Categoría: Agenda 2030

La salud oceánica, una protección urgente

Más de dos tercios del planeta están cubiertos por agua. Los océanos producen la mitad del oxígeno que respiramos y absorben alrededor del 30% del CO2 producido por los humanos, según datos de las Naciones Unidas. Dependemos de ellos como fuente de vida: albergan el 95% de la biosfera mundial y alimentan a más de mil millones de personas en el mundo.

No obstante, su estado de salud se ha visto afectado a causa del impacto humano. La ONU ha alertado de que el 90% de las grandes especies de peces marítimos están mermadas y el 50% de los arrecifes de coral están destruidos a causa de la sobreexplotación. «Estamos justo en el punto entre continuar con la actitud extractiva de tomar, tomar y tomar de la naturaleza y caer en la cuenta de que lo más importante que le estamos quitando a la naturaleza es nuestra propia existencia», sostiene Sylvia Earle, presidenta del programa conservacionista Mission Blue.

El 90% de las grandes especies de peces marítimos están mermadas y el 50% de los arrecifes de coral están destruidos a causa de la sobreexplotación, según la ONU

Si bien es cierto que varias organizaciones han venido trabajando en los últimos años por la conservación de los océanos, se requiere de un fuerte brazo político para que la tendencia cambie de corriente. El acuerdo entre 193 naciones en la ONU con el Tratado Global de los Océanos es una buena noticia para su protección, teniendo en cuenta especialmente que estos representan el 70% de nuestro planeta. Este tratado es un acuerdo histórico que, después de dos décadas en proceso, busca proteger la alta mar, aquella parte que queda fuera de las fronteras nacionales —es decir, casi dos tercios del océano—.

Es un paso en la dirección correcta hacia una explotación sostenible de los océanos, lo cual podría impactar positivamente sobre el desarrollo mundial. Un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) afirma que el océano ofrece a los países en vía de desarrollo enormes oportunidades para construir economías más innovadoras y resilientes. La economía mundial de los océanos tiene un valor estimado de entre 3 y 6 billones de dólares y por eso la UNCTAD ha instado a crear un «Pacto Azul» global para «encontrar el equilibrio adecuado entre beneficiarnos del océano y al mismo tiempo proteger sus recursos».

La explotación sostenible de los mares podría impactar positivamente sobre el desarrollo, además de producir sustitutos al plástico, uno de los principales contaminantes del océano

No cabe duda de que el cambio climático, la sobrepesca y la contaminación están afectando los ecosistemas marinos. Sin embargo, el «Pacto Azul» podría impulsar las inversiones en sectores emergentes que apuestan por el desarrollo sostenible y que permitirían una mayor protección de la biodiversidad. Por ejemplo, el cultivo de algas marinas como sustituto del plástico está sirviendo para producir alternativas ecológicas a las pajitas y los envoltorios de alimentos; además, no requiere de agua dulce ni fertilizantes. Diversificar las exportaciones de bienes y servicios oceánicos, más allá del marisco, el transporte marítimo y el turismo costero, puede hacer que los países en vía de desarrollo tengan una mayor resiliencia económica ante crisis futuras.

Pero esto también aplica en otros lugares del mundo. A pesar de que la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM) informó que la sobrepesca en el Mediterráneo y el Mar Negro ha disminuido significativamente en los últimos 10 años, el 73% de las especies comerciales siguen sobreexplotadas. Por eso es esencial una ordenación eficaz para que la pesca en nuestros mares sea sostenible, y que incluya zonas de acceso restringido de pesca para la conservación de los ecosistemas de aguas profundas.

Cabe destacar que, en los últimos años, la protección marítima ha adquirido relevancia en el debate internacional, como lo demuestra también la Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea, que, para 2030, busca proteger el 30% de la superficie marina del bloque. Sin embargo, aún queda mucho por hacer: actualmente, solo el 8% de los mares en el mundo es área protegida. 

De cara a estas circunstancias, este 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos, en el que las Naciones Unidas han hecho un llamado para unir a la población en su gestión sostenible. Y es que la crisis climática, con el derretimiento de los glaciares, el calentamiento de los mares y el blanqueamiento de los corales, está amenazando la biodiversidad oceánica. Pero hay algo que está claro: ese impacto recae también sobre la supervivencia humana.

El mundo rural en la Unión Europea: el territorio más extenso, pero el más abandonado

La mayor parte de la población en Europa vive en el mundo urbano. Una tendencia que no ha dejado de crecer en las últimas décadas. La despoblación, la aparente falta de oportunidades económicas y el envejecimiento de los ciudadanos están arrinconando el ámbito rural. Sin embargo, el campo es el hogar de unos 137 millones de personas. Aquí vive casi el 30% de la población a nivel europeo. Y, además, cubre una amplia extensión del territorio: más del 80%. Frente a estos datos, en los últimos meses se ha producido una subida de los precios en los alimentos básicos en toda la Unión Europea, incluida España. Pero a pesar de ello, el sector agrícola, que se concentra en las zonas rurales europeas, no se está viendo beneficiado.

