Categoría: Agenda 2030

Carmen Pellicer: “En los últimos años, las escuelas han logrado que los niños deseen un futuro colectivo.”

En el mundo de los adultos, los ODS son, cada vez con mayor frecuencia, una asignatura de estudio diario. Pero ¿qué papel juegan en el mundo infantil? 

Los ODS y la Agenda 2030 son un retrato del futuro que queremos conseguir como planeta. Cuando educamos a los más pequeños, hay que dibujarles un futuro deseable, un horizonte ético y ambicioso que dé sentido a la cotidianidad de sus vidas, y en ese horizonte están los ODS. Además, es muy importante no dar una visión derrotista, sino confiar en que se pueden cambiar las cosas. Ahora bien, en el mundo infantil hay que ser crítico y no centrarse exclusivamente en la sensibilización medioambiental. También hay que darle más importancia al entrenamiento de conductas comprometidas y motivaciones éticas.

 

¿Están los niños interesados –de algún modo– en los ODS?

Los niños pueden ser motivados por casi cualquier cosa. O, mejor dicho, los niños están interesados en todo lo que se les propone de forma creativa y estimulante. De todos modos, el interés no es repentino ni duradero, hay que motivar a los alumnos para que mantengan ese entusiasmo y lo conviertan en un trabajo consistente y riguroso. Al fin y al cabo, motivar significa convencer a alguien de que quiere hacer algo que en principio no quería, y luego resulta que se siente bien haciéndolo. En Secundaria, por otro lado, es importante mostrar la insatisfacción ante una vida mediocre y despertar un enojo creativo ante la injusticia, la discriminación o la violencia, y proponer múltiples oportunidades para transformar las cosas. 

 

¿Tienen los niños de ahora una actitud distinta a los niños de hace 50 años?

Sí. Hemos avanzado, a pesar de las dificultades. Hace 40-50 años nos preocupaba mucho más el futuro individual: «¿Qué voy a ser de mayor? ¿Qué voy a estudiar? ¿Qué nota tengo que sacar?» Lo que se respiraba en la cultura escolar era un perfeccionamiento personal. Aquello nos ayudó para superarnos a nosotros mismos, pero al margen de los pros de aquella perspectiva, creo que ahora hemos ganado en conciencia comunitaria. Tenemos más en cuenta lo que queremos y debemos de conseguir como grupo. «O todos nos hundimos o todos nos salvamos», como dicen algunos de mis niños. Creo que en los últimos años muchas escuelas han logrado que los niños deseen un mejor futuro colectivo, y son más conscientes del impacto que tienen nuestras decisiones sobre la vida de los otros. Por el contrario, hay un problema y es que no hemos avanzado en la creación de un modelo eficaz de educación ética, y los niños no conocen, o al menos no practican con asiduidad, las renuncias y los sacrificios personales que conlleva la consecución del bien común.

 

¿Cuál es el principal desafío educativo relacionado con la sostenibilidad para este curso?

El currículum de una escuela, es decir, el tiempo que se dedica a cada materia, es como una caja de quesitos. Para meter dos quesitos nuevos, hay que sacar otros dos. Si lo que queremos es que realmente en las escuelas se vibre con los ODS, que realmente pase a la conciencia colectiva de las futuras generaciones, necesitamos aligerar el currículum de las cosas menos necesarias o que pueden ser sustituidas con el uso de las tecnologías. El «cómo» es la clave. Ahí entran los educadores, que tienen una función fundamental. Ellos deben ayudar a despertar la curiosidad del alumno, pero también exigir un aprendizaje real. En los adolescentes, por ejemplo, en lugar de contarles solo las bondades de los ODS, hay que hacerles sentir algo más, hay que practicar lo que llamo hermenéutica del enojo: hay que hacerles sentir insatisfechos con las decisiones individualistas e insolidarias y dar alternativas realistas pero ambiciosas. Los proyectos de emprendimiento social o de aprendizaje servicio, las experiencias de voluntariado o unas buenas tutorías son ejemplos de oportunidades para trabajar en ese sentido

 

Recientemente, la decisión de Suecia de dejar en suspenso su estrategia de digitalización en la enseñanza ha abierto el debate sobre la integración de estas tecnologías en las aulas. ¿Qué papel debe desempeñar la digitalización en la educación?

Hoy por hoy, no existe un modelo de digitalización en el sistema educativo, no ha habido tiempo de hacerlo. El cambio ha sido tan brutal y tan rápido que vamos a remolque de los avances de la tecnología. Pero no es la primera vez que sucede, en mi época, por ejemplo, estaba el debate sobre el uso de las calculadoras en el aula… Siempre surge una crisis cuando se cuestionan las viejas seguridades. Actualmente, está el debate del uso del móvil: «¿dejo a mis alumnos entrar a clase con ellos o no?» Si les quito el teléfono durante cinco o seis horas, eso no les educa a utilizarlo mejor, sino que los reprime. Cuando suene el timbre y estos niños sean liberados del colegio, lo que harán será ir a buscar su móvil y utilizarlo -probablemente- mal. Por esto, la digitalización no es una asignatura optativa. No hay elección de dejarla fuera, hay que educarles en cómo usarla correctamente. Para ello los docentes necesitamos mucha formación. Por tanto, digitalización sí, es el presente, es el mundo por el que se mueve la gente, pero hay que hacerlo de forma equilibrada, que se compense con la educación integral de cada individuo, que cuide la dimensión ética, emocional, el bienestar físico, la salud mental y con el entrenamiento del pensamiento crítico, creativo y riguroso. 

 

Los ODS abarcan diversas áreas, desde la erradicación de la pobreza hasta la igualdad de género. ¿Cómo puede el sistema educativo promover una educación integral que aborde todas estas áreas de manera efectiva?

