Cómo salvar la Gran Barrera de Coral

Si uno sobrevuela la costa nordeste de Australia verá cómo el agua adopta diferentes (y maravillosos) colores que invitan a sumergirse en las profundidades de un mar que esconde uno de los ecosistemas marinos más ricos y diversos de todo el planeta: la Gran Barrera de Coral, una joya biológica que está pidiendo auxilio.

Declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en el año 1981, la Gran Barrera de Coral es el mayor arrecife del mundo, con una extensión de 2.600 kilómetros y con más de 400 tipos de corales, 1.500 especies de peces y animales, y 400 tipos de moluscos. Se trata de una maravilla natural que en los últimos años se ha deteriorado notablemente debido al blanqueo de hasta el 60% de sus corales, consecuencia directa del aumento de la temperatura de los océanos.

Una cuarta parte de la biodiversidad marina vive de los arrecifes de coral

Este fenómeno es especialmente preocupante porque los arrecifes de coral tienen un valor incalculable para el planeta: una cuarta parte de toda la biodiversidad marina -potencialmente hasta un millón de especies- viven de ellos. Además, forman “barreras” que sirven de escudos que protegen las costas de las olas, las tormentas y las inundaciones. “Las llamamos células tropicales del mar por su gran riqueza en biodiversidad. Son súper ecosistemas, un activo natural increíble que no estamos tratando con cuidado”, advierte Gabriel Grimsditch miembro de la división de ecosistemas marinos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

La última voz de alarma la dio la Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral (GBRMPA) a finales del pasado marzo, cuando lanzó un comunicado alertando de blanqueos de gran severidad en más de 344.000 kilómetros cuadrados. “Es importante recordar que los corales blanqueados no son corales muertos: en los arrecifes blanqueados de forma leve o moderada hay una alta probabilidad de que se recuperen y sobrevivan en su mayoría”, apuntaba la Autoridad del Parque Marino de Australia en un comunicado esperanzador pero que urgía a la acción: “A día de hoy, el cambio climático es el mayor desafío para la supervivencia del arrecife”, apuntaba el documento.

Soluciones para salvar la Gran Barrera de Coral

Para proteger esta belleza de la naturaleza es necesario un plan de choque. Por eso, el Gobierno Australiano y el de Queensland han puesto en marcha el plan Reef 2050, que contempla una inversión de alrededor de 200 millones de dólares anuales en acciones destinadas a aumentar la resiliencia de este ecosistema marino y asegurar su supervivencia. Esta iniciativa de las administraciones australianas permite aumentar el seguimiento y cuidado de la Gran Barrera de Coral a través de la contratación de personal de vigilancia y la puesta en marcha de un mayor número de programas de monitoreo y control del ecosistema del arrecife. No obstante, además de la activación de esta hoja de ruta, las autoridades nacionales han recordado que para salvar a esta inmensa formación coralina es necesaria la implicación de toda la sociedad. Y el mundo de la ciencia no se ha hecho de rogar: en los últimos años se han activado innovadoras soluciones destinadas a solventar el problema del blanqueamiento de los arrecifes de coral. A continuación mostramos algunas de ellas.

Robots de mar

Era cuestión de tiempo que los robots llegarán también a las profundidades marinas. Un ejemplo de ello es LarvalBot, un autómata ideado por un grupo de universitarios que recolecta larvas de coral de arrecifes vivos para trasladarlas y diseminarlas en arrecifes con problemas de supervivencia

Barreras de protección

 ¿Y si se pudiera proteger una zona concreta de un arrecife en proceso de blanqueamiento mediante el uso de una especie de film transparente? Ese es el objetivo de Sun Shield, un proyecto que está testando una finísima película biodegradable que protege a los corales de la luz solar y, por consiguiente, de aguas con elevadas temperaturas que aceleran su deterioro.

Refrigeradores de agua

Medio grado más o medio grado menos puede ser fundamental para garantizar la supervivencia de los arrecifes de coral. En este sentido, enfriar el agua del mar se presenta como una alternativa para proteger estos ecosistemas. Esta es la línea en la que están trabajando un grupo de científicos de la Southern Cross University, que a través del uso de grandes turbinas están tratando de lanzar al aire cristales de sal que, al mezclarse con nubes de baja altitud, alejen los rayos del sol del agua del océano, permitiendo así enfriar el agua.

Probióticos también para el coral

Si los probióticos pueden ayudar a mejorar la salud de los seres humanos, ¿por qué no la de los corales? Eso es lo que se preguntaron los artífices de Coral probiotics, una iniciativa que pretende mejorar la supervivencia de los corales durante el estrés por el calor mediante la dispensación de probióticos.

Criopreservación

La criopreservación es un proceso por el que se congelan las células a muy bajas temperaturas para mantenerlas en condiciones de vida suspendidas durante mucho tiempo. Esta técnica, que está estudiándose en la especie humana, también se está testando en los arrecifes de coral con el objetivo de preservarlos para el futuro.

Con todo, se trata de soluciones innovadores en fase de prueba y que requerirán años para refrendar su utilidad. Sin embargo, mientras tanto, no hay que olvidar del gran poder que tiene la sociedad en la lucha contra el cambio climático y que permitiría acelerar la protección de la Gran Barrera de Coral.