Evitar la despoblación es uno de los objetivos marcados en la Agenda 2030. Analizamos cómo ha ido cambiando a lo largo de las décadas el mundo rural, cómo se distribuye el empleo en estas regiones.

La distribución del empleo en las zonas rurales: es menor en los países del norte de Europa

El empleo no se reparte por igual en las zonas rurales. A grandes rasgos este ha bajado en prácticamente todos los países de la Unión Europea. Sin embargo, hay territorios donde este sector es más fuerte que en otros. Por ejemplo, en Rumanía o Lituania el empleo tiene una mayor distribución en el ámbito rural, con un 33% y 23% respectivamente. Por la contra, Francia es el país en el que menos trabajo encontramos en estas zonas y en el que gran parte de su población vive en la ciudad.

En el caso de España, el Informe Anual del Banco de España de 2020 identificó 3.403 municipios en riesgo de despoblación, aproximadamente el 42% de todos los municipios de España. Una cifra que se sitúa por encima de los datos de la eurozona y que se acerca a los datos de países del norte de Europa. Según cifras de la Comisión Europea, la distribución del empleo en el ámbito rural es del 11%.

Durante siglos, rural significaba agrícola, pero el empleo en este sector ha disminuido bruscamente

“Durante siglos, «rural» significaba «agrícola», con millones de granjeros alimentando a la sociedad europea”. Así relataba en 2021 la Comisión Europea el peso que ha tenido la agricultura en el mundo rural y en las economías a lo largo de las últimas décadas. Sin embargo, este sector se está debilitando. Según los datos analizados, a nivel europeo el empleo en la agricultura, silvicultura y en la industria alimentaria ha disminuido en los últimos diez años.

Donde más se ha notado el cambio ha sido sobre todo en la agricultura. Si el porcentaje de empleo en esta área era de un 4,6% con respecto al empleo total en 2011, ocho años después la caída fue hasta un 3,5% en 2019. Esto es una variación de un 23% en todo este periodo.

 

Cada vez menos explotaciones agrícolas, menos trabajadores y menos horas dedicadas al campo

Los últimos datos recopilados por la Comisión Europea en esta área corresponden a 2016. Sin embargo, estas cifras permiten ver que sí existe una tendencia a la baja en tres áreas concretas del trabajo agrícola. Cada vez hay menos explotaciones agrícolas en la Unión Europea. Estas han disminuido en un 14,51% con respecto a 2010. También menos trabajadores dedicados a ellas. Los datos cifran una caída del 19,62%. Y, además, los que dedican una jornada completa al campo cada vez son menos, con un 8,6% menos respecto a seis años atrás.

En el caso de España, las caídas también se producen en estos tres ámbitos, siendo la cifra de trabajadores donde más se nota la bajada, con un 16,20% menos de trabajadores con respecto a 2010.

 

La tasa de pobreza disminuye, pero a menor velocidad en el mundo rural

Además, los datos indican que la tasa de pobreza no disminuye a la misma velocidad en las regiones rurales con respecto a los datos globales. Aunque esta variable disminuye tanto en las regiones urbanas con mayor población como en las zonas rurales, en los diez últimos años, los datos revelan que ha disminuido en menor medida en las regiones no urbanas.

En el caso de España, ambas tasas se sitúan por encima de la media europea. De hecho, la tasa de pobreza rural es más alta aún y se sitúa en un 28,80% del total.

 

El sector de la agricultura en el Producto Interior Bruto, es más alto en España con respecto a la Unión Europea

El sector de la agricultura en el Producto Interior Bruto representa en España el 2,88% con respecto al total. Aquí, según los datos del INE, las mayores fuentes de ingresos vienen de la construcción.

En el caso de la Unión Europea este indicador, medido a través del Valor Añadido Bruto, que es la suma de todos los bienes y productos producidos (sin incluir los impuestos), es del 1,62% del total.

