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Marina Palacios: «Los arrecifes de coral ocupan el 1% del planeta y albergan el 25% de la vida marina»

Jose Salido - Coral Soul

Marina Palacios Miñambres es una científica marina y ambientóloga que cofundó y dirige Coral Soul, asociación que trabaja por la recuperación de los arrecifes de coral del Mediterráneo y que cuenta con un proyecto pionero para la restauración y protección de los mismos. Este programa ha sido financiado durante 3 años por Coral Guardian y en los próximos 18 meses será cofinanciado por el FEMPA (Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura) dentro de la Convocatoria Pleamar de la Fundación Biodiversidad. Hablamos con ella de dicha iniciativa y de la importancia de los arrecifes de coral para la conservación de la biodiversidad marina.


Además de científica marina y ambientóloga, eres una experta buceadora. ¿Tu fascinación por los ecosistemas marinos comenzó a través de dicha actividad o venía de antes?

La verdad es que mi amor hacia el mar comienza desde pequeñita. Mis primeros recuerdos son en la playa, con mis padres, que también son grandes amantes del mar. Y siempre tuve claro que quería trabajar protegiéndolo. En cuanto cumplí 17 años me fui a estudiar a Cádiz, y desde entonces todos los pasos de mi carrera profesional se han orientado hacia la conservación de la biodiversidad marina, y especialmente de los corales.

Desde Coral Soul trabajáis por la conservación marina a través de la restauración de arrecifes de coral que se encuentran amenazados. ¿Qué  papel juegan dichos arrecifes en la protección de la biodiversidad marina?

Los arrecifes son elementos fundamentales en la vida marina porque nos dan una serie de servicios ecosistémicos. Son generadores de vida por su capacidad de concentración de especies, que hace que cientos de ellas dependan de los corales. Si los corales desaparecen, también lo harían muchas especies marinas. Además, actúan como sumideros de CO2, por lo que ayudan a combatir el cambio climático. Y no podemos olvidar que son bioindicadores que registran cualquier cambio que se produce en el ecosistema, por lo que monitorizarlos permite controlar los cambios de nuestros ecosistemas marinos. Por último, son motores socioeconómicos de numerosas poblaciones, tanto a nivel pesquero como turístico.

¿Cuáles son los principales riesgos que corren los arrecifes de coral?

Los principales riesgos son el estrés térmico por el aumento de la temperatura de las aguas, la sobrepesca, la acumulación incontrolada de todo tipo de residuos, físicos y químicos, e incluso el coleccionismo, que en algunas zonas está acabando con los arrecifes. 

«Los proyectos de Coral Soul se basan en tres pilares básicos: la investigación científica, la acción directa de recuperación de arrecifes y la sensibilización»

En 2021, desde Coral Soul lanzasteis Deep Core Project, un plan pionero en la recuperación de arrecifes. ¿En qué consiste el proyecto?

En Coral Soul trabajamos con los denominados arrecifes profundos, en este caso los que se sitúan a entre 30 y 60 metros de profundidad. El proyecto Deep Core Project surge como una necesidad imperativa de actuar ante la desaparición de un ecosistema dominado por una población única de coral candelabro en los arrecifes profundos de la Zona de Especial Conservación de los acantilados y fondos marinos de la Punta de la Mona en la costa de Almuñécar, Granada. A pesar de ser una zona protegida, no se le ha otorgado ningún plan de ordenación de los recursos y sufre un impacto de años por el abandono accidental de elementos propios de la pesca y el fondeo de embarcaciones como redes, anclas y cadenas. Lo primero que hicimos fue crear una red científica, junto con diversas instituciones públicas y privadas, para estudiar el ecosistema desde todos los puntos posibles. Desarrollamos desde estudios genéticos y de ADN hasta otros poblacionales de las especies que vivían en los arrecifes, pasando por  investigar la hidrodinámica de las corrientes y los parámetros ambientales y, sobre todo, un estudio geomorfológico. A partir de ahí arranca un programa de saneamiento para retirar todos los residuos, y aquellos corales fracturados y, por tanto, heridos, se trasladan a las guarderías de corales.

¿Qué es exactamente una guardería de corales?

Cuando el coral se parte o fisura se produce una herida que es colonizada por parásitos. Estos les provocan enfermedades que, poco a poco, acaban con su vida. Es imprescindible, para que puedan repoblarse, someterlos a un tratamiento previo que pueda curar las patologías que tienen. Hemos logrado detectar hasta ocho patologías distintas. Una vez el coral está totalmente curado se devuelve de nuevo al arrecife, insertándolo en zonas estratégicas previamente estudiadas donde tiene asegurada su total recuperación. En eso consisten las guarderías de coral, en espacios habilitados en la misma profundidad en que estos habitan para poder tratarlos y curarlos. El proyecto cuenta con tres, cada una para un rango de profundidad.

¿Los resultados de las acciones desarrolladas hasta la fecha dentro de Deep Core Project son positivos?

Desde que arrancamos el proyecto la abundancia de peces en la zona ha aumentado en un 75%, la de invertebrados y fauna asociada en un 42% y, tras tres años de seguimiento, hay un 91% de supervivencia de los corales tratados.

¿Es extrapolable este proyecto a otros territorios marinos, a nivel global?

Sí, hemos comprobado que las técnicas empleadas son replicables e incluso adaptables a otros tipos de corales. Concretamente, tras el éxito de Deep Core Project, arrancamos un proyecto con el apoyo de la Unión Europea en Cerdeña para recuperar corales sometidos a estrés térmico, y otro conjuntamente con la Universidad del Algarve, en Portugal, para recuperar corales de sus costas.

Sin duda, para facilitar la conservación de los arrecifes de coral, son imprescindibles las labores de conservación e investigación que realizáis. Pero, ¿qué importancia tiene en dicha conservación la sensibilización social?

Muchísima. Los proyectos que desarrollamos se basan en tres pilares básicos: la investigación científica, la acción directa de recuperación de arrecifes y la sensibilización. Trabajamos para involucrar a la población local, al sector pesquero, con el que realizamos sesiones de trabajo para transmisión de conocimientos horizontales, a las administraciones y a la ciudadanía en general, incluso con programas de sensibilización para menores de edad que desarrollamos en toda España, no sólo en poblaciones costeras.

«Los principales riesgos que corren los arrecifes de coral son el estrés térmico, la sobrepesca, la acumulación de residuos, e incluso el coleccionismo»

¿Cómo puede contribuir un ciudadano de a pie a la conservación y la recuperación de corales? ¿Qué actividades ciudadanas generan más impacto sobre ellos?

Lo primero es el apoyo y la colaboración con entidades y proyectos de recuperación. Lo segundo es la sensibilización, ser conscientes del valor que tienen los arrecifes de coral y el peligro que corren, por desgracia. Y, por último, el conocimiento de la importancia de las pequeñas acciones. Tenemos que tener siempre presente el poder que tenemos cada uno de nosotros. Algunas actividades que podemos realizar son apostar por un consumo adecuado de los recursos marinos, una correcta gestión del agua, el reciclaje o la disminución del uso de cualquier tipo de residuos. Y por supuesto, impulsar planes de gestión para que áreas marinas protegidas sirvan como zonas resilientes y como el corazón para recuperar y para mantener los ecosistemas.

Entiendo que también es importante la participación de las administraciones públicas. ¿Existe normativa legal orientada a la protección de los arrecifes de coral?

Sí, nuestros arrecifes forman parte de zonas catalogadas como Hábitat de Interés Comunitario (HIC) para los que la Unión Europea quiere garantizar la conservación, o ya a nivel estatal como Zona de Especial Conservación (ZEC) o Parque Natural. El problema surge cuando, a pesar de pertenecer a zonas protegidas, no se desarrollan planes de gestión adecuados para asegurar tal protección.

Por último, ¿podrías facilitarnos algún dato que confirme la aportación a la biodiversidad marina de los arrecifes de coral restaurados?

El dato más relevante es la constatación de que los arrecifes de coral tan solo ocupan el 1% de la superficie del planeta, pero albergan el 25% de la vida marina. A día de hoy, hemos perdido casi la mitad de los arrecifes de coral a nivel global. De continuar así, en 2050 habremos perdido más del 70%, por lo que es vital para la vida en nuestro planeta el seguir trabajando en su conservación.

