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Internet en la España vaciada

“Digitalizarse” no es lo mismo que “transformarse digitalmente”. La primera, como define el economista digital Marc Vidal, implica un foco de cambio, un salto hacia el nuevo paradigma. Pero «no es suficiente dado el volumen de cambios que vivimos actualmente». Digitalizados, apunta, lo estamos todos –o casi todos–. Transformados digitalmente, muy pocos: no es lo mismo registrar la contabilidad de una empresa en una base de datos que saber utilizar esa base de datos; un comercio con una página web no es sinónimo de un negocio con capacidad de vender online; tampoco una serie de materiales educativos guardados en la nube se traduce en la transformación digital del sistema educativo español. Y, por supuesto, la conexión a una red de internet no garantiza la accesibilidad al mundo digital. 

La mitad de las zonas rurales de España carecen de cobertura de redes ultrarrápidas

Esta última diferencia se hace aún más evidente en la España vaciada. Según el informe de cobertura de banda ancha del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital publicado en 2019, un 13,4% de las zonas rurales en España todavía no cuenta con acceso a Internet de al menos 30 Mbps (megabytes por segundo) de velocidad, mientras que la mitad carece de cobertura de redes ultrarrápidas –más de 100 mbps-. De hecho, todavía encontramos más de 720.000 hogares a los que el rango de cobertura de una conexión mayor a 2 Mbps no alcanza en más de un 10% de su potencia.

La brecha digital es un problema que la España rural, o la España desconectada, lleva arrastrando desde que se comenzara a hablar de digitalización. Reducirla entra dentro del Plan 300x100, presentado por el Gobierno en la primavera de 2018 con el objetivo garantizar el acceso del 95% de la población de cada provincia del país a redes de banda ancha ultrarrápida –al menos, 300 MBps–. Sin embargo, el avance del coronavirus no ha hecho más que evidenciar la urgencia de que Internet llegue a todos los rincones de nuestro país: con la deslocalización de las oficinas, los pueblos se presentan como un entorno ideal para vivir lejos de las aglomeraciones… si no fuese por la falta de conexión.

Elon Musk mira hacia los campos españoles

La necesidad de digitalizar correctamente las áreas rurales alcanza niveles internacionales y es por ello que algunas celebridades del ámbito tech como Elon Musk se han propuesto resolver el problema en los lugares más recónditos, incluidos algunos municipios de España. Así, el fundador de Tesla ha diseñado un operador que proveerá de red a los hogares a través de 1.400 satélites. Llamada Starlink, la entidad promete mayor cobertura y velocidad desde cualquier punto del país.

Además, en los últimos años han aflorado todo tipo de proyectos públicos y privados para llevar Internet a los pueblos. Más allá de las ayudas del Gobierno, en 2019 la Comisión Europea repartió a través del programa Wifi4EU varios bonos de 15.000 euros destinados a la instalación de puntos wifi en espacios públicos de municipios españoles pequeños. Por otro lado, Eurona, la multinacional española de telecomunicaciones, se ha aliado con la Asociación Los Pueblos Más Bonitos de España para premiar a través de un concurso con Internet de banda ancha ultrarrápida gratuito durante dos años a dos municipios ganadores bajo el lema ‘Internet, patrimonio de todos’.

Con esta iniciativa, la entidad pretende demostrar que, con una conexión funcional, el modelo rural puede disfrutar de las mismas oportunidades digitales que el urbano. Así, por ejemplo, nació Cowocat Rural, una asociación de coworking rural de Cataluña que integra quince espacios que funcionan en pueblos y pequeñas ciudades de la autonomía y que permiten a emprendedores, estudiantes y teletrabajadores acceder a la red. Este tipo de propuestas se multiplican por todo el país. El de Villafranca de la Sierra (Ávila) es un caso llamativo: su espacio de coworking ha conseguido aumentar la población en un 20% desde el inicio de la pandemia del coronavirus, revitalizando el entorno laboral de la zona y dándole el impulso económico que necesita. 

Red Eléctrica colabora en un innovador proyecto que llevará Internet de ultra alta velocidad a través de fibra óptica a más de 50 municipios rurales

En su compromiso con la España Vaciada, el Grupo Red Eléctrica también ha llevado a cabo numerosas propuestas para paliar la brecha digital. Sin ir más lejos, en este mismo mes, la entidad colabora en un proyecto innovador en el Nordeste de Segovia que facilita el acceso a internet de ultra alta velocidad (1.000 Mbps) a través de fibra óptica de la red de transporte a municipios con muy poca población. La iniciativa, promovida por la asociación sin ánimo de lucro Nordesnet, se está desarrollando en tres municipios del Nordeste de Segovia que suman menos de 180 habitantes: Castroserracín, Navares de las Cuevas y Cerezo de Abajo. El objetivo es ampliarlo a más de 50 localidades de la comarca donde la densidad de población es inferior a 6 habitantes por kilómetro cuadrado, la mitad de lo que la Unión Europea define como ‘desierto demográfico’.