 

 

 

Humanos e inteligencia artificial a través de la literatura

En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha experimentado un crecimiento sin precedentes. Desde sistemas de recomendación hasta asistentes virtuales, esta tecnología se ha convertido en una herramienta muy habitual en nuestro día a día. ChatGPT, uno de los chatbots más populares en la actualidad, ha sorprendido a todo el mundo con su capacidad de respuesta analítica y ha hecho reflexionar sobre hasta dónde puede llegar la IA y su relación con el ser humano. Este debate no es nuevo: analizamos cinco libros que abordan el tema desde diferentes perspectivas, ofreciendo una amplia variedad de opiniones y reflexiones:

“La fe en la Inteligencia Artificial” de Helga Nowotny

Helga Nowotny, socióloga austriaca y ex presidenta del Consejo Europeo de Investigación, reflexiona sobre las implicaciones sociales y culturales de la Inteligencia Artificial y cómo se está transformando nuestra relación con la tecnología. La experta en la sociedad del conocimiento sostiene que la digitalización está impulsando un proceso de coevolución entre seres humanos y máquinas, afectado por la tensión entre la confianza en la IA y la duda sobre sus beneficios para la humanidad. Se encuentra en una posición intermedia entre el tecno-optimismo de las grandes corporaciones y el pesimismo extremo de los detractores de la inteligencia artificial.

 

“Máquinas como yo” de Ian McEwan

¿Puede una máquina llegar a entender y juzgar la complejidad moral de las decisiones de una persona? El autor Ian McEwan presenta en esta novela de ciencia ficción una historia ambientada en un Londres alternativo donde el científico Alan Turing ha creado seres humanos sintéticos llamados Adán y Eva. Una novela que plantea preguntas inquietantes sobre la humanidad, la ética de la Inteligencia Artificial y la moral humana.

 

“2084: Inteligencia artificial y el futuro de la humanidad” de John Lennox

El científico y filósofo John Lennox explora el rumbo que está tomando la tecnología y la inteligencia artificial. Lennox plantea preguntas que atañen a cada persona, como las ventajas y desventajas de la IA, su impacto en la privacidad y la libertad, así como la seguridad de nuestros trabajos. Desde un punto de vista cristiano, el autor reflexiona sobre cómo afecta la inteligencia artificial nuestra percepción del mundo, y en particular, nuestra percepción de Dios.

 

“Klara y el sol” de Kazuo Ishiguro

En este relato, Ishiguro sumerge al lector en un mundo donde los seres humanos conviven con androides altamente desarrollados. A través de los ojos de Klara, una IA diseñada para acompañar y cuidar a los niños, el autor examina las complejidades emocionales y morales de la relación entre seres humanos y máquinas. El relato realiza una exploración de las emociones, la empatía y la comprensión en un mundo donde la tecnología cada vez está más presente. ¿Cuál es el lugar de la humanidad en una sociedad donde la inteligencia artificial cada vez tiene mayor protagonismo?

 

“La cuarta revolución industrial” de Klaus Schwab

El economista Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, examina en esta obra cómo la convergencia de la tecnología, incluida la inteligencia artificial, está transformando rápidamente la economía y la sociedad. El autor sostiene que esta revolución industrial está impulsando cambios sin precedentes; desde la forma en la que trabajamos hasta cómo se estructuran las organizaciones y se toman decisiones. ¿Cómo podemos aprovechar al máximo esta transformación tecnológica para el beneficio de la humanidad? La intención de Schwab con este libro es concienciar sobre los cambios que se avecinan.

La arquitectura inclusiva, el camino hacia una ciudad justa y accesible

La arquitectura inclusiva se ha convertido en los últimos años en un gran apoyo en la defensa por una sociedad más igualitaria y respetuosa con determinados colectivos. Su razón de ser se encuentra en su compromiso por crear ciudades accesibles y habitables para todo el mundo, independientemente de sus capacidades, género o edad. Al considerar la diversidad de individuos a la hora de trazar sus diseños, es posible crear nuevas cartografías que no dejen fuera a nadie.

La arquitectura inclusiva se alza como la pieza imprescindible en el camino hacia una sociedad más conectada, equitativa y accesible para todo el mundo

Alrededor de 87 millones de personas en la UE tienen algún tipo de discapacidad y, sin embargo, hoy en día todavía pueden encontrarse infinitas muestras de arquitectura tradicional que no les garantizan libertad de movimiento y seguridad. Las barreras arquitectónicas, como la falta de rampas de acceso, baños amplios o señalizaciones claras, provocan que las personas con discapacidad vean limitado su disfrute de los espacios públicos, llevándolas así al aislamiento social. Frente a esta problemática, la arquitectura inclusiva plantea la configuración de un entorno favorable a sus necesidades que, como consiguiente, no solo incentivará su participación en la comunidad, sino que también favorecerá su autonomía.

La arquitectura inclusiva trabaja desde un enfoque integral, creando entornos flexibles y adaptativos que tienen en consideración las necesidades de todo tipo de individuos: personas con discapacidades físicas, como movilidad reducida, ceguera o sordera; personas mayores; familias con niños; mujeres embarazadas; entre muchos otros. Además, este tipo de arquitectura contempla las diferencias culturales existentes en una ciudad y los diferentes usos del espacio que hacen cada una de ellas.

