En todo el mundo existen unos 1.100 millones de fumadores adultos que consumen cerca de seis billones de cigarros cada año. Esto se traduce en la generación de cerca de 800.000 millones de toneladas de colillas que, en su mayoría, acaban en las calles, las playas o los mares. Sin ir más lejos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el peso de este tipo de residuo alcanza aproximadamente las 175.200 toneladas anuales. Imaginemos pues, que todas esas colillas pueden rescatarse y reutilizarse para crear un nuevo recurso energético. ¿No contribuiría al desarrollo de la economía circular?
De esta reflexión nació Eco2Logic, una startup genovesa que aprovecha el filtro no biodegradable de los cigarros para obtener carboncillo. Según explica Fabio Corradi, uno de los cuatro impulsores de la iniciativa, la idea surgió en la universidad. “Veíamos los ceniceros de la facultad lleno de colillas. En el grupo fumábamos todos y, casi como un juego, empezamos a plantearnos cómo podíamos resolver el problema”, sostiene.
El grupo de jóvenes comenzó entonces a barajar de qué manera podían obtener combustible ‘ecocompatible’. O dicho de otro modo, cómo generar energía a partir de un método de eliminación de desechos de bajo impacto medioambiental que permita transformar las boquillas de los cigarros y la nicotina en carbón.
Encontraron la respuesta en la carbonización hidrotérmica. “Se trata de un proceso químico de pirólisis que funciona en agua caliente -a una temperatura entre 180ºC y 220ºC- y que permite transformar la biomasa en un compuesto químico”, detalla Corradi y añade que, luego, ese carbón se utiliza para obtener pigmentos para la pintura industrial.
Hace un par de años, un grupo de investigadores de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, también exploró las posibilidades de sacar provecho de la cantidad de colillas que producimos. Según expusieron en un estudio, los carbones derivados de las boquillas de los cigarros tienen una gran capacidad de almacenamiento de hidrógeno, lo que las convierte en un elemento potencialmente útil para la transformación de materia orgánica en carbón.
Desde Eco2Logic subrayan que su objetivo no es reemplazar los sistemas tradicionales de eliminación de residuos como, por ejemplo, la incineración. De lo que se trata es de optimizar el proceso para favorecer la reducción de emisiones de sustancias nocivas y gases de efecto invernadero. Por su labor en investigación y su contribución a la economía circular, en 2017, la empresa fue galardonada con la Smartcup Liguria. Y es que a pesar de que todavía no se ha desarrollado un combustible 100% sostenible obtenido a partir de las colillas, las posibilidades que presenta este desecho son prometedoras. Al menos, en un futuro basado en la economía circular.