El principal problema es que es un sistema tremendamente burocratizado, lleno de requisitos contradictorios, confusos, y en mi opinión poco sensible con los ODS. Creo que es necesario y urgente reducir esa burocracia. Por estas cosas, a veces da la sensación de que los directores y profesores de un colegio no están ahí para diseñar el mejor plan educativo para la escuela, sino para cumplir a rajatabla una lista de requisitos burocráticos de las administraciones. Esa sensación genera un escepticismo generalizado entre los docentes, que no es para nada positivo. Por tanto, hay que reducir la burocracia, apostar por la gobernanza inteligente, por un modelo que respete la autonomía de los centros para diseñar proyectos educativos que respeten la idiosincrasia de cada comunidad de aprendizaje. 

 

¿Y cómo se consigue eso?

Hay distintos planos para enfrentarse a este reto. Hay un plano administrativo, la ley de educación, que en este caso la LOMLOE en su redacción ha hecho una mayor apuesta por los ODS. Pero una vez que la ley pasa a las escuelas, bajamos mucho el listón. En este sentido, hay dos formas de abordar los ODS: una perspectiva en la que se incluyen asignaturas o eventos exclusivamente sobre ODS o una perspectiva transversal, en la que todas las asignaturas incluyen ciertos aspectos de los ODS. El primer caso es el más frecuente, pero yo creo que organizar un Día de la paz o un Día de la sostenibilidad al año no cambia nada, por lo que yo apostaría es por combinar ambas. Hay otro plano donde está el agujero más grande del sistema: la metodología. Las metodologías tradicionales no sirven para entrenar comportamientos que aterricen los ODS en la vida personal de los alumnos. No se puede enseñar (ni se puede aprender) sobre ODS estudiándolos en los libros o viendo videos al respecto. Se trata de que los alumnos entrenen decisiones éticas, y eso es poco común en las escuelas, porque están sobrecargadas por otras prioridades.

 

Precisamente, uno de los objetivos marcados por la ONU persigue el refuerzo de la educación en todos los rincones del planeta. ¿Se puede lograr que todos los estudiantes del país tengan acceso a una educación de calidad?

La educación de calidad es perfectamente posible. Ahora bien, no se puede confundir la escolarización con la educación de calidad. Es verdad que en el último siglo hemos universalizado la escolarización y la hemos extendido dos años más, hasta los 16 (un reto todavía pendiente en muchos países), pero no podemos conformarnos con tener a la población escolarizada. Hay que darles más. Y para alcanzar ese «más» hay que sentarse a pensar, a tomar decisiones, y a tener una política inteligente y generosa y que tome decisiones coherentes y sostenibles. También hay que tener en cuenta que cada escuela tiene una idiosincrasia y posibilidades diferentes, entonces hay que diseñar un proceso a medida, como hacen los sastres con los trajes.

 

¿Qué tipo de decisiones?

Tomando como ejemplo las pruebas de la EVAU. Si en vez de examinarnos solamente de problemas matemáticos y de memorización, incluyéramos una prueba de competencias éticas, probablemente avanzaríamos más rápido. Algo que he visto últimamente en algunas escuelas, especialmente en Estados Unidos, es que tienen una forma diferente de preparar a los alumnos de cara a la educación universitaria. Allí, desde hace algún tiempo, valoran los resultados académicos, pero también el currículum no formal del alumno. O sea, que en muchas universidades de prestigio, el 30% de la «nota» que obtienen en el proceso de aplicación depende de los voluntariados que han hecho, los trabajos que han tenido, los deportes que practican… Los alumnos se involucran y se preocupan por hacer cosas fuera de las aulas. 

 

El mundo parece evolucionar a un ritmo acelerado desde el comienzo de la década. ¿Cómo se imagina la educación en 2030?

Las revoluciones empiezan en las trincheras, no en los despachos. Y las trincheras de la educación son las aulas. El primer paso para el cambio es pensar: «¿Qué puedo cambiar yo en mi clase? ¿Qué podemos hacer este año en nuestra escuela?».  

Suelo decir que un profesor puede cambiar la vida de un niño, y una escuela puede cambiar una comunidad. Pero si queremos cambiar el país hay que cambiar el sistema educativo, y cada uno tiene que trabajar en el plano que le corresponde para lograrlo.

 

Uno de los grandes desafíos de la educación, digamos para 2030, es hacer ese traje a medida, un plan individualizado para cada escuela, y si puede ser, personalizado a cada alumno. Necesitamos descubrir el potencial de cada alumno, fortalecerlo y ayudarle a alcanzar la plenitud de sus posibilidades en todos los aspectos de la vida. Y nuestras aulas están llenas de millones de esos momentos que nos dan la esperanza de que esa visión de una educación excelente es posible.

 

¿Quién ha sido el profesor o profesora que cambió tu vida?

Tengo muy buenos recuerdos de muchos maestros y maestras, desde el colegio, el instituto y la universidad, pero si tengo que elegir a una, fue mi madre. Era maestra en todo lo que hacía, desde los libros hasta la cocina. Llevaba el enseñar en la sangre, y de ella aprendí a no tirar nunca la toalla, con ningún alumno o alumna, ni con nadie que espere ayuda de nosotros.

Cinco discursos sobre la igualdad de género que han hecho historia

Rigoberta Menchú: La voz indígena por la justicia social

Activista indígena guatemalteca, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1992 por su lucha contra la opresión y la violencia en su país. En su discurso de aceptación, Menchú habló de la situación de los pueblos indígenas, especialmente de las mujeres que sufren doble discriminación por su origen y por su género. Afirmó que “la mujer indígena es la depositaria de una cultura milenaria y su papel es fundamental para la preservación de la identidad y la diversidad cultural”. 

Su discurso traspasó fronteras y se convirtió en una llamada a la acción para proteger los derechos humanos y promover la igualdad en todas las comunidades, independientemente de su origen étnico o género.

