el ámbito de la agroecología gracias a su papel como activista en contra de la agricultura industrial. Una de las historias más destacadas de Shiva es su enfrentamiento con una poderosa corporación de agroquímicos. En la década de 1980, Monsanto intentó introducir algodón transgénico en la India. Shiva, junto con algunos agricultores locales, lideró la resistencia. Viajó por aldeas remotas, compartiendo su conocimiento sobre agricultura orgánica y la importancia de preservar las semillas tradicionales. Finalmente, lograron que el gobierno indio revocara la patente de Monsanto, una victoria de gran calado para la agricultura sostenible y la soberanía alimentaria.

Shiva: «Somos la Tierra. Lo que le sucede a la Tierra, nos sucede a nosotros»

La visión de Vandana Shiva va más allá de la agricultura. Ella entiende la Tierra como una entidad sagrada y cree que la explotación desenfrenada de los recursos naturales es la raíz de problemas globales como el cambio climático, la desigualdad y el hambre. Su mensaje es claro: «Debemos cambiar nuestra relación con la Tierra y vivir en armonía con la naturaleza si queremos construir un futuro sostenible»

Su preocupación por el medio ambiente y la justicia social le llevó a fundar Navdanya, una organización que promueve la conservación de la biodiversidad y el cultivo de semillas orgánicas. La fundación ha capacitado a miles de agricultores en prácticas agrícolas sostenibles y ha conservado cientos de variedades de semillas tradicionales que de otra manera habrían desaparecido.

El ecofeminismo como compromiso

Una parte esencial de la filosofía de Vandana Shiva es el ecofeminismo, un enfoque que combina la conciencia ambiental con la igualdad de género. La autora sostiene que la explotación de la naturaleza y la opresión de las mujeres están interconectadas. Al dañar a la Tierra, también se daña a las mujeres. Esta perspectiva nos invita a reflexionar sobre nuestras acciones y a luchar por la igualdad de género y la sostenibilidad de manera conjunta.

A través de su defensa de la biodiversidad y la resistencia a la agricultura industrial, Shiva encarna la unión entre la lucha feminista y la lucha medioambiental. En su filosofía, la Tierra es un ser viviente que forma parte de cada individuo, y su defensa de la transformación hacia un mundo libre de desigualdad, injusticia y hambre es un llamado a la acción que resuena en la lucha por un futuro más justo y sostenible. Porque como ella misma ha dicho: «Somos la Tierra. Lo que le sucede a la Tierra, nos sucede a nosotros».

Solarpunk: el poder de imaginar futuros mejores

Solarpunk es el movimiento que imagina ciudades futuristas que funcionan gracias al uso de energías renovables, plagadas de huertos y jardines urbanos y habitadas por comunidades fraternales.


En las últimas décadas han proliferado en la literatura y el cine los relatos de ciencia ficción con un marcado carácter distópico. Algunos ejemplos son el filme Gattaca o las obras El Cuento de la Criada de Margaret Atwood y Los Juegos del Hambre de Suzanne Collins –ambas adaptadas también a la gran pantalla–, o hasta la serie televisiva Black Mirror. Este tipo de ficción puede ser de gran utilidad a la hora de recordar las pasiones de la naturaleza humana, y despertar un sentido crítico con el mundo en el que vivimos, además de alertar de los serios desafíos que plantea el avance de las nuevas tecnologías y el mundo moderno. No obstante, ha generado un cierto clima catastrófico y desolador.

Ante este panorama, un movimiento cultural y artístico autodenominado «Solarpunk» trata de recuperar una cierta esperanza, especialmente en relación con la construcción de un modelo de ciudad que reconcilie al ser humano consigo mismo y con la naturaleza. Gracias a esta corriente, ya forman parte del imaginario colectivo ciudades futuristas caracterizadas por el uso de energías renovables, conectadas a través de transporte sostenible, plagadas de huertos y jardines urbanos, llenas de vida y guiadas por un espíritu de comunidad y fraternidad, en las que lo humano, la belleza, la naturaleza y la tecnología se entrelazan de forma armónica. 

