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La biología sintética, ¿clave para conservar las especies en peligro de extinción?

La biología sintética abre un futuro esperanzador en la conservación y recuperación de la biodiversidad, aunque su uso aún está sujeto a debate ético. 


Nos resultaría imposible imaginarnos un mundo sin bosques, mares, ríos y las innumerables especies que los habitan. La biodiversidad es uno de los tesoros más valiosos de nuestro planeta y mantiene el equilibrio entre todos los seres vivos. 

No obstante, la contaminación, la sobreexplotación de los medios naturales, el cambio climático y la introducción de especies invasoras han causado gran preocupación en el ámbito científico respecto a la conservación de la biodiversidad. Esto ha llevado a varios organismos nacionales e internacionales a regular su aprovechamiento y buscar soluciones efectivas para garantizar la sostenibilidad de nuestro entorno.

España creó el Banco de Germoplasma (BanGES) para desarrollar trabajos de conservación de especies críticamente amenazadas en la península Ibérica

En esta línea, y conscientes de la pérdida de especies que se estaba produciendo en los entornos naturales, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) creó en 1964 la Lista Roja de Especies Amenazadas, el inventario más completo del estado de conservación de especies animales y vegetales a nivel mundial. Tres décadas después, el 29 de diciembre de 1993, entró en vigor el Convenio de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB), un tratado internacional casi universal con tres objetivos principales: la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y el reparto justo y equitativo de los beneficios de los recursos genéticos. 

España se sumó a esta preocupación y, en el año 2003, creó el Banco de Germoplasma (BanGES) que desarrolla trabajos de conservación de especies críticamente amenazadas en la península Ibérica. Con especial foco en el lince ibérico y el visón europeo, este servicio de investigación se dedica a obtener y preservar germoplasma animal y tejidos somáticos de especies en peligro de extinción.

Quince años más tarde, la ONU presentó el informe Fronteras 2018/19. Nuevos temas de interés ambiental, donde expuso la edición genética como solución a la pérdida de biodiversidad. Esta técnica se llegó a considerar como una de las herramientas más precisas en la modificación de organismos individuales, sistemas biológicos y genomas completos gracias a que permitía restaurar los hábitats naturales, eliminar especies invasoras de ecosistemas en peligro o «resucitar» especies extintas con beneficios ecológicos. Además, también era útil para fortalecer especies como los corales, debilitados como consecuencia del cambio climático.

La UICN define esta herramienta, conocida como biología sintética o ingeniería genética, como «un desarrollo de la biotecnología que combina ciencia, tecnología e ingeniería para facilitar y acelerar el diseño, la fabricación y/o la modificación de materiales genéticos, organismos vivos y sistemas biológicos». 

Andersen: «La comunidad mundial de la conservación debe contribuir al desarrollo responsable de las aplicaciones de la biología sintética»

Para llevar a cabo esta labor, el ADN se copia digitalmente, se reordena, se convierte en forma orgánica y se inserta nuevamente en las células vivas con el objetivo de mejorar este organismo. El uso de este tipo de tecnología para la conservación de especies fue incitado por Inger Andersen, directora general de la UICN en 2019: «La comunidad mundial de la conservación debe contribuir al desarrollo responsable de las aplicaciones de la biología sintética». 

A día de hoy, esta tecnología se utiliza sobre todo en los campos de la agricultura y la medicina, ya que su potencial para la conservación de las especies no está exento de riesgos.

La falta de límites claros sobre el uso de esta técnica podría degenerar en cambios imprevistos en los genes modificados, efectos negativos para las futuras generaciones, el uso de esta técnica para fines no médicos y, en consecuencia, un impacto negativo en la percepción social de la ingeniería genética.

A esto se suma el debate ético que suscita su uso, ya que puede que los marcos éticos actuales no sean capaces de seguir el ritmo a los rápidos y complejos avances de la biología sintética. Por ello, la ONU establece que «es esencial que los foros de deliberación orienten el ámbito de la biología sintética y velen por que sus aplicaciones ambientales beneficien a todos los que compartimos este planeta».

El agua hace su llamada de emergencia, ¿la hemos escuchado?

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El informe sobre la gestión de la sequía en 2023, publicado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), ha revelado que el 14,6% del territorio español está en emergencia por escasez de agua. Un escenario complejo que obliga a trazar un plan de acción inmediato, colaborativo y veloz. 

Cabo Ortegal, joya geológica reconocida por la UNESCO

Cabo Ortegal

Cabo Ortegal

Una zona costera en el noreste de La Coruña ha sido elegida como Geoparque Mundial de la UNESCO. Este paraíso gallego es un enclave de gran biodiversidad que cuenta con espacios naturales protegidos y endemismos animales y vegetales.


