Más de 70 países. Más de 100 ciudades. Más de 100 compañías. La Cumbre de Acción por el Clima celebrada esta semana en Nueva York ha dejado números de gran impacto en un momento en el que la crisis climática ha subido un nuevo escalón y ha alcanzado la categoría de emergencia. Este mismo lunes, el Consejo Asesor Científico de la ONU publicaba el informe United Science, en el que se recordaban algunos datos de esta alarmante realidad. Entre ellos, que el último lustro ha sido el más cálido jamás registrado y que la temperatura media mundial ha aumentado 1,1ºC desde la era preindustrial.
Con estas evidencias bajo el brazo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha dejado claro el propósito de esta cumbre extraordinaria: que los países se comprometan a poner en marcha hojas de rutas más ambiciosas y concretas que las originalmente trazadas en el Acuerdo de París de 2015. Y ha avisado a los participantes con contundencia: “No hemos venido a hablar ni a negociar. Con la naturaleza no se negocia”. Su determinación no ha sido en vano, ya que la cumbre se ha saldado con dos buenas noticias. Guterres ha anunciado que 77 países han acordado reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a cero neto para 2050. Además, ha informado de que 70 países pondrán en marcha planes más potentes de recorte de emisiones. Y no se trata de un hecho baladí, puesto que se ha conseguido que, durante el encuentro, 23 países se hayan adherido a este convenio.
Al término de la jornada, hubo más anuncios destacados. Entre ellos, los planes de Francia o Alemania. El país galo, por ejemplo, ha prometido no adoptar ningún acuerdo comercial con países que apliquen políticas contrarias al Acuerdo de París. Por su parte, nuestro vecino germano se ha comprometido a la neutralidad de carbono para 2050. Paralelamente, la Unión Europea ha informado de que al menos el 25 % del próximo presupuesto comunitario se destinará a acciones relacionadas con el clima.
El sector privado también ha mostrado un impulso sin precedentes. Más de 87 grandes compañías han proclamado inversiones por 2,3 billones de euros para reducir emisiones, así como la modificación de sus estrategias de negocio para frenar la inercia imparable del cambio climático. Pero no todo han sido buenas noticias. Los mayores emisores de carbono —China, Estados Unidos e India— no están haciendo lo suficiente. Mientras que sus emisiones crecen, su compromiso con la descarbonización sigue siendo demasiado débil. A pesar de ello, durante la cumbre, India y China anunciaron medidas que hacen pensar que aún hay lugar para la esperanza. Concretamente India ha prometido aumentar la capacidad de energía renovable a 175 Gw para 2022, mientras que China ha apostado por reducir sus emisiones en 12.000 millones de toneladas cada año. Si bien toda acción es bienvenida, el tiempo corre en contra. Como sentenció Guterres durante la cumbre: "la emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero aún podemos ganarla".