Un reciente estudio en el que participaron el Museo Nacional de Ciencias Naturales y el Instituto de Ciencias Forestales ha demostrado que, si el número de especies en un bosque aumenta, entonces también lo hará la productividad y la estabilidad de ese ecosistema.
“En lo puro no hay futuro”, reza un viejo dicho. No son pocas las situaciones en las que esa máxima enaltece las bondades de la diversidad. Y una de ellas tiene que ver con un reciente descubrimiento científico que demuestra que un mayor número de especies de árboles dentro de un bosque aumenta su productividad. En pocas palabras, que la diversidad es la gran apuesta para el futuro de los bosques.
A grandes rasgos, esa es la conclusión de un reciente estudio internacional en el que participaron el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y el Instituto de Ciencias Forestales (ICIFOR). De forma más concreta, ese trabajo académico revela que la producción en los bosques aumenta un 6%, y la estabilidad del crecimiento un 12%, con solo añadir una especie más. En esa investigación se analizaron 261 parcelas o rodales (conjunto de plantas que pueblan un terreno diferenciándolo de los colindantes) distribuidas a lo largo de una extensa área geográfica muy representativa de las condiciones climáticas que prevalecen en el continente europeo.
Además, el equipo de esa investigación ha analizado la capacidad de respuesta de los bosques ante los cambios ambientales, y lo hizo tanto en bosques mixtos como en los que solo vive una especie. Y los resultados fueron asombrosos, de tal manera que sugieren nuevas medidas para combatir los drásticos efectos del calentamiento global.
La diversidad de especies arbóreas mejora la calidad de los bosques
Una solución eficaz contra los efectos del cambio climático
Una de las grandes revelaciones de este estudio fue que el efecto de la temperatura en la desestabilización del crecimiento de los rodales puede mitigarse mezclando especies. “Hemos confirmado que la asincronía en el crecimiento de las diferentes especies es el principal impulsor de la estabilidad temporal en rodales mixtos, ya que diferentes especies tienen respuestas y requerimientos distintos en cada momento, por lo que la masa forestal termina respondiendo mejor ante las perturbaciones ambientales”, explica Miren del Río, investigadora del ICIFOR.
Gracias a este trabajo, ya sabemos que los bosques que cuentan con mezclas de especies son más resistentes a los cambios ambientales. Eso también lo afirma Andrés Bravo, del MNCN, pero aclara que introducir muchas especies de árboles en muchos lugares, y todo eso en poco tiempo, no es algo que se pueda hacer sin alguna directriz o proyecto. Sin embargo, pese a ser muy cauto en cuanto a las formas en las que se pueden ir introduciendo más especies arbóreas a distintos bosques, el experto confirma que la mera introducción de una sola especie en un bosque, algo relativamente sencillo, se traduce en mejoras sustanciales.
Un mayor número de especies de árboles resulta una medida realista y efectiva contra los efectos del cambio climático en los bosques europeos
La diversidad: una medida efectiva y realista contra los dramáticos efectos del cambio climático. Así lo define la investigadora Miren del Río, lo cual pone en relieve las propiedades asociadas a la combinación de especies y da como resultado ecosistemas más productivos, eficientes y temporalmente estables. “Hemos logrado demostrar el valor de los bosques mixtos como una alternativa para mejorar la producción y la estabilidad del crecimiento, esenciales para mantener los servicios ecosistémicos asociados con el nivel y el ritmo de crecimiento de los bosques”, concluye del Río, añadiendo que los resultados del presente trabajo podrían contribuir a lograr los objetivos de las políticas ambientales de la Unión Europea.
Efectivamente, el futuro de los ecosistemas ha quedado supeditado a las medidas que se tomen para mitigar los efectos del cambio climático. Y, como se ha demostrado, la diversidad de las especies en un ecosistema resulta una de las mejores apuestas para conservar la salud de nuestros bosques, además de hacerlos más resistentes, productivos y estables.