Miguel Delibes de Castro: el hombre con la última palabra sobre el lince ibérico y Doñana

Hacia finales de los años ochenta, Miguel Delibes de Castro (Valladolid, 1947) jugaba con una frase que sugería que el Parque de Doñana «servía» para lo mismo que el Museo del Prado; en pocas palabras: «Para nada». Por supuesto, se trataba de una broma con una buena dosis de ironía con la que exaltaba la innegable importancia de ambos: «Doñana es un patrimonio mundial, un patrimonio de la humanidad, una herencia natural, porque no solo las culturales son herencias que hay que respetar», zanjaba en una entrevista para Canal Sur en 1989.

El distinguido biólogo y experto en la conservación del Parque de Doñana como patrimonio de la humanidad participa en la mesa redonda «Cambio climático y biodiversidad, dos caras de la misma moneda» de las Jornadas de Sostenibilidad de Redeia.

Sin embargo, más allá de aquella puntiaguda broma con la que Delibes intentaba poner sobre la mesa el inmenso e irrenunciable valor patrimonial que tiene el que está considerado como uno de los santuarios naturales de España, su opinión se centraba también en la importancia de una las especies más emblemáticas del sur de Europa, es decir, del lince ibérico. «Si alguien dice que al lince le ha llegado su hora, y que qué más da que se extinga, pues sería como perder a Mozart. Nadie se murió por la falta de Mozart, y nadie se va a morir por la falta de linces, pero el mundo y la humanidad sí que estarían perdiendo una parte muy importante de sí mismos sin ellos», agregó por aquel entonces.

Delibes de Castro es la máxima autoridad en el país sobre el lince ibérico, pues fue, durante doce años, director de la Estación Biológica de Doñana. Además, es un reconocido biólogo, profesor e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Entre las distinciones que ha recibido por su dilatada carrera divulgativa y científica se encuentran el Premio Nacional de Medio Ambiente (2001), el Premio Rey Jaime I de Protección del Medio Ambiente (2003), el Premio nacional de Investigación Alejandro Malaspina (2005), además de es parte de la Selección Española de la Ciencia (2016). También ha sido distinguido con el Premio del Mérito de la Conservación del WWF International, y fue merecedor de la Medalla de Andalucía al Mérito Medioambiental (2022).

Miguel Delibes de Castro es la máxima autoridad en cuanto al lince ibérico y la Estación Biológica de Doñana

Un dato interesante sobre su trayectoria es que, cuando hacía su tesis, trabajó con Félix Rodríguez de la Fuente (el gran referente español de la divulgación ambientalista y naturalista de las últimas décadas gracias a su programa El hombre y la Tierra), y fue precisamente él quien le mostró cómo escribir para que sus historias llegaran a la gente y se interesaran cada vez más por las cuestiones medioambientales. No mucho más tarde llegaría a la mencionada Estación de Doñana, pero antes de eso, en 1983, fue uno de los firmantes del Manifiesto de Tenerife: el texto precursor del ecologismo político en España.

Entrar en su obra publicada merecería un texto aparte; aun así, cualquier perfil biográfico suyo quedaría incompleto sin citar obras como La naturaleza en peligro (Destino, 2005), La tierra herida: ¿qué mundo heredarán nuestros hijos? (Destino, 2005), una pieza elaborada con la coautoría de su padre, el novelista Miguel Delibes, y Cuaderno de campo de la naturaleza española (J. M. Reyero, 1995). Cabe mencionar que durante su juventud fue redactor de la Enciclopedia Salvat de la fauna, cuya dirección y coordinación estuvo a cargo del mismo Rodríguez de la Fuente.

Y es que son décadas las que lleva Miguel Delibes de Castro luchando por la conservación del lince ibérico. Hoy, los números del que está considerado como el felino más preciado de España y Portugal son alentadores, y sugieren que su recuperación en la naturaleza está siendo todo un éxito, pero no siempre fue así. A principios de este siglo estuvo a punto de extinguirse (en 2002 quedaban menos de 100 ejemplares). En una entrevista de 2003 del diario ABC, Delibes llegó a sostener que, de no ponerse en marcha con urgencia un plan para la cría y conservación del lince, sería prácticamente «un muerto viviente». Afortunadamente, ahora mismo, en 2022, la realidad ya es otra: en uno de los últimos censos realizados, el número de linces fue de 1400 (se calcula que para que esté fuera de peligro son necesarios entre 3000 y 3500 ejemplares).

El lince ibérico vive un «milagro», pues sus números se han recuperado notablemente después de haber sorteado la extinción a principios de siglo

El espacio natural de Doñana es, sin duda alguna, uno de los corazones silvestres de nuestro país y representa a la naturaleza peninsular en su estado más puro. No obstante, es un sitio que ha sufrido, por ejemplo, incendios, como el del trágico junio de 2017. Además, esta «joya» medioambiental es uno de los lugares más afectados por el impacto del cambio climático. Hoy, gracias a los incontables esfuerzos de las administraciones y de la sociedad civil, se recupera y aparece como un santuario para el lince.

Es precisamente el calentamiento global lo que está definiendo las agendas internacionales de muchos países europeos, y España no es la excepción, pues es una de las grandes causas de la desertificación. Por eso mismo, la extensa labor que Miguel Delibes de Castro lleva haciendo desde hace más de cuatro décadas para conservar y mantener sanos los ecosistemas más preciados del país resulta una labor invaluable hoy más que nunca.