Claudio Barría: «Nuestro vínculo con el mar y su importancia en nuestras vidas es innegable»

El 70% de la superficie del planeta es mar. Un mar en el que, como explica Claudio Barría, «hay una diversidad que ni siquiera somos capaces de imaginar». Doctor en Ciencias del Mar, profesor de la UAB, miembro del grupo de expertos de la UICN y cofundador de Catsharks, Claudio Barría nos habla de la importancia de la biodiversidad marina. Es experto en tiburones y rayas y su investigación la ha desarrollado en diferentes lugares, como el Océano Pacífico, el Atlántico y el Mar Mediterráneo. 


¿Qué te motivó a especializarte en biología marina y, en particular, en tiburones y rayas?

Mi familia se dedica a la pesca y crecí en un ambiente marino. Siempre he sentido atracción hacia el mar y todo lo que habita en él. ¿Por qué no dedicarme a explorar lo que se encuentra en sus profundidades y trabajar para conservarlo? Mi fascinación por los tiburones y las rayas comenzó cuando, de niño, encontré un tiburón pequeño en el bote de pesca de mi familia, era una musola. Tenía las aperturas branquiales descubiertas, dientes diferentes y cuerpo alargado. En ese momento surgió mi amor por descubrir más sobre este grupo de peces tan particular. Posteriormente, ya en la universidad, me di cuenta de que los tiburones son animales bastante estigmatizados y sentí que alguien debía hacer algo para evitar que desaparecieran.

¿Qué proyectos de investigación científica estáis desarrollando actualmente en Catsharks?

Acabamos de obtener un proyecto nacional, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y en colaboración con la Universidad de Oviedo, para investigar si se están comercializando especies en peligro de extinción y qué podemos hacer para reducir esta práctica. Vamos a identificar las especies presentes en el Mediterráneo y en el Atlántico a través de análisis de ADN y de visitas a las lonjas. También tenemos un proyecto para establecer protocolos básicos para mantener a los tiburones en cautiverio, con el objetivo de recuperar algunas poblaciones que están a punto de desaparecer. Además, participamos en el proyecto «Tiburones y Rayas», dentro de la iniciativa Observadores del Mar, que involucra a la ciudadanía en la identificación de lugares prioritarios para la conservación de tiburones y rayas en España. 

«Los tiburones son animales bastante estigmatizados y sentí que alguien debía hacer algo para evitar que desaparecieran»

Uno de vuestros últimos estudios aborda los niveles de concentración de metales pesados en tiburones, rayas y quimeras del Mediterráneo occidental. ¿Cuáles son los principales hallazgos de este estudio? 

Este estudio fue desarrollado por Pol Carrasco, socio de Catsharks, como parte de su trabajo de máster, que tuve el honor de dirigir. Es el análisis de metales pesados que ha abarcado la mayor cantidad de especies de tiburones, rayas y quimeras en todo el Mediterráneo: se analizaron 116 muestras de tejido muscular de 17 especies de condrictios del Mediterráneo occidental. Los tiburones mostraban mayores concentraciones de cadmio y cobre y las quimeras presentaban la mayor concentración de plomo. Dentro del grupo de condrictios, las rayas eran las que tenían menores concentraciones de metales pesados. A nivel de especies, el tiburón negrito (Etmopterus spinax) presentaba las concentraciones más elevadas de cadmio y cobre y la quimera (Chimaera monstrosa) tenía las mayores concentraciones de plomo. Ambas superaban los niveles permitidos por la UE, por lo que no se recomienda el consumo. Sin embargo, aún quedan especies por evaluar, muchas de ellas se consumen habitualmente. 

¿Qué importancia tienen los tiburones, rayas y quimeras para el equilibrio del medio marino? ¿Cuáles son las principales amenazas a las que se enfrentan actualmente?

Los tiburones y rayas son depredadores y cumplen un rol fundamental en la estructuración de las cadenas alimenticias marinas, influyendo en ellas desde arriba hacia abajo. Para explicarlo mejor, suelo utilizar el modelo del castillo de naipes, que representa nuestra red trófica marina. Si retiramos las cartas basales, el castillo se derrumba: es lo que ocurriría si hubiera alteraciones en el plancton. Si quitamos las cartas superiores, el castillo de naipes también puede colapsar y sería lo que ocurriría con la desaparición de tiburones y rayas. Este colapso podría ocurrir por la sobrepesca, el uso de artes de pesca poco amigables con el medio ambiente, la contaminación, la degradación de hábitats o el cambio climático.

¿Cómo está afectando el cambio climático y la sobrepesca a estas especies marinas?

Aunque es difícil evaluar la situación de las 1.200 especies de tiburones y rayas, casi la mitad están amenazadas o cerca de la amenaza de extinción. La sobrepesca ha reducido las poblaciones de tiburones en algunas zonas en más del 70% en los últimos 50 años, y otras especies están al borde de la extinción. Se estima que más de 100 millones de tiburones mueren cada año como resultado de la pesca dirigida y accidental en todo el mundo. El cambio climático está provocando un aumento del nivel del mar, olas de calor marinas, anomalías térmicas, acidificación del océano y cambios en las corrientes marinas. Estos cambios han afectado al metabolismo de algunos tiburones y sus crías y es probable que muchos tiburones se vean obligados a cambiar sus rutas migratorias o a desplazarse hacia aguas más profundas en busca de mejores condiciones para su supervivencia.

«Se estima que más de 100 millones de tiburones mueren cada año como resultado de la pesca dirigida y accidental en todo el mundo»

¿Qué podemos hacer la ciudadanía para no contribuir a la pesca de especies amenazadas?

El papel de la ciudadanía es fundamental. Una persona informada tiene el poder de decidir si quiere consumir especies en peligro de extinción o no. Se están dando pasos para aumentar la sensibilización y la información disponible sobre la situación de estas especies, lo que permitirá a la ciudadanía tomar decisiones más conscientes y responsables. Vamos en esa dirección, pero aún queda mucho por hacer.

¿Qué papel tiene la ciencia en la creación de políticas de conservación efectivas?

Desempeña un papel crucial, ya que permite a las administraciones implantar acciones de manejo adecuadas. Es fundamental que se trabaje de manera conjunta y continua en procesos que son cada vez más urgentes, como la adopción de medidas efectivas a través de un plan de acción nacional, integral y con recursos en el tiempo. Este plan debería incluir la recuperación de las poblaciones, la divulgación científica, la educación, el seguimiento de los planes de acción y la fiscalización, entre otras prioridades. 

¿Cómo se está abordando la conservación de los elasmobranquios en otras partes del mundo?

Por ejemplo, en Estados Unidos se realizan seguimientos detallados de la pesca recreativa; en Colombia, se prohíbe la pesca de tiburones y rayas; en Chile, se realizan pescas exploratorias de rayas para evaluar sus abundancias; y en Reino Unido o Maldivas, se promueven actividades de ecoturismo. En Suecia y Suiza, el etiquetado de productos pesqueros es mucho más riguroso. En lugares como Isla Cocos o Indonesia, se han establecido áreas protegidas donde las poblaciones de tiburones han comenzado a recuperarse tras una tendencia a la baja. Existen diversas medidas de gestión que pueden ser efectivas, pero es crucial que se adapten a las necesidades específicas de cada país.

¿Qué actividades turísticas, como el buceo o la pesca recreativa, tienen mayor impacto en los elasmobranquios? 

Con una buena regulación, el buceo no genera ningún impacto negativo en tiburones y rayas. En el caso de España, las actividades de observación contribuyen a la ciencia ciudadana y deberían potenciarse para promover el conocimiento de nuestra biodiversidad. En cambio, la pesca recreativa tiene un impacto sobre las especies capturadas y su ecosistema. Solo en Baleares existen más de 49.000 licencias de pesca recreativa, pero los datos de estas pescas no llegan a ningún repositorio público. Aunque existen pescadores responsables e informados, esta actividad debería estar mejor regulada. 

Como divulgador, ¿por qué crees que la ciudadanía debería interesarse por la biología marina y la protección de los océanos?

