El nuevo plan de la Unión Europea para dejar de contaminar el aire, el agua y el suelo

El pasado 21 de mayo, la Unión Europea adoptó el Plan de acción ‘Hacia una contaminación cero del aire, el agua y el suelo’, una nueva hoja de ruta con la que pretende empezar el camino hacia una Europa con cero contaminación del aire, el agua y el suelo. El motivo está claro: acabar con uno de los problemas que ha generado la grave crisis climática que vivimos, que afecta al medio ambiente, pone en peligro de extinción a una gran cantidad de especies y genera graves problemas de salud en las personas (cada año mueren siete millones de personas por enfermedades derivadas de la polución, según las cifras de la Organización Mundial de la Salud).

Cada año mueren siete millones de personas por enfermedades derivadas de la polución

En el marco del nuevo plan, la Unión Europea se plantea seis objetivos de cara al 2030. El primero es mejorar la calidad del aire para reducir en un 55% el número de muertes prematuras causadas por la contaminación. El segundo, reducir los desechos y el uso de plásticos que dañan el agua del mar en un 50% y los microplásticos que se liberan al medio ambiente en un 30%. El tercero, reducir las pérdidas de nutrientes y el uso de pesticidas químicos en un 50% para cuidar la tierra. El cuarto es el de disminuir en un 25% los ecosistemas contaminantes del aire que suponen una amenaza para la biodiversidad. El quinto consiste en reducir la contaminación acústica en un 30% para una mejor calidad de vida de la población. Y, el sexto y último, es reducir en un 50% los residuos producidos en las urbes.

Las cinco claves del plan

La ambición de la cero contaminación. Se trata, dicen, de “un objetivo transversal que contribuye a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y complementa el objetivo de neutralidad climática”. La manera de hacerlo es a través de un marco legislativo en el que incluir la prevención contra la contaminación en todas las políticas e iniciativas de la Unión. A través de soluciones basadas en la naturaleza y la digitalización, la Unión Europea pretende transformar los modelos de producción y consumo, y apostar por un modelo de negocio de economía circular que sea más limpio.

Mejorar la salud y el bienestar. Es uno de los objetivos principales de todo el plan. Para conseguirlo, la Unión Europea pretende alinear los estándares de calidad del aire con las próximas recomendaciones de las Naciones Unidas, además de proveer a las autoridades locales de los modelos para mantener el aire limpio y ayudar a la monitorización de las emisiones. También aspira a reducir la contaminación del aire en los interiores de los hogares y edificios que provienen de fuentes como los sistemas de calefacción y aire acondicionado, y del tabaquismo.  

Vivir dentro de los límites del planeta. Para conseguirlo, apuntan, “debemos implementar los marcos regulatorios existentes que protegen el aire, las aguas dulces, y los mares y océanos más rápido y mejor, mientras se trabaja urgentemente hacia un nuevo marco. Además de evaluar periódicamente el estado de la tierra para tomar medidas para evitar su daño”. Para conseguirlo, los estados miembros deben cumplir con la normativa que regula la contaminación del aire. Además, se pondrá especial atención en el cuidado del agua de los mares y océanos, promoviendo transportes marinos que no generen emisiones. También pretende eliminar los contaminantes y nutrientes de las aguas residuales para tratarlas y hacer viable su reutilización.

Hacia la cero contaminación de la producción y el consumo. La Unión Europea revisará la Directiva de Emisiones Industriales para acelerar la transición hacia una producción que genere cero emisiones. Además de que los materiales que se usen para bienes de consumo deberán ser lo más sostenibles que sea posible.
Garantizar una implementación y una ejecución de las normas más estricta. Para ello, la Unión Europea pretende promover las relaciones entre las autoridades nacionales y las redes europeas de agencias, inspectores, auditores, policía, fiscales y jueces que trabajan en el área del medio ambiente. Además, insta a la sociedad civil a participar como guardianes de que se cumplan las normativas, garantizando una mayor participación y mayor acceso a la justicia en caso de ser necesario.