Malala Yousafzai: La educación como poder transformador

Malala Yousafzai sobrevivió a un atentado talibán por defender el derecho a la educación de las niñas con tan solo 15 años. Esta joven paquistaní se convirtió en la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz. Un acto en el que conmocionó al mundo hablando de su experiencia personal y del sueño de ver a todas las niñas en las escuelas: “Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo. La educación es el único camino para el progreso y la paz”. Yousafzai dejó claro que la educación no solo es un derecho fundamental, sino también una herramienta vital para empoderar a las mujeres y romper los ciclos de pobreza y desigualdad. 

Emma Watson, #HeForShe y la lucha conjunta por la igualdad

La actriz británica, popularmente conocida por dar vida a Hermione Granger en la saga Harry Potter, fue nombrada embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres y lanzó la campaña HeForShe, que busca involucrar a los hombres en la lucha por la igualdad de género. En su discurso en la sede de Naciones Unidas, Watson enfatizó que la igualdad no es solo un asunto de mujeres, sino una cuestión que afecta a toda la sociedad. Afirmó que “si las mujeres pueden participar en todos los aspectos de la sociedad, los beneficios serán para todos. Quiero que los hombres se pongan esta camiseta, para que sus hijas, hermanas y madres puedan estar libres de prejuicios”. Su grito a la solidaridad y la acción resonó en todo el mundo, invitando a las personas a ser agentes activos del cambio. 

Michelle Obama, la primera dama de la igualdad

“Cuando alguien te menosprecia o te trata mal por ser mujer, no te rebajes a su nivel. Cuando te enfrentes a obstáculos o dificultades, recuerda siempre que eres poderosa e inteligente”. Así de contundente fue Michelle Obama, primera dama de Estados Unidos entre 2009 y 2017, en su discurso en la Convención Nacional Demócrata, donde apoyó la candidatura presidencial de Hillary Clinton. Durante su mandato, Obama prestó gran atención a la lucha por la igualdad y el empoderamiento de las mujeres, valores que quería transmitir a sus hijas y a las futuras generaciones. Un ejemplo de ello es el proyecto “Lets Girl Learn”, asociación impulsada por el matrimonio Obama que lucha por garantizar el derecho a la educación de las menores de edad de todo el mundo. 

Chimamanda Ngozi Adichie, el feminismo como meta

La autora nigeriana Chimamanda Ngzi Adichie realizó un impactante discurso titulado “Todos deberíamos ser feministas” durante el TEDxEuston en 2012, donde exploraba la importancia del feminismo en la sociedad moderna y sus complejidades, ilustrando cómo las nociones preconcebidas de género limitan las oportunidades y perpetúan la desigualdad. “El feminismo no es solo una lucha de mujeres, sino una causa que busca liberar a hombres y mujeres por igual de las limitaciones”. La autora destacó cómo desde una temprana edad, las expectativas y roles de género son impuestos en la sociedad perpetuando normas y estereotipos perjudiciales. Adichie afirma que el feminismo no es un movimiento de confrontación, sino una búsqueda de igualdad y justicia.

Las enseñanzas de Buda, claves para un futuro sostenible

Ilustración de Valeria Cafagna

Siddhartha Gautama, popularmente conocido como Buda, fue uno de los maestros espirituales más extraordinarios de la historia. Nacido en la antigua India hace más de 2.500 años, fue un príncipe que emprendió una búsqueda espiritual única. Criado en un entorno de lujo y comodidad, se sintió profundamente conmovido por el sufrimiento humano y decidió abandonar su opulenta vida para explorar la causa fundamental del malestar humano. Tras años de meditación y autodisciplina, alcanzó la iluminación bajo un árbol bodhi, lo que le llevaría a convertirse en Buda.

Dedicó toda su vida a enseñar el budismo, una filosofía basada en la atención plena, la compasión y la liberación del sufrimiento. Su decisión de dejar atrás la comodidad en favor de la búsqueda del significado y la verdad se convirtió en un faro de inspiración para innumerables personas en todo el mundo. 

Frases como “no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita”, atribuida al líder espiritual, nos hacen reflexionar acerca de las enseñanzas de Buda y su notable armonía en el contexto de la sostenibilidad y el medio ambiente.


Buda y la sostenibilidad

Muchas de las reflexiones de Buda nos instan a encontrar la serenidad en nuestra relación con el entorno y refuerzan la necesidad de adoptar prácticas sostenibles y conscientes, invitándonos a abrazar la simplicidad y la moderación en nuestra interacción con el mundo natural.

"Si puedes apreciar el milagro que encierra una sola flor, tu vida entera cambiará”

Buda ya hablaba sobre el concepto de responsabilidad personal y su complejidad. Con su frase “no hagas daño a los demás, haz solo lo que sea bueno” confirmaba que todo lo que hacemos tiene consecuencias. Somos responsables de nuestras acciones y resultados. Esta visión la vemos todos los días: actos realizados por el ser humano que nos repercuten directamente y afectan a nuestro entorno. Los episodios de calor extremo que sufrimos cada vez con más frecuencia, aupados por el cambio climático, son el resultado de decisiones humanas que no tienen en cuenta el futuro y el bienestar del planeta. 

Cuando enseña que “si puedes apreciar el milagro que encierra una sola flor, tu vida entera cambiará” nos invita a reflexionar sobre el valor de todas las cosas, incluso de aquellas que damos por supuestas o parecen infinitas. El planeta está lleno de elementos y recursos extraordinarios que a veces no somos capaces de apreciar y valorar a primera vista. Debemos adoptar una relación más armoniosa y sostenible con el entorno natural y todo lo que nos ofrece. La explotación excesiva y la búsqueda desmedida de recursos puede llevar a un agotamiento de la naturaleza y a un desequilibrio en los ecosistemas, por lo que debemos valorar lo que tenemos y cuidarlo de la mejor manera posible.  

Las reflexiones de Buda instan a encontrar la serenidad en la relación con el entorno y refuerzan la necesidad de ser sostenibles

En un mundo donde la búsqueda de soluciones sostenibles y el respeto a los derechos humanos son imperativos, el legado de Buda nos recuerda la importancia de la autodisciplina, la empatía y la búsqueda de la paz interior como cimientos para un futuro más prometedor. Como él mismo decía: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.


