Podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que si hay alguien que conozca el comportamiento de los chimpancés a la perfección es, sin duda, Jane Goodall. A sus 89 años, la etóloga ha pasado parte de su vida dedicada a la investigación, la educación y el activismo del medio ambiente. En contacto estrecho con los chimpancés, aprendió sus costumbres y patrones de comportamiento en su entorno natural. Sus estudios arrojaron luz sobre la naturaleza de su comunicación, su alimentación y su cultura y son referentes para la investigación en primatología.
Nacida en Hampstead (Reino Unido) en 1934, Jane Goodall siempre tuvo una fascinación especial por los animales. Desde pequeña mostró una curiosidad innata por la naturaleza y sobre todo por África. A los 23 años logró hacer su sueño realidad cuando viajó a Kenia, donde trabajó con el famoso antropólogo británico Louis Leakey. En 1960 llegó al Parque Nacional Gombe Stream, en Tanzania, con el objetivo de observar el comportamiento de los chimpancés y comprender mejor la evolución humana.
Goodall descubrió que los chimpancés tienen personalidades individuales, emociones complejas y una capacidad sorprendente para crear y utilizar herramientas
Tras más de cinco décadas estudiando a los primates en su hábitat natural, observó a generaciones enteras crecer y desarrollarse. Entre muchas conclusiones, Goodall descubrió que los chimpancés tienen personalidades individuales, emociones complejas y una capacidad sorprendente para crear y utilizar herramientas. Actualmente, su investigación, pionera, sigue siendo el estudio de chimpancés salvajes más amplio del mundo.
Los incalculables datos recopilados durante sus estudios influyeron para la creación en 1965 del Centro de Investigación de Gombe Stream. En 1977 se fundó el Instituto Jane Goodall, una organización dedicada a la conservación e investigación de primates.
Una voz destacada en la conservación del medio ambiente
Goodall también es conocida por su activismo a nivel global en defensa de los derechos de los animales y la conservación del medio ambiente. La etóloga ha trabajado de manera incansable para transmitir al mundo la importancia de la conservación y el cuidado de la naturaleza, lo que se ha traducido en la creación de santuarios y reservas de la vida silvestre en todo el planeta.
El legado de Goodall es un recordatorio del poder de la determinación y la pasión en la lucha por causas importantes para el planeta
Su labor ha inspirado a jóvenes líderes en todo el mundo como fuerza impulsora del cambio social y ambiental. “Los jóvenes son el futuro porque entienden los problemas del planeta y se sienten empoderados para cambiar el curso de la historia”, dijo en una ocasión.
En un mundo donde la degradación ambiental y el cambio climático cada vez tienen más protagonismo, el mensaje de Goodall es más relevante que nunca. Su lucha y esfuerzo nos recuerdan que cada uno de nosotros tiene el poder de marcar una diferencia positiva en el planeta, y que el cambio comienza con la acción individual.
Un trabajo reconocido en todo el mundo
Doctora en Etología por la Universidad de Cambridge, Goodall es Doctora Honoris Causa por más de 45 universidades en todo el mundo. Además, ha sido distinguida con más de 100 premios internacionales, entre los que se incluyen la Orden del Imperio Británico, la Medalla Benjamin Franklin, el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica o la Medalla Hubbard de la National Geographic Society.
En abril de 2002, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, nombró a Goodall Mensajera de la Paz de la Organización de las Naciones Unidas, convirtiéndose en la primera persona en recibir este honor en calidad de defensora de los animales y el medio ambiente. Goodall ha colaborado con la ONU en la promoción de la conservación y la protección de la biodiversidad, así como en el fomento de la paz y la concienciación sobre los peligros a los que se enfrenta el medio ambiente y la importancia de la acción global para abordar estos desafíos.