Aproximadamente la mitad de la población mundial vive en zonas costeras; nuestro vínculo con el mar y su importancia en nuestras vidas es innegable. Disfrutamos este privilegio casi todo el año, especialmente en primavera y verano. Además, del mar extraemos alimentos y generamos productos farmacéuticos. El mar regula las temperaturas de muchas ciudades y del planeta en general, ayuda a mitigar la erosión costera, actúa como un importante sumidero de carbono y nos ofrece beneficios turísticos, culturales, recreativos, estéticos y espirituales. El 70% de la superficie del planeta es mar y bajo esa superficie hay una diversidad que ni siquiera somos capaces de imaginar.

«La educación es un derecho inalienable»

educación

Pilar Orenes es directora general de Educo, organización de cooperación al desarrollo con enfoque en la educación y acción humanitaria con presencia en 18 países de América, África, y Asia. Gracias a sus más de 200 proyectos de acción humanitaria han logrado llegar a más de un millón de niños, niñas y adolescentes para garantizar una educación ininterrumpida, hasta en las situaciones más desafiantes.


¿Por qué Educo?

La educación es una de las principales maneras de reducir las desigualdades sociales y erradicar la pobreza, por eso trabajamos por los derechos y el bienestar de la infancia. Trabajamos en 18 países y en cada uno aplicamos estrategias acotadas al contexto de ese lugar. Si bien las intervenciones pueden ser diferentes, el hilo conductor siempre es el mismo: una educación de calidad garantizada como derecho humano para todos los niños y niñas, independientemente del contexto. 

¿Qué tipo de estrategias implementáis?

Trabajamos con las instituciones educativas de cada país, con las escuelas públicas y con el profesorado para reforzar la estrategia educativa del país y asegurar el acceso a la escuela. También lo hacemos cerca de los padres de familia, ya que los entornos protectores son una prioridad. Lo cierto es que cada país nos ofrece contextos diferentes, pero en todos procuramos asegurar una educación de calidad, y espacios en los que el niño y la niña pueda participar y expresar sus opiniones.

«Estamos en una sociedad adultocéntrica que está diseñada sin tener en cuenta un porcentaje muy alto de la población que son los niños»

Desde Guatemala a Burkina Faso… ¿Cuáles son los principales retos a los que os enfrentáis?

Hay que señalar que cuando hablamos del derecho a la educación, este no solamente es habilitador de otros derechos, sino que es un derecho inalienable, que no se pierde y que no se puede dejar de dar estés donde estés. Entonces, cuando hablamos de países en la región del Sahel, en África, estamos hablando principalmente de contextos de emergencia. Se trata de situaciones en las que las familias deben desplazarse por seguridad o a consecuencia del cambio climático. Ahí los niños no siempre tienen una escuela fija, sino que deben adaptarse. 

En el caso de Centroamérica, por ejemplo, trabajamos en el área del Corredor Seco, donde también hay desplazamientos por hambruna; o Bangladesh, donde las olas de calor hacen que se cierren las escuelas. Por eso nuestra seña de identidad es asegurar que la educación se mantenga en todos los contextos. 

Siguiendo esa línea, ¿qué tipo de innovaciones educativas realizáis para este tipo de contextos?

En la educación las metodologías son claves. Innovar es aplicar metodologías en las que el niño y la niña y sus necesidades están en el centro, gracias a que son activamente escuchados y son ellos mismos quienes influyen en su currícula. En España, por ejemplo, uno de los proyectos que hemos realizado sobre comedores escolares fue hablando con ellos sobre cómo sería su comedor ideal. 

Estamos en una sociedad adultocéntrica que está diseñada sin tener en cuenta un porcentaje muy alto de la población que son los niños. Por eso es importante entender qué están diciendo y cómo lo están diciendo, ya que no van a usar ni las mismas palabras ni los mismos razonamientos que un adulto. Nosotros adaptamos nuestra manera de trabajar a su manera de comunicarse y esto es algo muy innovador.

Lleváis 30 años trabajando, ¿qué sabéis ahora que no sabíais entonces?

El sector general de la cooperación y la acción humanitaria en 30 años ha evolucionado muchísimo. Hemos aprendido la importancia de asegurar que los cambios que promueves sean sostenibles en el tiempo, una vez que ya no estemos ahí. Es importante no estar continuamente poniendo parches, sino tener una mirada a largo plazo. Y eso se consigue cuando hay cambios en las prácticas, pero también en los sistemas, y los valores. Por ejemplo, si pones un pozo, cambias la vida de la gente porque tienen agua, pero ¿cómo desarrollas una política pública alrededor de una correcta gestión del recurso? 

​​En estos 30 años hemos aprendido que tenemos que hacer análisis, investigaciones, trabajar con datos y hacer incidencia política. Es fundamental reunirnos con los gobiernos locales, autonómicos y estatales y convencer a la ciudadanía, ya que a los políticos les interesa lo que le interesa a la ciudadanía. Es por eso que las ONG hacemos campañas. Hemos aprendido que tenemos que unirnos y que, por muy grande que sea una ONG, no va a poder cambiar nada si no trabaja con otros actores.

«La educación es una herramienta para frenar el matrimonio infantil»

En el caso de países como Nicaragua, donde se han ilegalizado cerca de 3.600 ONG, ¿de qué manera impacta una buena o mala calidad democrática en los derechos de las infancias y en la labor de una organización como Educo?

Nosotros realizamos un análisis de la situación de cada país y nos preguntamos cuál es el valor agregado que, dentro de ese contexto, Educo puede aportar. Es ahí donde cambian también nuestras intervenciones. Hay países donde nuestras estrategias tienen que ser más operativas, enfocadas en un trabajo de primera línea, entonces estamos presentes en las escuelas. Hay otros países en los que trabajamos en incidencia pública, y otros donde vemos más posibilidades de cambio a través de la influencia.

Según Naciones Unidas, el 40% de los países no han logrado la paridad de género en la educación primaria. ¿Cómo se puede implementar una perspectiva de género en la educación para poder cumplir con el ODS 4?

Desgraciadamente todavía estamos lejos de alcanzar esa paridad y todas nuestras estrategias deben llevar un enfoque de género. En países con altas tasas de matrimonio infantil, la educación se ve totalmente interrumpida, pero a su vez, la educación es una herramienta para frenar esos matrimonios. Una de las cuestiones que sucedió durante el covid-19 fue el cierre de las escuelas y esto disparó las cifras de matrimonio y trabajo infantil, ya que hubo niñas que nunca volvieron a escolarizarse tras la pandemia.

Olivier Longué: «El hambre nunca debe usarse como arma de guerra»

© May Mahmoud para Acción contra el Hambre

Olivier Longué, director general de Acción contra el Hambre en España, es el rostro visible de una organización que cada año pone todos sus recursos al servicio de un único objetivo: la erradicación del hambre en el mundo. Charlamos con él a propósito de la situación actual, de la inflación del precio de los alimentos y de qué podemos hacer desde casa y desde las instituciones para detener este problema.


Para hablar con propiedad, ¿qué es el hambre? ¿Es lo mismo que la desnutrición? ¿Y la inseguridad alimentaria?

El hambre se asocia con la falta de alimentos y conlleva periodos en los que las personas sufren una grave inseguridad alimentaria, es decir, que pasan días enteros sin comer por falta de dinero, acceso a alimentos u otros recursos. La desnutrición es una condición más amplia que incluye no solo el hambre, sino también la falta de nutrientes esenciales, lo cual puede causar problemas de salud. Por su parte, la inseguridad alimentaria es la falta de acceso regular a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para llevar una vida saludable. Esta situación puede ser temporal o crónica. Es importante destacar que, en esta ecuación, debemos integrar en las soluciones el acceso a los cuidados dados tanto por el sistema de salud como por la familia.

¿Cuál es la situación del hambre en este momento en el mundo?

Se calcula que padecen hambre en el mundo 783 millones de personas, siendo los niños, niñas y mujeres los que se ven más afectados. Además de los efectos de la emergencia climática y las crisis económicas, las guerras y los conflictos siguen siendo las principales causas del hambre en el mundo.

En el escenario actual, corremos el riesgo de perder la línea de mejora que empezábamos a tener en los últimos años. La globalización económica y política de los problemas conlleva que debamos tener en cuenta lo que sucede en cada espacio y su repercusión a nivel mundial. La comunidad internacional debe actuar ya con urgencia para evitar que millones de personas sigan muriendo de hambre.