Marcando la frontera entre el mar Cantábrico y el Océano Atlántico, se encuentra el Cabo Ortegal. Este territorio se caracteriza por sus elevados acantilados, algunos de más de 600 metros de altura, y por sus inmediaciones están repletas de rías, islotes y calas. Pero, además de eso, el Cabo Ortegal esconde una riqueza geológica sin parangón, que lo ha llevado a ser declarado Geoparque Mundial de la UNESCO.

Cabo Ortegal forma parte de las comarcas de Ferrol y Ortegal, situadas en La Coruña, Galicia. Este accidente geográfico ha dado nombre a un nuevo Geoparque Mundial, título del que goza desde el 24 de mayo de 2023. Con una superficie total de 799,72 km² –de ellos, 168,72 km² de superficie marina– este enclave es ya una reconocida joya geológica. La belleza y singularidad de su paisaje son sin duda merecedores de ese galardón, pero su valor geológico va más allá: es un testimonio de la historia de la Tierra.

El Cabo Ortegal esconde una riqueza geológica sin parangón, con la que se ha ganado ser declarado Geoparque Mundial de la UNESCO

La teoría de la tectónica de placas explica la configuración y los movimientos de las mismas. Estas «piezas de puzzle» se desplazan sobre el manto terrestre, arrastradas por las corrientes de convección. El movimiento de estas placas ha hecho que, a lo largo de la historia de la Tierra, los continentes se hayan unido y separado varias veces. El último supercontinente que hubo en la Tierra se llamó Pangea. Se originó tras la colisión de dos continentes –Laurussia y Gondwana– hace unos 350 millones de años. Fue, precisamente, en esa colisión en la que afloraron las rocas que hoy forman el Geoparque de Cabo Ortegal. Por ello, proporciona algunas de las pruebas más completas de Europa sobre la colisión que creó Pangea.

El título de geoparque mundial de la UNESCO fue lanzado en 2015, y tiene como objetivo reconocer el patrimonio geológico de importancia internacional. Junto con Cabo Ortegal, el Consejo Ejecutivo de la UNESCO aprobó la designación de 18 nuevos geoparques mundiales el año pasado. Actualmente, existen 195 geoparques repartidos en 48 países de todo el mundo. Estas áreas geográficas son únicas por la protección del legado geológico y promueven la educación y el desarrollo sostenible. 

Los geoparques pretenden construir un puente entre el medio ambiente y la sociedad

Además, buscan construir un puente entre el medio ambiente y la sociedad. Tanto en Cabo Ortegal como en el resto de geoparques, el patrimonio geológico se funde con el patrimonio cultural, y también con el medioambiental. El geoparque gallego es un enclave con gran biodiversidad, que cuenta con espacios naturales protegidos y endemismos animales y vegetales.

Cabo Ortegal conservará esta designación durante un periodo de cuatro años, tras el cual tendrá que revalidar el correcto funcionamiento y la calidad del geoparque. Mientras tanto, su objetivo será honrar el pasado y guiar el presente y el futuro hacia un uso sostenible de nuestro entorno.

Salvar la biodiversidad, clave para evitar el colapso ecológico

Biodiversidad

El declive de la biodiversidad es más pronunciado hoy que en cualquier otra época de la historia. Sobrepasar el calentamiento global de 1,5 °C tendrá consecuencias irreversibles y solo la descarbonización puede frenar una potencial catástrofe.


Más de 60 jefes de Estado y unas 1.000 empresas de todo el mundo se congregaron en la edición número 54 del Foro Económico de Davos. Su eje transversal se basó en reconstruir una confianza fragmentada a nivel global y cuyo refuerzo es clave para tejer puentes políticos y sociales que nos ayuden a superar los crecientes desafíos que nos acechan. Uno de ellos es la acelerada pérdida de biodiversidad, clave para el equilibrio ecológico en todo el planeta. Según el informe Global Risk Report, publicado por el Foro Económico Mundial el año pasado, la pérdida acelerada de la biodiversidad es una de las principales preocupaciones mundiales tanto a corto como a largo plazo. 

