Cinco menores activistas defensores del planeta

Vivimos en un planeta que sufre cada vez más los daños del cambio climático y con el problema de nuestro siglo en el tablero, los científicos ya han dictado sentencia: el ser humano es el principal responsable. Sin embargo, también puede ser el motor capaz de revertir la balanza climática si decide seguir el impulso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y construir un mundo mejor a nivel climático y social. En este camino, las generaciones más jóvenes exigen un mayor esfuerzo por parte de los gobiernos y se han convertido en el estandarte del cambio, un deseo que han canalizado recientemente en manifestaciones por las calles de Glasgow durante la COP26 al grito de “¿Qué queremos?: Justicia climática. ¿Cuándo la queremos?: ¡ahora!".

Y como el futuro no solo debe ser verde sino también justo, además de la lucha contra el calentamiento global, las nuevas generaciones piden que se ponga el foco en el respeto a los derechos humanos. Estas son algunas de sus voces, más allá de las de Greta Thunberg o Malala Yousafzai:

Francisco Vera: animalismo y defensa del ecosistema natural

Este joven activista colombiano fundó en 2019 su propio movimiento ambiental, Guardianes por la Vida, con más de 200 jóvenes de tres a 20 años centrados en la defensa de los derechos de los animales y del entorno natural. Con una lucha enfocada al ecologismo territorial, sus preocupaciones están en corregir la escasez de agua, garantizar el bienestar animal y asegurar un acceso equitativo a herramientas digitales que permitan luchar por la vida y el medio ambiente de forma interconectada a nivel global. Con solo 12 años, Vera ha sido nombrado embajador de buena voluntad de la Unión Europea, y aunque ha recibido amenazas por su activismo, seguirá liderando un movimiento donde los ecosistemas naturales recuperen el lugar que merecen.

Licypriya Kangujam: la voz del ecologismo rural

Dio sus primeros pasos en el activismo durante las campañas humanitarias dirigidas a las poblaciones afectadas por el terremoto de Nepal en 2015. Tres años después, participó en la Conferencia Ministerial de Asia sobre la Reducción de Riesgo de Desastre, y en 2019 creó en India, su país natal, el movimiento ecológico Child Movement. Con tan solo diez años, Licypriya promueve un ecologismo equitativo y pide acción ante la especial vulnerabilidad que sufren las comunidades rurales frente a los eventos extremos provocados por la crisis del clima. Además, su denuncia ambiental ha alcanzado la esfera política y ha solicitado a las autoridades de su país que elaboren una ley sobre el cambio climático, un impulso que refuerza liderando manifestaciones denunciando la mala calidad del aire en Delhi.

Autumn Peltier: defensa para la conservación del agua

Con apenas ocho años, Autumn Peltier inició su lucha por la preservación del agua. Esta joven, perteneciente a la Primera Nación Wikwemikong, una reserva indígena de Canadá, vive junto a su pueblo el problema de la contaminación de acuíferos y restricciones severas a la hora de acceder a este recurso. Conocida como “la guerrera del agua” Peltier se dirigió al primer ministro canadiense con tan solo 12 años para exigirle responsabilidad a la hora de proteger el agua en su país. Tras este encuentro su participación ha sido constante en distintos foros a nivel internacional. En 2019 fue nombrada Comisionado Jefe de Agua por la Nación Anishinabek, siendo la principal portavoz de un gran conjunto de comunidades indígenas de Canadá en Naciones Unidas. Ese mismo año, fue nominada para el Premio Internacional de la Paz Infantil.

Ayakha Melithafa: lucha inclusiva contra el cambio climático

Esta estudiante de Ciencia y Tecnología de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) aúna la lucha climática y la inclusión energética. A través de movimientos como Project 90 by 2030 busca reducir un 90% las emisiones de dióxido de carbono en su país para 2030. Además, su voz se centra en movilizar a la sociedad sudafricana para que lidere una transición energética justa, sobre todo en África, un continente donde los más pobres sufren los daños del cambio climático con mayor intensidad. El futuro verde debe ser de todos, y ella aboga por una lucha contra el cambio climático que sea también inclusiva, poniendo en el centro del movimiento a las sociedades más pobres del continente africano.

Kehkashan Basu: no habrá sostenibilidad sin educación global

Ganadora del Premio Juvenil Internacional de la Paz 2016 y fundadora de la organización Green Hope, esta joven emiratí considera que la clave está en empoderar a las generaciones jóvenes a través de la Educación para El Desarrollo Sostenible promovida por la UNESCO. Con esa meta, Kehkashan Basu, que inició su activismo con apenas 16 años de edad, desarrolla conferencias y talleres que abordan temas vinculados con la sostenibilidad como la preservación de la biodiversidad, la reducción de la huella de carbono o la justicia medioambiental. Con esta palanca formativa y los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el centro, Basu busca asegurar el derecho de los niños a tener una educación de calidad y adecuada a los retos de su siglo.