Un movimiento que trata de recuperar una cierta esperanza, la construcción de un modelo de ciudad que reconcilie al ser humano consigo mismo y con la naturaleza

Este movimiento, derivado de otros géneros como el «punk», de carácter transgresor, no trata de construir modelos idílicos y utópicos para ser instaurados en una realidad histórica concreta, sino que crea relatos de pura ficción, pero que pueden servir como fuente de inspiración para construir las ciudades del futuro. En 2014 surgió un primer manifiesto impulsado por Adam Flynn, un investigador norteamericano, y desde entonces se han ido sucediendo diferentes artículos en su defensa que tratan de recoger sus principales ideas, aunque mantiene su pluralismo y heterogeneidad. Entre sus intenciones existe un claro activismo para despertar conciencias, generar sinergias entre personas y conseguir que la ciudadanía se involucre en la mejora de sus ciudades. Su mensaje va a contracorriente. No se resigna al caos y apocalipsis climático ni a que el uso de nuevas tecnologías acabe llevando a la humanidad al desastre. Imagina futuros próximos en los que precisamente estos avances técnicos sirvan para mejorar la vida de las personas, crear comunidades más cooperativas y establecer una relación de cuidado con la naturaleza. Podríamos encontrar muchos precursores en las últimas décadas –o incluso siglos atrás– que recojan estas características, pero ha sido en los últimos años cuando se han elaborado relatos de este género de una forma más consciente: un conjunto de cuentos publicados bajo el nombre de Historias ecológicas y fantásticas en un mundo sostenible, el filme de ciencia ficción After Yung o la producción animada de Disney Un mundo extraño.

Recurre a una llamativa estética naturalista que trata de buscar la belleza de comunidades fraternales y de ciudades modernas

Pero es que, además, este movimiento cultural se reivindica a sí mismo como arte en su sentido más auténtico, bebiendo de fuentes como el art noveau, y recurre a una llamativa estética naturalista que trata de buscar la belleza de comunidades fraternales y de ciudades modernas que se hermanan con la naturaleza. Así, este movimiento introduce dicha estética en sus relatos, y busca irrumpir también en la esfera del arte, la arquitectura e incluso la inteligencia artificial para recrear este tipo de urbes comunitarias, verdes y sostenibles. Su creación artística abarca desde pinturas y dibujos, ya expuestos en museos, a multitud de ilustraciones publicadas en internet. Y en arquitectura, que seguramente pueda encontrar su precedente más antiguo en los Jardines Colgantes de Babilonia, hoy en día encontramos muchos proyectos en marcha o ya construidos que podríamos englobar también bajo la influencia de Solarpunk, como los Jardines de la Bahía (Gardens by the way) de Singapur, inaugurados en 2011. 

En todo caso, Solarpunk recurre desde una actitud inconformista y provocativa a la creación literaria y artística, a la estética y la belleza, pues es precisamente a través de todo ello como es posible llegar a esa esfera que trasciende el mundo discursivo, y que apela a lo más profundo de la experiencia humana. De esta manera busca despertar conciencias de personas que quieran construir comunidades fraternales y hermanadas con la naturaleza. 

Especies exóticas, un problema ambiental y de salud pública

Uno de cada siete mamíferos exóticos rescatados por la organización internacional Animal Advocacy and Protection portaban patógenos peligrosos para el ser humano tras haber sido utilizados como animales de compañía.


A más de uno le parecieron divertidas las primeras cotorras argentinas que aparecieron en los parques de nuestras ciudades. A todos nos resultaron exóticas. Y es que esta ave, al igual que la cotorra Kramer, también ya habitual de nuestras ciudades, es originaria de Sudamérica. Se trata, por tanto, de una especie exótica para nuestro entorno cuya entrada en la península ibérica la propiciaron personas que las compraron para tenerlas como mascotas. A día de hoy, la plaga de estas aves parece imparable. Tanto que comienzan a rebasar los límites de las ciudades y arrasan cultivos agrícolas a la vez que, dada su agresividad, desplazan a especies autóctonas. Mientras tanto, en sus lugares de origen, se encuentran entre los tipos de ave con las expectativas de supervivencia más bajas del planeta.