Durante el Foro Económico de Davos se instó a crear una red para movilizar la inversión en energía limpia en el Sur Global

El declive de la biodiversidad es más pronunciado hoy que en cualquier otra época de la historia. La cadena de reacciones negativas provocadas por la intervención humana ha impactado sobre un equilibrio delicado y perfecto de la naturaleza con preocupantes consecuencias para el futuro. Así, el informe cita la severidad de este problema en la cuarta posición en la última década. «Dado que más de la mitad de la producción económica está estimada a ser entre moderadamente y muy dependiente de la naturaleza, el colapso de los ecosistemas tendrá consecuencias sociales y económicas de alto alcance», sostiene el documento. En ese sentido, las enfermedades zoonóticas, la disminución del resentimiento de los cultivos y su valor nutricional, el creciente estrés hídrico —potencial causa de conflictos violentos—, la pérdida de vidas dependientes de los sistemas alimentarios y los sistemas naturales como la polinización, además de las inundaciones, las subidas del nivel del mar y la erosión y degradación de los sistemas de protección contra inundaciones como praderas marinas y manglares, además de la degradación de los medios marinos, son apenas algunos de los problemas que ya se están desencadenando.

Es crucial comprender la relación directa entre el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. Ahora, más que nunca, es fundamental frenar el colapso ecológico alcanzando las emisiones netas cero. No alcanzar esta meta de sobrepasar el calentamiento global de 1,5 °C tendrá devastadoras consecuencias: el impacto continuado de desastres naturales, los cambios en la temperatura global y los cambios en las precipitaciones se convertirán en la causa dominante de la pérdida de biodiversidad. «Sin medidas políticas significativas o inversiones, las complejas relaciones entre la mitigación del cambio climático, la inseguridad alimentaria y la degradación de la biodiversidad acelerarán el colapso del ecosistema», sentencia el informe. 

Más de 100 empresas se comprometieron a restaurar, conservar y cultivar 12.000 millones de árboles

Así, la reconstrucción de la confianza entre todos los agentes es la base para tomar medidas serias «a tiro hecho». En ese sentido, la élite económica mundial alcanzó algunas conclusiones para el planeta. La plataforma Trillion Trees anunció que más de 100 empresas se comprometieron a restaurar, conservar y cultivar 12.000 millones de árboles. 

También, entre los acuerdos alcanzados se instó a crear una red para movilizar la inversión en energía limpia en el Sur Global, con el fin de desbloquear tres billones de dólares de aquí a 2030 necesarios para la transición energética. Así, la denominada Red para Movilizar Inversiones en Energía Limpia para el Sur Global es una alianza creada en el marco del Foro Económico de Davos, formada por más de 20 directores generales y líderes de los gobiernos de Colombia, Egipto, India, Japón, Malasia, Marruecos, Namibia, Nigeria, Noruega, Kenia y Sudáfrica. La red proporcionará un espacio de colaboración para que sus miembros aceleren las soluciones de capital en energías renovables. 

En esa misma línea, también se anunciaron nuevos compromisos para desbloquear miles de millones de dólares destinados a financiar soluciones para el clima y la naturaleza a través de la iniciativa Giving to Amplify Earth Action (GAEA). GAEA también ha incorporado un nuevo Acelerador de Grandes Apuestas, cuyo fin es amplificar y acelerar las asociaciones público-privadas filantrópicas e innovadoras a nivel mundial para poder alcanzar las emisiones netas cero, revertir la pérdida de biodiversidad y preservar la naturaleza.

Bioluminiscencia, uno de los secretos mejor guardados del mar

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Bahía Mosquito en Puerto Rico, Islas Maldivas, bahía de Toyama en Japón o Punta Cuchillos en Costa Rica son algunos de los exóticos lugares en los que podemos disfrutar de la bioluminiscencia. Este fenómeno es todo un espectáculo lumínico que se produce por una reacción química en algunos organismos vivos.

Los peces también migran ante el aumento de temperaturas

Ilustración por Valeria Cafagna

Un novedoso estudio demuestra cómo los peces se desplazan hacia los polos o a aguas más profundas para evitar el incremento de las temperaturas. Los expertos enfatizan que estos cambios pueden conllevar graves consecuencias en el futuro.


Las migraciones climáticas ya son una realidad en muchas partes del planeta. Huir de zonas en las que la vida humana no puede desarrollarse con normalidad debido al aumento de las temperaturas será algo cada vez más habitual. Y lo veremos. ¿Qué pasa con lo que no vemos? ¿Qué ocurre con los cientos de millones de peces que viven en el mar? ¿Y si sus cambios fueran mucho más rápidos que los de los seres humanos en tierra? ¿Y si ellos también migraran y eso pudiera tener consecuencias para las personas?