Un legado para siempre

Estos principios nos ayudan a ser conscientes de nuestro impacto en el mundo y a reducir nuestro consumo, nuestra huella ecológica y nuestro sufrimiento. Nos animan a cultivar valores como la generosidad, la ética, la paciencia, el esfuerzo, la concentración y la sabiduría. “La paz viene de dentro, no la busques fuera”, afirmó Buda.

El legado de Siddharta Gautama nos impulsa a mirar más allá de las fronteras de lo inmediato y a considerar las implicaciones a largo plazo de nuestras acciones. La figura de Buda sigue inspirando a miles de personas convirtiéndose en una guía en un mundo en constante cambio. Sus reflexiones trascienden en el tiempo y se presentan como una brújula para enfrentar los desafíos actuales y futuros con serenidad y claridad. 

 

La enfermedad de la soledad

Vivir solo acorta la vida. Es la contundente conclusión a la que ha llegado un estudio publicado recientemente que analiza 90 investigaciones de todo el mundo y que establece una relación entre la soledad y un mayor riesgo de padecer enfermedades, algunos tipos de cáncer y, en último lugar, la muerte.

Las personas que se sienten solas tienen un 14% más de mortalidad

No es ninguna novedad que vivir sin compañía tiene consecuencias para la salud, pero el estudio, elaborado por la universidad Harbin de China, que incluye a más de dos millones de individuos, establece una correlación sin precedentes de la mortalidad respecto a un fenómeno social que cada vez afecta a más personas en todo el mundo.

Así, según sus conclusiones, la soledad eleva el riesgo de morir por cualquier tipo de causa en un 14% de media, cifra que se eleva a un 32% si las relaciones sociales son escasas. “Las personas que se sienten solas, pero no están socialmente aisladas, tienen estrés de salud mental, pero pueden resistirlo debido a sus redes sociales”, explica Moaqing Wang, uno de los autores del estudio.

Vivir solo, factor de riesgo

En la Unión Europea, se estima que uno de cada 10 ciudadanos se siente solo la mayor parte del tiempo, concretamente un 13%. “La soledad no es solo una cuestión privada e individual", afirma un informe de la Comisión Europea. "Puede obstaculizar la cohesión social y debe considerarse un problema social y abordarse como tal”. Según los resultados, publicados en el mes de julio y basados en entrevistas a 25.000 personas de todos los Estados miembros, España está entre los países donde menos aislamiento se percibe, entre el 9% y el 10%, junto con Austria, Países Bajos o Croacia.

 

 

 

Vivir solo es uno de los factores que más contribuyen a ese sentimiento. Y los hogares unipersonales no han dejado de crecer en España desde 2013, año en el que el INE empieza a recoger este dato. En 2020 representaban casi cinco millones, un 10% más que hace siete años.

 

 

 

Hay otros muchos factores que influyen en un aumento de la soledad, como la discapacidad, la vida sedentaria o la renta. También la depresión, que es a la vez causa y consecuencia del aislamiento. “Mientras que una situación de soledad aumenta el riesgo de sufrir una depresión, una persona que sufre una depresión también tiende a reducir sus interacciones sociales”, explica el informe ‘El coste de la soledad no deseada en España’, de la Fundación ONCE con Nextdoor.

Los resultados de la encuesta europea Quality of Life de 2016 muestran también que un 30% de los entrevistados que reportaron un mal estado de salud se sentían solos al menos la mitad del tiempo, mientras que entre los que aseguraban un buen estado de salud, eran de un 8%.

Se estima que la soledad le cuesta a España una media de 14 mil millones de euros, el 1,17%% del PIB

La edad es un factor determinante a la hora de verse solos, aunque la experiencia que conlleva la vejez a veces también ayuda a convivir con ella. “Diferentes circunstancias, como la pérdida de la esposa/esposo, la salida de los hijos del hogar familiar, o el fallecimiento de amigos, hacen que la prevalencia sea relativamente mayor a edades avanzadas, aunque también existen evidencias que muestran que la población más envejecida puede reportar un menor sentimiento de soledad que la población joven o de mediana edad”, añade el estudio de la ONCE.

“Pese a la creencia generalizada de que son las personas más mayores las que más soledad experimentan, los datos revelan que el sentimiento de soledad tiene un perfil más juvenil”, coincide el estudio ‘La soledad’ del instituto 40dB, publicado en marzo de 2023.  Esta investigación arroja una tasa de soledad del 13% para la población general, que en el caso de los jóvenes sube a dos de cada diez personas. “Las mujeres, los jóvenes y los solteros se sienten solos en mayor medida, así como los que no llegan a fin de mes y los que trabajan en horas poco comunes”, añade. Además, las personas solas son más infelices, más tímidas y tienden a sentirse diferentes. También son más propensas a usar las redes sociales y las ‘apps’ para conocer a gente o ligar.

 

 

 

Según este estudio, la soledad es un problema muy importante para el 77% de la sociedad, mientras que solo el 16,4% lo considera como poco o nada relevante. De todos los encuestados, un 42,3% dijo conocer a alguien que estaba sufriendo ese aislamiento, de los cuales un 36,5% eran amigos, seguidos de padre o madre (21,7%) y pareja (14,9%). A la vez, un 42% considera que el propio entorno es quien más capacidad tiene de combatir la soledad de la persona que la sufre.  Sin embargo, según datos de Cruz Roja, el 27% de los mayores que atienden no reciben nunca visitas de sus familiares.

Hay cosas que cuesta más hacer sin alguien al lado que otras. Concretamente, viajar es para el 85% de las personas la actividad que más prefieren hacer acompañadas, seguido de ir al cine o a un concierto (84%), y de comer (73%). En el otro extremo, ir al médico o ver la tele en casa es donde menos se echa en falta tener compañía, con un 36% y un 47% respectivamente.

