El impacto ambiental de la moda rápida

La moda rápida está convirtiendo al sector textil en uno de los más contaminantes del planeta, con tasas de recogida y reutilización de sus desechos todavía mejorables, especialmente en países como España.


La moda es uno de los sectores que más ha crecido en las últimas décadas. El ritmo de las constantes y volátiles tendencias la ha convertido en una industria en continuo desarrollo, pero también en una de las más contaminantes del mundo. Se calcula que la industria textil es ya responsable del 10% de las emisiones globales de dióxido de carbono y de nada menos que el 20% del desperdicio de agua potable del planeta.

Por eso, el Parlamento Europeo presentó en febrero de 2024 una serie de ideas para modificar la normativa sobre residuos textiles. La revisión pretende introducir sistemas para ampliar la responsabilidad de las empresas del sector en el mercado único europeo y que, entre otras medidas, tengan que hacerse cargo de los costes de la recogida selectiva, la clasificación y el reciclaje.

La industria textil es responsable del 10% de las emisiones de CO₂ y del 20% del desperdicio de agua potable del planeta

Los europeos consumen de media casi 26 kg de textil cada año y se desprenden de unos 11 kg, que en su mayoría (87%) son incinerados o depositados en vertederos, según datos del propio Parlamento. Con estas medidas, se pretende reducir esa tasa y el impacto ambiental que el consumo de la moda rápida ha traído consigo.

En Europa, el textil es el quinto sector que más emisiones genera entre todos los que suministran a los hogares, con una media de 100 toneladas de CO, lo que supone el 7% de las emisiones totales. Está por detrás de la vivienda, el transporte o la comida, pero por encima de la restauración, el ocio o el sector de la salud, según datos de la Agencia Europea del Medioambiente.

Para elaborar una sola camiseta de algodón se necesitan 2.700 litros de agua dulce: la misma cantidad que una persona bebe en dos años y medio. En total, la elaboración de las prendas de ropa en Europa provoca un gasto de 4.024 millones de metros cúbicos de agua, más que el que se usa en los restaurantes y hoteles o incluso en los hogares, según la misma organización

Pero el impacto ambiental de la ropa no se mide solo teniendo en cuenta su elaboración, también su vida útil. El destino de las prendas que salen del armario por haberse quedado viejas o pasadas de moda es otra de las claves para contribuir a un sector sostenible. Por eso, el Parlamento Europeo quiere que los países de la UE estén obligados a recoger los textiles por separado antes del 1 de enero de 2025 para su reutilización y reciclaje.

Solo el 39% de la ropa que se desecha en Europa se recoge para su reciclado y reutilización

Solo en Europa, se generan cada año 390.000 toneladas de residuos textiles cada año, de los cuales únicamente el 39% se recoge para su reciclado y reutilización, aunque existen grandes diferencias entre regiones. Mientras países como Alemania o Suecia recopilan un 62% de su textil para darle una segunda vida, en España esta cifra se queda en el 21%, muy por debajo de la mayoría de países de su entorno, como podemos ver en el mapa.

En España, la Ley de Residuos aprobada en 2023 prohíbe la destrucción de excedentes textiles y prioriza la reutilización, siendo el objetivo principal alcanzar el 55% del reciclado en 2025. En la última década, la cantidad de residuos de ropa y otros materiales textiles recogidos ha ido aumentando exponencialmente, pasando de las poco más de 4 toneladas en 2010 a las 35.000 en 2020, según datos del INE

Con estas iniciativas legislativas, se pretende ir más allá de la mera concienciación del consumidor y que las empresas sean también agentes activos a la hora de construir un sector de la moda más sostenible y respetuoso con el planeta.