En un mundo donde la escasez de agua plantea desafíos cruciales, los humedales construidos emergen como una solución innovadora y sostenible. Esta solución no solo establece un marco para el aprovechamiento del agua, sino también para el conocimiento aplicable de nuestro entorno natural.
No es casualidad que las grandes civilizaciones se formaran en torno a masas de agua; su necesidad es innegable para la supervivencia humana. El agua es esencial para actividades como la agricultura, la industria, pero también necesidades del día a día como la limpieza de nuestra ropa, comida o espacios de nuestro hogar. Y, ante una población cada vez más numerosa y que cada vez genera más residuos, disponer de este recurso se vuelve indispensable tanto por su función vital como purificadora .
Si bien la conservación y recuperación de los bosques se han establecido como medidas protagonistas en la lucha contra el cambio climático; están lejos de ser los únicos actores en escena. Los humedales, a menudo pasados por alto, son igualmente vitales en la preservación del equilibrio ambiental. Si los bosques se consideran el «pulmón» del planeta, los humedales actúan como riñones. Estos ecosistemas de transición entre acuáticos y terrestres, tales como marismas, manglares, estanques, pantanos, lagunas o lagos, depuran el agua de manera natural. El Convenio de Ramsar, aprobado en 1971 y a día de hoy, firmado por 172 países, reconoce su importancia vital para la biodiversidad, la mitigación del cambio climático y el bienestar humano. Sin embargo, el Global Wetland Outlook alerta que, desde 1970, estas fuentes de agua han desaparecido hasta un 40%, tres veces más rápido que los bosques.
Si los bosques se consideran el «pulmón» del planeta, los humedales actúan como «riñones»
A pesar de cubrir un 70% de nuestro planeta tal y como destaca la WWF, la idea de que el agua siempre será abundante se ha visto desafiada por el agravamiento del cambio climático, colocando la preservación del agua en el centro de los desafíos ambientales actuales. Por ello se buscan formas innovadoras de aprovechar, tratar y reutilizar el agua en un ciclo sostenible, abrazando la filosofía y principios de la economía circular. Dentro de este enfoque existen soluciones innovadoras pero que se inspiran en la naturaleza, las llamadas soluciones biomiméticas. Este es el caso de los humedales construidos, diseñados a partir de la imitación de los procesos naturales de los humedales, como aquella de filtrar sedimentos, contaminantes y toxinas en el agua, en este caso, para resolver desafíos humanos.
Los humedales construidos ofrecen ventajas ecológicas, estéticas y recreativas en su entorno, facilitando su aceptación e implementación. No obstante, contrariamente a los sistemas de tratamiento de aguas por depuradoras con elevados costes energéticos y económicos, estos sistemas también destacan por su fácil operación y bajo coste. Por otro lado, su versatilidad y eficacia, pudiendo ser adaptados a diferentes contextos y diseñados para tratar distintos tipos de aguas residuales, desde sistemas pequeños para hogares hasta grandes sistemas para ciudades y regiones; lo convierten en una solución viable para enfrentar la escasez de agua y proteger nuestro medio ambiente. Por último, purificando el agua de manera natural y revitalizando comunidades, los humedales construidos ofrecen una solución accesible y descentralizada.
Los humedales construidos ofrecen ventajas ecológicas, estéticas y recreativas en su entorno, facilitando su aceptación e implementación
En ciudades como Durban, Sudáfrica, además de tratar aguas residuales urbanas como en Shenzhen, China, los humedales funcionan como atractivos espacios recreativos para la fauna y destinos turísticos. Aunque en su mayoría se han considerado depuradoras de aguas residuales urbanas, a lo largo del Medio Oeste en América y en Europa en países como Países Bajos o Italia se han empezado a utilizar para tratar la contaminación de las aguas de granjas en ámbito rural. En España, los humedales de Illa de Mar y L’Embut, en el Delta del Ebro, contribuyen además a la restauración de humedales dañados por actividades humanas, ofreciendo no solo soluciones de tratamiento de aguas, sino también desempeñando un papel crucial en la preservación y restauración de ecosistemas vulnerables como aquel de aves en peligro de extinción.
Los humedales construidos, demuestran el potencial de la naturaleza para resolver nuestros desafíos más urgentes y hacerlo de manera transversal. Integrar estas soluciones naturales, multifuncionales, en nuestras estrategias de gestión del agua es clave para un futuro más sostenible e inclusivo.