 

 

 

El coste de la soledad

La soledad no deseada no es un problema que afecta solo a quien lo sufre: se estima que supone unos costes anuales de 5.605 millones de euros para los servicios sanitarios, a lo que hay que sumar 495 millones en consumo de medicamentos, según el estudio de la ONCE.

Pero también tiene un efecto sobre la productividad, tanto por la reducción del tiempo de trabajo y ocupación como por una mayor parcialidad. Se estima que la soledad entre menores de 60 años provoca una pérdida de años potenciales de vida productiva de entre 5.764 y 8.900 en total, lo que se traduce en una pérdida de 164 y 254 millones de euros, según el escenario más optimista y el más pesimista.

Así, entre las dos variables, hay una media de costes para la sociedad y el estado de 14 mil millones de euros, el 1,17%% del PIB de España.

 

 

 

En vista de la repercusión y los costes que el aislamiento tiene en la sociedad, el Ministerio de Derechos Sociales se propuso en la anterior legislatura elaborar una estrategia nacional de la mano del Imserso, con especial atención a las personas mayores y dependientes, y desde un punto de vista tanto educativo como demográfico. Está por ver si estas intenciones se retomarán en la legislatura entrante, aunque a nivel regional ya existen proyectos como Radars, en Barcelona, o Madrid Vecina para reforzar el tejido vecinal y la asistencia social, acercando la compañía a quienes más la necesitan.

Otros países como Japón o Canadá llevan tiempo implementando medidas parecidas para paliar la tasa de suicidios, como la creación en 2021 de un Ministerio de la Soledad por parte del gobierno nipón. También Reino Unido aprobó en 2018 una Secretaría de Estado dedicada a combatir esta lacra, después de que la OMS alertase de que era el país europeo donde más se padecía este problema, con hasta 200.000 personas que podían estar más de un mes sin conversar con un familiar o un amigo.

Música para la España vacía

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El verano es sinónimo de música y festivales, entre muchas otras cosas. Frente a las alternativas más conocidas y multitudinarias, como Sonorama o Mad Cool, están surgiendo nuevas propuestas que buscan revalorizar los entornos rurales y generar puntos de encuentro entre la música y la sostenibilidad  a través de su programación.

Ellen MacArthur, la mujer que navegó hacia la economía circular

Ellen MacArthur, nacida el 8 de julio de 1976 en Derbyshire (Reino Unido) ha dejado una huella imborrable en el mundo del deporte, la sostenibilidad y la economía circular. Desde joven supo que su destino estaba ligado al océano y su pasión por la navegación la llevó a competir en algunas de las regatas más desafiantes del mundo, en las que batió récords y se convirtió en una de las figuras más admiradas en el mundo de la vela. Pero MacArthur no se conformó con ese éxito. Durante sus viajes por el océano, se dio cuenta de lo frágil y limitado que es el planeta, y de lo mucho que dependemos de sus recursos naturales. “Ninguna experiencia en mi vida podría haberme dado una mejor comprensión de la palabra finito”.

En una charla TED, MacArthur cuenta cómo dio la vuelta al mundo y volvió con una nueva visión de cómo funciona el planeta. La exregatista reflexionó sobre una nueva forma de ver los sistemas económicos del mundo como circulares, donde todo gira.

“Ninguna experiencia en mi vida podría haberme dado una mejor comprensión de la palabra finito”

Empezó a interesarse por la economía circular, un modelo que busca eliminar los residuos y la contaminación y regenerar la naturaleza. Se dedicó a comprender cómo funciona la economía, y se dio cuenta de que la mayoría de los problemas no solo se encuentran en la forma en la que se genera energía, sino también en la manera en la que utilizamos los materiales.

Empoderar el cambio 

En 2010 creó la Fundación Ellen MacArthur, una organización sin ánimo de lucro, con el objetivo de acelerar la transición hacia una circularidad que cambie los hábitos de producción y consumo de la economía mundial. MacArthur reconoce que el modelo lineal de "usar y desechar" no es sostenible a largo plazo y trabaja incansablemente para promover un enfoque circular que fomente la regla de las 3R: reutilización, reparación y reciclaje de recursos.

A través de programas educativos, colaboraciones empresariales y proyectos de investigación, la organización se ha consolidado como un referente internacional clave en la promoción de la economía circular. Aborda temas como el clima, la biodiversidad, los alimentos, el plástico, el diseño o las ciudades, y la fundación cuenta con una red de socios estratégicos, institucionales e innovadores que apoyan su misión y sus proyectos.

De la inspiración a la transformación

La visión de Ellen MacArthur ha inspirado a líderes empresariales, emprendedores y comunidades de todo el mundo demostrando que la economía circular no solo es buena para el planeta, sino también para los negocios. Al integrar principios circulares en la cadena de suministro, las empresas pueden reducir costes, aumentar la eficiencia y generar oportunidades de crecimiento sostenible.

Ellen MacArthur promueve un enfoque circular que fomente la reutilización, la reparación y el reciclaje de recursos

El impacto de MacArthur en el mundo de la sostenibilidad y la economía circular ha sido ampliamente reconocido. En 2005, fue nombrada Dama Comandante de la Orden del Imperio Británico por sus servicios a los deportes y a la caridad. Además, ha recibido numerosos premios y reconocimientos internacionales, incluidos la distinción de Caballero de la Legión de Honor en Francia y el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional en 2022.

Ellen MacArthur es un ejemplo de cómo una persona puede cambiar el mundo con su visión y acción. Desde sus hazañas en el mar hasta su liderazgo en la promoción de la economía circular, su historia nos enseña que no hay límites cuando se trata de construir un futuro sostenible. Siguiendo sus pasos, podemos transformar nuestra forma de producir, consumir y vivir, para crear un mundo más equitativo y respetuoso con el planeta que llamamos hogar.

