La transición energética, una oportunidad para el empleo

Nadie pone ya en duda que para que la Tierra sea habitable en el futuro es imprescindible transformar nuestro modo de vida actual. Consumimos más recursos de los que la naturaleza genera, y estamos llevando al límite las capacidades del planeta. En esa reconfiguración, que tenemos que abordar desde todos los ámbitos sociales y económicos, juega un papel clave la transición energética, con la que lograríamos eliminar la dependencia actual de los combustibles fósiles y frenar el calentamiento global.

Entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS), el Objetivo 7 apunta directamente a esta transición al establecer como necesario el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna. Un reto que requiere una apuesta firme por el incremento de las energías renovables. Esta transformación, que supone un vuelco para las economías mundiales tradicionalmente arraigadas a las energías fósiles, tendrá un importante impacto no solo en el medio ambiente sino también en el mercado laboral, ayudando a la consecución del Objetivo 8 de los ODS: promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos.

Las previsiones indican que para 2050 se crearán hasta 122 millones de puestos de trabajo relacionados con la energía

Escasos días antes del comienzo de la celebración de la COP26, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó, junto a la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), el estudio Energía renovable y empleos: revisión anual 2021. En el documento,ambas organizaciones destacan el enorme potencial de creación de empleo que conllevará una transición energética eficiente. Según sus cálculos, en 2050 existirán 122 millones de puestos de trabajo relacionados con la energía renovable, lo que representa más de un tercio de todos los empleos del sector.

Guy Ryder, director general de la OIT, recordó, durante la presentación del estudio, que "el potencial de las energías renovables para generar trabajo decente es una clara indicación de que no tenemos que elegir entre la sostenibilidad medioambiental y la creación de empleo. Ambas pueden ir de la mano". Si bien es cierto que reducir el uso de combustibles fósiles implicará  la pérdida de puestos de trabajo -el estudio calcula que, hasta 2030, desaparecerán entre seis y siete millones de empleos por el cierre o transformación de las industrias más contaminantes-, la expansión de las energías limpias generará entre 24 y 25 millones de nuevos puestos.

Francesco la Camera, director general de IRENA, insistió en que "la capacidad de las energías renovables para crear puestos de trabajo está fuera de toda duda”. Pero incide en que “los gobiernos deben aumentar su ambición para alcanzar el nivel cero" y no dejar a nadie atrás.

La OIT destaca el gran potencial de España en empleos verdes

En nuestro país, la economía verde emplea a casi medio millón de personas, lo que supone el 2,5% de la fuerza laboral. Además, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, diseñado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, estima que en 2030 esa cifra habrá aumentado hasta 1,5 millones de personas.

Un ejemplo del impacto que puede tener la transición energética en la creación de empleo es el de los parques eólicos, instalaciones que requieren profesionales para su construcción, pero también para la puesta en marcha y mantenimiento de los aerogeneradores. Cabe recalcar que, según el Anuario Eólico 2021 de la Asociación Empresarial Eólica, en España hay en la actualidad 1.265 parques eólicos presentes en 1.037 municipios y 237 centros de fabricación en 16 de las 17 comunidades autónomas. Gracias a ello, más de 30.000 personas trabajan en el sector eólico en España a día de hoy y se estima que en 2030 podría emplear a más de 60.000. Una previsión que abre nuevas oportunidades de desarrollo para las zonas rurales.

Solo el sector eólico podría emplear a más de 60.000 personas en España

Respecto al tipo de perfiles que se demandarán en el mercado de las renovables, el estudio de la OIT y de IRENA, antes citado, hace una reflexión del tipo de profesionales que se requerirán en sectores como el fotovoltaico o el eólico. Según las estimaciones, seis de cada diez empleados tendrán una formación mínima, mientras que el 30% serán titulados universitarios en ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas. El resto serán profesionales administrativos (1,4%) y de otros perfiles universitarios como abogados o expertos en logística, marketing o regulación (5%).

Como indica la propia OIT, debemos acometer cambios en los sistemas de producción actuales a un nivel similar al que se produjo durante la revolución industrial. Solo de esta manera lograremos una economía verde y sostenible que beneficie no sólo al planeta sino también a la empleabilidad de quienes lo habitamos.