La vigésimo sexta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ha concluido y el desarrollo de la misma no ha dejado indiferente a nadie. Según afirmó el secretario general de la ONU, Antonio Garrigues, al término de la Cumbre, estamos ante "un paso importante pero no es suficiente. Debemos acelerar la acción climática para mantener vivo el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados".
En primer lugar, las grandes ausencias acapararon los titulares. Específicamente, las de los máximos mandatarios de China, el país que más contamina del mundo, y Brasil, que protagoniza una deforestación descontrolada en el Amazonas. Tampoco ha pasado inadvertido el que la geopolítica primara sobre la cooperación en materia medioambiental o que sigan abiertas dudas y preguntas respecto a la financiación necesaria para que esta lucha pueda cumplir con el objetivo principal de no sobrepasar (ni siquiera llegar) el aumento global de la temperatura de 1,5 grados. Pero entre algunas sombras también se dieron puntos de luz.
Días antes de que se inaugurara esta Cumbre, Sir David Attenborough, designado como Defensor del Pueblo durante esta edición, dio palabras de aliento a los líderes políticos del mundo para hacer lo imposible para evitar ese aumento de temperatura. Y su discurso fue contundente: “si no lo hacemos, el desastre será irreparable y estaremos condenados a la extinción”. En este sentido, España dio buenas noticias respecto a su gestión energética y el abandono del carbón. Y, pese a las tensiones iniciales, China y Estados Unidos anunciaron un acuerdo de cooperación para frenar la crisis climática.
A continuación, algunos de los puntos más destacados de esta COP26:
Adiós al carbón
España, entre otros 23 países, se ha comprometido a no invertir más en centrales de carbón. Y, sobre todo, a eliminarlo definitivamente de sus modelos energéticos. Además, más de 40 países han decidido abandonar este combustible de su mix energético, entre ellos grandes potencias consumidoras de carbón como Polonia, Vietnam o Chile. Y otras 25 entidades (gobiernos y entidades financieras) se comprometieron a no invertir más en centrales de carbón en terceros países.
El gran capital a favor de la ‘descarbonización’ del planeta
En el documento oficial de la COP26, uno de los cuatro puntos primordiales ha sido el de la financiación. Desde el Acuerdo de París, los países desarrollados se comprometieron a destinar más de 87.329 millones de euros, cada año, para la lucha contra el cambio climático.
Además, durante la Cumbre de este año, 450 entidades financieras privadas de todo el mundo anunciaron que han destinado 112 billones de euros en la financiación de proyectos que ayuden a las empresas y a los países a lograr cero emisiones netas para 2050. Una cantidad cinco veces el tamaño de la economía estadounidense y que representa alrededor del 40% de los activos financieros del mundo.
Estados Unidos, un viraje de 180 grados en el discurso medioambiental
El actual presidente estadounidense, Joe Biden, ha cambiado el guion en el discurso del país norteamericano respecto al medio ambiente. Sus palabras durante la cumbre fueron claras: “Nosotros lideraremos el cambio con la fuerza del ejemplo”. Además, dos días antes del final de la cumbre declaró: “Las acciones a favor del medio ambiente, no sólo son un imperativo moral, también lo son en lo económico. Invertir en energías limpias para el futuro nos brindará trabajos mejor remunerados y nos llevará hacia la recuperación económica, pero también haremos del mundo un lugar mejor para vivir, para nosotros y para las futuras generaciones”.
Por otra parte, en la intervención de Barack Obama -uno de los principales impulsores del Acuerdo de París en 2015, donde se establecieron los lineamientos discutidos durante la COP26-, el expresidente insistió en que aún falta mucho por hacer para cumplir las metas sobre la reducción de emisiones contaminantes, y realizó una llamada a la acción urgente. Ante la ausencia de China y Rusia, el exmandatario expresó lo siguiente: “Sus planes nacionales reflejan lo que parece ser una peligrosa falta de urgencia y eso es lamentable”.
La ausencia de Xi Jinping y otras dudas
La ausencia del presidente chino en Glasgow no pasó inadvertida. ¿Por qué? Pues porque China es el país que más contamina en el mundo. Sin embargo, meses atrás ya había anunciado que dejará de financiar centrales termoeléctricas de carbón en el extranjero, e invitó a seguir con la lucha contra el cambio climático. A pesar del tan esperado pacto entre Estados Unidos y China, sobre el que Xie Zhenua –el enviado especial sobre medio ambiente a la COP26– declaró, “hay más coincidencias que diferencias entre Estados Unidos y China, por lo que (el medio ambiente) es un área de gran potencial para la cooperación”, las dudas sobre los compromisos del gigante asiático persisten.
La ausencia de Jair Bolsonario también fue noticia. Brasil, debido al gravísimo problema medioambiental que genera la deforestación del Amazonas, no es un actor menor en el escenario medioambiental. A pesar de la ausencia del mandatario brasileño, el país se comprometió a terminar con la deforestación para 2028.
Otra de las sombras de la cumbre fue la de Australia. Se trata de uno de los países con mayor desarrollo en el mundo, pero los objetivos que presentó para la reducción de emisiones tampoco convencieron. Los activistas pusieron en duda el discurso de Scott Morrison, el mandatario australiano, y que su propuesta pueda lograr el objetivo de cero emisiones contaminantes para 2050.
Vladimir Putin tampoco asistió, pero el viceprimer ministro ruso, Alexey Overchuk, hizo una declaración que merece mucha atención. Él pidió que no haya discriminación “en el acceso de los países a la tecnología y a la financiación que permitirá la transición hacia una energía limpia”. Para Moscú, esa es una de las claves del éxito hacia una política medioambiental global exitosa.
Otros acuerdos
Los anuncios a lo largo de las dos semanas que ha durado la COP26 han sido constantes. Entre los principales acuerdos ha destacado el alcanzado por más de 120 países para detener la deforestación antes de 2030. Un importante avance al ser regiones que representan cerca del 90% de los bosques existentes en el mundo.
Además otro centenar de países, entre ellos Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea, acordaron reducir las emisiones de metano un 30% para 2030. Un avance que según la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, "es una de las medidas más eficaces que podemos tomar para reducir el calentamiento global a corto plazo y mantener el grado y medio. Es la cuestión más fácil de conseguir". Pese a ello, grandes potencias como China no se sumaron a este acuerdo.
Además, el último día de la cumbre se firmó un compromiso para poner fin a la fabricación de turismos y furgonetas que no sean de emisiones cero a partir de 2035. Decenas de países y empresas lo firmaron, pero ni España, ni Francia, ni Alemania se han sumado de momento a esa lista.