La Palma renace de la lava

La Palma ha sufrido este verano un nuevo varapalo con un incendio que ha arrasado más de 4.600 hectáreas y minado las esperanzas de muchos vecinos que aún tienen muy presente las consecuencias de la erupción en 2021 del volcán Tajogaite, más conocido como Cumbre Vieja. Una erupción que convertía a la isla en protagonista de titulares y noticias a nivel internacional. Durante más de tres meses, la lava fluyó por el sur de la isla arrasando casas, cultivos y carreteras, hasta llegar al mar, donde formó un nuevo delta de más de 400 hectáreas.

La erupción fue una de las mayores catástrofes naturales que ha sufrido España en los últimos años, y obligó a evacuar a más de 6.000 personas, que vieron cómo sus hogares y sus medios de vida quedaban sepultados bajo la roca volcánica. Las coladas de lava, la ceniza y los gases tóxicos provocaron un colapso ecológico sin precedentes.

Pero lo que parecía una tragedia sin retorno se ha convertido en una oportunidad para descubrir la increíble capacidad de regeneración de la naturaleza y la biodiversidad de esta isla única, como refleja un estudio realizado en colaboración entre el Cabildo de La Palma, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Gesplan.

La vida surge tras el volcán

En poco tiempo, la vida se ha abierto paso en la zona afectada por el volcán, para mostrar una biodiversidad sorprendente. Plantas, animales e insectos han logrado adaptarse y colonizar el nuevo hábitat que ha creado la lava, aprovechando las grietas, los nutrientes y el calor que ofrece. Los científicos que trabajan sobre el terreno observan la increíble capacidad de adaptación de algunas especies, tanto vegetales como animales.

Han comenzado a crecer pinos en los 500 metros más cercanos al volcán

Una de las zonas más afectadas durante la erupción fue El Pinar. Sin embargo, han comenzado a crecer pinos en los 500 metros más cercanos al volcán e incluso se han encontrado brotes en el interior del cráter. Otro caso sorprendente es el de las plantas suculentas, como los tabaibales y los cardonales, que han brotado con fuerza en las zonas más cercanas al mar, donde la lava se enfrió más rápido. Estas plantas son capaces de almacenar agua y nutrientes en sus hojas carnosas, lo que les permite resistir las altas temperaturas y la sequedad del ambiente.

Los animales vertebrados como lagartos, conejos o ratas, fueron los más afectados por la erupción, al perder sus refugios, sus fuentes de alimento o parejas con las que procrearse. Sin embargo, algunos lograron escapar y adaptarse a las nuevas condiciones.

Los insectos también han jugado un papel clave en la recuperación de la biodiversidad, al actuar como polinizadores y descomponedores. Algunas especies, como moscas, hormigas o cucarachas han sido las primeras en llegar a la lava, aprovechando los restos orgánicos que quedaron atrapados. Otras, como las abejas, las mariposas o los escarabajos, han seguido el rastro de las flores que han ido apareciendo de nuevo.

En el mar empieza la vida 

La llegada de la lava al océano se convirtió en una imagen de gran impacto para el mundo. La vida marina de la isla sufrió consecuencias importantes debido a las nubes de gases ácidos y cambios en la temperatura y la salinidad del agua. Este fenómeno causó la muerte o la huida de muchas especies marinas, desde peces hasta algas, que vieron alterado su ecosistema.

Científicos del Instituto Español de Oceanografía afirman que el ritmo de recuperación del entorno marino ha sido muy rápido

Sin embargo, científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) afirman que el ritmo de recuperación del entorno marino ha sido muy rápido. Tras el fin de la erupción, los dos nuevos deltas lávicos presentan una cobertura algal muy elevada, no solo de algas anuales y de rápido crecimiento sino también de las calcáreas incrustantes que, en algunas zonas, han tapizado casi por completo el nuevo sustrato.

Algunas colonias de especies de elevado interés para la conservación, como los corales negros, sobrevivieron aun quedando a escasos centímetros de la lava. Se observan actualmente abundantes peces, erizos, crustáceos y otros organismos móviles en ambos deltas. Desde el IEO aseguran que hay que darle tiempo a los procesos volcánicos submarinos, pero un decenio es más que suficiente para que haya una colonización realmente significativa.

Cinco personalidades comprometidas con el planeta y los derechos humanos

Imagen de: UNHCR/O.Laban-Mattei

Su labor traspasa pantallas y escenarios. Sus rostros son reconocidos por todo el mundo. Movilizan a la multitud hacia la acción, convirtiéndose en grandes portavoces en la defensa de un mundo más justo y sostenible. Frente a los múltiples desafíos medioambientales y sociales que atraviesa nuestra sociedad, cada vez más personalidades hacen de la lucha climática, el feminismo o la crisis de refugiados su bandera. Figuras internacionales como Leonardo DiCaprio, Emma Watson y Angelina Jolie, y nacionales como Dani Rovira y Jesús Vidal se han convertido en incansables activistas y líderes de numerosas acciones que promueven la concienciación ciudadana sobre la urgencia de proteger el planeta y los derechos humanos.

 

Leonardo Di Caprio

Además de ser uno de los actores más cotizados de este siglo y uno de los favoritos más recurrentes en los Óscar, Leonardo DiCaprio es también conocido por su extensa labor como activista medioambiental. DiCaprio, nombrado Mensajero de la Paz por el Secretario General de las Naciones Unidas, se ha encargado durante años de transmitir la importancia de cuidar al planeta y divulgar las diversas amenazas a las que se deberá enfrentar la humanidad si no logramos frenar el aumento de la temperatura global. Con tan solo 24 años, el actor creó la Fundación Leonardo DiCaprio, dedicada a la protección de los ecosistemas y al apoyo de proyectos dedicados a la conservación de la fauna y la flora amenazada por el cambio climático. Según Naciones Unidas, esta organización respalda en todo el mundo más de 35 iniciativas. Asimismo, el actor es uno de los co-creadores de Earth Alliance, una organización dedicada a la lucha ecológica, a través de la que se han destinado fondos millonarios para colaborar en la restauración de la selva Amazonas y los bosques de Australia, que se han visto castigados por los incendios.