Cotorras argentinas o de Kramer, serpientes pitón, iguanas, mapaches, varanos, jinetas o murciélagos. Son sólo algunas de las especies exóticas que, justamente por serlo, han sido compradas, en los últimos años, por muchos conciudadanos. Muchas de estas especies forman parte del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras cuya tenencia está prohibida por representar un gravísimo peligro para la diversidad biológica autóctona.

Muchos animales exóticos son portadores de patógenos zoonóticos que pueden transmitirse al ser humano provocando enfermedades de difícil cura.

Pero, más allá del riesgo medioambiental que suponen dichas especies, existe también el peligro de que transmitan enfermedades de difícil cura al ser humano. Un ejemplo es el caracol gigante africano, un exótico molusco de enorme tamaño que alcanzó una tremenda popularidad como mascota hace unos años. El problema surgió al descubrirse que dicho molusco es el principal transmisor del parásito Angiostrongylus Cantonensis, que causa meningoencefalitis entre las personas. 

Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 75% de las patologías infecciosas son de origen animal. Por su parte, la organización Animal Advocacy and Protection (AAP), que protege el bienestar de los mamíferos exóticos en Europa, realizó un estudio en 2021 sobre 340 especies de mamíferos exóticos rescatados de la tenencia privada o del abandono. Uno de cada siete de estos animales portaba patógenos zoonóticos, esto es, que pueden transmitirse al ser humano, siendo altamente peligrosos para su salud.

Lamentablemente, se continúan pagando cantidades muy elevadas para adquirir animales exóticos. A día de hoy, el tráfico de animales es el tercer negocio más lucrativo del mercado negro global. Quienes trafican con dichos animales, y quienes los adquieren, no parecen ser conscientes del peligro que suponen para nuestros ecosistemas y nuestra salud. En su mayoría, se trata de especies con una alta capacidad de adaptación que, una vez en libertad, acaban desplazando a las especies autóctonas poniendo en riesgo el equilibrio medioambiental, además de ser un importante reservorio de virus, bacterias y parásitos zoonóticos.

Las cotorras que invaden nuestras ciudades, han alcanzado el entorno rural causando expulsando especies de animales autóctonos.

España ya sufre la invasión de ciertas especies exóticas como las cotorras en ciudades como Madrid, Varanos en jardines urbanos de Cataluña, cerdos vietnamitas cerca de la ciudad de Zaragoza o mapaches y galápagos de Florida en Mallorca, son solo algunos de los ejemplos más peligrosos. 

La legislación comienza a ser más restrictiva en lo relativo al comercio y tenencia de animales exóticos, pero aún lo hace únicamente a través de listados negativos como el antes citado catálogo de especies invasoras. Medidas como una mayor dureza en las sanciones son imprescindibles para poner fin a los innecesarios riesgos que este comercio supone para las personas, el medio ambiente y la supervivencia de los propios animales objeto de la transacción.

Cinco discursos sobre la igualdad de género que han hecho historia

Rigoberta Menchú: La voz indígena por la justicia social

Activista indígena guatemalteca, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1992 por su lucha contra la opresión y la violencia en su país. En su discurso de aceptación, Menchú habló de la situación de los pueblos indígenas, especialmente de las mujeres que sufren doble discriminación por su origen y por su género. Afirmó que “la mujer indígena es la depositaria de una cultura milenaria y su papel es fundamental para la preservación de la identidad y la diversidad cultural”. 

Su discurso traspasó fronteras y se convirtió en una llamada a la acción para proteger los derechos humanos y promover la igualdad en todas las comunidades, independientemente de su origen étnico o género.