La clave de esta estrategia es que la infraestructura pertenece por completo a los vecinos. «Igual que en otros tiempos los vecinos ayudaron a traer el agua o la luz a las casas, ahora colaboramos para traer un recurso imprescindible para la supervivencia de la comarca como es una conexión adecuada», añadía recientemente Emilio Utrilla, uno de los ingenieros que ayudó a impulsar el proyecto. Es una «hacendera digital», donde los propios habitantes, empresas y administraciones que así quieran invierten en el despliegue de la red de su localidad mientras que, los que optan por no hacerlo, pueden contratar sus servicios como a cualquier proveedor de internet. Una forma de garantizar que ningún habitante se quede fuera.

Sin embargo, este es tan solo uno de los numerosos proyectos de innovación social que Grupo Red Eléctrica está llevando a cabo en la España rural en sintonía con su Compromiso con la Sostenibilidad 2030. En el horizonte están otras iniciativas relacionadas con la ‘industria 4.0’ y las numerosas –y novedosas– aplicaciones de los satélites en el mundo rural, que permiten potenciar el ámbito económico a través del uso de esta tecnología de automatización para diseñar calendarios de riego en base a la información propiciada por estos aparatos, controlar las plagas o gestionar mejor el agua de los cultivos.

Y es que la conectividad es esencial para quienes viven en el pueblo, y para los que vuelven y se quedan. Igual que las carreteras. Así la define Antonio Calvo, director de Sostenibilidad del grupo, que insiste en que «la crisis de la COVID ha puesto de manifiesto las desigualdades digitales entre lo rural y lo urbano. No podemos hablar de acelerar la transformación digital cuando hay personas que a día de hoy ni siquiera tienen acceso a internet». La solución está a golpe de click. 

Planes para repoblar las zonas rurales

En España, uno de cada tres municipios ha perdido el 25% de su población desde el comienzo del siglo XXI.  El abandono del medio rural viene unido al envejecimiento de sus habitantes: más de 400 pueblos ya cuentan con más de la mitad de su población por encima de los 65 años, lo que los sitúa en una desagradable lucha contra reloj. El problema empieza a escalar prioridades en la agenda política aprovechando la transición sostenible que ha cogido impulso desde Europa con los planes de recuperación económica.

Algunas de las iniciativas más interesantes contra la despoblación rural provienen, sorprendentemente, de particulares. Son lo que se conocen como emprendedores rurales: personas que buscan revitalizar por completo las zonas despobladas —normalmente, de sus propias poblaciones— mediante su actividad económica. La búsqueda de formas de vida alternativas a la ciudad que ha traido la pandemia, ha hecho crecer estos proyectos emprendedores.

En el ámbito de las administraciones públicas, destaca el Plan de Medidas ante el Reto Demográfico, que cuenta con una inversión superior a 10.000 millones de euros (o, lo que es lo mismo, un 10% del presupuesto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que busca reactivar la economía del país tras la pandemia). Los objetivos de este plan pasan por mejorar la vertebración territorial del país, eliminar la grave brecha entre los mundos urbanos y rurales e impulsar actuaciones dentro de las zonas territoriales más afectadas por la urgencia del reto demográfico. Y todo ello con el fin de garantizar el acceso a los mismos servicios que se tienen en las urbes,  promover la igualdad de género,  eliminar brechas sociales y generar oportunidades de emprendimiento y actividad económica. 

El Plan de Medidas ante el Reto Demográfico cuenta con una inversión superior a los 10 mil millones de euros

Los impulsos que se asocian a este plan se incluyen en la llamada transición ecológica y digital, cuyo objetivo último es garantizar la cohesión total del país. Además, las directrices del plan pretenden llevar a cabo, en parte, una pequeña descentralización económica. Ejemplo de ello son los centros de datos, documentación y mantenimiento, sobre los que la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, destacó que “son cuestiones que no tienen que quedar en grandes capitales”. Su dispersión, según la ministra, puede llegar a crear un fuerte foco de empleo para zonas rurales que buscan dinamizarse. Algo similar ocurre con el turismo, una de las principales industrias económicas del país: el turismo sostenible es, en este plan, uno de los cimientos fundamentales para la reactivación de las zonas rurales. 

En definitiva, con este plan se pretende mejorar el atractivo del territorio rural para atraer (o mantener) a los jóvenes en estas regiones mediante iniciativas que mejoren el empleo, así como la educación, con iniciativas como la promoción de más centros territoriales de la UNED. 

Diferentes piezas para un mismo puzzle

La España vaciada ha perdido en los últimos 70 años la mitad de su peso económico, demográfico y laboral. Soria, por ejemplo, ha visto su población reducida en un 23% según cifras del Instituto Nacional de Estadística. Es por ello que desde muchas de estas regiones provienen algunas de las soluciones políticas y económicas más interesantes de los últimos años.