Y en España, ¿se pasa hambre? ¿El descenso del poder adquisitivo y la inflación han afectado a la dieta de los españoles?

En España, aunque no se vive una crisis de hambre comparable a la de algunos países en desarrollo, sí existen problemas de inseguridad alimentaria. La crisis financiera de 2009, la crisis generada por la pandemia de covid-19 y la guerra de Ucrania han impactado en nuestro país al producirse una reducción de los ingresos de los hogares y un incremento de precios de productos esenciales, con el consiguiente impacto negativo en los niveles de inseguridad alimentaria.

En España, un 13,3% de los hogares españoles experimentaron algún nivel de inseguridad alimentaria, es decir, más de 6 millones de personas. De todas ellas, casi 2 millones y medio sufren inseguridad alimentaria moderada o grave, lo que implica que han tenido que reducir su ingesta de alimentos por falta de recursos. Padecer inseguridad alimentaria significa no poder acceder de forma regular a alimentos suficientes en calidad y cantidad, y esto perjudica en la salud y en el desarrollo. 

Además, en nuestro país, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) una de cada diez personas en edad de trabajar se encuentra en situación de desempleo o vulnerabilidad. Por esta razón, en Acción contra el Hambre abordamos el problema de la seguridad alimentaria en España desde un enfoque multifacético, desarrollando programas que mejoren la situación económica y nutricional de las familias, impulsando la empleabilidad de las personas más vulnerables y la formación de personas en desempleo, y trabajando en programas de detección de la inseguridad alimentaria.

¿Cómo habéis vivido desde la organización el aumento del precio de los alimentos? ¿Se han presentado retos que no teníais anteriormente? ¿Son realmente posibles medidas como limitar el precio máximo de los alimentos de primera necesidad? ¿Qué pueden hacer los gobiernos?

El aumento del precio de los alimentos ha supuesto retos significativos para organizaciones como Acción contra el Hambre, dificultando el acceso a suministros esenciales y aumentando la inseguridad alimentaria. Medidas como limitar el precio máximo de los alimentos de primera necesidad son complejas y requieren una cuidadosa consideración. Otras medidas importantes serían la gestión de los excedentes de producción, garantizar que todas las personas tengan acceso a una canasta básica de alimentos y promocionar una alimentación consciente y responsable.

Otro de los grandes retos del panorama mundial actual son los conflictos bélicos que se están desarrollando en zonas como Ucrania y Palestina. ¿Cómo se plantea el trabajo de vuestra organización en estos espacios?

En zonas afectadas por conflictos como Ucrania y el Territorio Palestino Ocupado, donde llevamos más de 20 años trabajando, Acción contra el Hambre adapta su trabajo a las condiciones locales, priorizando la seguridad de nuestro personal humanitario y las necesidades más urgentes de la población. Nuestra organización lleva a cabo actividades de emergencia para proporcionar alimentos, agua potable, servicios de salud y apoyo psicológico, entre otras. La colaboración con socios locales y la comunidad internacional es clave para asegurar la eficiencia y sostenibilidad de las intervenciones en estos contextos complejos y cambiantes.

También seguimos defendiendo los derechos de las poblaciones afectadas por crisis y continuamos apelando a todas las partes en conflicto para que se cumpla el Derecho Internacional Humanitario y la resolución 2417 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: el hambre nunca debe usarse como arma de guerra.

La acción climática es también la lucha por gestionar los recursos naturales adecuadamente. ¿Cómo impacta el cambio climático en el acceso a los alimentos y al agua potable y segura?

El cambio climático afecta gravemente el acceso a alimentos y agua potable. Las variaciones extremas del clima, como sequías o inundaciones, reducen la producción agrícola, afectan a las cosechas y provocan desplazamientos de población, incrementando la inseguridad alimentaria. Además, estas condiciones extremas pueden contaminar fuentes de agua, dificultando el acceso a agua potable y segura. La gestión sostenible de los recursos naturales y la adaptación a los impactos climáticos son esenciales para garantizar la seguridad alimentaria y el acceso a agua potable en el futuro.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 «Hambre cero» y la Agenda 2030 buscan poner fin al hambre. ¿Es esta meta posible a día de hoy con esa fecha en mente?

Alcanzar este objetivo para 2030 presenta desafíos muy importantes debido a factores como el cambio climático, los conflictos, las crisis económicas y la pandemia de covid-19, que han incrementado la inseguridad alimentaria. Aunque se han logrado avances, la meta de «Hambre cero» para 2030 sigue siendo ambiciosa y requiere un esfuerzo global coordinado e intensificado para ser alcanzada​. Desde Acción contra el Hambre sabemos cómo alcanzar el objetivo y trabajamos cada día para ello.

Desde casa, ¿qué podemos hacer a título individual para contribuir a la lucha contra el hambre?

Primero, informarnos. Conocer el problema y concienciarnos es fundamental para poder cumplir con nuestra responsabilidad como personas y como sociedades. Y siempre se puede poner un grano de arena en la lucha contra el hambre.

Dora García: «Me imaginaba a los osos polares viendo los cruceros de turistas y pensando que el fin estaba cada vez más cerca»

Charlamos con la artista a propósito de la crisis climática, el impacto de la industria cinematográfica en el medioambiente y su primer largometraje, END (dos prólogos).


Cantaba Paco Ibáñez  que «nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno». El arte como medio para denunciar las injusticias del mundo ha existido siempre, pero parece aún más necesario hoy, cuando la sobresaturación de contenidos en los medios hace que el foco se disuelva con más rapidez que nunca. La artista Dora García (Valladolid, 1965) se adentra en el terreno del cine en el largometraje END (dos prólogos), película en la que denuncia la situación climática en los polos. Charlamos con ella.

¿Por qué decides hacer el largometraje END (dos prólogos)?

Como respuesta a la invitación de CNIO arte, tras haber encontrado al científico David Bravo Nogués, macroecólogo, y haber decidido juntos que el mejor lugar para hablar de crisis climática y crisis de biodiversidad era el archipiélago noruego de Svalbard, el lugar habitado más al norte del planeta, y que se calienta siete veces más rápido que la media.

¿Te habías planteado antes utilizar el cine como medio para expresar tu preocupación ambiental? ¿Es tu primer proyecto de este tipo? 

Yo no soy cineasta, sino artista plástica, y a veces utilizo el medio del cine digital. Tengo mi preocupación medioambiental de ciudadana y la he expresado de varios modos, por ejemplo, contribuyendo en Greenpeace y ahora en Ecologistas en Acción. Esto me parece más efectivo que hacer una película, francamente. Pero quise visitar ese lugar con David Bravo Nogués y el CNIO para aprender y para ofrecerle una plataforma de divulgación a David. Es mi primer proyecto de este tipo y también la primera vez que filmo paisaje.

La industria cinematográfica tiene un impacto en el medio ambiente. ¿Crees que se están tomando las medidas necesarias para cambiarlo? ¿Qué piensas que debe mejorar?

En efecto, la industria cinematográfica tiene un impacto en el medio ambiente y lo tuvo también en nuestro viaje, ya que viajamos siete personas en avión a Svalbard. No hay otro modo de llegar y era por trabajo, pero el turismo es ahora la principal industria de Svalbard y constantemente llegan allí enormes cruceros que vienen de América y Asia. No creo que se esté haciendo prácticamente nada por reducir el impacto de la crisis climática. Un cierto avance es la conciencia de generaciones más jóvenes al respecto y, aunque no se está haciendo prácticamente nada, sí existe la conciencia de que hay que hacer algo y eso en sí es un avance. También quiero pensar que entre los jóvenes existe un rechazo al turismo masivo y al consumo de carne, lo que también es un avance.

El rodaje de la película se desarrolló en Noruega, donde el cambio climático se manifiesta con más rapidez que en el resto del planeta. ¿Era como te lo esperabas o hubo algo que te impactó?

Me había documentado mucho para hacer el trabajo, de modo que el paisaje era el que esperaba. Lo que sí me sorprendió e impactó fueron los inmensos cruceros de turistas que llegaban constantemente. Me imaginaba a los osos polares observando esas masas inmensas y pensando que el fin estaba cada vez más cerca.

