La nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado este lunes que el próximo mes de marzo presentará una ley europea para evitar que se den pasos atrás en el camino de la neutralidad climática de la Unión Europea. La presidenta ha hecho este comunicado en el contexto de la COP25, que ha arrancado hoy en Madrid y en la que se espera que se cierren las negociaciones sobre el reglamento del Acuerdo de París, que entrará en vigor en 2020.
Hace apenas unos días, el brazo ejecutivo de la Unión Europea aprobó una resolución para declarar a la región en situación emergencia climática, convirtiéndose en el primer continente en anunciar esta situación. Ahora, tras tomar posesión el domingo, Ursula von der Leyen ha puesto sobre la mesa un plan de inversiones para poner en marcha una acción climática que se sustente en la investigación, la innovación y las nuevas tecnologías. También contempla la creación de un Fondo de Transición que garantice que nadie se quede atrás en el proceso de transformación. “Esto implicará dotar de una perspectiva climática a todos los sectores económicos”, ha anunciado la comisaria.
Otro de los ejes vertebradores del discurso que la presidenta ha pronunciado frente a los mandatarios mundiales ha sido la activación de un Green New Deal europeo que, según ha asegurado, presentará de aquí a diez días. El objetivo es convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro para 2050. “Si queremos alcanzar esta meta tenemos que actuar e implementar nuestras propias medidas ahora. Porque sabemos que esta transición necesita un cambio generacional”, ha concluido la comisaria.
“Ambición, ambición, ambición”. Con estas palabras, el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha inaugurado la Cumbre del Clima que hasta el próximo día 13 de diciembre reunirá a los líderes de todo el mundo. En este foro se acabarán de definir, en el mejor de los casos, los próximos pasos para cumplir con el pacto de limitar el aumento de la temperatura en 1,5°C. Por eso, el adelanto de las futuras medidas que aplicará la Unión Europea, cuando menos ambiciosas, abre la puerta al resto de las partes firmantes del Acuerdo de París y les invita a presentar unos planes de acción más combativos contra el cambio climático.