Cómo construir una ciudad inclusiva

Una ciudad hecha por y para todos requiere de un diseño de carácter universal, de una localización adecuada para toda la población, independientemente de su ubicación geográfica, la implementación de medidas de seguridad inclusivas, y la integración de una tecnología que mejore la comunicación entre toda la ciudadanía. Por otro lado, es también imprescindible la participación de las comunidades en el proceso de diseño y construcción de la ciudad, ya que es la forma más eficaz para conocer sus necesidades en todo momento.

Algunas de las características comunes que podemos encontrar en todos los espacios creados desde una perspectiva inclusiva es que cuentan con complementos como rampas, barandas de apoyo o plataformas móviles; suelos antideslizantes y sin irregularidades para garantizar la seguridad durante los desplazamientos; incorporación de lenguajes inclusivos como el braille o el lenguaje de señas en el transporte público, así como el uso de colores llamativos como el amarillo y líneas rugosas para que las personas con discapacidad visual y auditiva puedan guiarse con plena independencia.

Luxemburgo, la ciudad más inclusiva de Europa en 2022

Desde 2010, la Comisión Europea celebra de forma anual el Access City Award (Premio a las Ciudades Accesibles) con el objetivo de “concienciar a la población sobre la situación de las personas con discapacidad y fomentar iniciativas de accesibilidad en ciudades europeas de más de 50.000 habitantes”, expresa la web oficial de la Unión Europea. Dentro de los criterios que se tienen en cuenta a la hora de valorar las propuestas, se encuentra el espacio público, el tipo de edificaciones, el transporte y sus infraestructuras, las tecnologías de información y comunicación, las instalaciones públicas y los servicios.

Alrededor de 87 millones de persones en la UE tienen algún tipo de discapacidad y, sin embargo, hoy en día todavía pueden encontrarse muestras de arquitectura tradicional que no les garantiza libertad de movimiento y seguridad

En 2022, durante la 12ª edición, fue seleccionada con el primer puesto la ciudad de Luxemburgo por sus soluciones innovadoras y la accesibilidad de sus espacios para las personas con discapacidad. Según indican en la web de la Comisión Europea, “la ciudad ha hecho de la accesibilidad una prioridad. Sigue un principio de «diseño para todos» […] Tiene autobuses de piso bajo equipados con rampas en toda la ciudad, así como anuncios visuales y de audio en autobuses y paradas de autobús. La ciudad consulta periódicamente a sus ciudadanos con discapacidad para velar porque sus medidas tengan el efecto deseado. Además, la ciudad de Luxemburgo facilita a todo el mundo información sobre las decisiones políticas al incluir en los principales plenos del ayuntamiento el lenguaje de signos y la transcripción accesible”. Entre el 24 y 25 de noviembre de 2023 se espera que se publique el nombre de la ciudad ganadora de la nueva edición.

Edadismo: cuando la edad importa negativamente

Aunque la palabra edadismo fue incorporada al Diccionario de la Lengua Española, por la Real Academia Española (RAE) el pasado 20 de diciembre de 2022, el término viene de lejos, y fue formulado por primera vez por Robert Neil Butler, gerontólogo y psiquiatra estadounidense a mediados de los años 60. Butler dedicó gran parte de su vida profesional al estudio del envejecimiento y acuñó el término “ageism” para referirse a los estereotipos y prejuicios alrededor de las personas mayores.

Alrededor de un año antes de que la RAE incorporase al diccionario la traducción española del término, un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertaba sobre la actitud discriminatoria hacia las personas de avanzada edad que ostenta la mitad de la población mundial.

La discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas, tiene graves consecuencias para el conjunto de la sociedad

En nuestro país, el edadismo se ha convertido en un problema que ha reclamado la atención del propio Ministerio de Sanidad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la actualidad, las personas mayores de 65 años en nuestro país superan los 20 millones, y las previsiones apuntan a que llegaremos a los 25 millones en solo 10 años. Por ello, la Dirección General de Salud Pública de dicho Ministerio ha elaborado varias infografías orientadas a la sensibilización ciudadana acerca de este tipo de discriminación y sus consecuencias, así como una serie de recomendaciones para combatirla.

Como apuntan desde el propio Ministerio, las consecuencias del edadismo van desde un aislamiento social y una inseguridad económica que merma la salud mental, hasta una menor calidad de vida que redunda en el aumento de muertes prematuras entre la población de mayor edad. El Informe Mundial sobre el Edadismo publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que las personas que sufren esta discriminación ven mermada su esperanza de vida en 7,5 años.

