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Cinco mujeres de referencia en la ingeniería actual

Aunque las mujeres han alcanzado ya un merecido protagonismo en el mercado laboral, en algunos sectores persisten brechas considerables: los últimos datos extraídos del Observatorio de la Ingeniería de España, concluyen que de 750.000 ingenieros de todo el país, ellas tan solo representan el 20%. Una infrarrepresentación que comparten otros países de la Unión Europea como Francia (22%), Italia (18%) y Alemania (17%). Además, el Instituto Mujer UNESCO alumbró que tan solo el 29% de los cargos alto-medios dentro del sector tecnológico están ocupados por mujeres.

El Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, que se celebra cada 23 de junio,  nos recuerda la urgente necesidad de derribar esas barreras, y nos ofrece la oportunidad de recuperar los logros y contribuciones de miles de ingenieras y  reivindicar su papel en los avances científicos y tecnológicos.

Un problema estructural

La falta de mujeres en el mundo de la ingeniería tiene su origen en una problemática estructural que lleva a la invisibilización de las aportaciones de muchas profesionales del sector. Este es uno de los motivos por los que  cada año el porcentaje de ingenieras matriculadas es menor, puesto que les faltan referentes que las motiven.

Según la profesora asociada de Comportamiento Organizacional de la Escuela de Posgrado de Negocios de Standford, Adina Sterling, este fenómeno responde, entre muchos otros motivos, a una cuestión cultural. “Los arquetipos culturales como los brogrammers (acrónimo inglés para hacer referencia a los programadores, estereotípicamente masculinos) son problemáticos porque ofrecen un esquema mental de cómo es el ingeniero ideal, una imagen prototípica que no incluye a las mujeres”.

Referentes femeninos

Aunque aún queda mucho camino por recorrer para reducir la brecha, es fundamental señalar y reconocer el trabajo de todas aquellas ingenieras que han conseguido llegar a la cumbre en las profesiones de este sector. Todas ellas empiezan a cambiar las reglas del juego y a demostrar que el talento, en la ingeniería, trasciende los géneros.

Janeth Bonilla

 

Janeth Bonilla es una ingeniera agropecuaria de la región de Kichwa (Ecuador) que, a través de su trabajo y excelente currículum, ha logrado derribar muchos estereotipos vinculados al hecho de ser mujer e indígena. Actualmente, Bonilla es la Oficial Comercial Agrícola del Banco Pichincha y vicepresidenta de la Fundación Kichwa Institute of Sciencie of Technology (KISTH), donde trabajó en un proyecto dedicado a impulsar la educación científica entre niños y niñas indígenas, y colaboró en el desarrolló de un sistema para cultivar microvegetales en el espacio. Además, ha sido reconocida con galardones de prestigio como el Women that Build Awards.

 

Tracy Chou

Tracy Chou es una empresaria e ingeniera de software estadounidense conocida sobre todo por su trabajo en la lucha contra el sexismo y defensa de la diversidad e inclusión en el sector tecnológico. Actualmente, es fundadora y directora ejecutiva de la plataforma Block Party, dedicada a proporcionar soluciones a los usuarios en materia de seguridad en línea y lucha contra el acoso online. Chou, que ha trabajado en Facebook, Google y Pinterest, impulsó  junto con Github nuevas prácticas digitales, instando a muchas empresas a entregar informes que ilustraran el porcentaje de representación de mujeres en sus estructuras. Además, creó junto con siete compañeras del sector la organización sin ánimo de lucro Project Include, la cual ofrece herramientas y recomendaciones a las empresas sobre diversidad. Su trayectoria ha sido mundialmente reconocida, ha sido incluida en Forbes Tech 30 under 30 y reconocida dentro de los Innovadores Menores de 35 del MIT Technology Review.

 

Natalia Larrea

Natalia Larrea es una ingeniera aeroespacial española que fue seleccionada por la Mars Society como líder de una misión simulada a Marte junto con siete tripulantes más. La operación se llevó a cabo en el desierto de Utah (Estados Unidos) y allí llevó a cabo diversos proyectos como observaciones astronómicas, estudios sobre la producción de alimentos y técnicas de navegación, etc. Su trayectoria es realmente extensa. Participó en el programa NASA Academy, la primera española en participar en el programa, y ha trabajado en la Agencia Espacial Europea (ESA), dentro del campo de la astronomía, como ingeniera de sistemas en MDA Corporation e investigadora asociada en Ames Research Center de la NASA en el campo de la exploración planetaria. Actualmente, trabaja en Montreal como consultora senior especializada en el sector espacial para Euroconsult. Su nombre acompaña premios y reconocimientos a nivel mundial como haber estado en la lista 35 under 35 del International Institute of Space Commerce  (IISC).

