La era digital ha facilitado el intercambio de información sobre medio ambiente, pero también ha disparado la propagación de bulos, y en este contexto, debe ser prioritario aprender a discernir la realidad científica de la actitud conspiranoica.
El cambio climático es una de las primeras crisis globales que se viven, en buena parte, a través de las pantallas. Gracias a la digitalización, la información sobre la salud del planeta es más accesible que nunca, pero los bulos al respecto también se han multiplicado.
Un estudio de la revista Nature muestra que la desinformación sobre el cambio climático es más persuasiva incluso que los hechos científicos
Muchos usuarios difunden en redes sociales afirmaciones que son imprecisas, conspirativas o simplemente carentes de sentido.
Asimismo, un estudio reciente publicado en Nature Human Behavior muestra que la desinformación sobre el cambio climático es más persuasiva incluso que los hechos científicos. Pero, ¿cuáles son los ejemplos de bulos más comunes?
«El cambio climático es un ciclo natural de la Tierra»
Es verdad que nuestro planeta ha experimentado cambios climáticos a lo largo de su historia. Ahora bien, la situación actual es drásticamente diferente, y por eso la solución debería ser inmediata. Las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, han acelerado el ritmo del cambio climático a un grado sin precedentes. Durante los últimos años, los registros científicos confirman que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha aumentado significativamente desde la Revolución Industrial, y eso está contribuyendo al calentamiento global de forma que nos afecta (pero sobre todo nos afectará) enormemente.
«El agujero de la capa de ozono causa el cambio climático»
La degradación de la capa de ozono es un problema grave, indudablemente, pues en las últimas décadas ha habido una reducción significativa en la cantidad de ozono en la atmósfera, y eso ha llevado a un aumento de la radiación ultravioleta en ciertas regiones de la Tierra. Sin embargo, no es la principal causa del cambio climático.
El agujero de la capa de ozono no causa cambio climático: el ozono protege a la Tierra de los rayos ultravioleta del Sol, pero no contribuye a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera
La capa de ozono «simplemente» protege la Tierra de los rayos ultravioleta del Sol, mientras que el cambio climático sucede por la acumulación de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono y el metano) en la atmósfera, que atrapan el calor y provocan un aumento de la temperatura global.
«El cambio climático está provocado voluntariamente mediante técnicas como los chemtrails»
El bulo de los chemtrails es una teoría de la conspiración que sostiene que las estelas de condensación dejadas por aviones contienen productos químicos dispersados por los gobiernos (u otras entidades) para propósitos oscuros, como el control del clima o la manipulación de la población. Esta teoría ha sido ampliamente desacreditada. Los singulares trazados en el cielo son simples nubes artificiales formadas por la condensación del vapor de agua en las estelas de los aviones a grandes altitudes, y están compuestas principalmente de agua y dióxido de carbono. No solo no hay evidencia que respalde la existencia de ningún rociado químico, sino que la logística necesaria para llevar a cabo tal operación sería tan inmensa que sería imposible de ocultar.
«El aumento en la cobertura de hielo en la Antártida refuta el cambio climático»
Esta afirmación tampoco es cierta. Aunque la cobertura de hielo puede fluctuar de un año a otro, debido a factores como la variabilidad del clima y las oscilaciones atmosféricas, los datos a largo plazo muestran una clarísima tendencia a la disminución de la masa de hielo en la región debido al calentamiento global. En este contexto, hay que distinguir la cobertura de hielo marino de la pérdida de hielo terrestre: por un lado, la primera alude a la capa helada que flota en el océano y puede experimentar variaciones estacionales; por otro lado, la segunda se refiere al derretimiento de los glaciares y los casquetes polares en tierra firme. Este segundo sí es un indicador mucho más fiable del impacto del cambio climático. Además, tiene consecuencias significativas, como el aumento del nivel del mar y la alteración de los ecosistemas del territorio afectado.