Los efectos del calentamiento global, como su propio nombre indica, no dejan nada por perturbar. La mirada antropocéntrica no debe desviarnos del estudio de aquello que va más allá de lo humano pues, como bien está demostrado, las personas tan solo somos un eslabón más en una cadena trófica más sensible de lo que podemos llegar a pensar. Este interés es lo que ha llevado a varios investigadores de la Universidad de Glasgow a concluir que la mayoría de las poblaciones de peces están respondiendo al calentamiento global desplazándose hacia aguas más frías cercanas a los polos norte y sur.

Los peces migran hacia el polo sur y norte o hacia aguas más profundas para evitar el aumento de las temperaturas

Esta postura se deduce de los últimos estudios sobre el impacto del cambio climático en nuestros océanos, que también recogen otra dinámica en estos peces: algunos de ellos deciden trasladarse a aguas más profundas, siempre como un intento de encontrar espacios más fríos en los que vivir.

Se trata de la primera vez que se estudia de forma tan exhaustiva estos desplazamientos. Los expertos han examinado los datos de 115 especies de las principales regiones oceánicas, con un total de 595 respuestas de las poblaciones de peces marinos al aumento de la temperatura.

No es baladí este cambio en los peces, pues la temperatura del agua circundante les afecta en funciones críticas como el metabolismo, el crecimiento y la reproducción. Además, las especies marinas suelen tener un rango de temperatura habitable muy limitado, lo que hace que «incluso las pequeñas diferencias en el agua sean imposibles de soportar», tal y como explica la investigación publicada en Global Change Biology. Como resultado, los cambios en la vida marina causados por el calentamiento global se han dado hasta siete veces más rápido que las respuestas de los animales en tierra. Una de sus repercusiones más graves ha sido la desaparición total de especies de peces en algunos lugares.

«Nuestra capacidad para predecir las reubicaciones de los peces será vital para mantener la seguridad alimentaria»

De esta forma, «nuestra capacidad para predecir las reubicaciones de los peces será vital para proteger los ecosistemas mundiales y mantener la seguridad alimentaria», añaden desde el centro académico. Carolin Dahms, autora principal del estudio, señala cómo la pesca también afecta a estas reubicaciones, ya que las especies explotadas comercialmente se desplazan más lentamente.

Todo ello deja en el aire cómo esta alteración puede afectar a las personas, tal y como concluye Shaun Killen, también autor del estudio: «Si las presas de estas especies no se trasladan también, o si estas especies se convierten en una perturbación invasora en su nueva ubicación, podría haber graves consecuencias en el futuro».

Plantas invasoras, amenazas para el medio natural

especies exóticas

La introducción y proliferación de especies exóticas se ha convertido, desde hace unos años, en uno de los grandes causantes de la pérdida de biodiversidad en nuestro país. 


La introducción de especies exóticas en nuestros territorios es una de las grandes amenazas para la biodiversidad autóctona. En algunos casos porque la capacidad de crecimiento y regeneración de muchas especies autóctonas queda completamente alterada, y en otros, porque impacta directamente sobre la salud y la capacidad regenerativa de otras especies. 

Frenar el avance de las invasoras tiene sus desafíos, debido a la rápida proliferación en diferentes entornos naturales. En España tenemos un Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, detallado en la Ley 42/2007, donde se recogen todos los tipos de especies invasoras del territorio. Este es uno de los mayores esfuerzos de documentación de fauna y flora de la Península. Algunas de ellas son la Agave americana, originaria de Méjico, o la Acacia mimosa, proveniente de Australia. 

Algunas de las especies invasoras más comunes son el Jacinto de Agua o el Plumero de la Pampa

Pero, entre las especies invasoras más problemáticas del territorio español destacan el Jacinto de Agua y el Plumero de la Pampa, también conocido como Cortaderia selloana. Estas plantas, en términos generales, impiden el desarrollo de las especies nativas, alteran el hábitat de la zona modificando su físico y la química de sus suelos, compiten por espacio y alimento con especies autóctonas y se hibridan con las especies nativas. Además, introducen nuevos parásitos y enfermedades. A nivel particular, el Jacinto de Agua provoca una gran cantidad de materia orgánica que se junta en un denso tapiz sobre el agua que dificulta el intercambio de oxígeno con la atmósfera y obstruye el paso de la luz del sol. Así, limita altamente el desarrollo de otros animales y plantas y reduce la producción primaria bentónica. 

Algunas de las principales fórmulas para frenarlas son técnicas como el manejo integrado del territorio, la prevención de su expansión mediante la vigilancia y monitoreo e inspecciones en puertos y fronteras. Otra herramienta de intervención más lenta es la educación pública sobre los peligros que tiene la expansión de estas especies. 