Dra. Wiratni Budhijanto

La Dra. Wiratni Budhijanto es ingeniera química y profesora en la Universidad de Gadjah (Indonesia). Budhijanto, junto con otros compañeros, creó un nuevo sistema para tratar las aguas residuales, el cual ha resultado ser diez veces más eficiente que los métodos tradicionales, ya que requiere menos tierra que los sistemas de retención de estanques y no libera gases de efecto invernadero. Este proyecto fue encabezado por la Universidad de Cornell (Nueva York, Estados Unidos). El trabajo de la Dra. Wiratni Budhijanto siempre ha estado dirigido a desarrollar una tecnología en beneficio de la comunidad desde un enfoque multidisciplinar y multisectorial. Gracias a su trabajo, se ha convertido en una figura de gran relevancia y prestigio en el mundo de la ingeniería química.

 

Cristina Aleixendri

Cristina Aleixendri es ingeniera aeronáutica, cofundadora y COO de bound4blue, una startup dedicada al desarrollo y comercialización de un innovador sistema de propulsión de vela rígida  que funciona de forma autónoma. Este nuevo mecanismo no solo permite ahorrar en combustible al utilizar el viento para impulsar las embarcaciones, sino que además reduce las emisiones de dióxido de carbono. A través de su proyecto, Aleixendri ha hecho de la industria náutica un sector más rentable y sostenible. Hasta el momento, ha recibido numerosos reconocimientos como el premio EIT Woman o el galardón a Mujer Ingeniera Excelente 2022 de Talgo. Además, Forbes la incluyó en la lista de los jóvenes más influyentes menores de 30 años.

 

Cinco documentales sobre sostenibilidad que no te debes perder

En ocasiones, no son los Gobiernos, las manifestaciones multitudinarias o los grandes avances tecnológicos los que accionan el interruptor de un cambio de época, sino la cultura: libros visionarios como El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, canciones inspiradoras como Imagine, de John Lenon, u obras desafiantes como el Guernica, de Pablo Picasso, sellaron el fin de una era y abrieron camino a un nuevo futuro. Sobre la revolución ecológica en la que ya estamos inmersos, no cabe duda de que el documental Una verdad incómoda, con el exvicepresidente estadounidense Al Gore al frente, marcó un punto de inflexión. Además de reconocerse la genialidad del metraje con el Oscar al Mejor Documental en 2007, el exvicepresidente recibió también el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para aumentar la conciencia sobre el cambio climático. Las imágenes, la música y, especialmente, las historias que nos llegan a través de los documentales se han consolidado en los últimos años como excepcionales herramientas para conectar a la población con el problema del cambio climático y despertar en la ciudadanía la chispa de la protección ambiental. En este artículo presentamos cinco de estas obras que, cada una desde su ámbito, ya están ayudando a cambiar el mundo:

 

“Una verdad muy incómoda: ahora o nunca”, dirigida por Bonni Cohen y  Jon Shenk 

Una década después del impactante documental “Una verdad incómoda”, el exvicepresidente estadounidense y activista medioambiental Al Gore regresa con una secuela que revive las esperanzas en la lucha contra el cambio climático. Dirigida por Bonni Cohen y Jon Shenk, presenta de manera contundente la vigencia de las amenazas que ya advertían y el papel crucial de la acción política y la cooperación internacional en la búsqueda de soluciones efectivas. Con imágenes impactantes y datos actualizados, el documental recuerda que las amenazas señaladas hace una década continúan siendo reales y representan un desafío inmediato para la humanidad.

