Pediatras, investigadores y organizaciones civiles se han unido para formar la Alianza Global para Renaturalizar la Salud de la Infancia y la Adolescencia (GRSIA), que impulsará la prescripción de la naturaleza para nuestros menores.
El Comité de Salud Medioambiental (CSMA) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha realizado un profundo análisis de la conexión existente entre la infancia y su entorno natural. Los resultados son demoledores. Solo de uno a dos de cada cuatro niños juegan a diario al aire libre, cuando en la generación de sus padres eran tres de cada cuatro. A nivel global, el 75% de los escolares de entre 7 y 17 años tiene lo que se conoce como ‘déficit de contacto’ con la naturaleza. El 25% de la infancia y adolescencia apenas sale alguna vez al mes a jugar al aire libre y solo el 25% visita un parque urbano diariamente.
En la actualidad, solo el 25% de la infancia y adolescencia realiza visitas lúdicas a un parque urbano de manera diaria
Profundizando más, investigaciones médicas recientes señalan el deterioro y la contaminación de nuestros ecosistemas como una de las causas principales del número de muertes y daños de salud crónica. Esto es, a mayor deterioro medioambiental, mayor deterioro humano. Y la manera de reconducir esta deriva radica en prestar mayor atención “natural” a las generaciones más jóvenes.
La conexión con la naturaleza de nuestros jóvenes está, evidentemente, en peligro. Y las consecuencias de dicha desconexión son dramáticas. Esto es lo que se planteó el CSMA para formalizar, coincidiendo con la reciente COP27, una alianza con pediatras, investigadores y científicos medioambientales, empresas, instituciones y organizaciones civiles orientada a revertir la situación. De esta manera, nace la Alianza Global para Renaturalizar la Salud de la Infancia y Adolescencia (GRSIA). El objetivo de dicha Alianza no deja lugar a dudas: conectar la salud de nuestros menores con la del planeta y su biodiversidad, prestando especial atención a aquellos que habitan en entornos urbanos.
Juan Antonio Ortega, coordinador del CSMA, señala que “los niños deberían pasar al menos una hora diaria en el entorno verde natural más cercano para satisfacer sus necesidades fisiológicas y favorecer un desarrollo saludable”. Él, junto con el resto de los integrantes del CSMA, ha puesto sobre la mesa el concepto de déficit de contacto con la naturaleza (DCN), revelando las dramáticas implicaciones que tiene en la salud de nuestros menores.
El primer objetivo que se ha planteado el CSMA es trazar un mapa que revele los niveles de conexión con la naturaleza de los niños y adolescentes de nuestro país, realizando un concienzudo análisis de datos entre 10.000 escolares españoles. Dicho estudio comienza a dar sus frutos, y estos no invitan a la celebración, sino a la búsqueda urgente de soluciones. Durante abril del presente año, el estudio se centró en 3.800 escolares de la región de Murcia, y no solo reveló un alto grado de DCN entre ellos, sino que, además, evidenció la intensa desconexión con la naturaleza de dichos escolares a medida que van creciendo.
Identificado el problema, solo queda recurrir al remedio que, en este caso, es claro. La Alianza GRSIA ha comenzado a desarrollar todo un sistema de ‘prescripciones’ de naturaleza para nuestra infancia y adolescencia.
El contacto con la naturaleza aumenta la sociabilidad de los menores, les evita procesos de ansiedad y mejora su rendimiento escolar
Volviendo a la relación directa entre el deterioro medioambiental y el de la salud humana, la CSMA concluye que el contacto temprano y sostenido con la naturaleza puede disminuir de manera importante la mortalidad global, pero que, además, contribuye a que niños y adolescentes aumenten la sociabilidad, rechacen las conductas agresivas, no sufran de ansiedad, mejoren el sueño, el desarrollo neuronal, las habilidades motoras y el rendimiento escolar, entre otros muchos beneficios.
De esta manera, la Alianza GRSIA ha comenzado a diseñar las prescripciones de naturaleza que ayudarán a pediatras y otros profesionales de la salud a revertir la situación de desconexión con el medioambiente que impera en la infancia y adolescencia. Estas prescripciones, o recetas naturales, se adaptan a las necesidades de cada paciente e incluyen numeroso material informativo en el que se incluyen listados de actividades en espacios verdes, urbanos y naturales, cercanos a la población de residencia. De esta manera, nuestros menores podrán reconectar con el ecosistema para mejorar su salud y bienestar y, de paso, ayudar a revitalizarlo y salvarlo de la actual situación de deterioro que tan gravemente afecta a la población global.