La cortaderia es un problema de emergencia ecológica alrededor del mundo, y una de las 100 especies más dañinas en Europa

Existen una gran variedad de iniciativas en España que buscan frenar su propagación por nuestros ecosistemas, como Stop Cortaderia, un programa colaborativo que busca frenar la extensión de la cortaderia en zonas como Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, así como en el norte de Portugal, y la región de Nueva Aquitania en Francia. 

La cortaderia es un problema de emergencia ecológica alrededor del mundo, y una de las 100 especies más dañinas en Europa, tal y como recoge el proyecto Delivering Alien Invasive Species Inventories for Europe (DAISIE). Por ello, sector público y privado (con empresas como Redeia) se han unido en este desafío y se han comprometido a detener la expansión de la planta así como a restaurar las zonas recuperadas. 

La colaboración de las empresas, los gobiernos y la sociedad en general en la lucha contra la pérdida de la biodiversidad es fundamental para garantizar el desarrollo y supervivencia de las especies del territorio. Stop Cortaderia es solamente uno de los muchos ejemplos existentes, y es solo una de las prácticas a las que se pueden sumar diferentes actores en nuestro país. Ante un contexto de emergencia climática, frenar la expansión de especies invasoras es uno de los pasos que harán que la acción local se convierta en global. 

Microplásticos, un problema para la agricultura

Microplásticos

Los microplásticos no solo afectan a los ecosistemas naturales, sino que se han acabado infiltrando en las plantaciones agrícolas, lo implica que incluso los alimentos que consumimos puedan acabar contaminados.


La presencia de los plásticos y los microplásticos hace tiempo que se ha convertido en un problema. Aunque es un material que se empezó a utilizar por su practicidad y su bajo precio, su uso a largo plazo es extremadamente contaminante, debido a la gran cantidad de residuos que genera y a la mala gestión de los mismos. El plástico, además de dañar los ecosistemas naturales, también ha empezado a afectar a uno de los pilares de nuestra subsistencia: la agricultura.

Los microplásticos y los nanoplásticos, esos pequeños residuos procedentes de los plásticos, están presentes en la agricultura en elementos de uso tan común con los fertilizantes biosólidos o algunas semillas recubiertas de polímero para favorecer la germinación. Aunque muchos de estos elementos han sido beneficiosos para la producción, el uso indiscriminado de materiales plásticos ha afectado ya a las condiciones del suelo, que, paradójicamente, acaba siendo menos productivo. Así lo explica el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP): los microplásticos degradan la calidad de una tierra que, a causa de los ritmos de producción contemporáneos, ya de por sí está sometida a mucha presión.

El uso indiscriminado de materiales plásticos ha afectado ya a las condiciones del suelo, que, entre otras cosas, es menos productivo

Pero los microplásticos no se quedan en el terreno, sino que de ahí pasan al agua y a lo que es más preocupante a corto plazo: nuestros alimentos. Los aparentemente inofensivos microplásticos pueden suponer un alto riesgo para la seguridad alimentaria, poniendo en jaque la salud pública.

La solución o, más bien, el paliativo, ya está en marcha: por un lado, se intenta reducir el uso de plástico, por otro, hacer que sea lo más biodegradable posible. Cada vez los plásticos empleados en la agricultura poseen mayor porcentaje de biodegradabilidad, y otras industrias contaminantes, como la textil, poco a poco van implementando tecnologías que reducen este residuo de sus productos. Del mismo modo, una producción agrícola más respetuosa con los tiempos de la naturaleza y que aproveche recursos naturales en vez de recurrir al plástico puede ser la clave para reducir el impacto en el suelo de estos residuos. Estas nuevas vías están aún en proceso de ser exploradas.

Los aparentemente inofensivos microplásticos pueden suponer un alto riesgo para la seguridad alimentaria, poniendo en jaque la salud pública

¿Qué podemos hacer nosotros, de manera individual, para ayudar a frenar esta lenta pero continua contaminación? Además del reciclaje, que asegura la correcta gestión de los residuos y minimiza su impacto, es fundamental el surgimiento de tendencias de reducción como el zero waste y la autoconsciencia sobre el propio consumo. Especialmente importante es conocer los residuos que generamos en épocas como la navideña. El intercambio de regalos en Navidad y Reyes suele resultar en decenas de plásticos no reutilizables (envoltorios, bolsas, decoración, botellas), de esos que, aunque nos parezcan insignificantes, pueden acabar teniendo un gran impacto en nuestra vida y en nuestra sociedad.