Conciertos sostenibles, una gira mundial contra la huella de carbono

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La famosa cantante estadounidense Taylor Swift se encuentra en medio de una gira mundial que concluirá en diciembre en Vancouver (Canadá) tras 151 conciertos. La artista, que se ha convertido en la primera en superar la barrera de los 1.000 millones de dólares de recaudación –y a quien se le ha criticado su ingente uso del jet privado–, ha querido mostrar que está comprometida con el medio ambiente y concienciar a su público sobre el cambio climático. 

Así, antes de comenzar su recorrido, Swift compró bonos de carbono que, según afirma, serían suficientes para compensar su impacto medioambiental –aunque las cifras no se han hecho públicas–. En febrero, la presión pública empujó al icono pop a deshacerse de uno de sus aviones privados. 

Antes de comenzar su gira, Taylor Swift compró bonos de carbono para compensar su impacto medioambienta

Por su parte, la banda británica Coldplay se marcó como objetivo disminuir a la mitad su cifra de emisiones respecto a 2016-2017 y prometió plantar un árbol por cada entrada vendida. Los últimos datos reflejan que su cambio ha sido un éxito, elevando el porcentaje hasta el 59%. Del mismo modo, Ed Sheeran, abiertamente comprometido con la causa medioambiental, anunció un tour en 2022 pensado para maximizar la eficiencia de su recorrido reduciendo al máximo el número de vuelos y, por tanto, la emisión de carbono. 

Los ejemplos no se detienen ahí. Billie Eilish eliminó unas 35.000 botellas de agua de un solo uso durante su gira sustituyéndolas por tanques de agua y vasos reutilizables para los asistentes; el merchandising que acompaña a Olivia Rodrigo está teñido de forma sostenible y es 100% algodón orgánico; y Shawn Mendes da prioridad a aquellos alojamientos que minimizan su impacto medioambiental. La propia Eilish junto a otros artistas como Pink o Maroon 5 se han unido a Reverb, una organización que impulsa medidas ecológicas en los conciertos por parte, tanto de artistas como de espectadores a través del reciclaje y de distintas acciones ecológicas. 

El desplazamiento hasta el lugar de celebración representa un tercio de las 670.000 toneladas de CO2 que produce la industria

Otro estudio analizó cada detalle de los conciertos de Massive Attack desde 2019 y extrajo conclusiones aplicables al resto de la industria musical. Una gira comprometida al máximo con el impacto medioambiental eliminaría los aviones privados y evitaría volar, dando paso a los viajes en tren o en vehículos eléctricos. El recinto seleccionado se abastecería de energía solar o eólica y utilizaría iluminación y sonido de bajo consumo. Además, debería contar con aparcamiento para bicicletas. Para incentivar su uso, la entrada llevaría incluido el billete de transporte público y todo aquel que eligiese esta opción recibiría algún tipo de incentivo. Este es uno de los puntos clave de la reducción, pues el desplazamiento hasta el lugar de celebración representa un tercio de las 670.000 toneladas de CO2 que produce la industria

Tal y como dice Chris Spinato, director de comunicación de Reverb, «lo importante es hacer algo. No hay que ser perfecto y no hay que hacerlo todo, cualquier paso suma en la lucha contra el cambio climático».