Un ejemplo es el que protagoniza Castilla-La Mancha, comunidad que está en pleno proceso de modificación de su Ley de Gestión Forestal Sostenible con el fin de adecuarla a la lucha contra la despoblación. Según destaca el Gobierno regional respecto a la reforma, “los montes han sido y deben seguir siendo uno de los motores de la actividad económica. No solo porque la presencia de estos bienes se encuentra ubicada en su gran mayoría en estos entornos, sino porque la gestión de los montes de forma ordenada y continua en el tiempo es una fuente de recursos y de empleo en el medio rural”. Esto no es casual: grandes áreas despobladas de la comunidad se hallan dentro de los bosques, los cuales ocupan alrededor de un 44% de su territorio y pueden encontrar en ellas la solución para hacer una gestión sostenible de los recursos naturales, estimulando con ello, a su vez, el desarrollo económico, social y demográfico.

La España vaciada ha perdido en los últimos 70 años la mitad de su peso económico, demográfico y laboral.

Ejemplo similar protagoniza también Navarra con su proyecto ECO Pueblo, un plan finalizado este mismo año que buscaba la regeneración de las poblaciones rurales aisladas mediante el desarrollo económico. Esta iniciativa, integrada en el Programa Empleaverde de la Fundación Biodiversidad, ha tenido entre sus principales objetivos lograr una mayor empleabilidad de personas en riesgo de exclusión mediante su incorporación a negocios verdes que, a su vez, están sustituyendo a negocios menos sostenibles. Este ha sido el caso de las viñas de San Martín de Unx que, a través de este proyecto, han sido reemplazadas por otras producciones más productivas y sostenibles. 

Otra de las iniciativas con más proyección es el Erasmus rural, promovido desde el gobierno central. Este programa, que se lanzará a finales del curso 2021-2022, tendrá una duración de tres meses y estará centrado en lo laboral, más que en lo académico. Su fin: “que al menos tres meses de la primera experiencia laboral de nuestros jóvenes tengan lugar en este tipo de entornos para una conexión emocional y laboral”, explican fuentes oficiales. En definitiva, diferentes formas con las que devolver a la España rural la vida que una vez tuvo.

La encrucijada de la despoblación

La despoblación se ha vuelto una de las principales amenazas para la cohesión social territorial. Los motivos son evidentes, ya que en España 39,5 millones de personas viven en el 15,9% del territorio, mientras el 84,1% restante está habitado solo por 7,5 millones. Aunque desde 1975 la población española ha aumentado en un tercio su crecimiento, este no es homogéneo, ya que el potente desarrollo económico ha creado grandes movimientos migratorios, produciendo trasvases de población que han desequilibrado no solo el propio territorio, si no las tendencias demográficas adjuntas. Es el caso, por ejemplo, de Soria, que según el Instituto Nacional de Estadística ha visto reducida su población en un 23% desde 1975. Es parte de lo que algunos llaman la “España vacía”, en contraposición con lugares como Madrid, cuyo crecimiento durante estos años es más que evidente. 

En España, 39,5 millones de personas viven en el 15,9% del territorio, mientras los 7,5 millones restantes habitan el 84,1%

Este desplazamiento hacia las zonas urbanas unido a que el envejecimiento de la población ha crecido un 30% durante los últimos años,  ha hecho que la situación se haya agravado en múltiples áreas del ámbito rural nacional, donde cuentan únicamente con ingresos provenientes de las jubilaciones. Las consecuencias ya están teniendo lugar: la renta rural no solo es alrededor de un 25% más baja, si no que el propio riesgo de pobreza es inherentemente más alto. 

Sin embargo, en los últimos meses estamos ante lo que parece será un nuevo capítulo del desarrollo rural. La pandemia no solo ha hecho que los trasvases de población comiencen a darse ahora al revés —algo posible por la expansión forzosa del teletrabajo— sino que también ha arrojado luz sobre un problema que parecía crónico y que, ahora, deja entreabierta su puerta. 

Varias llaves para una misma cerradura

¿Cómo evitar que las zonas rurales, según el INE, pierdan unos cinco habitantes cada hora? Gran parte de la responsabilidad recae en la amplia brecha que las separa de las ciudades. Parte del bienestar urbano no ha podido llegar aún a los pueblos, que no disfrutan en su totalidad de aspectos evidentes del progreso social, como la sanidad, la educación y los servicios sociales. Las soluciones pasan por una mayor inversión, necesidad que ha quedado patente con la futura implantación del próximo Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía española, ‘España Puede’, en el que se otorga un 16% del presupuesto a la “agenda urbana y rural, la lucha contra la despoblación y el desarrollo de la agricultura”. En Europa, la Red Europea de Desarrollo Rural, incluye el intercambio de contactos entre agentes del mundo rural y el apoyo a las aplicaciones de las diversas prácticas y programas de desarrollo rural de los Estados miembros de la Unión Europea. Se trata, por tanto, de una suerte de foro activo enfocado por completo al hallazgo —y aplicación— de soluciones eficaces. Ejemplo de estos programas es PADIMA, que se estructura en torno a tres pilares básicos de intercambio entre sus socios: educación (y formación), marketing territorial y diversificación económica. Un acto de concienciación que hace posible mirar al futuro con las herramientas adecuadas (y, por tanto, necesarias). 