¿Cuál es la lección que te llevas después de haber rodado esta película?

Que lo máximo que podemos esperar frente a la urgencia climática y de biodiversidad es poder adaptarnos para sobrevivir, aunque malamente. Nadie está haciendo lo necesario. También he aprendido que las guerras son, además de otras muchas cosas, agentes máximos de contaminación y calentamiento.

¿Crees que el cine es mejor que otros formatos para transmitir información y concienciar a propósito del cambio climático?

No, creo que la prensa y la información oral, pedagógica, en las escuelas y en las universidades son muy importantes también. Todos son buenos y necesarios.

¿Qué podéis hacer los artistas para luchar contra problemas como el cambio climático?

Evitar un modo de hacer cine extractivo y contaminante, como viajes constantes, rodajes que requieren mucho transporte de obras y personas… También decrecer la producción y convencer a los agentes con los que trabajamos (instituciones, galerías…) de que hagan.

Mónica Rodríguez: «Se debe producir solamente lo que se vaya a vender»

Mónica Rodríguez ha encontrado la forma de reciclar y reutilizar textiles para mantener viva una de las industrias más atractivas, y a la vez más contaminantes, del planeta.


La industria textil es una de las más contaminantes del planeta. El fast fashion y el ultra fast fashion han disparado la producción textil en los últimos años a cifras inimaginables y esto está provocando unas nefastas consecuencias. Según datos del Foro Económico Mundial, la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El desperdicio de ropa que se genera con este tipo de producción desmedida se refleja en que un 85% de todos los textiles acaban en el vertedero cada año y cada segundo se quema o deposita en un vertedero el equivalente a un camión de basura lleno de ropa, según esta misma fuente.

En este contexto, ha despertado y prosperado todo un mundo paralelo de moda de segunda mano, upcycling, circularidad y slow fashion, con el fin de evitar que la ropa de la moda rápida tenga la vida demasiado corta y acabe contaminando el planeta. A raíz de esto, tras una larga carrera dentro de una de las gigantes de la moda, Mónica Rodríguez tuvo una idea novedosa: rescatar desechos textiles y venderlos a distintos proveedores. Bajo esta premisa nació la start up, Recovo, de la que hoy ella es CEO, que transforma los desechos de unos en materia prima para otros.

Cada segundo se quema o deposita en un vertedero el equivalente a un camión de basura lleno de ropa

«Contribuimos a la circularidad textil recuperando materiales sobrantes como hilaturas, tejidos o fornituras a los que les hacemos fotos y los escaneamos en 3D para luego ponerlos a disposición de compra de todo tipo de marcas a nivel global. Gracias a esto prolongamos la vida útil de estos materiales», explica la emprendedora. Apoyándose en la digitalización y la tecnología, la empresa es capaz de recuperar información y datos de cada tejido para poder medir el ahorro por tejido utilizado. Sus clientes ven claramente la información de impacto del producto que compran, como por ejemplo su trazabilidad por metro. En ese sentido, la start up ha logrado ahorrar 22 millones de litros de agua, 98.000 kg de CO₂ y 1.400.000 m de residuos textiles.

«Mediante nuestra metodología de trabajo conseguimos que stocks dormidos y parados cobren de nuevo sentido en colecciones nuevas con el valor añadido de que reutilizar en lugar de producir nuevos tejidos ahorra recursos naturales como el agua y, además, con esta fórmula las empresas se ahorran la energía de tener que producirlos por sus propios medios».

Recovo ha logrado ahorrar 22 millones de l de agua, 98.000 kg de CO₂ y 1.400.000 m de residuos textiles

No obstante, para Rodríguez, el sector de la moda todavía necesita avanzar mucho más en cuanto a sostenibilidad y el fast fashion parece el antónimo de ese concepto. «Todo es una cuestión de las prioridades de las grandes corporaciones», explica. Para la experta, el sector de la moda debe limitar su producción, es decir, no sobreproducir. «Se debe producir solamente lo que se vaya a vender; esto es posible saberlo gracias a modelos predictivos, datos, etc. Por otro lado, debemos utilizar solamente materiales amigables con el medio ambiente, así como integrar la circularidad en las operaciones de la empresa para que los residuos que se generen puedan ser reciclados infinitas veces».

Fernando Valladares: «El decrecimiento económico es la auténtica prosperidad»

Fernando Valladares

El conocido científico y divulgador pone sobre la mesa algunos temas incómodos –y menos discutidos– sobre todo aquello que podemos y debemos hacer para mejorar nuestra relación con el medio ambiente.


Para Valladares, el cambio climático, la sobreproducción de alimentos, el mal uso del agua, o el «tecno optimismo» tienen que pasar necesariamente por entre las patas del elefante en la habitación: el decrecimiento económico. Solo limitando la producción y priorizando los derechos humanos por encima de la economía podremos, finalmente, sanear la relación entre el ser humano y la naturaleza para vivir una vida plenamente sostenible.

Sabemos que es indispensable dejar de producir y utilizar combustibles fósiles para revertir el cambio climático, pero, ¿hay algo más que debamos hacer? ¿Algo de lo que no se esté hablando lo suficiente?

Esto es muy interesante, ya que no basta con abordar los combustibles fósiles. Si bien la emergencia climática es quizá lo más apremiante en este momento, no deja de ser uno de los múltiples síntomas de una sociedad insostenible. El sistema alimentario es uno de los grandes problemas de la humanidad. Producimos en exceso, tiramos un tercio de la producción y un 20% genera sobrepeso y problemas de diabetes en el norte global. 

Hablamos de un sistema que es un tremendo fracaso: utiliza 20% del agua, provoca un 8% de las emisiones y ocupa un 13% de la superficie del suelo para que un tercio de esas cosechas acaben en la basura. Producimos en demasía, mal, caro y deslocalizado para, encima, generar hambruna. Además, entre las consecuencias también están las aguas contaminadas por todos los agroquímicos, como en el Mar Menor y en tantos otros lugares.

Por otro lado, está también el uso insostenible del agua. Cataluña está pasando la mayor sequía de toda su historia, lo cual se venía anunciando desde hace décadas. Un tercio de la población mundial no tiene agua suficiente y la Organización Meteorológica Mundial dice que vamos a necesitar un tercio más de agua para el 2050, ¿de dónde la vamos a sacar? Y, por supuesto, la contaminación por los plásticos y la atmosférica generan muchísimas muertes y es algo de lo que no se habla de forma conjunta; todo el modelo civilizatorio es tóxico. Hay millones de muertes evitables todos los años y hay muchísima gente que no es sana ni feliz por este modelo socioeconómico que provoca el deterioro de la biodiversidad, la contaminación, la sobreexplotación del agua y que se multiplica con el cambio climático.

«El capitalismo y el crecimiento indefinido son ingredientes absolutamente insostenibles»

Propones que el gran culpable de la «relación tóxica» de los humanos con la tierra es el fruto directo de la insostenibilidad del modelo capitalista que busca el crecimiento económico desmedido, sin tomar en cuenta las limitaciones de la tierra. ¿Consideras que para poder recuperar una relación de armonía entre seres humanos y la naturaleza se debe abandonar este modelo de sistema económico por completo? ¿Cuál sería la alternativa?
El sistema económico es uno de los graves problemas de la humanidad. El capitalismo y el crecimiento indefinido son ingredientes absolutamente insostenibles. Hemos reventado seis de los nueve límites planetarios. No tenemos todo un sistema alternativo al que saltar como si fuera el sistema operativo de un ordenador, esto no funciona así. Tenemos que aplicar distintas recetas, algunas de ellas tienen diferencias geográficas, por supuesto. 

El norte global tiene que decrecer un 80% - 70% su producción, mientras que el sur global en muchos casos debe aún crecer en algunos aspectos para poder alcanzar el desarrollo que en cuestiones básicas muchos países no han llegado aún. Para que el sur se desarrolle sin pasar por la senda contaminante que ha pasado el norte tenemos que ceder tecnología, algo que se nos da muy mal, como vimos con la vacuna de la covid.

