Aunar la biología con el arte es un desafío al que Arturo Menor se ha enfrentado con éxito en más de una ocasión, lo que le ha llevado a conseguir la merecida fama de ser uno de los mejores cineastas especializados en naturaleza de España.
El biólogo, guionista y director de cine cuenta con un total de diecisiete cortometrajes y dos largometrajes a sus espaldas. ¿Su último reto? Acompañar a un águila real a lo largo y ancho de la península ibérica en la obra Iberia, naturaleza infinita. Reflexionamos con él sobre los retos detrás de la dirección del filme y la pasión que guía su trabajo.
Nos encontramos ante una obra cuyo rodaje ha durado 53 semanas y ha requerido de 70 localizaciones, contando con una protagonista algo impredecible: la naturaleza. ¿Cuáles han sido los mayores retos a la hora de rodar “Iberia, naturaleza infinita”?
El principal reto fue elaborar un guion, coherente, que permitiese poner en relación tantas localizaciones diversas. En este sentido, fue muy importante encontrar una especie que sirviera de nexo de unión, cuya área de distribución abarcase toda la península ibérica y además tuviese una gran capacidad de desplazamiento que cubriera los 2.000 kilómetros que separan la primera localización de la última. Así fue cómo elegimos al águila real como conductor de esta historia.
Por otro lado, la supuesta impredecibilidad de la naturaleza no es tal. Conocemos perfectamente el ciclo de las estaciones y lo que hacemos es adaptar el plan de producción a ese ciclo.
Las aves tienen un papel clave en la película: el urogallo, el quebrantahuesos, el sisón y, por supuesto, el águila real, la gran estrella de la obra. ¿Por qué estos animales son tan especiales para la península ibérica?
"Es importante que conozcamos estas especies y que toda la sociedad se implique en su conservación"
Son especies únicas de nuestra fauna. En algunos casos, son de las más emblemáticas, como es el caso del urogallo y el quebrantahuesos. En otros, son de las más desconocidas, como el sisón o el alzacola. Pero todas ellas son especies muy amenazadas. Las poblaciones de alzacola se han reducido un 90% en los últimos años y en el caso del sisón, su censo ha disminuido un 50%. Por ello, es importante que conozcamos estas especies y que toda la sociedad se implique en su conservación.
Aunque cada vez más ciudadanos están comprometidos con el medio ambiente, un gran porcentaje de la población no es consciente de la importancia de nuestros ecosistemas. ¿Cómo puede el cine sensibilizarnos para cuidar de la naturaleza?
El cine nos muestra la belleza de nuestros ecosistemas, la grandeza de la naturaleza y el carácter único de nuestras especies de fauna y flora. Mi objetivo es que el gran público se enamore del entorno natural que le rodea y que se implique en su conservación.
Asimismo, la película cuenta con una serie de contenidos educativos. Éstos se han desarrollado en una unidad didáctica, que estamos enviando a todos los centros educativos de nuestro país, para que el alumnado trabaje este material.
Son 17 cortometrajes a tus espaldas y, contando con Iberia, naturaleza infinita, tres largometrajes. ¿Qué hace de este rodaje diferente respecto al resto?
Es la primera vez que se aborda el rodaje de una película que engloba el conjunto de la naturaleza ibérica. Hemos retratado los grandes bosques de hoja de caduca del norte, las extensas dehesas del sur, pasando por las planicies del centro peninsular y recorriendo los principales sistemas montañosos: la Cordillera Cantábrica, los Pirineos y las sierras Béticas.
Y, a su vez, hemos filmado a las especies más significativas de estos grandes ecosistemas. Es una película que no dejará a nadie indiferente.
En la actualidad, gran parte de las imágenes que vemos en el cine son generadas por un ordenador, lo que resta realismo, pero a la vez tiene una ventaja: no se altera la naturaleza. ¿Cómo habéis logrado captar las espectaculares imágenes aéreas y planos subacuáticos sin perturbar a las especies animales que habitan dichos ecosistemas?
"Mantengo la ilusión viva porque siempre hay nuevas cosas que hacer, nuevos retos y nuevas especies a las que filmar"
Para el rodaje de Iberia, naturaleza infinita hemos empleado la tecnología más moderna. Para la realización de los planos aéreos hemos empleado cuatro tipos de herramientas. Por un lado, hemos usado drones de cine y drones mosquito. Este último llega a alcanzar velocidades de 200 kilómetros por hora y ha sido pilotado por el campeón de España de drones de competición: Iván Merino. También hemos utilizado una herramienta denominada cablecam, desarrollada por la empresa Noxon, que nos permite mover la cámara a lo largo de una cuerda de escalada colocada horizontalmente sobre el vacío. La cámara puede desplazarse longitudinalmente por esa cuerda, dando la sensación de estar volando.
Asimismo, le hemos colocado una cámara en la espalda a un águila adiestrada. Esa cámara se fija con un arnés, a modo de pequeña mochila. Nos permite filmar planos subjetivos que reflejan el punto de vista del propio águila.
Para las imágenes subacuáticas, hemos emplazado cámaras en el lecho de los ríos. Estas cámaras estaban conectadas mediante un cable a un monitor exterior, lo que nos permitía saber, en tiempo real, que estaba ocurriendo bajo el agua.
Tu filmografía y numerosas aportaciones te convierten en un referente del cine científico y ambiental en nuestro país. ¿De dónde surge esa pasión por la biología y, más importante aún, cómo has logrado mantenerla durante todos estos años?
Nací en Talavera de la Reina y, con tres meses de edad, me llevaron a vivir a una aldea de doscientos cincuenta habitantes llamada Las Vegas, en Toledo. Allí pasé una infancia maravillosa en pleno contacto con la naturaleza. Eso me marcó para siempre.
Mantengo la ilusión viva porque siempre hay nuevas cosas que hacer, nuevos retos y nuevas especies a las que filmar. La naturaleza es inabarcable.