La importancia que ahora parece haber obtenido este problema en Europa, responde quizás a la llegada a la presidencia de la Comisión Europea de Ursula Von der Leyen, quien en su discurso del Estado de la Unión ya habló del “Green Deal europeo y los fondos de recuperación Next Generation, que serán una gran oportunidad para revitalizar las zonas rurales”.  Es este último proyecto, Next Generation, el que se alza como el marco necesario para la prevista inyección de 15.000 millones de euros en ayudas para las zonas rurales. Se trata de un arma con la que poder realizar cambios estructurales (algunos, de hecho, requeridos en el Green Deal o Pacto Verde Europeo). Un impulso continental, en definitiva, que surge sobre los ecos financieros de la Política Agrícola Común, cuyas inversiones ya han ayudado a transformar las zonas verdes del continente en los años anteriores.  

Expandir las telecomunicaciones, mejorar el bienestar social y aplicar la tecnología en el ámbito económico son fundamentales para un nuevo horizonte para el mundo rural

Para paliar el abandono rural se necesitará de la implicación de todos y de medidas de diversa índole: crear una nueva red económica y mejorar la existente y, sin duda, implantar los avances tecnológicos a la mayor celeridad posible. Algo que también va en consonancia con la propia agenda europea, la cual marca que todos los ciudadanos han de tener, por ejemplo, conexiones de al menos 30 mbps para reducir la brecha digital. 

El establecimiento y expansión de las telecomunicaciones, la mejora del bienestar social —véase la cercanía de un centro médico— y el desarrollo y aplicación tecnológica en el ámbito económico —como se prevé que ocurra, por ejemplo, en la propia agricultura—, son tres de los pilares fundamentales en los que parece gestarse un nuevo horizonte para el mundo rural y el urbano, pues todos saldremos beneficiados. Es un proyecto con el que crear un continente para el futuro.

Iniciativas desde el sector privado

El sector privado (empresas y fundaciones) también se ha implicado en frenar la despoblación rural y promover el desarrollo económico de la España vacía. Un ejemplo son los proyectos que el Grupo Red Eléctrica está desarrollando en colaboración con agentes locales. Con Correos y AlmaNatura, tiene en marcha la segunda edición de Holapueblo, plataforma que pone en contacto a municipios con baja densidad de población con personas que desean realizar un cambio de vida abandonando la ciudad, instalándose en un pueblo y emprendiendo allí un negocio.  

Otra de sus iniciativas llevará acceso a internet de calidad a pueblos de Segovia poco atractivos desde un punto de vista comercial gracias a un acuerdo con Nordesnet que ya está desplegando su propia infraestructura e iluminando la fibra propiedad de Red Eléctrica. Y valga otro ejemplo más: Huerta Próxima, desarrollada en colaboración con Intervegas, y que consiste en una plataforma de venta que conecta a productores de fruta, verdura, lácteos, carne y huevos con consumidores de forma directa, de modo que los productos frescos y de proximidad sigan llegando a las despensas de los ciudadanos.

Feria Presura: Hoy, lo rural es vanguardia

“La cultura se crea en los pueblos …” El escritor Miguel Delibes describía con estas palabras la realidad que percibía tras esas migraciones, muchas casi forzosas, que se producían (y todavía se producen) del campo a las grandes urbes. Durante la última década, esta dinámica ha sido el día a día de tres de cada cuatro municipios de nuestro país que han perdido población. Muchos de esos territorios siguen todavía desangrándose.

La recuperación de las zonas despobladas empieza por reconocer que los pueblos son cuna de arte, cultura y, sobre todo, de calidad de vida. Como si fuera un movimiento vanguardista, el mundo rural se alza como mucho más que ese lugar olvidado durante el año al que uno se escapa en verano para huir de la vida tumultuosa de la ciudad: “Lo rural es a menudo un espacio privilegiado para la experimentación y el desarrollo de prácticas culturales innovadoras, capaces de inducir dinámicas de cambio más amplias a nivel social. Se puede posicionar, en determinados contextos y circunstancias, como vanguardia”, explican los organizadores de Presura20, la Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural, que ha arrancado hoy en el Museo Reina Sofía de Madrid.

En su cuarta edición, la feria pretende reivindicar la gran capacidad de creación artística que tienen los pueblos. “Si el año pasado transmitimos un mensaje de Orgullo Rural, este 2020 damos un paso más y decimos claramente y, con orgullo, que LO RURAL ES VANGUARDIA”, explica Joaquín Alcalde, director de la feria.