Hay que abandonar el crecimiento ilimitado, enfriar y desescalar la economía progresivamente para que no ocurran recesiones imprevistas y así programar un decrecimiento, tomando medidas acompañantes para los sectores que no puedan reorganizarse por sí mismos. Esto es ineludible, el decrecimiento va a ocurrir, no es algo opcional. Al ritmo al que vamos, reventando muchos límites planetarios, las tensiones geopolíticas, etc., lo que harán es irnos llevando con más frecuencia a recesiones y eventualmente a algunas muy profundas de las que tardaremos muchos años en salir. Entonces, como el decrecimiento va a ocurrir sí o sí, lo único que podemos elegir es adelantarnos, pilotarlo y acomodar un poco las condiciones de la humanidad. ¿Cómo? Poniendo los derechos humanos por delante de la economía.

¿Cómo podemos hablar de decrecimiento económico sin que esto suponga un retroceso económico y social en el imaginario colectivo? ¿O incluso la crispación social entre los más radicales?

No tenemos que ser nosotros mismos los que pongamos la solución política, para eso están los políticos. En buena medida la sociedad, los técnicos, los científicos, incluso los medios de comunicación deben transmitir lo que se sabe, así como los problemas del modelo socioeconómico y el diagnóstico de la situación. Podemos convertir lo que parece un frenazo, un retroceso, una involución en todo lo contrario, porque es justamente eso. El decrecimiento económico es la auténtica prosperidad. Vendrá a medida que apliquemos, sobre todo en el norte global, medidas drásticas de decrecimiento, además de crecer solo en lo importante, como en los valores humanos, en los derechos humanos o en el tiempo para uno mismo. 

Así trabajaremos mucho menos y habrá tiempo para cuidarnos y para hacer muchas cosas que en el norte global estamos subcontratando, como cuidar, cocinar, etc. Ese tiempo se lo restaríamos a la jornada laboral y así podríamos encarrilar entre todos un nuevo modelo de civilización. Todo esto son motivos para la esperanza, tenemos una oportunidad histórica para pilotar un tránsito hacia una sociedad mayoritariamente sana y feliz. La ultraderecha populista no quiere entender este tipo de mensajes. Así que lo que habrá que hacer es ponerles ejemplos de comunidades y soluciones que funcionan y con esa dosis de empatía y de amabilidad espero que los vayamos suavizando.

«Tenemos una oportunidad histórica para pilotar un tránsito hacia una sociedad mayoritariamente sana y feliz» 

A la agonía existencial que provoca el cambio climático, el costo de la vida, etc., se le suma ahora una nueva variante: la inteligencia artificial. Sin embargo, no todo es oscuro. Algunos dicen que la IA será un agente clave para frenar el cambio climático, ¿qué visión tienes acerca de esto?
La IA es una herramienta poderosísima que nos permite entender mejor el clima complejo de la tierra o hacer simulaciones mucho más rápidas de sistemas multivariantes como es el propio cambio climático. Pero debido a su huella energética consume mucha agua y energía, por lo que tenemos que hacer un uso responsable de ella, pero sería la primera vez que hacemos un uso responsable de algo. Quizás sería interesante consultar a la propia inteligencia artificial, sobre cómo hacer un uso responsable climáticamente de la inteligencia artificial.

¿Pueden los individuos y comunidades utilizar la tecnología para mejorar su relación con la naturaleza? ¿O es esto un oxímoron?
El mayor tiro en el pie que nos hemos dado y por el cual no avanzamos es el «tecno optimismo». Es decir, un optimismo exagerado de que la tecnología nos sacará del apuro. Los científicos podemos asegurar que esto no va a ocurrir. La tecnología es una herramienta que nos puede ayudar a salir, pero necesitamos voluntad. Por ejemplo, en el tema energético no basta con las renovables. Tenemos que cambiar el chip y producir y consumir en España concretamente la mitad de la energía, en Europa en promedio un tercio de la energía y en Estados Unidos una quinta parte la energía que actualmente se produce. 

Este es el chip civilizatorio que debe acompañar al cambio del modelo energético, pero la tecnología tiene que estar bajo nuestro control y tenemos que usarla con sensatez. Hay que abandonar los sueños «tecno optimistas» que piensan que «hemos salido de otras». La tecnología no nos salvará porque nunca la humanidad se ha enfrentado a un desafío global del tamaño de la escala espacial temporal que tiene el cambio climático y las otras grandes crisis que estamos generando.

¿Qué podemos hacer, como individuos, familias y comunidades, para decrecer conjuntamente y vivir una vida sostenible?

A la lista habitual de cosas que todos podemos hacer para mejorar nuestra relación con el medio ambiente (comer menos carne, usar bicicleta, hacer uso mínimo del agua, etc.) debemos sumar una activación real de la ciudadanía. Hay que ejercer más democracia participativa y hacer uso de las herramientas que tenemos para ponernos de acuerdo más rápidamente y más drásticamente de forma colectiva. Para ser sostenibles tenemos que consumir críticamente; ver de dónde viene aquello que compramos; luchar contra la obsolescencia programada y votar exigiendo a los políticos que tengan la agenda del cambio climático y la verdadera sostenibilidad como prioridad por encima de la propia economía. 

Por otro lado, como familia tenemos que hablar de política. España es un país con muy poca tradición, posiblemente debido a las heridas de la guerra civil y al periodo de dictadura, pero tenemos que rescatar una vida política que tiene que ser de mucho mejor calidad que la que vemos en la sede parlamentaria o en internet. Tenemos que ser más racionales y capaces de discrepar sin enfadarnos, así como escalar nuestras opiniones y necesidades en el ámbito de la comunidad para lograr cambios de mayor escala. Todo esto es lo que más podemos hacer de cara a acelerar una transición de modelo de civilización.

Rhoda N. Wainwright: «Una variable importante en la producción de cine debería ser la sostenibilidad medioambiental»

Rhoda N. Wainwright

Rhoda N. Wainwright, figura destacada en la industria del cine con más de 20 años de experiencia en producción, dirección y guion, ha dejado una huella significativa en el mundo cinematográfico. Sus obras premiadas y seleccionadas en numerosos festivales internacionales la han consolidado como una experta en la industria. Además, como cofundadora de Fiction Changing the World, empresa especializada en el desarrollo de contenidos que integran mensajes de sostenibilidad en ficciones audiovisuales y Mrs. GreenFilm, empresa de consultoría enfocada en reducir los impactos medioambientales de las producciones audiovisuales, Rhoda ha demostrado un compromiso notable con la sostenibilidad en el cine. En esta entrevista, exploramos con ella la evolución de la conciencia sostenible en la industria cinematográfica y los desafíos que enfrenta en un panorama audiovisual en constante cambio.

¿Cuándo y cómo surgió tu interés por la sostenibilidad en la producción cinematográfica?

La primera vez que oí hablar de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenibles) fue a finales de 2017. Había quedado con una de mis mejores amigas, Paloma Andrés Urrutia, que llevaba años trabajando en sostenibilidad, para tomar un café y ponernos al día. Mientras charlábamos me contó lo frustrada que estaba porque apenas nadie conocía los ODS. Yo tampoco sabía lo que eran y cuando me lo explicó casi me explota el cerebro. Resulta que por fin existía un acuerdo global que podría significar que la humanidad no se extinga, y la población en general no lo conocíamos. Paloma me contaba que la información era pública, pero que básicamente solo llegaba a quienes ya trabajaban en sostenibilidad y que además estaba escrita en un lenguaje complejo, técnico y lleno de acrónimos. Para el ciudadano de a pie, leer esos textos era básicamente como enfrentarse a un texto en latín. 

Mi trayectoria profesional siempre ha estado ligada al audiovisual y este es un sector que llega a miles de millones de personas en todo el mundo. Así que decidimos unir nuestro conocimiento y experiencia para transmitir de forma sencilla las metas de la humanidad (ahora mismo reflejadas en los ODS) y diversos mensajes de sostenibilidad a través de contenido de ficción dirigido a audiencias masivas. A partir de ahí fundamos Fiction Changing the World

Cuando estábamos generando la metodología que permitiera integrar con rigor esos mensajes de sostenibilidad en la ficción nos dimos cuenta de que era fundamental que la producción de estos contenidos también fuera sostenible. En España eso no estaba sucediendo, así que decidimos ponernos a trabajar en ello y acabamos creando Mrs. Greenfilm con tres socias más para ayudar a la industria audiovisual española a reducir sus impactos medioambientales y producir de una forma más sostenible. 

