Ángel Bonet es fundador y presidente de ImpactCo, una compañía que asesora al empresariado para alcanzar el éxito a través de la innovación tecnológica y el impacto social responsable. También lo es de la Fundación Unlimited, que él define como un referente mundial en el ecosistema del emprendimiento social. Con casi tres décadas de experiencia a sus espaldas, ha sido reconocido como uno de “Los 40 mejores futuristas de España” por la revista Forbes. Asimismo, es autor de libros como ‘El tsunami tecnológico' y ‘Empresas que crecen con alma’.
¿Cómo definiría el éxito empresarial?
Lo definiría como aquella compañía que tiene de foco estratégico no solo el rendimiento económico, sino el impacto social y medioambiental que genera con su actividad. Es decir, son aquellas compañías que ponen al mismo nivel la rentabilidad y el bienestar que generan en su comunidad y el planeta. Ese es el verdadero éxito: darle la misma importancia al cuánto y al cómo.
En general, ¿cree que las empresas españolas son empresas con alma, preocupadas por la sociedad y el planeta? ¿Qué transformaciones urgen en el sector privado?
En general, sí. Tenemos una clase empresarial muy concienciada con su entorno, aunque lamentablemente la mayoría no puede poner en práctica su sensibilidad social o medioambiental, dado que el propio sistema capitalista les fuerza a poner el foco solo en el rendimiento económico a corto plazo, algo que ocurre especialmente con las empresas multinacionales o cotizadas.
Es urgente transformar la cultura empresarial actual hacia una economía del propósito, donde se dé la misma importancia al rendimiento económico que a su impacto social y medioambiental. Para ello, es imprescindible que todas las instituciones educativas, así como los medios de comunicación, formen e inspiren desde las bases este nuevo movimiento económico, a la vez que los gobiernos incentivan y legislan en esta dirección y los inversores canalizan sus capitales con más conciencia.
En un momento de aceleración de la digitalización, con la inteligencia artificial y herramientas como ChatGPT en pleno apogeo, ¿cómo afectan los cambios tecnológicos a la cultura empresarial?
La revolución tecnológica transforma por completo todos los negocios, como estamos viendo en las últimas décadas. La inteligencia artificial, como otras muchas tecnologías disruptivas, son plataformas que permiten crecer exponencialmente los negocios y las empresas, a la vez que permiten innovar a las mismas en soluciones sociales y medioambientales. Dicho de otra manera, gracias a las nuevas tecnologías podemos crear compañías de más éxito económico a la vez que se solucionan los grandes retos de la humanidad, tanto sociales como medioambientales.
Si no entendemos la revolución tecnológica como un elemento de mejora de nuestra sociedad, se nos puede girar en contra y amplificar el actual problema que tenemos de diferencia entre ricos y pobres (o seguir destruyendo nuestros recursos naturales, tan solo por el beneficio de unos pocos).
¿Qué valor cobra el talento humano en las empresas con alma?
La clave de las empresas con alma son las personas y sus líderes. Solo aquellas personas con sensibilidad social y conectadas con su entorno pueden ser capaces de liderar esta nueva revolución social y medioambiental. Es prácticamente imposible que una persona sin valores lidere una empresa con alma.
¿Cómo se convierte una persona en un “growth soul leader”?
Desde la educación y la formación. Necesitamos que todas las instituciones académicas formen a nuestros líderes en valores, en conciencia social y en sensibilidad medioambiental; en definitiva, en poner en el centro de todos los negocios a la persona.
Algunos sectores cuestionan la viabilidad de las compañías sostenibles o socialmente responsables. ¿Considera que este planteamiento podría frenar el avance de este tipo de empresas?
A lo largo de la historia siempre ha habido negacionistas hacia cualquier innovación o avance de la humanidad. En este caso, además, al ser una transformación tan profunda del modelo económico de los últimos 200 años, surgen con más contundencia y virulencia.
Ya existen cientos de casos que relacionan la orientación estratégica de las compañías hacia el impacto social y medioambiental, con un alto impacto en el valor de la compañía, fundamentalmente por la retención y captación de talento (al buscar un propósito el nuevo empleado), así como un aumento significativo de la demanda de estos productos y servicios por parte del consumidor y la sociedad, además de un mejor y mayor acceso a otro tipo de capitales que están buscando un rendimiento económico a la vez que social.
En todo caso, estamos al inicio de esta revolución social del modelo económico, que liderarán, como ha pasado a lo largo de la historia, los pioneros; los negacionistas, en cambio, sufrirán el castigo del mercado a largo plazo.
Las pymes constituyen el 99,8% del tejido empresarial español. ¿Cree que su propuesta de empresas que crecen con alma es extrapolable a esta categoría? ¿Qué retos encuentran las pequeñas y medianas empresas en esta transformación?
Precisamente mi libro va orientado hacia las pymes de nuestro país y del resto del mundo. Desde mi fundación Unlimited y nuestra red internacional hemos lanzado más de 15.000 empresas de impacto en los últimos 10 años. La gran mayoría de las nuevas empresas ya nacen con un sentido social y medioambiental; el reto está en transformar las existentes, especialmente las medianas y grandes corporaciones.
La ciudadanía está preocupada por la economía, pero no percibe que las empresas sean un problema, como en cambio sí sucede con los políticos, tal y como recoge el último barómetro del CIS. ¿Qué papel puede y debe jugar la ciudadanía en la consecución de un entorno económico más justo y medioambientalmente responsable?
La ciudadanía es la protagonista. Todo movimiento empieza por las bases. Si todos cambiamos nuestro estilo de vida, menos consumista y más consciente, obligaremos a transformar todas las empresas del planeta, a la vez que obligaremos a nuestros dirigentes a legislar y apoyar esta nueva economía.
Todo gesto cuenta. ¿Qué haces en tu día a día para hacer del nuestro un mundo mejor? ¿A quién compras tus productos o servicios y dónde estás dispuesto a trabajar? ¿Qué tipo de negocio estás dispuesto a crear y para qué fin? En definitiva, ¿qué tipo de persona quieres ser recordado cuando ya no estés? Dediquemos más tiempo a dar y a ser más humanos, ese es el verdadero éxito de una sociedad avanzada.