El año pasado, la Gira del Autobús de la Repoblación que también se presentó en el Museo Reina Sofía, recorrió más de 40 pueblos de 17 provincias de la España rural poco poblada, unos 10.000 kilómetros de carretera para llevar a cabo su misión: reconocer, visibilizar y mostrar al mundo el potencial de innovación social que poseen los habitantes de esa España a la que llaman ‘vaciada’.

Joaquín Alcalde (Presura): “Este 2020 decimos claramente y, con orgullo, que lo rural es vanguardia”

Este año 2020 ese viejo autobús volverá a recorrer el país proclamando que LO RURAL ES LA VANGUARDIA. Según los organizadores, este vehículo será “transmisor de cultura e innovación en el espacio rural, de manera que artistas, intelectuales, periodistas, músicos, cineastas, actores y escritores de todo el país puedan descubrir en este viaje una cultura rural que tal vez desconocen (o no), que luego puedan incorporar a su visión artística, y a su visión de la vida en general”.

Para llevar a cabo este despliegue, el Grupo Red Eléctrica se une, por segundo año consecutivo, al colectivo El Hueco en el patrocinio de Presura20. Juan Ávila, jefe de departamento de Innovación Social de Red Eléctrica explica que “apostamos por la innovación social como la mejor herramienta para conseguir repoblar el mundo rural, hasta el punto de convertirnos en una empresa de referencia en este ámbito. Nuestro compromiso de sostenibilidad se extiende hasta la generación de valor compartido con la sociedad allí donde hace más falta”.

Luces, cámara… ¡repoblación!

Una de las novedades de esta edición girará en torno a la necesidad cada vez más acuciante de impulsar la conectividad en el mundo rural. Por este motivo, este año, el Autobús de la Repoblación de Presura20 contará con una característica muy especial: “La gran novedad de la Gira del Autobús de la Repoblación de este año es que el vehículo se convierte en una plataforma de televisión sobre ruedas que retransmitirá en directo desde las localidades en las que recale. PresuraTV será posible gracias a la empresa Hispasat. El operador español de satélites del Grupo Red Eléctrica ha facilitado la instalación en el autobús de un terminal satelital para comunicaciones en movilidad con sus equipos técnicos correspondientes y le prestará capacidad espacial de su satélite Hispasat 30W-6, ubicado en 30º Oeste, y un servicio de conectividad gestionado a través de su plataforma de banda ancha de iDirect”, detalla Alcalde.

Reconciliar la España rural y la urbana

Ávila recuerda que se debe poner fin a los desequilibrios actuales entre lo rural y lo urbano: “No puede hablarse propiamente de un modelo de desarrollo sostenible sin una corrección de los desequilibrios entre los dos escenarios”, sostiene. Precisamente, esta es la dirección en la que lleva tiempo trabajando Red Eléctrica, que ha impulsado múltiples iniciativas para mejorar la calidad de vida de aquellas personas que nunca se fueron del mundo rural –o que han decidido volver–.

Recientemente, por ejemplo, la compañía ha impulsado una plataforma para ayudar a pequeños agricultores a comercializar sus productos y ‘hacer llegar a los consumidores productos de máxima calidad disminuyendo la huella de carbono del transporte por carretera” informa Juan Ávila. Además, en el contexto de la pandemia, que afectó de forma significativa al sector primario, la compañía se alió con la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) con la que puso en marcha el proyecto #Alimentos_Solidarios para colaborar con pequeñas explotaciones agropecuarias del mundo rural y donar su producción a entidades que ayudan a quienes más lo necesitan como Cáritas, Mensajeros de la Paz y bancos de alimentos de toda España.

Juan Ávila (Grupo Red Eléctrica): “Apostamos por la innovación social como la mejor herramienta para repoblar el mundo rural”

También, la compañía apuesta por la implantación de la movilidad eléctrica en el mundo rural, y el pasado publicó la Guía de movilidad eléctrica para entidades locales junto con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y en colaboración con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Esta guía informa a las localidades de cuestiones como las pautas para la instalación de puntos de recarga, costes de la recarga y la proyección a futuro del modelo de movilidad y transporte sostenible. Para impulsarlo, este año, entre otros proyectos, la compañía promoverá junto a El Hueco un programa de car sharing en el mundo rural, que incluirá los automóviles de personas mayores que ya no conducen.

Otra de las líneas es la conectividad del mundo rural, una de las grandes lacras. Junto a Hispasat y Reintel, Red Eléctrica está buscando soluciones para disminuir la brecha digital del mundo rural en aquellos lugares donde se necesita, del entorno rural inmediato a las instalaciones del Grupo.

Con todo, el mundo rural aún tiene mucho que aportar al desarrollo de nuestro país. Según expone Alcalde, todavía quedan retos que superar: “queremos seguir creciendo de una manera sostenible y contribuir a que nunca más se olvide a la España rural”. Por eso, este año, con la cultura y la innovación como hilo conductor, la feria Presura20 se presenta como una fuente de repoblación para la España vaciada.