Malala Yousafzai: La educación como poder transformador

Malala Yousafzai sobrevivió a un atentado talibán por defender el derecho a la educación de las niñas con tan solo 15 años. Esta joven paquistaní se convirtió en la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz. Un acto en el que conmocionó al mundo hablando de su experiencia personal y del sueño de ver a todas las niñas en las escuelas: “Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo. La educación es el único camino para el progreso y la paz”. Yousafzai dejó claro que la educación no solo es un derecho fundamental, sino también una herramienta vital para empoderar a las mujeres y romper los ciclos de pobreza y desigualdad. 

Emma Watson, #HeForShe y la lucha conjunta por la igualdad

La actriz británica, popularmente conocida por dar vida a Hermione Granger en la saga Harry Potter, fue nombrada embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres y lanzó la campaña HeForShe, que busca involucrar a los hombres en la lucha por la igualdad de género. En su discurso en la sede de Naciones Unidas, Watson enfatizó que la igualdad no es solo un asunto de mujeres, sino una cuestión que afecta a toda la sociedad. Afirmó que “si las mujeres pueden participar en todos los aspectos de la sociedad, los beneficios serán para todos. Quiero que los hombres se pongan esta camiseta, para que sus hijas, hermanas y madres puedan estar libres de prejuicios”. Su grito a la solidaridad y la acción resonó en todo el mundo, invitando a las personas a ser agentes activos del cambio. 

Michelle Obama, la primera dama de la igualdad

“Cuando alguien te menosprecia o te trata mal por ser mujer, no te rebajes a su nivel. Cuando te enfrentes a obstáculos o dificultades, recuerda siempre que eres poderosa e inteligente”. Así de contundente fue Michelle Obama, primera dama de Estados Unidos entre 2009 y 2017, en su discurso en la Convención Nacional Demócrata, donde apoyó la candidatura presidencial de Hillary Clinton. Durante su mandato, Obama prestó gran atención a la lucha por la igualdad y el empoderamiento de las mujeres, valores que quería transmitir a sus hijas y a las futuras generaciones. Un ejemplo de ello es el proyecto “Lets Girl Learn”, asociación impulsada por el matrimonio Obama que lucha por garantizar el derecho a la educación de las menores de edad de todo el mundo. 

Chimamanda Ngozi Adichie, el feminismo como meta

La autora nigeriana Chimamanda Ngzi Adichie realizó un impactante discurso titulado “Todos deberíamos ser feministas” durante el TEDxEuston en 2012, donde exploraba la importancia del feminismo en la sociedad moderna y sus complejidades, ilustrando cómo las nociones preconcebidas de género limitan las oportunidades y perpetúan la desigualdad. “El feminismo no es solo una lucha de mujeres, sino una causa que busca liberar a hombres y mujeres por igual de las limitaciones”. La autora destacó cómo desde una temprana edad, las expectativas y roles de género son impuestos en la sociedad perpetuando normas y estereotipos perjudiciales. Adichie afirma que el feminismo no es un movimiento de confrontación, sino una búsqueda de igualdad y justicia.

David Attenborough, una vida dedicada a la lucha ambientalista

Su vocación por la defensa del planeta comenzó en la niñez cuando buscaba los secretos de la Tierra guardados en los fósiles. Hoy, su obra es un referente del cuidado medioambiental en la lucha contra el cambio climático.

Cuando David Frederick Attenborough (Londres, 1926) nació, la información sobre el pasado de las plantas, los animales y el planeta solo se encontraba en los libros y…, por supuesto, en las piedras. Y precisamente así fue como él, hoy considerada una de las voces más reconocidas de la defensa planetaria, comenzó a descubrir los grandes secretos de la vida en la Tierra. Desde entonces brotó dentro de él la fascinación por saber cómo era y había sido el mundo y qué podíamos hacer para preservarlo.

A los 12 años ya coleccionaba pequeños pedruscos y plantas y fue precisamente a esa edad cuando una de sus hermanas le regaló una piedra de ámbar con insectos fosilizados en su interior. Aquel gesto despertó en él, aún más, la imperiosa necesidad de hurgar en el ayer para saber cómo hemos cambiado como especies y cuál ha sido la huella que hemos dejado en la historia del planeta.