El material de sensibilización difundido por el Ministerio de Sanidad hace referencia también al aumento de la brecha digital que supone el edadismo. Según la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), el 40,5% de las personas mayores nunca ha accedido a internet. Teniendo en cuenta la aceleración de la digitalización en que estamos inmersos, esto supone que algunas personas sean incapaces de realizar esa clase de gestiones cotidianas que solo se pueden hacer a través de canales digitales. El porcentaje, además, sube hasta el 60% en aquellas personas mayores cuya capacidad de gasto es insuficiente.

En nuestro país, a día de hoy, el edadismo supone un tipo de discriminación más generalizado que el sexismo o el racismo

Otra de las graves consecuencias del edadismo es la regulación del mercado laboral. El límite de edad en que una persona aún sigue considerándose activa para los empleadores se está reduciendo de manera significativa. Según se desprende del Mapa de Talento Senior 2021, elaborado por la Fundación Mapfre, el 85% de los currículums de personas mayores de 55 años son desechados automáticamente. De hecho, el paro a partir de dicha edad se ha triplicado desde 2008, situándose en un 12,75% en el momento de realización del informe. Tal como señala el propio Ministerio de Sanidad, este tipo de discriminación puede ser, a día de hoy, más generalizado incluso que el sexismo y el racismo.

Desde la Confederación Española de Organizaciones de Personas Mayores aplauden esta labor de sensibilización, pero reclaman la urgencia de acometer medidas legislativas concretas que logren paliar el edadismo. Para impulsar dichas medidas, la organización publicó el año pasado un Manifiesto que defiende el envejecimiento saludable en nuestro país. Entre las medidas reclamadas, se encuentra la de un Plan Nacional sobre Envejecimiento Saludable que incluya la reorganización de los recursos sanitarios y el desarrollo de más servicios de geriatría hospitalarios. Algo en lo que actualmente trabaja el Ministerio de Sanidad.

Una justa valoración de las personas mayores nos permitirá erradicar este tipo de discriminación, y nos ayudará a construir una sociedad más justa, inclusiva y cohesionada.

Ángel Bonet: “Es urgente transformar la cultura empresarial actual hacia una economía del propósito”

Ángel Bonet es fundador y presidente de ImpactCo, una compañía que asesora al empresariado para alcanzar el éxito a través de la innovación tecnológica y el impacto social responsable. También lo es de la Fundación Unlimited, que él define como un referente mundial en el ecosistema del emprendimiento social. Con casi tres décadas de experiencia a sus espaldas, ha sido reconocido como uno de “Los 40 mejores futuristas de España” por la revista Forbes. Asimismo, es autor de libros como ‘El tsunami tecnológico' y ‘Empresas que crecen con alma’.

¿Cómo definiría el éxito empresarial?

Lo definiría como aquella compañía que tiene de foco estratégico no solo el rendimiento económico, sino el impacto social y medioambiental que genera con su actividad. Es decir, son aquellas compañías que ponen al mismo nivel la rentabilidad y el bienestar que generan en su comunidad y el planeta. Ese es el verdadero éxito: darle la misma importancia al cuánto y al cómo.

 

En general, ¿cree que las empresas españolas son empresas con alma, preocupadas por la sociedad y el planeta? ¿Qué transformaciones urgen en el sector privado? 

En general, sí.  Tenemos una clase empresarial muy concienciada con su entorno, aunque lamentablemente la mayoría no puede poner en práctica su sensibilidad social o medioambiental, dado que el propio sistema capitalista les fuerza a  poner el foco solo en el rendimiento económico a corto plazo, algo que ocurre especialmente con las empresas multinacionales o cotizadas.

Es urgente transformar la cultura empresarial actual hacia una economía del propósito, donde se dé la misma importancia al rendimiento económico que a su impacto social y medioambiental. Para ello, es imprescindible que todas las instituciones educativas, así como los medios de comunicación, formen e inspiren desde las bases este nuevo movimiento económico, a la vez que los gobiernos incentivan y legislan en esta dirección y los inversores canalizan sus capitales con más conciencia.

 

En un momento de aceleración de la digitalización, con la inteligencia artificial y herramientas como ChatGPT en pleno apogeo, ¿cómo afectan los cambios tecnológicos a la cultura empresarial?  

La revolución tecnológica transforma por completo todos los negocios, como estamos viendo en las últimas décadas. La inteligencia artificial, como otras muchas tecnologías disruptivas, son plataformas que permiten crecer exponencialmente los negocios y las empresas, a la vez que permiten innovar a las mismas en soluciones sociales y medioambientales. Dicho de otra manera, gracias a las nuevas tecnologías podemos crear compañías de más éxito económico a la vez que se solucionan los grandes retos de la humanidad, tanto sociales como medioambientales.

Si no entendemos la revolución tecnológica como un elemento de mejora de nuestra sociedad, se nos puede girar en contra y amplificar el actual problema que tenemos de diferencia entre ricos y pobres (o seguir destruyendo nuestros recursos naturales, tan solo por el beneficio de unos pocos).