#Coronavirus y turismo: una vuelta a los orígenes

Valeria Cafagna

Hasta hace relativamente poco, viajar era una actividad reservada para unos pocos afortunados cuyos ingresos podían costear los altos gastos asociados a pasar unos días fuera del hogar, o incluso de su propio país. Sin embargo, el incremento del nivel de vida medio de los ciudadanos y la reducción considerable de los precios del turismo con la llegada, por ejemplo, de compañías de transporte low cost, han democratizado la actividad del turismo. Ejemplo de este cambio es que en 2019 hubo 1.460 millones de turistas internacionales en el mundo, un crecimiento del 117% respecto al año 2000, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Todo apuntaba a que la tendencia estaba al alza, hasta que el coronavirus ha irrumpido en nuestras vidas.

Las medidas adoptadas para frenar la expansión del coronavirus han puesto al mundo tal y como lo conocíamos en pausa, obligando a muchos sectores económicos a disminuir o incluso frenar por completo su actividad. El turismo es, sin duda, uno de los más damnificados debido al cierre total o parcial de las fronteras y al confinamiento general de la población mundial, lo que ha llevado a los diferentes países a restringir los viajes. “A fecha de 6 de abril, el 96% de los destinos del mundo habían introducido restricciones a los viajes en respuesta a la pandemia. Alrededor de 90 destinos han cerrado total o parcialmente sus fronteras a los turistas, mientras que otros 40 se encuentran cerrados a ciertos turistas, dependiendo del país de origen”, explica el informe Covid-19 Related Travel Restrictions A Global Review for Tourism, elaborado por la OMT.

Todo apunta a un turismo dentro del país, cerca de casa y más corto temporalmente

Aunque todo apunta a que de cara al verano lo peor de la crisis habrá pasado, parece muy improbable que se reactive el turismo internacional. Ese escenario supondría la reapertura de fronteras, algo que para los Estados miembro de la Unión Europea debe consensuarse de manera conjunta. Además, hay que tener en cuenta la huella psicológica que la crisis podría dejar en los turistas del futuro. Al menos, durante un tiempo. “El trauma que supondrá esta crisis sanitaria hará que las personas cambien sus prioridades, y cuando opten por viajar, serán mucho más prudentes y se preocuparán más por su seguridad”, explica en un estudio de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) Joan Miquel Gomis, director del programa de Turismo.

Priorizar la seguridad a la hora de viajar pasa, de manera casi inevitable, por reducir la distancia de los viajes escogiendo destinos nacionales. También cambiará el método de desplazamiento en las largas distancias: los vehículos privados ganarán peso frente a alternativas como el avión, donde guardar distancia social con desconocidos es casi  imposible en la actualidad. La predicción de la revista Forbes coincide con el estudio de la UOC y vaticina un turismo “dentro del país, cerca de casa y más corto temporalmente”. Un patrón que supondría volver a los orígenes de los viajes de hace medio siglo, cuando el turismo mayoritario se resumía en “carretera y manta”.

El turismo nacional ante su gran reto

Esta situación requiere repensar el turismo. Muchas comunidades autónomas ya preparan la puesta en marcha de campañas para promocionar el turismo nacional este verano. En Andalucía, una de las regiones más castigadas por este parón en uno de los sectores principales de su economía, las cifras son alarmantes. Solamente en la Costa del Sol, se espera que hasta cuatro millones de turistas hayan dejado de visitar la zona debido al confinamiento, lo que supondrá 4.000 millones de euros de pérdidas solo en la provincia de Málaga. Por ello, la Diputación de Málaga destinará un millón de euros a una campaña de promoción del destino para atraer al mercado nacional con unos precios competitivos.

Otras comunidades dependientes económicamente en gran parte del turismo ya han solicitado al Gobierno central ayudas económicas para paliar los efectos de la crisis, pero para ello es necesario la colaboración del turista local durante el estío. Incluso en la Comunidad de Madrid, una de la que más viajeros exporta al resto del territorio nacional, la consejera de Turismo y Cultura de la región, Marta Rivera, ha animado a los madrileños a viajar dentro de la provincia para estimular la economía local.

El turismo nacional podría contribuir a reactivar la España vaciada

A priori, todo cambio asusta, pero la alternativa más probable a no participar en el “nuevo” modelo de turismo será quedarse en casa durante las vacaciones. Algo difícil de imaginar para el 62,5% de los españoles, que viaja al menos entre dos y tres veces al año, mientras que sólo el 6% de la población afirma que nunca realiza un viaje, según datos del informe Radiografía del turista español elaborado por Rastreator. Además, lo que en principio no parece ideal, puede derivar en una mejora para las personas y los entornos naturales. "La idea es que la conciencia de salubridad e higiene contra las enfermedades derive en una conciencia a favor de la sostenibilidad", apunta Pablo Díaz, profesor de Economía y Empresa de la UOC. Un turismo sostenible dentro de nuestro propio país puede ser el impulso necesario para cumplir con una de nuestras tareas pendientes: volver a llenar la España vaciada. Teniendo en cuenta que el 90,4% de los viajes de los españoles tienen como destino algún punto del territorio nacional, escoger pueblos y zonas rurales poco conocidas como alternativa ante el tradicional turismo de sol y playa. Con una afluencia de turistas mayor este verano, se conseguirá reactivar la economía de la España rural y se fomentará la creación de nuevos yacimientos de empleos en la zona, un primer paso para afrontar uno de los grandes retos de nuestra sociedad en esta próxima década.