Actualmente, los documentales que ha dirigido y producido son un referente de la divulgación naturalista universal. Pero antes de consolidarse como uno de los ambientalistas más importantes de todos los tiempos, los primeros pasos profesionales de Attenborough fueron filmando y contando cómo eran los entornos naturales hacia mediados del siglo pasado (incluso en los tiempos en que las pantallas eran en blanco y negro). Eso, por supuesto, lo hizo después de obtener el grado en Ciencias Naturales por el Clare College de la Universidad de Cambridge.

Su vocación no pudo esperar e, inmediatamente después de concluir sus estudios universitarios, el joven David salió a recorrer el planeta. Mostró al resto del mundo escenas nunca vistas de frondosas selvas, desiertos enigmáticos, océanos inmaculados por la vorágine humana, bosques espectaculares e islas solo conocidas por la imaginación de quienes las habían descrito en relatos épicos y mapas. Pero eso solo es una parte de lo que yace en su inabarcable hemeroteca, pues en el resto de sus piezas audiovisuales, sobre todo en las más recientes, como A Life on Our Planet (2020), el protagonismo es para la ya innegable alerta medioambiental. Por ejemplo, en esa producción aparecen fotografías y vídeos de ecosistemas, especies animales y rincones del mundo que ya no existen. Ese trabajo bien podría ser la continuación de obras legendarias que lo llevaron al reconocimiento internacional, como A Life on Earth (1979), A Living Planet (1984), The Trials of Life (1990), The Life of Mammals (2002) y Life in the Undergrowth (2005).

Una voz ineludible contra el cambio climático

Tras siete décadas de una incesante labor documental y de divulgación científica y naturalista (cabe destacar que fue director de programación de la BBC en las décadas de los sesenta y setenta), David Attenborough actualmente se encuentra dedicado al activismo medioambiental.

Su discurso de 2021 en la COP26, en Glasgow, en la que fue designado defensor del pueblo, fue más que conmovedor: una última llamada de atención sobre lo que podría suceder en la Tierra si no hacemos algo para frenar el calentamiento global: nada más y nada menos que la sexta extinción masiva en la historia del planeta. Esa idea ya la había expuesto un año antes en A Life on Our Planet, donde deja muy claro que, de no cumplir con los objetivos de descarbonización para 2050 y no frenar la subida de temperatura global, el escenario planetario no será muy distinto al de un apocalipsis. Al margen de esas predicciones catastróficas, Attenborough presentó en ese documental el análisis de cuántas hectáreas de ecosistemas sanos hemos ido perdiendo década a década. ¿Su conclusión? Hoy tenemos menos de la mitad de los entornos naturales que existían hace setenta años.

En aquella intervención también subrayó la imperiosa necesidad de crear una nueva revolución industrial, una en la que la sostenibilidad sea la columna vertebral del modelo económico. “De lo contrario, todos los esfuerzos hacia la descarbonización serán inútiles”, dijo al respecto. Pero sus palabras también estuvieron cargadas de esperanza, pues dejó sobre la mesa la idea de que estamos en un momento excepcional para construir un nuevo mundo, uno más igualitario entre las distintas poblaciones, además de uno más sostenible, circular y sano. Es decir, tenemos la oportunidad de crear un nuevo mundo en el que la humanidad pueda convivir de manera más armónica con el entorno natural.

Como no podía ser de otra manera, su labor por el cuidado de los ecosistemas y la lucha ambientalista le ha valido incontables distinciones. Entre las más destacadas se encuentran el premio Princesa de Asturias, el premio Desmond Davis de BAFTA, el premio Kalinga de la Unesco, el premio Fonseca, el premio Primetime Emmy como mejor narrador, además de haber sido reconocido como Comendador de la Orden del Imperio Británico por sus servicios prestados a la conservación de la naturaleza. Por si fuera poco, este año fue nominado para el Premio Nobel de la Paz.

