Cuatro claves para unas vacaciones sostenibles

Según la Organización Mundial de Turismo, y en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, para ser sostenible, el turismo debe regirse por un equilibrio entre los aspectos medioambientales, económicos y socioculturales. 

En este sentido la organización indica que “el turismo sostenible debe dar un uso óptimo a los recursos medioambientales, que son un elemento fundamental del desarrollo turístico, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica”. Además, debe “respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar sus activos culturales y arquitectónicos y sus valores tradicionales y contribuir al entendimiento y la tolerancia intercultural. Y, por último, “asegurar unas actividades económicas viables a largo plazo, que reporten a todos los agentes unos beneficios socioeconómicos bien distribuidos, entre los que se cuenten oportunidades de empleo estable y de obtención de ingresos y servicios sociales para las comunidades anfitrionas, y que contribuyan a la reducción de la pobreza”.

Pero más allá de lo que respecta al sector, como turistas también tenemos en nuestras manos la posibilidad de plantear vacaciones más sostenibles. Existen algunas claves para conseguirlo: 

Viajar en los transportes menos contaminantes. Los vuelos en avión suponen en torno al 2% de las emisiones de CO2 en el mundo (uno de los principales causantes del calentamiento global y la crisis climática). Es, de hecho, el medio de transporte más contaminante. Existen páginas web en las que es posible comparar las emisiones que genera un viaje en avión frente al mismo desplazamiento en coche o en tren. Por ejemplo, el trayecto desde Madrid a Barcelona en avión supone emitir 114,9 kilos de CO2, en coche 89 kilos, mientras que en tren las emisiones de gases de efecto invernadero se reducen a 17,3 kilos, según ecopassenger.org

El turismo sostenible debe dar un uso óptimo a los recursos medioambientales, un elemento fundamental del desarrollo turístico

Elegir alojamientos sostenibles. El lugar donde nos quedamos durante las vacaciones también tiene un impacto ambiental. Cada vez existen más opciones sostenibles en este sentido. Los hoteles sostenibles son aquellos alojamientos que, independientemente de su clasificación, categoría o ubicación, están diseñados y gestionados en base a los principios económico-estratégicos, medioambientales, sociales y culturales. Entre otras cosas, tienen un menor uso de plásticos, reciclan, obtienen la energía de fuentes renovables, compran la comida y los productos a comerciantes locales…

Comer local. Precisamente la comida es otra de las claves que puede marcar la diferencia entre unas vacaciones más o menos sostenibles. Hacerlo lo mejor posible pasa por una pequeña investigación sobre qué restaurantes utilizan productos de proximidad. Otra opción es cocinar la propia comida aprovechando los mercados de proveedores locales que haya en nuestro destino vacacional. 

Limpia la basura allí donde vayas. Más allá de no dejar ningún tipo de residuo tirado en los parajes naturales (ni en ningún sitio) que visitemos, una buena acción es la de recoger aquello que veamos, aunque no sea nuestro. A día de hoy, es prácticamente imposible visitar una playa o algún campo sin toparse con una buena cantidad de desechos (sobre todo plásticos) tanto en la arena como en el agua. Tener unas vacaciones más sostenibles pasa por recogerlos y tirarlos en el contenedor correspondiente para su reciclaje. 

Más allá de esto, hay que procurar consumir la menor cantidad de plásticos posible, reciclar todo aquello que desperdiciemos y evitar derrochar recursos naturales como el agua.