¿Cómo reducir el consumo en el hogar estas Navidades?

Las Navidades ya no pueden concebirse sin la sostenibilidad como consigna. Este 2021 llegó con numerosas noticias ambientales bajo el brazo, incluyendo el impactante informe de situación del IPCC, que considera como algo «inequívoco» que la humanidad «ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra, generando cambios generalizados y rápidos en el planeta». Y es que, aunque el cambio a gran escala llegará con el cumplimiento de los compromisos internacionales por el clima, queda en nuestra mano aprovechar cualquier momento para minimizar nuestro impacto sobre el planeta. Y eso incluye a las Navidades.

Durante las Navidades, en España se tiran a la basura 873.000 toneladas de papel y cartón

Cada vez más, durante las fiestas, compramos online en lugar de hacerlo en el comercio local, usamos kilos de papel y cartón para envolver los regalos (concretamente, 873.000 toneladas) que diez minutos más tarde acabarán en la basura o desperdiciamos alimentos que sobran de las múltiples comidas y cenas que celebramos estos días, entre otros ejemplos. Por suerte, son costumbres que pueden cambiarse. Te contamos cómo.

Una cena 100% sostenible

Cada una de las decisiones que tomamos a la hora de comprar alimentos influye directamente en la salud del planeta. No generan la misma huella de carbono unos dátiles cultivados en España que unos que provienen de Egipto; de la misma forma que comprar una lubina capturada por pesca de arrastre (el método común que provoca graves daños a la biodiversidad) es muy distinto de adquirirla sabiendo que se ha pescado de forma más sostenible.

Lo cierto es que es difícil saber si estamos actuando de forma correcta continuamente, pero existen unas cuantas recomendaciones que al menos ayudan a que nuestro impacto sea menor. Por ejemplo, comprar (con bolsas reutilizables) en las tiendas de nuestra localidad: tenemos garantía de que los alimentos han sido producidos cerca, contribuimos a la economía local, consumimos alimentos más frescos y, a diferencia de los supermercados, no estamos obligados a comprar en grandes cantidades, por lo que tenemos más poder para decidir lo que necesitamos y reducimos el desperdicio alimentario (durante las fiestas se tira a la basura un 20% de la comida que se compra).

El desperdicio alimentario durante las fiestas se dispara: los españoles tiran un 20% de la comida que se compra

Precisamente, de cara a minimizar los alimentos desperdiciados, es recomendable preparar los menús con antelación, ya que saber de antemano los ingredientes necesarios y comprar en proporción del número de comensales evitará ese ‘comprar por comprar’ típico de las Navidades. También es una buena opción buscar recetas que tengan ingredientes en común para aprovecharlos al máximo y optar por incluir más verduras y menos carne y pescado, ya que mientras que para la producción de 1 kilo de carne se necesitan 15.000 litros de agua, para un kilo de verdura solo son necesarios 322 litros.

Por último, a la hora de poner la mesa, deben evitarse la vajilla desechable y las servilletas de papel. Si hay niños pequeños que precisen de pajitas, es mejor utilizar las metálicas, ya que pueden utilizarse numerosas veces.

Cuida del agua

El consumo de agua también se dispara durante las Navidades hasta en más de un 30%. Descongelar la comida con agua caliente o no utilizar el lavavajillas contribuyen a este incremento, de la misma forma que lo hace no cargar la lavadora al máximo. En este sentido, es conveniente utilizar electrodomésticos que garanticen un gran ahorro, tanto energético como de agua.

Menos bienes materiales, más experiencias

El árbol rodeado de regalos es una de las escenas más típicas de las Navidades con un importante impacto ambiental. En muchas ocasiones, regalamos por encima de lo que los demás necesitan. Y muchos de esos regalos acaban devueltos o en los vertederos. Aunque actualmente no existen cifras en nuestro país, Estados Unidos puede servir de ejemplo para comprender el impacto ambiental que esto conlleva: allí, se devuelven más de la mitad de los productos y su transporte de vuelta a los almacenes genera más de 15 toneladas métricas de dióxido de carbono (en otras palabras, más de lo que podrían emitir tres millones de automóviles en un año).

Por ello, se recomienda regalar experiencias –un fin de semana en una casa rural, un viaje, una excursión…–. Aunque, si nos vemos en la obligación de comprar productos, es más recomendable hacerlo en tiendas físicas que en el comercio online, ya que existen menos probabilidades de que se devuelva un producto si se ha visto antes en persona.

Como alternativa podemos apostar por la segunda mano: hay cientos de productos esperando a que alguien les dé una nueva vida. También podemos optar por elaborar nuestros propios regalos a mano, que siempre serán mucho más personales y sostenibles. Pequeños cambios en nuestras tradiciones que prometen un daño mínimo al planeta.