Guía para hacer una lista de la compra más sostenible

El camino hacia un mundo más sostenible implica cambiar la manera en que consumimos. Si seguimos con los ritmos de producción y consumo actuales se calcula que necesitaremos tres planetas como el nuestro para satisfacer las necesidades alimentarias de una población en continuo crecimiento. Empezar no es fácil, pero tampoco imposible. La primera medida pasa por cuidar las elecciones que tomamos cuando vamos al supermercado. A día de hoy, las bolsas de plástico todavía inundan muchos supermercados, por no hablar de que la mayoría de los productos que compramos también van envasados en plástico. Además, muchos de ellos no sabemos ni de dónde provienen ni cuál es su impacto en el medio ambiente.

Los esfuerzos de la industria por revertir esta situación aún son tímidos, de ahí que nuestra responsabilidad como consumidores sea la de contribuir a que se acelere esta transformación. Pero ¿cómo podemos preservar el medio ambiente desde nuestra lista de la compra más allá de evitar el plástico? Antes de salir de casa, échale un repaso a esta guía práctica que te presentamos a continuación para hacer una lista de la compra lo más sostenible posible.

Planifica tu compra

Planificar la compra antes de ir al supermercado permite reducir el gasto y el desperdicio de comida. Así que organiza tus menús semanalmente y evita salir a comprar con hambre, ya que, según varios estudios, esto provoca que llenes el carro con más comida de la que necesitas y generalmente poco saludable.

Piensa en lo que tienes en casa

¿Cuánta comida de la que compras acaba en la basura? Según datos del Panel de cuantificación del desperdicio alimentario en los hogares españoles del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cada español tiró cerca de 25 kilos de comida en 2018, último año del que se tienen datos. Por eso, una vez organizados los menús semanales, lo ideal es que revises los alimentos que ya tienes en la nevera o en la despensa. Antes de tirarlos, ¿por qué no te estrujas la cabeza e ideas algún plato que permita aprovechar todas las sobras?

Lleva tu propia bolsa

Principalmente por un motivo medioambiental, ya que el plástico es uno de los materiales más contaminantes y que mayor impacto negativo tiene en el planeta, pero también desde un punto de vista económico, ya que por ley los comercios han empezado a cobrar desde hace unos meses todas las bolsas de plástico. Una bolsa de tela o una reutilizable no afecta a nuestro día a día pero pueden marcar una gran diferencia.

Lee las etiquetas

Leer el etiquetado te permite conocer los ingredientes del producto y analizar la cantidad de azúcar, sal y aditivos que tiene. Pero, además de ayudarte a saber si un alimento es sano o forma parte de los conocidos como ultraprocesados –con altos niveles de grasas, azúcares y carbohidratos– echarle un vistazo a la etiqueta te da mucha información sobre si un producto es más o menos ecológico.

En la industria de la alimentación existe un sello verde, el de Agricultura Ecológica Europea, que indica que se trata de un artículo obtenido sin la utilización de productos químicos como fertilizantes o plaguicidas, que son dañinos con el medioambiente. Además, existen una serie de certificados de sostenibilidad, como el sello azul de MSC (Marine Stewardship Council), que garantiza que el pescado ha sido obtenido de manera sostenible, o el de Rainforest Allianz, que apuesta por el uso responsable de los recursos agrícolas.

Compra a granel

Aunque todavía es una práctica minoritaria, cada vez más consumidores llevan sus bolsas y recipientes para comprar carne, pescado, fruta o verdura. De esta manera, se reduce la cantidad de plásticos innecesarios en los que vienen envueltos los productos y que tienen un alto impacto medioambiental, ya que pueden tardar hasta 400 años en descomponerse.

Pero no siempre es fácil evitar los envases plásticos y optar por otros materiales más sostenibles. Por eso es importante que, si no queda otro remedio, escojamos los plásticos que se puedan reciclar más fácilmente, que suelen venir indicados como PET (polietileno tereftalato).

Elige alimentos de temporada

Aprovecha lo que la tierra te da periódicamente cada año: espárragos, fresas, naranjas, etc. Las frutas y verduras de temporada suelen estar a precios más bajos que en otras épocas del año y, además, según la estación tienen una mayor cantidad de nutrientes. Además, que tengamos alimentos que en nuestro país están fuera de temporada significa que han sido transportados desde otro punto del globo. Se trata de una actividad, en mayor o menor medida, contaminante y poco sostenible.

Compra de proximidad

En la misma línea, comprar alimentos de proximidad (que han sido producidos en una zona cercana) ayuda también a reducir la huella ambiental de tu compra. De ahí que la mejor opción sean los productos de kilómetro cero, es decir, los que precisan de un transporte mínimo desde el punto de producción hasta el punto de venta. En este sentido, recomendamos escoger el pequeño comercio o unirse a grupos de consumo: de esta forma ayudarás a revitalizar la economía local.

Apuesta por el comercio justo

La etiqueta de comercio justo asegura que lo que estás consumiendo ha sido producido por trabajadores en unas condiciones de trabajo justas. El respeto al medio ambiente, además, es uno de los requisitos básicos para que un producto cuente con este distintivo. Chocolate, café, té y algodón son algunos de los productos con el sello de comercio justo que más presencia tienen en los supermercados, pero a esta moda se están empezando a sumar otros alimentos como los helados y los refrescos.