 

¿Qué valor cobra el talento humano en las empresas con alma?

La clave de las empresas con alma son las personas y sus líderes. Solo aquellas personas con sensibilidad social y conectadas con su entorno pueden ser capaces de liderar esta nueva revolución social y medioambiental. Es prácticamente imposible que una persona sin valores lidere una empresa con alma.

 

¿Cómo se convierte una persona en un “growth soul leader”?

Desde la educación y la formación. Necesitamos que todas las instituciones académicas formen a nuestros líderes en valores, en conciencia social y en sensibilidad medioambiental; en definitiva, en poner en el centro de todos los negocios a la persona.

 

Algunos sectores cuestionan la viabilidad de las compañías sostenibles o socialmente responsables. ¿Considera que este planteamiento podría frenar el avance de este tipo de empresas?

A lo largo de la historia siempre ha habido negacionistas hacia cualquier innovación o avance de la humanidad. En este caso, además, al ser una transformación tan profunda del modelo económico de los últimos 200 años, surgen con más contundencia y virulencia.

Ya existen cientos de casos que relacionan la orientación estratégica de las compañías hacia el impacto social y medioambiental, con un alto impacto en el valor de la compañía, fundamentalmente por la retención y captación de talento (al buscar un propósito el nuevo empleado), así como un aumento significativo de la demanda de estos productos y servicios por parte del consumidor y la sociedad, además de un mejor y mayor acceso a otro tipo de capitales que están buscando un rendimiento económico a la vez que social.

En todo caso, estamos al inicio de esta revolución social del modelo económico, que liderarán, como ha pasado a lo largo de la historia, los pioneros; los negacionistas, en cambio, sufrirán el castigo del mercado a largo plazo.

 

Las pymes constituyen el 99,8% del tejido empresarial español. ¿Cree que su propuesta de empresas que crecen con alma es extrapolable a esta categoría? ¿Qué retos encuentran las pequeñas y medianas empresas en esta transformación? 

Precisamente mi libro va orientado hacia las pymes de nuestro país y del resto del mundo. Desde mi fundación Unlimited y nuestra red internacional hemos lanzado más de 15.000 empresas de impacto en los últimos 10 años. La gran mayoría de las nuevas empresas ya nacen con un sentido social y medioambiental; el reto está en transformar las existentes, especialmente las medianas y grandes corporaciones.

 

La ciudadanía está preocupada por la economía, pero no percibe que las empresas sean un problema, como en cambio sí sucede con los políticos, tal y como recoge el último barómetro del CIS. ¿Qué papel puede y debe jugar la ciudadanía en la consecución de un entorno económico más justo y medioambientalmente responsable?

La ciudadanía es la protagonista. Todo movimiento empieza por las bases. Si todos cambiamos nuestro estilo de vida, menos consumista y más consciente, obligaremos a transformar todas las empresas del planeta, a la vez que obligaremos a nuestros dirigentes a legislar y apoyar esta nueva economía.

Todo gesto cuenta. ¿Qué haces en tu día a día para hacer del nuestro un mundo mejor? ¿A quién compras tus productos o servicios y dónde estás dispuesto a trabajar? ¿Qué tipo de negocio estás dispuesto a crear y para qué fin? En definitiva, ¿qué tipo de persona quieres ser recordado cuando ya no estés? Dediquemos más tiempo a dar y a ser más humanos, ese es el verdadero éxito de una sociedad avanzada.

Jane Goodall, la mujer que defiende el planeta entre chimpancés

Podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que si hay alguien que conozca el comportamiento de los chimpancés a la perfección es, sin duda, Jane Goodall. A sus 89 años, la etóloga ha pasado parte de su vida dedicada a la investigación, la educación y el activismo del medio ambiente. En contacto estrecho con los chimpancés, aprendió sus costumbres y patrones de comportamiento en su entorno natural. Sus estudios arrojaron luz sobre la naturaleza de su comunicación, su alimentación y su cultura y son referentes para la investigación en primatología.

Nacida en Hampstead (Reino Unido) en 1934, Jane Goodall siempre tuvo una fascinación especial por los animales. Desde pequeña mostró una curiosidad innata por la naturaleza y sobre todo por África. A los 23 años logró hacer su sueño realidad cuando viajó a Kenia, donde trabajó con el famoso antropólogo británico Louis Leakey. En 1960 llegó al Parque Nacional Gombe Stream, en Tanzania, con el objetivo de observar el comportamiento de los chimpancés y comprender mejor la evolución humana.

