Es el momento de la ambición climática europea. La UE se encuentra ante un momento crucial de su historia tras la pandemia, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no ha dudado en redoblar su apuesta por la agenda verde como mecanismo de salida ante la crisis sanitaria y económica que sacude al mundo. Al menos así lo aseguró el pasado miércoles cuando, durante su primer discurso sobre el Estado de la Nación, anunció un aumento del recorte de las emisiones de “al menos” el 55% (respecto a los niveles de 1990) en vez del 40% actual para 2030.
Se trata, según asegura Von der Leyen, de una meta “ambiciosa pero alcanzable” que, aunque pueda parecer “insuficiente para algunos y excesiva para otros” es más necesaria ahora que nunca. La Comisión lleva meses advirtiendo de que posponer la acción climática no era una opción. “Para hacer frente a la crisis de la COVID-19 necesitamos políticas macroeconómicas expansivas, y el Green Deal ofrecerá un doble beneficio: la inversión necesaria para la transición es del mismo calibre que la necesaria para la recuperación. Así que, ¿por qué escoger una cuando podemos tener las dos?”, explicaba hace apenas unas semanas, el vicepresidente de la Comisión y encargado de la agenda verde, Frans Timmermans.
"El objetivo climático de 2030 es ambicioso pero alcanzable y beneficioso para Europa"
Así, la propuesta de aumento de la ambición climática, que deberá ser sometida a votación en el Parlamento Europeo en octubre, pretende garantizar que se alcance el objetivo de convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro y el del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura planetaria en 1,5ºC.
Para llevar a cabo esta hazaña, la Comisión cuenta con el Fondo para la Recuperación de Europa de 750.000 millones, de los cuales, un 37% se gastará directamente en el Green Deal. Además, se fijará un objetivo para que el 30% de los fondos del plan de recuperación, financiado a través de la emisión de deuda, sea “a través de bonos verdes”.
La apuesta por la digitalización
“Esta tiene que ser la década digital de Europa”, explicaba la alemana. Pero para eso, aseguraba, se deben dejar claros los principios de privacidad, conectividad, libertad de expresión, libre circulación de datos y ciberseguridad. En esta línea, las actuaciones de la UE se articularán en torno a diferentes ejes que incluyen la creación de una nube informática europea y una identidad electrónica europea segura, la apuesta por la conectividad en cada población y una inversión de 8 mil millones de euros en superordenadores y otra inversión para la expansión del 5G, el 6G y la fibra.
Un refuerzo del sistema sanitario
Si bien la Unión Europea está todavía en proceso de recuperación, también quiere estar preparada para futuras pandemias. Por eso, durante el discurso sobre el Estado de la Unión se anunció la creación de una agencia europea de investigación y desarrollo biomédicos avanzados, así como la construcción de una Unión Europea de la Salud más fuerte, con el refuerzo del programa EU4Health, de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).
Plan para la migración
Desde 2015 Europa busca cómo gestionar la crisis migratoria. Ahora, apenas dos semanas después del incendio del campo de refugiados de Moria (Grecia), Von der Leyen ha anunciado un plan sobre migración y asilo que la Comisión presentará este miércoles 23 de septiembre y que, según asegura, incluirá un “enfoque humano”. Asimismo, la presidenta ha subrayado la necesidad de solidaridad con los países en primera línea de llegadas.