La edición anual de la Semana Mundial del Agua, celebrada en Estocolmo durante este mes de agosto, se encuentra ante un punto de inflexión. Su nuevo formato digital promete alcanzar a un mayor número de personas y convertir los retos del agua en lo que realmente son: un problema que concierne a todos. La prueba última de que la cooperación global es, ahora, más necesaria que nunca.