De esta manera, la “nueva normalidad” que vendrá después de la crisis del coronavirus puede contribuir a cumplir la Agenda 2030 optando por un turismo más sostenible. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas tienen como una de sus metas conseguir un modelo de vida en el que nadie se quede atrás y el cuidado del medio ambiente sea la pauta a seguir a la hora de producir y consumir. El abandono de las zonas rurales solo puede traer desigualdad económica entre las urbes y los pueblos, pues como apunta el Plan de Acción para la Implementación de la Agenda 2030, “no es posible alcanzar los ODS dejando atrás las zonas rurales y a sus habitantes".

El futuro tiene nombre de mujer (rural)

mujeres rurales

En el planeta hay 3.764 millones de mujeres. Es decir, son el 49,6% de la población. La mitad del mundo. De ellas, las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola, según las últimas cifras de la ONU. Sin embargo, ellas también son algunas de las que más sufren la desigualdad: por ejemplo, menos del 13% de las propietarias de las tierras de cultivo son mujeres. Además, como alertan desde Naciones Unidas, las mujeres rurales también tienen un 38% menos de posibilidades de dar a luz asistidas de forma profesional que sus congéneres en zonas urbanas en países de ingresos bajos o, en el caso de las niñas rurales, el doble de posibilidades de casarse que otra que viva en zonas urbanas de algunos países africanos, latinoamericanos y caribeños. Desde la FAO apuntan, asimismo, que «las mujeres rurales son exponencialmente más vulnerables y están más marginadas», por ejemplo, en el acceso a los recursos, la educación y la atención médica, y que también sufren una «discriminación sistemática» que agrava sus situaciones de pobreza.

«Las zonas rurales ofrecen unas condiciones de vida específicas en debido al del reducido tamaño de los núcleos de población y de la dispersión del poblamiento. Para las mujeres, que siguen siendo las principales responsables de los trabajos de cuidado, esto supone una carga añadida, ya que la asignación prioritaria de la responsabilidad de cuidadoras, unido a la escasa oferta de servicios y a la precariedad del transporte condiciona su acceso al mercado laboral, a la formación, a los puestos de decisión, y en definitiva dificulta el camino a la obligada igualdad entre mujeres y hombres», explica Ana Sabaté Martínez, profesora de Geografía Humana en la Universidad Complutense de Madrid en el dossier Mujeres y mundo rural: nuevos y viejos desafíos elaborado por Fuhem.

En nuestro país, la sangría demográfica del interior peninsular es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos. Ahora que el concepto de España vaciada ha sustituido al de España vacía, el papel de las mujeres es fundamental para garantizar la permanencia de los servicios y del futuro de los pueblos. «Todavía hoy, al hablar del medio rural, se vislumbra el retrato de una sociedad que gira en torno a lo agrario. Un retrato que se aleja mucho de la realidad actual en España y en la mayor parte del mundo. Esas evocaciones, más que un reconocimiento de la importancia de la agricultura y la ganadería, son simplificaciones estereotipadas que invisibilizan la complejidad de la propia actividad agraria y del entramado productivo y social que existe actualmente en los territorios rurales», explica en el mismo informe Fátima Cruz, profesora de Psicología Social de la Universidad de Valladolid.

Las mujeres rurales tienen un 38% menos de posibilidades de dar a luz asistidas de forma profesional

Entre las iniciativas presentadas por instituciones públicas y privadas para hacer frente al problema de la despoblación y apoyar la igualdad de las mujeres en el mundo rural, Red Eléctrica firmó este año un convenio con la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), un primer paso para sentar las bases de una futura colaboración entre ambas entidades. «A partir de aquí firmaremos acuerdos específicos para las acciones concretas que desarrollemos en el futuro», explicó Teresa López, presidenta de Fademur, que indicó que las primeras beneficiarias del acuerdo serán las emprendedoras que participan en la lanzadera Ruraltivity y todas aquellas mujeres que vivan en el medio rural. Como expresaron ambas entidades, la colaboración tiene como objetivo final de «contribuir a mejorar la igualdad de género y la sostenibilidad en nuestro país» y contará con el seguimiento de una comisión constituida con paridad de representantes de ambas entidades. Por parte de Red Eléctrica, los responsables indicaron que, con esta firma, se avanza en su «compromiso con la igualdad de género» y se trabaja de forma activa en un gran número de actuaciones que contribuyen de manera positiva al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con los que la compañía ha mostrado su compromiso en reiteradas ocasiones. «El testimonio de las mujeres es ver lo de fuera desde dentro. Si hay una característica que pueda diferenciar el discurso de la mujer, es ese encuadre», decía la escritora Carmen Martín Gaite. Y, desde los núcleos pequeños, con pocos habitantes, las mujeres rurales también son capaces de ver un mundo más justo para todos.

