El coronavirus ha trastocado nuestras vidas, en muchos casos con una fuerza devastadora. Ni el mundo ni la sociedad española volverán a ser los mismos. Sin embargo, esta trágica situación también ha demostrado, como ya ha ocurrido en otros momentos duros de la historia, que en las mayores dificultades los seres humanos sacamos lo mejor de nosotros mismos. Hoy, 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, rendimos un sincero homenaje a todos aquellos que han demostrado una gran altura moral al ponerse en primera línea de batalla para servir y proteger al resto la ciudadanía:
Los sanitarios, que luchan para cuidar de nuestra salud frente al virus.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que velan por nuestra seguridad.
Los empleados públicos, que garantizan el funcionamiento de la Administración Pública.
Los empleados del sector alimentario, esenciales en nuestro día a día.
Los transportistas y mensajeros, que conectan recursos y personas a lo largo del territorio.
Los profesionales de los servicios de movilidad, que garantizan nuestros desplazamientos.
Los trabajadores de la industria, que han seguido abasteciendo nuestros mercados.
Los periodistas, que nos informan puntualmente de la evolución de la pandemia.
Y una mención especial a los profesionales del sector energético, que desde el inicio de esta crisis han seguido trabajando para garantizar que la energía llegs a todos los rincones de España. En Red Eléctrica, más de 400 ingenieros y técnicos trabajan 24/7 para garantizar la seguridad y continuidad del suministro eléctrico y por el buen estado de la red de transporte.
La lista de trabajadores a los que debemos estar agradecidos es infinita. A todos les une el mismo modus operandi cada día: ¡mascarilla, guantes y acción! Con valentía y una gran vocación de servicio dejan a diario sus hogares y sus familias para proteger a las nuestras. Por todo esto, ellos deben sentirse orgullosos y, nosotros debemos recordar, cuando superemos esta crisis, que vencimos al virus gracias a su esfuerzo.
Afortunadamente, su implicación no ha pasado desapercibida. Desde el inicio de la pandemia, se generó un movimiento con el que la sociedad civil traslada a diario su agradecimiento. Siguiendo el ejemplo de Italia, cada día, a las 20h, dedicamos un aplauso a todos estos profesionales desde nuestros balcones y ventanas. Este aplauso es mucho más que un reconocimiento. Con cada palmada contribuimos a visibilizar la importancia de estas profesiones que, antes de esta crisis, en muchos casos pasaban desapercibidas. El COVID-19 deja tras de sí una estela de sufrimiento, pero también enseñanzas fundamentales para construir una sociedad mejor.
Por supuesto, el 1 de mayo es el día de todos los trabajadores y, aunque rindamos un tributo especial a los que están al frente de los servicios esenciales, también debemos recordar al resto de colectivos. A los que, desde casa, a través del trabajo en remoto, siguen contribuyendo al progreso económico de nuestro país, a la disponibilidad de muchos otros servicios, a nuestro bienestar físico y mental o a la educación de nuestros hijos.
A todos, ¡gracias!
Un atípico 1 de mayo
La celebración del Día Internacional de los Trabajadores se remonta al siglo XIX en plena Revolución Industrial. Concretamente fue en Chicago, Estados Unidos, donde el 1 de mayo de 1886 se levantó un movimiento obrero multitudinario en el que diversas organizaciones unieron fuerzas para luchar por una jornada de trabajo más digna. El camino recorrido desde entonces ha sido largo, pero los avances han sido inmensos.
Este año su conmemoración será atípica. No se celebrarán las tradicionales manifestaciones o celebraciones multitudinarias. Pero, desde nuestros hogares, seguiremos aplaudiendo a todos los valientes que a diario nos sanan, asisten y protegen en estos momentos.