En 2019, la Organización Internacional para las migraciones (OIM) incluyó en su glosario el término migración climática que definió como «el traslado de una persona o grupo de personas por cambios repentinos o progresivos en su entorno debido a los efectos del cambio climático que le obliga a abandonar su residencia habitual». Un problema al alza ya que, según un informe del Banco Mundial, en el año 2050 podría llegar a afectar a más de 140 millones de personas.