Según la FAO, más de 2.000 millones de personas dependen de la dendroenergía para poder realizar actividades cotidianas como cocinar o calentarse. Un reflejo del potencial energético que se esconde en los bosques y, en concreto, en la madera.
Según la FAO, más de 2.000 millones de personas dependen de la dendroenergía para poder realizar actividades cotidianas como cocinar o calentarse. Un reflejo del potencial energético que se esconde en los bosques y, en concreto, en la madera.