En poco más de una década el trabajo en el sector de las energías renovables está cerca de duplicarse, sobre todo gracias al impulso de la energía fotovoltaica, aunque las brechas geográficas y de género aún son una tarea pendiente.
En un mundo laboral cada vez más dinámico, marcado por el paso de las nuevas tecnologías, las energías renovables llevan años alzándose como un motor de empleo. Desde 2012, han aumentado la cantidad de trabajadores en un 87,7%, hasta llegar a los 13,7 millones en todo el mundo.
Un crecimiento exponencial que ejemplifica el interés por un mundo más ecológico y limpio, aunque con grandes diferencias según el tipo de industria. Así, la fotovoltaica es la más extendida, alcanzando casi 5 millones de empleos en todo el mundo, lo que supone 1 de cada 3 puestos en el sector. Le siguen de lejos el biofuel líquido (2,5 millones concentrados sobre todo en la cadena agrícola), y la hidráulica (2,5 millones). En último lugar se encuentra la energía marina con solo un millón.
En una década, los empleos en energías renovables han aumentado un 87,7%, hasta llegar a los 13,7 millones en 2022
Según IRENA, la Agencia Internacional de Energías Renovables, que publica estos datos en su informe anual de 2023, la gran mayoría de estos puestos de trabajo se concentra en unos pocos países, lo que refleja la desigualdad geográfica en la fabricación de equipos e instalaciones de capacidad.
En esa carrera a varias velocidades, China es, con diferencia, el país que mejor se ha posicionado, con 5,5 millones de empleos en 2022, el 41% del total. Mientras tanto, en el resto de Asia pueden contarse casi dos millones de puestos de trabajo en estas energías. La Unión Europea contrata a 1,6 millones de personas, seguida de Brasil, con 1,4, y de Estados Unidos, que no llega al millón.
Además de la geográfica, detrás de las energías renovables se esconde otra brecha: la de género. Las mujeres ocupan tan solo un tercio de los puestos de trabajo de la industria renovable (32%). Incluso en la energía solar, donde más pueden encontrarse (40%), puede apreciarse cómo el techo de cristal es palpable: ocupan tan solo un 17% de los puestos senior, mientras que representan el 58% de la administración. «Las competencias STEM son esenciales para muchas de las profesiones requeridas en las energías renovables, pero los prejuicios relativos a las capacidades de las mujeres hacen que su presencia en estos campos siga siendo limitada», explican desde IRENA.
Las mujeres representan tan solo un tercio de los puestos en el sector, concentrados en las escalas laborales menos cualificadas
Las políticas hacia una transición ecológica y las tecnologías aplicadas a conseguir un planeta más limpio y verde hacen que las perspectivas de empleo sean optimistas, con una estimación de 39 millones de empleos directos en el sector renovable y 81 millones de empleos relacionados para 2050.
Para ello, Francesco La Camera, director general de IRENA, que aglutina al sector, apuesta por un enfoque holístico «que abarque no solo los avances tecnológicos, sino también los aspectos socioeconómicos». Esto requerirá de una comprensión de las transformaciones de gran alcance que se desarrollarán «a medida que el mundo pase de los combustibles fósiles a las energías renovables y a una mayor eficiencia energética».