Un viaje virtual a la naturaleza: ocho propuestas cinematográficas

Imagen de la película Honeyland

Pese a que la situación por la que actualmente atravesamos no es la que ninguno habría deseado, cada día estamos más cerca de retomar la normalidad, nuestra cotidianeidad. Por el momento, estamos afrontando el confinamiento con cierto estoicismo, pero también hay que reconocer que abstraerse de la realidad en la que vivimos a veces se hace a veces cuesta arriba. Hoy iniciamos un largo puente en el que muchos recordamos viajes entrañables y experiencias divertidas. Y, como este año no puede ser, proponemos un viaje, al menos virtual, por muchos de esos parajes de una naturaleza que hoy se antoja lejana pero que sigue ahí, pendiente de que la descubramos, de que la protejamos.

A continuación se detallan algunas propuestas culturales y de ocio para pasar estos días recordando la dimensión que la naturaleza tiene en nuestras vidas y lo importante que es saber transmitirlo a las generaciones más jóvenes.

Una verdad incómoda (2006), Davis Guggenheim

Probablemente el primer gran documental que puso en el centro del debate mundial el problema del cambio climático. La idea de hacer un documental surgió en 2004, tras una charla sobre el clima de Al Gore, el que fuera vicepresidente de los Estados Unidos bajo el mandato de Bill Clinton. La cinta, que obtuvo dos premios Óscar, se ha convertido en un imprescindible en escuelas y universidades de todo el mundo.

Wall-E (2008), Andrew Stanton

Una joya más de Pixar que reflexiona sobre el consumismo desmesurado del ser humano. Situada en el año 2800, en un planeta Tierra devastado y sin vida humana en el que un pequeño robot (Wall-E) sigue haciendo el trabajo para el que fue creado años atrás: limpiar toda la basura del planeta. La cinta hace reflexionar sobre si nuestro estilo de vida es realmente sostenible y compatible con la naturaleza.

Avatar (2009), James Cameron

Una película que en su momento rompió todas las listas de cintas más taquillera de la historia y que nos presentaba Pandora, un planeta alternativo al que el ser humano viajaba en busca de un mineral que ayudase a acabar con los problemas energéticos en la Tierra. Cuando la ciencia ficción se acerca tanto a la realidad quiere decir que algo estamos haciendo mal, ya que en 2009 planteaba problemas todavía muy presentes en 2020.

Interstellar (2014), Christopher Nolan

Uno de los mejores directores de la actualidad, Christopher Nolan, nos muestra un futuro que tampoco parece muy descabellado: todos los recursos se están agotando y nuestro planeta tiene las horas contadas. La única solución es salir al espacio exterior para buscar otro lugar en el que poder habitar y salvar así la raza humana. Sin llegar a situaciones tan extremas, la explotación desmedida de los recursos en la actualidad puede tener consecuencias devastadoras en el futuro.

El olivo (2016), Icíar Bollaín

Película española que narra la historia de un árbol, un olivo centenario, que es vendido en contra de la voluntad de su dueño a una empresa para plantarlo en un edificio en Europa. La cinta de Icíar Bollaín defiende la importancia del patrimonio natural y pone de manifiesto la importancia que puede llegar a tener la naturaleza en nuestras vidas.

Capitán fantástico (2016), Matt Ross

Narra las aventuras de una familia grande, con seis hijos, que viven en las afueras de Oregón, en Estados Unidos, huyendo de la civilización y renunciando a la tecnología. Esta obra protagonizada por Viggo Mortensen, puede ser considerada una utopía pero nos recuerda que es posible vivir más en contacto con la naturaleza en nuestro día a día.

Nuestro planeta (2019), Alastair Fothergill

Es uno de los documentales más exitosos de Netflix, y eso quiere decir algo. Una producción que se rodó en más de 50 países y que hace una defensa a ultranza de la lucha contra el cambio climático. Visualmente brillante, avisa de que dentro de 20 años “el colapso de la Tierra será inevitable”, y para hacernos reflexionar, que mejor que ver a todas las víctimas de esta catástrofe ambiental que estamos provocando.

Honeyland (2019), Ljubomir Stefanov y Tamara Kotevska

La gran triunfadora de la última edición del famoso festival cinematográfico de Sundance es una cinta documental que sigue la vida de una criadora de colonias de abejas que vive en soledad en un remoto pueblo balcánico de Macedonia del Norte. El orden natural de la zona se ve amenazado cuando una familia se instala en el pueblo e intenta dedicarse también a la cría de abejas. Es una bella alegoría sobre el impacto que el ser humano tiene en la naturaleza y lo frágil que es el equilibrio entre ambos.