Goodall descubrió que los chimpancés tienen personalidades individuales, emociones complejas y una capacidad sorprendente para crear y utilizar herramientas

Tras más de cinco décadas estudiando a los primates en su hábitat natural,  observó a generaciones enteras crecer y desarrollarse. Entre muchas conclusiones, Goodall descubrió que los chimpancés tienen personalidades individuales, emociones complejas y una capacidad sorprendente para crear y utilizar herramientas. Actualmente, su investigación, pionera, sigue siendo el estudio de chimpancés salvajes más amplio del mundo.

Los incalculables datos recopilados durante sus estudios influyeron para la creación en 1965 del Centro de Investigación de Gombe Stream. En 1977 se fundó el Instituto Jane Goodall, una organización dedicada a la conservación e investigación de primates.

Una voz destacada en la conservación del medio ambiente

Goodall también es conocida por su activismo a nivel global en defensa de los derechos de los animales y la conservación del medio ambiente. La etóloga ha trabajado de manera incansable para transmitir al mundo la importancia de la conservación y el cuidado de la naturaleza, lo que se ha traducido en la creación de santuarios y reservas de la vida silvestre en todo el planeta.

El legado de Goodall es un recordatorio del poder de la determinación y la pasión en la lucha por causas importantes para el planeta

Su labor ha inspirado a jóvenes líderes en todo el mundo como fuerza impulsora del cambio social y ambiental. Los jóvenes son el futuro porque entienden los problemas del planeta y se sienten empoderados para cambiar el curso de la historia”, dijo en una ocasión.

En un mundo donde la degradación ambiental y el cambio climático cada vez tienen más protagonismo, el mensaje de Goodall es más relevante que nunca. Su lucha y esfuerzo nos recuerdan que cada uno de nosotros tiene el poder de marcar una diferencia positiva en el planeta, y que el cambio comienza con la acción individual.

Un trabajo reconocido en todo el mundo

Doctora en Etología por la Universidad de Cambridge, Goodall es Doctora Honoris Causa por más de 45 universidades en todo el mundo. Además, ha sido distinguida con más de 100 premios internacionales, entre los que se incluyen la Orden del Imperio Británico, la Medalla Benjamin Franklin, el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica o la Medalla Hubbard de la National Geographic Society.

En abril de 2002, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, nombró a Goodall Mensajera de la Paz de la Organización de las Naciones Unidas, convirtiéndose en la primera persona en recibir este honor en calidad de defensora de los animales y el medio ambiente. Goodall ha colaborado con la ONU en la promoción de la conservación y la protección de la biodiversidad, así como en el fomento de la paz y la concienciación sobre los peligros a los que se enfrenta el medio ambiente y la importancia de la acción global para abordar estos desafíos.

Atajar la pérdida y desperdicio de alimentos: una cuestión social, ambiental y económica

¿Te imaginas que, cada vez que fueras a comprar comida, desapareciera un tercio de lo adquirido? ¡Menudo derroche! Pues es algo que está pasando a nivel global. Un estudio realizado por la consultora McKinsey & Company estima que cada año se pierden o desperdician más de 2.000 millones de toneladas de alimentos, entre el 33% y el 40% a nivel mundial.

La pérdida alimentaria se produce durante la cosecha o poco después, durante la manipulación, el almacenamiento y el procesamiento de los productos, mientras que el desperdicio ocurre cuando los alimentos llegan al minorista o al consumidor. Una situación que posee numerosas implicaciones a nivel social, económico y ambiental.

Cada año se pierden o desperdician más de 2.000 millones de toneladas de alimentos, entre el 33% y el 40% del total de alimentos mundial

En el mundo padecen hambre más de 800 millones de seres humanos, aproximadamente el 9,8% de la población mundial. Una cifra que va en aumento: 150 millones de personas más desde el brote de la pandemia generada por la covid-19, según el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022, publicado por la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En cuanto al impacto medioambiental, los analistas llaman la atención sobre dos hechos. Por un lado, la pérdida y desperdicio de alimentos consume aproximadamente una cuarta parte del suministro mundial de agua dulce. Por otra, las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de los restos alimenticios suponen el 8% del total mundial, lo que equivale al menos a cuatro veces lo que genera la industria de la aviación. Los alimentos que generaron un mayor impacto ambiental negativo fueron, por este orden, las frutas y hortalizas, los cereales, y las raíces y tubérculos, por lo que los expertos recomiendan centrar ahí los esfuerzos.

La manera de funcionar de las empresas también deja mucho que desear, a juicio de los investigadores. La consultora estima que los comerciantes de comestibles podrían reducir la pérdida de alimentos entre un 50% y un 70% en las fases previas. Lograr una cadena de valor más eficiente no sólo reducirá costes, sino que también se traducirá en mejoras en los beneficios antes de intereses e impuestos.

