El último informe del IPCC ha confirmado lo que ya se preveía: la temperatura media global está un grado por encima de la época preindustrial y la acción humana es la responsable. En este escenario, las sociedades mundiales tienen tres herramientas fundamentales para equilibrar la balanza climática: las metas de descarbonización de los Acuerdos de París, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y los compromisos globales recientes asumidos en la COP26. Pero hay un cuarto elemento, la tecnología, que será un pilar clave para materializar un planeta más sostenible de cara al futuro. Esto es lo que defiende el último informe de la ONU y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), en el que destacan seis innovaciones tecnológicas que jugarán un papel fundamental frente a la crisis climática:
Inteligencia artificial
En primer lugar, el informe asegura que la inteligencia artificial es un eje importante para “mejorar la calidad y sostenibilidad de la vida en la Tierra” a largo plazo. Con sus algoritmos, permite predecir con precisión posibles fenómenos extremos y establecer modelos climáticos para “mitigar y gestionar eventos meteorológicos como tornados, huracanes y tormentas eléctricas” de forma anticipada. Además, la tecnología artificial también puede incorporarse en la sinergia urbana y reducir la polución derivada del transporte, algo fundamental para la UIT, ya que cada año mueren 7 millones de personas como consecuencia de la contaminación atmosférica, según la ONU.
Con la inteligencia artificial se pueden mitigar y gestionar eventos meteorológicos de forma anticipada
Internet de las Cosas (IoT) y Big Data
La tecnología cada vez crece más y lo hace sin fronteras. Sin embargo, no todos los científicos del mundo disponen de los dispositivos adecuados para recopilar y utilizar la información ambiental existente. El Internet de las Cosas (IoT) permite conectar múltiples dispositivos a la Red, una función que junto al Big Data potencia el acceso y el envío de importantes cantidades de datos sin fronteras, e incluso conformar ciudades inteligentes. Así, ambas tecnologías podrían mitigar la brecha digital, facilitar las investigaciones científicas de países menos favorecidos y acelerar la lucha contra el cambio climático a nivel mundial.
5G
Junto a ellas, el 5G emerge como un sistema que aporta “mayor capacidad de transferencia de datos, mayor potencial para el procesamiento en la nube y una confiabilidad general mejorada”. El informe de la ONU y la ITU explica que el 5G es un ingrediente fundamental dentro de las ciudades sostenibles porque alimenta sistemas autónomos de seguridad y tráfico y, además, ayuda a “ahorrar hasta un 70% en el uso total de energía para redes en áreas de salud pública, seguridad, tránsito y administración”.
Gemelos digitales
Para materializar la idea de ciudad verde y sostenible del futuro, es preciso hacer ciertos simulacros. En esta tarea son muy útiles los gemelos digitales o réplicas digitales, imitaciones de objetos y ciudades reales sobre las que se estudian las consecuencias que pueden tener ciertas situaciones, buscando una mayor eficiencia. Esta idea, nacida en 2002, ahora es una herramienta puntera dentro del estudio científico porque en estas ciudades virtuales se pueden “detectar, evitar o mitigar problemas antes de que ocurran, identificar nuevas oportunidades y desarrollar planes para el futuro mediante la simulación”.
A nivel climático, estos modelos permiten adelantarse a desafíos ambientales y elaborar planes sostenibles y modelos de ciudades inteligentes, “especialmente para las ciudades que están creciendo rápidamente en población, tamaño y consumo de energía y que necesitan una gestión y un mantenimiento eficientes de todos sus sistemas”.
Las ciudades virtuales permiten adelantarse a desafíos ambientales antes de que ocurran y desarrollar planes para el futuro mediante la simulación
Tecnología espacial 2.0
La lucha contra el cambio climático también se aborda desde la atmósfera a través de la tecnología espacial 2.0. Hasta hoy, gracias a los satélites 1.0 hemos podido recoger información sobre eventos extremos como la pérdida del permafrost y las olas de calor en el Ártico. En el escenario actual, la vigilancia es aún más necesaria y “la comunidad científica espera que los datos de los satélites de próxima generación ayuden a mejorar los pronósticos inciertos” del cambio climático como la subida global del nivel del mar. Así, se espera que la tecnología espacial 2.0 no solo analice fenómenos, sino que los pronostique y permita a las sociedades actuar con determinación para combatir el calentamiento del planeta.
La tecnología es un elemento central en la misión de construir un mundo más sostenible, ya sea para reducir la contaminación del aire, crear ciudades más verdes o eliminar fronteras dentro de la investigación científica y ambiental. Por ello, las sociedades deben impulsar la innovación como palanca para acelerar la transición ecológica en todos los rincones del planeta.