La lucha contra el cambio climático y la rentabilidad financiera no están reñidos. De hecho, se trata de un matrimonio muy bien avenido en el que los inversores socialmente responsables cuentan con la garantía de que su dinero se destina y gestiona a un proyecto que cumple con criterios de respeto al entorno. Esto se llama financiación verde y ha llegado para quedarse. En 2017, Red Eléctrica se convertía en la primera empresa de Europa en incorporar criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en una operación financiera a través de múltiples agentes.
Ahora, la compañía da un paso más para el impulso de este tipo de iniciativas y crea un marco verde de financiación (Green Framework) que le permitirá la emisión de productos financieros que cumplan con todas las garantías de sostenibilidad ambiental. Las energías renovables, la eficiencia energética, con la prevención y control de la contaminación, los vehículos eléctricos o la gestión sostenible de los recursos naturales son algunos de las áreas de desarrollo de proyectos candidatos a recibir capital a través de la financiación ‘verde’ que se engloba dentro de este marco.
«En Red Eléctrica vinculamos parte de nuestra inversión a la financiación sostenible y contamos con un marco verde que nos permitirá desarrollar proyectos de esta naturaleza», señaló Tomás Gallego, director financiero del Grupo, durante las jornadas ‘Creando juntos un futuro sostenible. El reto de los ODS’ celebradas en octubre en su sede de Madrid. Según detalló Gallego en este encuentro, este marco verde de financiación también pretende diversificar la base de inversores, con el foco en los socialmente responsables y en aquellos llamados verdes; además de contribuir al crecimiento de mercados más respetuosos con el medio en que vivimos.
El marco verde de Red Eléctrica se rige bajos los Principios Verdes (Green Bond Principles), establecidos por International Capital Market Association (ICMA), y exige la garantía de transparencia en la gestión durante la vigencia del bono verde, así como la realización de informes y la revisión externa de todo el procedimiento.
«La transición energética puede ser un impulsor decisivo de este tipo de instrumentos de crédito porque la descarbonización de la economía y el incremento de las renovables conllevan fuertes inversiones a las que hay que hacer frente», concluye Gallego.