Personalmente, amo la industria del cine y haber podido ser parte del grupo de pioneros que está ayudando a su transformación está siendo una experiencia maravillosa.

«Ser parte del grupo de pioneros que está ayudando a la transformación de la industria del cine es una experiencia maravillosa»

En tu experiencia, ¿cuáles consideras que son los mayores descuidos ambientales en la realización de películas y programas de televisión?

En mi opinión, la falta de una planificación estratégica que incluya criterios de sostenibilidad es lo que puede llevar a tener mayores impactos. A la hora de crear el diseño de la producción, una variable importante a tener en cuenta debería ser la sostenibilidad medioambiental. Hasta ahora, el criterio creativo y el económico mandaban. Nosotros proponemos añadir a la balanza el criterio de la sostenibilidad para intentar evitar situaciones como rodar escenas de lluvia torrencial donde se consumen decenas de miles de litros de agua potable cada jornada en una zona afectada por la sequía. La correcta gestión de los residuos también es otro tema que está constando implementar al 100% porque son muchos los residuos generados a diario en un rodaje, además de los derivados de la construcción y desmontaje de decorados.

¿Como cofundadora de Mrs. Greenfilm, ¿puedes compartir algunos proyectos específicos en los que se hayan implementado prácticas sostenibles?

En los últimos dos años hemos trabajado en más de 100 proyectos de series y películas españolas que han incluido criterios de sostenibilidad con mayor o menor intensidad. Algunos de los que ya se han estrenado son La Sociedad de la Nieve, Los Farad, Élite, Operación Triunfo, Saben Aquel, Cerrar los ojos, Las Niñas de Cristal, Maridos, Chinas, Culpa Mía, Montecristo o Zorro.

¿Cómo impacta la sostenibilidad en la toma de decisiones creativas durante el proceso de producción y dirección?

De momento impacta poco. El criterio creativo manda.  Desde sostenibilidad se hacen sugerencias para intentar evitar los impactos, pero en muchas ocasiones esto no es posible por lo que trabajamos en reducir los impactos derivados de las decisiones creativas. Hay que tener en cuenta que, en la mayoría de las ocasiones, cuando nos incorporamos a los proyectos, los guiones ya están cerrados y es muy difícil que se hagan cambios sustanciales en ese momento. Lo ideal sería poder trabajar con los guionistas, directores y productores en la fase de desarrollo del proyecto para así buscar maneras de reducir aún más los impactos. Es polémico pensar en que la sostenibilidad afecte a lo creativo, hay quien se lleva las manos a la cabeza cuando este tema se menciona, sin embargo, nadie pestañea cuando son criterios económicos los que ponen límites a la creatividad. En mi opinión deberíamos ser capaces de trabajar conjuntamente en la fase de desarrollo para que se generen las mejores producciones posibles reduciendo al máximo sus impactos.

Con la proliferación de plataformas de streaming y la creciente demanda de contenido, ¿cómo crees que la industria del cine puede equilibrar la producción masiva con la sostenibilidad?

Para equilibrar la producción masiva sería necesario que se crearan leyes que marcaran criterios claros de sostenibilidad para la industria del cine. Sin embargo, mientras esto no ocurra, son precisamente agentes como las plataformas de streaming y los grandes estudios cinematográficos los que tienen que hacer esfuerzos para reducir los impactos de cada una de sus producciones. Esto ya está ocurriendo en algunas plataformas en las que se dedica una partida presupuestaria para la inclusión de un departamento de sostenibilidad y para la implementación de medidas que reduzcan la huella de carbono de los proyectos. También hay que tener en cuenta que la industria cinematográfica depende de los avances en otros sectores para poder reducir sus impactos, como sucede ahora mismo con el uso de vehículos más eficientes. Por mucho que una productora quiera alquilar los vehículos más eficientes para su rodaje, si las empresas de alquiler de vehículos apenas tienen vehículos de bajas emisiones no podrán tener acceso a esos camiones, furgonetas y coches. Sucede lo mismo con los generadores eléctricos de energía, cuyo uso reduciría significativamente las emisiones directas de las producciones, pero de momento en España solo se están pudiendo utilizar pequeños generadores que no tienen suficiente potencia para alimentar al rodaje entero y es necesario seguir usando generadores de combustible de gran potencia.

«Hasta ahora, el criterio creativo y el económico mandaban, nosotros proponemos añadir a la balanza el criterio de la sostenibilidad»

¿Cuál es tu opinión sobre las medidas que se están tomando a nivel global para promover la sostenibilidad en la industria cinematográfica? 

Las medidas más destacables que estamos viendo a nivel global son la inclusión en presupuestos de partidas para la reducción de impactos y la creación de premios y sellos con cierto prestigio a producciones que implementan medidas de sostenibilidad o que incluyen mensajes de sostenibilidad. Por otro lado, también vemos que tanto productoras, plataformas, estudios y actores están tomando conciencia del riesgo reputacional que puede suponer para todos ellos que en alguno de sus proyectos haya algún impacto medioambiental grave y esto hace que cada vez se alineen más con objetivos de sostenibilidad en sus proyectos. No obstante, todavía nos queda mucho camino por andar, hace falta más formación y concienciación para que la sostenibilidad forme parte de la manera estandarizada de producir.

Dada tu experiencia en festivales internacionales, ¿has notado un aumento en la conciencia sostenible en la selección y premiación de películas? 

En los últimos años estamos viendo ese aumento en la conciencia sostenible a la hora de premiar. Existen ya premios como los EMA Awards en EE.UU, los Sustainable Development Goals Lions en Cannes, los Premios Produ en Latinoamérica, la Espiga Verde en Seminci, el Another Way Film Festival en Madrid, el festival FINCA en Argentina o el FICMA en Barcelona. Sería muy interesante verlo reflejado en más festivales y premios de gran prestigio internacional como los Goya, los Oscar o los Globos de Oro.

¿Qué consejos darías a los y las cineastas emergentes que desean incorporar prácticas sostenibles desde el principio de sus carreras?

Les recomendaría que se formaran para tener un mínimo de nociones básicas de sostenibilidad en rodajes, que cuenten con un departamento de sostenibilidad en sus proyectos y que incluyan los criterios sostenibles desde la fase de desarrollo.

¿Existen barreras significativas para la implementación generalizada de prácticas sostenibles en la industria del cine? ¿Cómo se pueden superar? 

Son varios los retos para conseguirlo. Es necesario que se siga formando personal especializado, pues casi no hay cantera de Eco PA [asistentes de producción] y Eco managers. También es importante que los clientes entiendan bien qué es lo que hacemos, que no basta con separar bien los residuos o con reducir el uso de botellas de plástico. Sigue habiendo bastante desconocimiento sobre lo que significa aplicar criterios de sostenibilidad en rodajes y es importante que la sostenibilidad sea un criterio más a la hora de tomar decisiones. Otra barrera sería la falta de disponibilidad de vehículos y generadores de bajas emisiones, todos los sectores han de transformarse y eso lleva tiempo.

Como parte de Fiction Changing the World, ¿cómo crees que las historias pueden ser agentes de cambio para promover la sostenibilidad y la conciencia ambiental?

El cine es un gran generador de empatía y de referentes, nos muestra otras partes del mundo, otras personas y formas de vida. El ser humano siempre ha utilizado los relatos para transmitir información importante en forma de parábolas o cuentos con moralejas, el cine tiene que seguir haciendo eso. La industria audiovisual llega a millones de personas en todo el planeta y hay que aprovechar su potencial sensibilizador para seguir transmitiendo mensajes tan importantes como las metas de la humanidad para no extinguirse y para hacer una llamada a la acción.

Idoia Salazar: «La IA generativa es un nuevo capítulo en la historia de la humanidad»

Idoia Salazar

Periodista de formación e inmersa desde hace más de 15 años en el estudio del impacto de esta nueva tecnología y su ética, la fundadora del observatorio OdiseIA actualmente coordina uno de los proyectos de mayor calado en este ámbito dentro del Gobierno.


