Desde hace algunos años, varios grupos de investigadores han estudiado la posibilidad de usar esta materia prima para paliar la crisis energética. Y lo hacen por tres motivos: es barato, abundante y limpio.
Nuestra historia con el hierro es larga: se remonta a miles de años atrás, cuando las primitivas sociedades humanas comenzaban a construir sus primeras civilizaciones. No es casual: es el cuarto elemento más abundante de la corteza terrestre, lo que sumado a su especial ductilidad y dureza lo convierte en uno de los elementos minerales más atractivos. Hoy, sin embargo, podría convertirse en algo más. Según algunos estudios, en cierto estado, el hierro podría llegar a ser el combustible del futuro, relegando al olvido al carbón y al petróleo.
Es abundante, no es caro, se transporta con facilidad, arde tan solo a partir de temperaturas muy elevadas y no pierde energía si se almacena
El descubrimiento llegó en 2018 tras el estudio de su dinámica en condiciones de microgravedad por parte de científicos de la Universidad Técnica de Eindhoven. Los investigadores descubrieron que una muestra de polvo de hierro, dentro de una cámara de combustión, era capaz de generar energía (y, además, de hacerlo sin generar ni humo ni carbono) con relativa facilidad; el proceso cuenta con una parte esencial, que es cuando el hierro se oxida, momento en el que suelta energía. Las ventajas son evidentes, lo que ha despertado cierta esperanza entre los círculos científicos e industriales: es abundante, no es caro, se transporta con facilidad (al contrario que el hidrógeno, que es menos seguro), tiene una gran densidad energética (de nuevo, hasta once veces mayor que la del hidrógeno), arde tan solo a partir de temperaturas muy elevadas y no pierde energía si se almacena (ya que incluso puede servir como «batería» energética) durante periodos prolongados.
No es un experimento recluido en las paredes del laboratorio: el potencial del hierro ya se ha probado como combustible —con un sistema construido entre los miembros de SOLID y de la compañía neerlandesa Metal Power Consortium— en una cervecería situada en Baviera (Alemania), elección para nada casual si se tiene en cuenta el consumo de calor de la cerveza. En este sentido, el combustible —previsto más como combustible complementario que como protagonista— es capaz de producir alrededor de 15 millones de vasos de cerveza al año. No es el único caso: ahora se está probando un sistema similar para calentar 500 hogares del municipio de Helmond, cerca de la ciudad holandesa de Eindhoven.
A ello se suma la voluntad de utilizar este potencial combustible en un sentido cíclico (o circular): una vez que se usa, por ejemplo, para una determinada industria, este material sería transportado a otra instalación para volver a convertirlo a su estado original, haciendo girar la rueda una y otra vez.
El polvo de hierro es considerablemente más pesado que otros combustibles, por lo que no supone una solución para la movilidad urbana
No obstante, el polvo de hierro también cuenta con ciertas desventajas, ya que sus propiedades no lo hacen apto para todos los usos. Por ejemplo, aunque ocupe menos espacio, el polvo de hierro es considerablemente más pesado que otros combustibles como la gasolina. Esto no es problema para la industria o los grandes buques mercantes, pero sí para los automóviles y esto reduce considerablemente sus aplicaciones si tenemos en cuenta la importancia de la movilidad urbana en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según defiende Mark Verhagen, uno de los participantes en la investigación, el polvo de hierro es «una importante alternativa sostenible a los combustibles fósiles, junto con las turbinas eólicas, los paneles solares y el hidrógeno». De momento se prevé que en 2024 se construya una central eléctrica de combustible de hierro de cinco megavatios (así como una posible transformación —aún por definir— de las tradicionales centrales térmicas alemanas en «centrales de hierro»). No obstante, las ambiciones permanecen altas (e intactas) según explicó Verhagen: «Nuestro objetivo es poder descarbonizar la industria pesada de todo el mundo con el combustible de hierro».