Hoy, sin duda, David Attenborough es una de las voces con mayor peso en la defensa del planeta. Sus más de setenta años recorriendo y documentando cada rincón del mundo, a cada especie, a cada población, lo avalan como una voz ineludible para el proyecto global (en un futuro muy cercano) en el que las personas y los ecosistemas puedan convivir en armonía y prosperidad.

¿Podemos juzgar a una inteligencia artificial?

Los nuevos avances en tecnología y su inclusión en el mercado plantean grandes retos normativos. ¿Qué ocurre si una empresa contrata una IA y esta no termina de ofrecer el servicio contratado?, ¿y si un usuario ve violada su privacidad?

A medida que la sociedad avanza y las nuevas tecnologías toman el mando del presente, son numerosos los sectores que se ven en la necesidad de adecuar su actividad a la nueva realidad. Adaptar a los nuevos tiempos el marco normativo de cada nación es una cuestión tan necesaria como compleja, especialmente si se tiene en cuenta el surgimiento de aspectos y figuras jurídicas antes nunca consideradas y que demandan un análisis reposado y justo. 

La inteligencia artificial (IA) es una combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano

Es el caso de una de las tecnologías que más rápidamente se ha integrado a nivel productivo y social: la inteligencia artificial (IA), una combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas con las mismas capacidades que el ser humano. Este avance, que supone un evidente aumento de la eficacia y una optimización del trabajo, implica también un auténtico reto a nivel normativo a la hora de sentar jurisprudencia sobre una tecnología tan novedosa y diferente, en fondo y forma, a las anteriormente recogidas por los reglamentos internacionales. ¿Qué ocurre si una empresa contrata un servicio de IA y este no termina de cumplir el objetivo para el que fue adquirido?, ¿cómo se define esa compensación?, ¿y si un usuario ve violada su privacidad?, ¿quién pone los límites y controla la responsabilidad del productor?

Conscientes de la importancia de abordar esta situación de una forma inmediata, desde las altas instituciones internacionales han comenzado a trabajar en una normativa que sirva como medida de protección para todos los agentes involucrados en estos nuevos procesos. La premisa es clara: hay que fomentar el uso de estas tecnologías, que además de facilitar los procesos también los hacen más sostenibles y resultan claves en la ambicionada economía circular. Fomento, sí, pero con control. 

Bajo este propósito, la Comisión Europea publicó el pasado mes de septiembre una normativa de responsabilidad adaptada a la nueva era digital y que supone un avance en lo que a seguridad jurídica con respecto a la IA se refiere. De esta manera, las normas revisadas velarán por que las víctimas de una mala inversión puedan obtener una compensación justa cuando los productos sean defectuosos o provoquen daños o perjuicios. Una renovación normativa a la que se suma también la propuesta de una armonización específica de las reglas nacionales sobre responsabilidad civil en materia de IA, ayudando así a que las víctimas de daños relacionados con estas tecnologías puedan obtener una indemnización. 

Vera Jourová: «Queremos que las tecnologías de IA prosperen en la Unión Europea. Para que esto ocurra, las personas necesitan confiar en las innovaciones digitales»

En resumidas cuentas, con esta actualización se garantiza a los usuarios y consumidores el beneficiarse de las mismas normas de protección cuando se ven perjudicados por productos o servicios de IA que cuando se producen daños en cualquier otra circunstancia. Esto incluye cuestiones como la creación de unas condiciones de competencia más equitativas entre los fabricantes de la Unión Europea y de terceros países, la igualdad de trato a los consumidores frente a los fabricantes o un acceso más fácil a las vías de recurso para posibles víctimas. «Queremos que las tecnologías de IA prosperen en la Unión Europea. Para que esto ocurra, las personas necesitan confiar en las innovaciones digitales», sintetiza Vera Jourová, vicepresidenta de Valores y Transparencia en la Comisión Europea. 

Resulta evidente que el progreso es un cúmulo de constantes cambios. Es ahí, dentro de esa transformación y con el objetivo de potenciarla, donde disponer de una normativa responsable y garante de seguridad es esencial. De ello dependerán, en buena parte, las aspiraciones de futuro de las próximas generaciones.