 

Emma Watson

Su carrera como actriz se catapultó con tan solo 10 años cuando inició su aventura en la exitosa saga Harry Potter interpretando a Hermione Granger. Tras el final de aquel capítulo, Watson continuó con su profesión en la gran pantalla, pero la mayor parte de sus esfuerzos se dirigieron hacia un nuevo camino: la lucha por la igualdad de género. Aquel cambio la ha convertido hoy en día en un importante icono feminista para muchas personas. Desde siempre, la actriz ha mostrado una clara concienciación sobre los estereotipos de género y la desigualdad entre hombres y mujeres. Frente a esta problemática, su decisión no fue hacerse a un lado, sino actuar.

En 2014, como Embajadora de Buena Voluntad de la ONU Mujeres, pronunció un discurso que no dejó indiferente a ninguno de los presentes y que se ganó no solo el aplauso del público, sino de todo el mundo. “Tanto los hombres como las mujeres deberían sentir que pueden ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres de ser fuertes. ... Ha llegado el momento de percibir el género como un espectro y no como dos conjuntos de ideales opuestos”, declaró la actriz en ese escenario. Su lucha por los derechos de las mujeres ha sido una constante en todas sus acciones, participando en numerosas manifestaciones y actos vinculados a la lucha feminista. Además, ha sido la promotora de grandes iniciativas como el lanzamiento de una línea telefónica gratuita que ofrece asesoramiento legal a víctimas de acoso sexual en el trabajo. Por otro lado, Watson ha colaborado en diversas campañas dedicadas a promover la educación de las niñas de diferentes países del mundo, al empoderamiento de las mujeres y contra la violencia de género.

 

Angelina Jolie

Angelina Jolie es una de las actrices de mayor renombre en la industria cinematográfica de todo el mundo y uno de los rostros más conocidos en la causa de los refugiados. En el 2001, Jolie inició su colaboración con ACNUR como Embajadora de Buena Voluntad, pero en el 2012 pasó a ser nombrada enviada especial. Bajo este cargo, la actriz participó en más de 60 visitas sobre el terreno para conocer de primera mano la tragedia de los desplazamientos forzados y la situación de los campos de refugiados de todo el mundo. A lo largo de su participación en la labor de ACNUR, entre muchas otras acciones, Jolie visitó a los desplazados en Irak; a los refugiados sirios en Jordania y el Líbano; a las personas refugiadas en Burkina Faso; y, recientemente, pidió protección y apoyo para la población de Yemen, dando visibilidad a las víctimas de la guerra que azota el país. Asimismo, llevó a cabo labores de incidencia política y de representación diplomática de la organización. No obstante, en 2022 emitió un comunicado en el cual informaba del fin de su cargo en la ONU para poder dedicar sus esfuerzos a asociaciones “dirigidas por las personas más directamente afectadas por los conflictos”, expresó Angelina Jolie en una publicación en sus redes sociales.

 

Dani Rovira

Dani Rovira, además de ser un humorista de éxito y actor de la gran pantalla con taquillazos como Ocho apellidos vascos, es también un ferviente defensor de los derechos de los animales. Su discurso se opone a la caza y a la tauromaquia, impulsa iniciativas para dar visibilidad a la adopción de animales y ha jugado un importante papel en la movilización ciudadana para solicitar cambios legislativos que mejorasen la protección de los derechos de los animales. En esta carrera de fondo, Rovira ha colaborado con numerosas asociaciones animalistas y en el 2013, junto con la actriz Clara Lago, creó la Fundación Ochotumbao, una organización sin ánimo de lucro que apoya proyectos dirigidos a mejorar la vida de los animales más desfavorecidos y la conservación del medio ambiente. Por otro lado, Rovira, a través de su fundación, junto con varias organizaciones animalistas, consiguió en el 2022 reunir más de 100.000 firmas para que el Consejo de Ministros aprobara una ley estatal de protección animal, iniciando así su tramitación en el Parlamento.

 

Jesús Vidal

En el año 2019, Jesús Vidal se convirtió en la primera persona con discapacidad en ganar un Goya por su papel en la película Campeones, de Javier Fesser. Al subir a recoger su estatuilla a Mejor Actor Revelación, aprovechó aquella oportunidad en la que todo el mundo tenía la mirada puesta en él, no solo para agradecer el apoyo recibido, sino para lanzar un discurso en el que reivindicó la importancia de visibilizar y representar la inclusión y la diversidad en la cultura. “Señores de la Academia, han distinguido a un actor con discapacidad, no saben lo que han hecho. Ahora solo se me ocurren tres palabras: inclusión, diversidad y visibilidad. ¡Qué emoción siento!”, aseguró Vidal. El actor nació con una discapacidad visual del 90% a causa de una miopía magna, sin embargo, aquello no fue nunca un obstáculo para él. Además de licenciarse en Filología Hispánica y hacer un Máster de periodismo de la Agencia EFE, Vidal luchó por hacerse un hueco en el mundo del cine y la interpretación. Hoy en día, sus esfuerzos le han convertido en un actor de renombre, escritor y director de obras de teatro, y en uno de los afortunados en conseguir el premio más importante de la industria cinematográfica del país.

El rey de la selva, en serio riesgo de extinción

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En las últimas décadas se ha producido un deterioro constante en el número de leones existentes en el mundo. Un hecho alarmante que ha supuesto la inclusión de esta especie como “vulnerable” en la lista roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Para reivindicar la figura y supervivencia del rey de la selva cada 10 de agosto se celebra el Día Mundial del León.

Climabar: “La crisis climática no es un problema solo para la gente de izquierdas”

Si algo es digno de reconocer en las nuevas generaciones es que saben utilizar todas las herramientas digitales para difundir los mensajes universales más complejos. Una de las medallas que los influencers –en este caso ecoinfluencers– se pueden colgar es la de la divulgación del mensaje científico, especialmente aquel centrado en la crisis climática actual. Un problema que transmiten con un lenguaje menos elitista, técnico o apocalíptico, pero sabiendo comunicar la urgencia medioambiental (una de las grandes luchas de las nuevas generaciones).