Las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de los restos alimenticios suponen el 8% del total mundial, cuatro veces lo que genera la aviación

Apostar por una mayor eficiencia empresarial en el sector agroalimentario pronto dejará de ser algo opcional, según el informe de McKinsey & Company: “Las empresas se han dado el lujo de no tener que prestar demasiada atención a la pérdida de alimentos. Eso podría cambiar pronto: a medida que el mundo avanza hacia una posible emergencia alimentaria y que aumenta la conciencia pública sobre el problema, las partes interesadas externas se volverán más conscientes de la pérdida de alimentos y, en consecuencia, serán más exigentes”.

Para lograr un impacto significativo, algunas líneas de trabajo en las que ponen el foco los expertos pasan por trabajar juntos para ajustar mejor la oferta y la demanda, lo que requiere mucha comunicación y transparencia; revisar las prácticas de adquisición, y no elegir un proveedor basándose únicamente en el precio; o buscar fórmulas creativas para convertir los alimentos desechados en una fuente de valor.

Cinco lecturas para entender las raíces de la desigualdad

A pesar de todos los avances conseguidos en materia de derechos humanos y justicia social, la desigualdad sigue siendo una realidad con la que conviven millones de personas en todo el mundo. La literatura ha sido una herramienta clave a la hora de abordar los diferentes tipos de desigualdad existentes y analizar tanto sus causas como sus consecuencias. Presentamos una recopilación de lecturas que proporcionan una visión amplia del tema y que invita a la reflexión:

“El segundo sexo” de Simone de Beauvoir

En este clásico de la literatura feminista, la filósofa francesa Simone de Beauvoir, una de las figuras más influyentes del movimiento feminista del siglo XX, analiza la posición de la mujer en la sociedad y cómo la construcción social de la feminidad ha llevado a la opresión y la desigualdad de género. En este ensayo filosófico se analiza el hecho de la condición femenina en las sociedades occidentales desde múltiples puntos de vista: científico, histórico, psicológico, sociológico, ontológico o cultural. Además, De Beauvoir sostiene que la desigualdad de género es un problema que debe ser abordado tanto a nivel individual como estructural.

 

 

“El capital en el siglo XXI” de Thomas Piketty

Escrito por el economista francés Thomas Piketty, este libro se ha convertido en un clásico moderno de la literatura económica. Piketty examina la evolución de la desigualdad económica en el mundo desde el siglo XVIII hasta la actualidad, argumentando que el capitalismo, tal como se practica actualmente, favorece la acumulación de riqueza en unos pocos generando una sociedad cada vez más desigual y menos justa. “El capital en el siglo XXI” ha sido aclamado como un hito en la literatura económica y ha generado un amplio debate sobre la desigualdad y sus consecuencias en la sociedad actual.

 

“Los condenados de la tierra” de Frantz Fanon

Debemos recordar que la libertad y la justicia son derechos universales. Frantz Fanon, pensador y escritor franco-argelino, describe en “Los condenados de la tierra” la experiencia de la colonización y la opresión de los países del Tercer Mundo por parte de otras potencias. Fanon aborda la problemática de la desigualdad social y política en los países colonizados generando una situación de explotación y violencia. El libro es una llamada a la acción revolucionaria y una crítica a la opresión colonial donde el autor reflexiona acerca de que la búsqueda de la independencia no puede separarse de la lucha por la justicia social y económica. Si buscas inspiración para luchar por la libertad y la justicia, es una lectura obligada.

 

“El precio de la desigualdad” de Joseph E. Stiglitz

Joseph E. Stiglitz, economista estadounidense ganador del Premio Nobel de Economía, reflexiona sobre la creciente brecha entre ricos y pobres en Estados Unidos, desde una perspectiva económica y social. Stiglitz argumenta que la desigualdad no solo es injusta, sino que también es una amenaza para la economía y la democracia. Lo hace a partir de datos y estadísticas que demuestran cómo la desigualdad económica limita el crecimiento y la prosperidad. Podríamos decir que es una crítica al sistema económico actual y a las políticas que han permitido la concentración de la riqueza en manos de unos pocos.

 

“Desigualdades insostenibles: Por una justicia social y ecológica” de Lucas Chancel

¿Crees que puede haber un vínculo entre las desigualdades sociales y las ambientales? ¿Los desequilibrios económicos afectan de manera directa a la ecología? Lucas Chancel, economista francés, lo afirma rotundamente en este libro donde a través de diversos estudios, se muestra cómo la búsqueda de beneficios económicos y la explotación de recursos naturales conlleva la degradación del medio ambiente y la exclusión social de las comunidades más pobres y marginadas. Las desigualdades económicas y sociales están relacionadas con los impactos ambientales siendo necesario que las políticas ecológicas se centren en la justicia social. Un tema clave en el siglo XXI con una visión alternativa para abordar los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo.