Al noreste de Extremadura discurre el gran río Tajo, también una de las principales líneas de alta tensión de Red Eléctrica de España, que lleva la electricidad a todos los rincones del territorio. Hace apenas unas semanas, los vecinos de esta zona fueron testigos de un hecho inédito: en una de las torres eléctricas nació una cría de alimoche. Se trata de la primera vez en España y en toda Europa que esta especie logra reproducirse con éxito en los apoyos de alta tensión, según los registros. Los expertos consideran este hallazgo un avance importante en la convivencia de la avifauna y las infraestructuras eléctricas; una alianza cada vez más frecuente.
Las grandes rapaces y otras especies de aves suelen encontrar en los apoyos de alta tensión –que superan los 40 metros de altura– un refugio seguro y un mirador perfecto para otear el horizonte, advertir la presencia de posibles competidores y ampliar su área de dominio. Sin embargo, lo realmente relevante es que las infraestructuras eléctricas se están convirtiendo en verdaderas aliadas en la conservación y preservación de la avifauna.
Además del caso de la pareja de alimoches que han logrado reproducirse hay otras buenas noticias en este sentido. Desde 2011, Red Eléctrica colabora en un proyecto dirigido por la Fundación Migres y la Junta de Andalucía, cuyo objetivo es recuperar el águila pescadora en Cádiz, que desde los años 80 no se reproducía en la zona. Desde la puesta en marcha de la iniciativa, 30 pollos han logrado volar de estos nidos. Además, recientemente, la asociación conservacionista GREFA ha anunciado el nacimiento de dos pollos de buitre negro en la Sierra de la Demanda, tras tres años de trabajo conjunto entre dicha asociación, Red Eléctrica, la Junta de Castilla y León y otras administraciones de otras comunidades. Gracias al proyecto, tras medio siglo extinguido, el buitre negro ha vuelto a criar en el Sistema Ibérico.