En un futuro no muy lejano, cualquier dispositivo podría tener implantado un sistema de Inteligencia Artificial (IA) que requerirá de un sello expedido por el Gobierno que garantice un desarrollo acorde con la legislación europea. Cuando esto ocurra será porque el primer proyecto de sandbox (banco de pruebas) y de dicha certificación, impulsados por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA), han llegado a buen puerto. Idoia Salazar, fundadora y presidenta del Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial (OdiseIA), coordina este proyecto con la consultora Deloitte.

¿Cuánto puede durar el proyecto de sandbox y sello nacional de IA?

La duración de este proyecto se prolongará hasta finales de 2025. Se está haciendo todo el rodaje del sandbox de regulación en IA (anteriormente ya habíamos hecho el framework, es decir el diseño, también con la SEDIA); además de la creación y desarrollo del sello de IA. El sandbox establece un campo de pruebas en el que empresas y organismos públicos y privados, sobre todo aquellos que desarrollen IA, pueden entrar y testar sus sistemas de alto riesgo para ver si, junto con las herramientas que nosotros les vamos a dar, pueden adecuarse de forma sencilla a la regulación europea. Lo que queremos hacer es ayudar a que las empresas españolas, principalmente pymes y 'startups', sepan entender bien la regulación, cómo les afecta y darles herramientas para cumplirla de manera ágil.

¿Por qué es importante integrar esta tecnología y extender este sello en las empresas?

Creo que es fundamental que todos, principalmente pequeñas empresas que también utilizan sistemas de IA, empiecen a pensar de qué manera les puede afectar y cómo actúan. Una de las ventajas que tiene esta herramienta es su facilidad de uso por startups y pymes y que posibilita a una empresa a hacer grandísimas cosas. Pero aún hay reparos porque piensan que la regulación europea les va a suponer una merma en el desarrollo de su negocio. Sería así si no estuviéramos bastante implicados en el desarrollo de estas guías [se liberarán al acabar el proyecto].

¿Qué papel tiene la IA en el ámbito profesional?

A nivel profesional no es una opción, es una necesidad a todos los niveles. Yo diría que prácticamente cualquier tarea puede ser susceptible de mejorar gracias al uso, en principio, de la IA generativa u otro tipo de sistemas de IA. Pero realmente la IA generativa da opciones enormes en cualquier ámbito, por la posibilidad de democratizar su uso a cualquier persona.

¿Diría que la IA generativa es un nuevo capítulo en la historia de esta tecnología?

Voy un paso más allá: Diría que es un nuevo capítulo en la historia de la humanidad. Obviamente había IA generativa antes de Chat GPT, pero ahora se ha democratizado. Ya iba a suponer una revolución porque es una herramienta básica hoy en día que nos ayuda a optimizar todo tipo de procesos y en un muy corto periodo de tiempo. Esto va a cambiar la manera de afrontar cualquier trabajo, pero más aquellos de gran impacto como la medicina o el desarrollo de fármacos. Va a hacer dar un paso evolutivo importante como humanidad. Pero requiere de un cambio de mentalidad si no queremos tener un problema de adaptabilidad al nuevo entorno que generará la IA: hace falta un cambio estructural en la educación para formar muchísimo más a sociedades que tengan criterio para enfrentarse al mundo que traen las decisiones automatizadas.

¿Hasta qué punto los temores al respecto son infundados y de dónde vienen?

Esos temores son perfectamente normales porque cuando sale una regulación nueva, y más una que afecta a una herramienta que va a ser de uso masivo, preocupa que una regulación limite o ralentice su uso. Sin embargo, yo veo que sí se está haciendo mucho esfuerzo a nivel nacional (sandbox) e internacional, con el desarrollo de software open source específico para cumplir con los requisitos de la regulación, basado en principios éticos internacionales (supervisión humana; transparencia en los datos; comprensión; seguridad). Lo que hay es mucho desconocimiento. Hace falta más divulgación que les diga a las empresas en qué punto se está y qué herramientas van a tener que usar. Cumplir con esta regulación es muy importante porque previene de implicaciones sociales y empresariales negativas. 

Precisamente, ¿de qué manera podría reducir las desigualdades sociales?

Nosotros, como seres humanos, hemos sido muy discriminatorios a lo largo de nuestra historia. Si dejas a un sistema basado en IA que tome las decisiones en base a datos del histórico será un entrenamiento erróneo y amplificará las desigualdades. Cuando hemos aprendido que hay que extraer las variables de sexo, raza o condición social, las decisiones de los algoritmos son incluso más justas que las de las personas. Yo creo que gracias a los sistemas de IA vamos a ser mucho más conscientes de estos sesgos. Y eso nos va a ayudar a mejorar como sociedad.

¿Llega tarde la ética en IA respecto a la evolución en el desarrollo de esta tecnología?

Diría que no. Llevo 15 años estudiando la ética en la IA. E igual que yo, hay bastante gente alrededor del mundo. Ya hay muchas herramientas desarrolladas a nivel de supervisión de temas éticos para cumplir con la regulación. Incluso ya a nivel de buenas prácticas desde las empresas. No solo por temas teóricos, que es por lo que fundé OdiseIA. Hay que seguir trabajando sobre IA generativa.

Cuatro pódcast clave sobre activismo social

El activismo también se hace en los pódcast, un formato que acerca a los oyentes a historias de lucha e injusticia y que nos ayuda a comprender y mejorar nuestra sociedad.


En los últimos años, el pódcast se ha convertido en una de las principales vías de comunicación y difusión de contenido, y no deja de crecer. Según el último informe de la plataforma iVoox, un 36,21% de los 3.600 encuestados afirma escuchar más pódcast que el año pasado, o lo hace con la misma asiduidad que el año anterior (54,05%). Heredero de la radio, sirve para entretener y divulgar, pero también para concienciar: y es que muchos activistas están aprovechando el tirón de este nuevo formato para dar a conocer su trabajo y las diversas causas e injusticias sociales que cada día afectan a millones de personas en el mundo. Así, a golpe de click y desde cualquier lugar podemos aprender y concienciarnos sobre temas como los derechos humanos, la violencia de género o el cambio climático. 

A continuación, presentamos cuatro pódcasts que pueden ayudar a comprender mejor la sociedad en la que vivimos y, por qué no, suponer el primer paso hacia el cambio.

¿Quién dijo miedo? 

Con ocasión del 75 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la organización Amnistía Internacional ha presentado este pódcast en el que se da voz a diversos activistas por los derechos humanos, que cuentan sus historias de vida y lucha. Sus perspectivas nos ayudan a entender muchos de los conflictos activos en el mundo y a obtener información real de primera mano.

 

 

Greenflags 

El pódcast impulsado por la organización ecologista Greenpeace, tiene como presentadora a Andrea Compton que, en cada edición, recibe a una personalidad diferente para charlar sobre temas como el reciclaje, los incendios forestales o la pobreza energética. Así, podremos conocer los problemas a los que se enfrenta nuestro planeta mediante informaciones contrastadas y explicaciones dadas en un tono muy ameno.

 

 

Yonki 

Oihan Iturbide dirige este espacio de entrevistas en el que escucharemos los testimonios de investigadores de las adicciones y también de personas que han padecido adicción a las drogas, al juego, a la pornografía o al trabajo. Las palabras de los entrevistados nos ayudan a comprender mejor un tema que afecta a millones de personas en el mundo y especialmente a personas en situación de vulnerabilidad, y sobre el que aún hoy cunde la desinformación. El propio Iturbide describe así el propósito del pódcast: «conocer para reconocer».

 

Jaula de oro

Este pódcast de la plataforma Podimo cuenta la historia de Gabriela (nombre ficticio), una mujer maltratada de clase alta que se ve envuelta en una trama de corrupción por culpa de su pareja. La narración, construida a partir de las vivencias reales de la víctima, se completa con entrevistas a expertos en violencia de género, presentando así un relato pormenorizado y contextualizado. Uno de los objetivos del pódcast, según sus creadores, es concienciar sobre la violencia de género como un problema que pueden tener todos los tipos de mujeres, también las que gozan de formación y una buena posición social.

 

Estos son solo algunos de los programas que, en formato pódcast, podemos encontrar en Internet para conocer los problemas que asolan el mundo y comenzar nuestro camino hacia una sociedad más justa.