Feria Presura: cómo repoblar la España Vacía con innovación social

vacía

"¡Las figuras del campo sobre el cielo!

Dos lentos bueyes

aran en un alcor, cuando el otoño empieza,

y entre las negras testas doblegadas bajo el pesado yugo,

pende un cesto de juncos y retama,

que es la cuna de un niño; 

y tras la yunta marcha

un hombre que se inclina hacia la tierra,

y una mujer que en las abiertas zanjas arroja la semilla".

Antonio Machado describía así una tarde de otoño en los campos de Soria. Con sus versos, el poeta sitúa a un buey, a un niño, a un hombre y a una mujer como protagonistas de una escena que a inicios del siglo XX representaba el día a día de la población de Castilla. Ahora, las tierras que inspiraron al poeta cuentan cada vez con menos figuras del campo: Soria es la provincia con la densidad de población más baja de España y, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pierde cerca de diez habitantes a la semana.

Lejos de ser un caso aislado, la despoblación rural es un fenómeno cada vez más evidente en zonas de Castilla y León, Castilla La-Mancha Extremadura, Galicia o Aragón. Una vasta superficie (cerca del 80%) en el que vive mucho menos de la mitad de los habitantes. O, dándole la vuelta al porcentaje, cerca del 85% de la población vive concentrada en apenas el 20% del territorio que ocupan las ciudades. Estos datos reflejan una España vaciada o vacía -según la expresión acuñada por el periodista Sergio del Molino- que se desangra a ritmos cada vez mayores.

Para ayudar a redefinir el futuro de las zonas rurales, el Grupo Red Eléctrica se ha comprometido a luchar contra la despoblación del medio rural español a través de acciones que promueven iniciativas emprendedoras para el desarrollo social y económico del entorno rural.

Este es también el foco de Presura, la Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural, que celebrará su tercera edición en Soria los días 8, 9 y 10 de noviembre. Presura es una iniciativa que organiza El Hueco – un ecosistema de fomento de la innovación social – y que cuenta con el apoyo de Red Eléctrica.

El reto es atraer a personas con espíritu emprendedor

Estas jornadas se presentan como un punto de encuentro de académicos, expertos en demografía e innovación y emprendedores que explorarán los principales retos a los que se enfrentan las zonas del país con menos habitantes. El reto es atraer a personas con espíritu emprendedor que quieran poner en marcha una idea, un negocio o un proyecto de vida en los territorios rurales. De hecho, el término que da nombre a la feria es ya toda una declaración de intenciones.

En la España medieval existía un sistema conocido como ‘derecho de presura’, una fórmula jurídica destinada a atraer a gente hacia las zonas despobladas. Salvando las distancias, la misma idea planea sobre esta feria Presura que busca facilitar la llegada de nuevos pobladores a esos lugares que han ido perdiendo esas “figuras del campo” por las que suspiraba Machado.

La necesaria apuesta por el desarrollo rural

Esta feria pone fin a la gira Presura que ha recorrido a bordo de un autobús este verano 26 municipios de la geografía española. La gira ha puesto de manifiesto las dificultades que entraña vivir en áreas rurales y también ha dado visibilidad a los proyectos innovadores que ya se están desarrollando.

Pero Presura no es la única iniciativa apoyada por el Grupo Red Eléctrica focalizada a echarle un pulso al éxodo rural: desde 2018, la compañía apuesta claramente por implementar proyectos innovadores y de futuro en los territorios rurales, con el fin de que las zonas rurales se conviertan en lugares atractivos donde vivir, sin que la distancia con los núcleos urbanos sean una barrera para el desarrollo económico y social.

Desde hace algunas semanas, el pueblo palentino de Paredes de Nava cuenta con un centro de coworking en donde se presta asesoramiento a aquellos emprendedores que deseen poner en marcha ideas innovadoras en este municipio de poco menos de 2.000 habitantes. Se llama Open Space y su objetivo principal, según define en su página web, es “pararse a pensar” y consiste en la creación de un ecosistema comercial donde la innovación deje de ser una idea para convertirse en un proyecto emprendedor a partir de la creación de sinergias entre los diferentes componentes de la comunidad.

Desarrollado también por El Hueco y abrazado por el Grupo Red Eléctrica, la idea, de ser un éxito, podría replicarse en otros puntos de la geografía española como medio para hacer del medio rural un lugar con las mismas oportunidades de crecimiento que ofrece una ciudad con, tal y como ellos matizan, “orgullo rural”.