España tiene no pocos referentes entre estos perfiles. Dos de ellos son Belén Hinojar, creativa, y Carmen Huidobro, ambientóloga, (ambas nacidas en 1994). Su contenido incluye, entre otros, breves (pero profundos) análisis sobre las propuestas ambientales de cada uno de los partidos que concurrieron a las últimas elecciones generales, información sobre las olas de calor veraniegas y sus efectos en la población o la publicación de cifras sobre las emisiones de los países más contaminantes. Todo, eso sí, con una desazón que cumple un claro propósito: dejar claro que el calentamiento global «no es un tema para un solo sector de la población».

Climabar acerca la complejidad de la crisis medioambiental al lenguaje y a la vida de las generaciones más jóvenes. ¿Cuáles son las ventajas de quitarle ese halo de hipertecnificación a los temas ambientales en la tercera década del siglo XXI? 

La emergencia climática ha llegado a un punto en el que necesita de una actuación urgente. Es una crisis totalmente transversal: es social, económica y ambiental, y nos va a afectar a todos en todos los ámbitos de nuestra vida, no solo a una cúpula de entendidos dentro de la burbuja verde. Por eso mismo, mientras más gente sepa del problema, más evidentes sean las consecuencias y más personas empaticen con este fenómeno, más rango de acción tendremos.

En la lucha contra el cambio climático está cada vez más involucrada la ciudadanía. En ese proceso, la comunicación y las redes son herramientas fundamentales. Además de ser canales de difusión y de concienciación, ¿son también vías para la acción climática?

“Esperamos que las políticas medioambientales en España sean más ambiciosas”

Utilizamos las redes sociales prácticamente todo el rato en nuestro día a día. Un estudio reciente ha revelado que TikTok ha desbancado a Google como buscador entre las generaciones más jóvenes. Sin duda, sí que resultan una herramienta más para la acción climática o para prácticamente cualquier objetivo que se quiera conseguir.

Tenéis más de 42.000 seguidores en Instagram. Sois ya un referente como eco-influencers. ¿Cómo se puede multiplicar (aún más) el impacto de la conciencia medioambiental, y llegar a sectores que aún ignoran (o niegan) la crisis climática mundial?

No creas, no nos consideramos como un referente de nada. Nosotras queríamos aportar algo a la lucha climática y después de mucho probar, trabajar e intentar, hemos encontrado un formato que nos ha funcionado. Pero hay cientos de compañeras y compañeros que aportan a esta causa de otras maneras, y eso es igual de válido que lo nuestro o incluso más. Para nosotras siempre funciona el intentar llegar a nuevos públicos, porque así se multiplica el impacto. Sin embargo, siempre tienes que buscar romper la burbuja hablando de lo que a las personas les preocupa, para que así sean más empáticas con el problema

 Por un lado, sabemos que la industria de la fast-fashion es responsable del 20% de la contaminación y desperdicio del agua a nivel global. Pero, por otro, vemos filas interminables de gente durante las rebajas, por ejemplo. ¿Cómo se puede resolver ese doble discurso, esa doble acción?

Es complicado cambiar a la gente. También, hay que tener en cuenta que hay personas en distintas situaciones económicas. Por ejemplo, si eres una madre de familia y tienes un presupuesto ajustado, lo más económico es ir a comprar a Primark. Nadie debería juzgarte por ello. En todo caso, esa gente debería plantearse por qué eso es tan asequible si no es lo más rentable para el planeta. Lo mejor sería preguntarse cuándo empezó a verse como normal el hecho de que una prenda de ropa cueste dos euros. Por otra parte, la moda rápida está muy a mano y es muy inspiracional porque es algo que necesitamos todos y porque, además, también guarda relación con el estatus. Es una problemática muy compleja; todo el mundo puede hacer pequeños cambios en su vida para ir adquiriendo conciencia poco a poco.

¿Podemos afirmar que el calentamiento global ya es un tema de la cultura popular entre los jóvenes europeos? ¿Qué cambios percibís?

“Hace falta cambiar el enfoque sobre la crisis climática para convencer a los sectores de la población que aún no lo consideran un tema primordial”

Sí que ha habido un mayor impacto en la mentalidad de los jóvenes. Un cambio llamativo es que gran parte de la población adulta y de mayor edad se ha dedicado a repetir a los jóvenes que ellos son los que lidiarán con las consecuencias de la crisis climática, y es verdad en cierto modo, pero nos parece que les quita algo de responsabilidad acerca del problema. Lo cierto es que en este planeta vivimos todos, y las decisiones políticas en relación a la crisis climática que se tomen afectarán igualmente a todas las personas durante los próximos años. Si no somos conscientes de eso, las consecuencias pueden llegar a ser bastante más graves.

En relación a lo anterior, la mayoría de países europeos tiene como prioridad los ODS en sus agendas. Pero en otras regiones del mundo no es así. ¿Cuál es vuestra perspectiva al respecto? ¿Europa quedará como un «oasis ambiental» en medio de un mundo que no tiene como prioridad el calentamiento global?

Afirmar eso es demasiado amplio, habría que mirar individualmente a cada país. Lo que sí es cierto es que necesitamos políticas ambientales mucho más ambiciosas.

Comunicación y política. ¿Cuáles son los riesgos de la «politización» de la crisis medioambiental en los discursos y la comunicación política en España? 

El punto central es que la crisis climática se ve como un problema que solo preocupa a un determinado sector de la población. En pocas palabras, se está abordando como un problema verde, de gente de izquierdas o hippies, pero no es así: se trata de un fenómeno que afecta a todos.

«Las emisiones como el perreo, hasta el suelo» es vuestro lema. ¿En España vamos por buen camino hacia los objetivos Net-Zero? ¿Cuáles son los retos pendientes?

Responder a eso ahora mismo es complicado al no haberse formado aún gobierno. Lo que sí esperamos es que las políticas medioambientales sean más ambiciosas.