Video: https://youtu.be/XUGVE0BbjcA

 

“Antes que sea tarde” (Before the Flood), dirigida por Fisher Stevens 

Este documental presentado por el actor Leonardo DiCaprio, reflexiona sobre los efectos del cambio climático en el mundo y la necesidad urgente de tomar medidas. A través de entrevistas a científicos, líderes mundiales y personas afectadas, DiCaprio nos lleva en un viaje revelador que muestra la realidad actual y los desafíos a los que se enfrenta la humanidad. Este documental cuenta con la participación de figuras influyentes como Barack Obama, Bill Clinton, Ban Ki-moon o el Papa Francisco, además de investigadores de la NASA, expertos en conservación forestal y activistas ambientales. La presencia de Leonardo DiCaprio, reconocido tanto por su talento como actor como por su compromiso con la sostenibilidad, aporta un sentido de credibilidad adicional al documental.

Video: https://youtu.be/duYoh8c86c4

 

The True Cost”, dirigido por Andrew Morgan

Esta fascinante narración nos sumerge en el mundo de la moda, donde no solo examina la ropa que vestimos, sino también las personas que la fabrican y el impacto que la industria está teniendo en nuestro planeta. A lo largo del tiempo hemos sido testigos de una disminución en el precio de la ropa, pero ¿a costa de qué? Sobre todo, de un aumento drástico de los costes humanos y ambientales. “The True Cost” invita a reflexionar sobre quién realmente paga el precio de nuestra ropa, a través de entrevistas con destacadas personalidades influyentes a nivel mundial como Stella McCartney, Livia Firth o Vandana Shiva. Estas voces nos ayudan a comprender cómo nuestras elecciones de consumo afectan directamente a los trabajadores de la industria textil y al medio ambiente.

Video: https://youtu.be/OaGp5_Sfbss

 

“Cowspiracy”, dirigido por Kip Andersen y Keegan Kuhn

Este documental nos invita a reflexionar sobre el impacto ambiental de la industria ganadera y los posibles intereses ocultos. Cuenta el viaje de un ecologista en su búsqueda por la solución a los problemas medioambientales más urgentes, destacando la interconexión de la industria ganadera con problemas como la deforestación, la contaminación del agua y las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, nos anima a cuestionar las narrativas predominantes y a buscar información precisa para poder tomar decisiones contrastadas que estén en consonancia con un futuro más sostenible.

Video: https://youtu.be/nV04zyfLyN4

 

“Besa la tierra: agricultura regenerativa”, dirigida por Joshua Tickell y Rebecca Harrell Tickell 

Joshua Tickell y Rebecca Harrell exploran a través de este documental las maravillas de la agricultura regenerativa y revelan cómo el suelo puede desempeñar un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático. A través de la participación de expertos, científicos y activistas, se proporciona una visión clara de los factores que han llevado a la degradación del suelo en el último siglo, principalmente debido a la agricultura industrial y al uso generalizado de pesticidas.

Video: https://youtu.be/K3-V1j-zMZw

 

A través de imágenes impactantes, testimonios conmovedores y análisis profundos, estos documentales nos invitan a reflexionar sobre nuestro papel como individuos y como sociedad en la construcción de un futuro más sostenible.

Humanos e inteligencia artificial a través de la literatura

En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha experimentado un crecimiento sin precedentes. Desde sistemas de recomendación hasta asistentes virtuales, esta tecnología se ha convertido en una herramienta muy habitual en nuestro día a día. ChatGPT, uno de los chatbots más populares en la actualidad, ha sorprendido a todo el mundo con su capacidad de respuesta analítica y ha hecho reflexionar sobre hasta dónde puede llegar la IA y su relación con el ser humano. Este debate no es nuevo: analizamos cinco libros que abordan el tema desde diferentes perspectivas, ofreciendo una amplia variedad de opiniones y reflexiones:

“La fe en la Inteligencia Artificial” de Helga Nowotny

Helga Nowotny, socióloga austriaca y ex presidenta del Consejo Europeo de Investigación, reflexiona sobre las implicaciones sociales y culturales de la Inteligencia Artificial y cómo se está transformando nuestra relación con la tecnología. La experta en la sociedad del conocimiento sostiene que la digitalización está impulsando un proceso de coevolución entre seres humanos y máquinas, afectado por la tensión entre la confianza en la IA y la duda sobre sus beneficios para la humanidad. Se encuentra en una posición intermedia entre el tecno-optimismo de las grandes corporaciones y el pesimismo extremo de los detractores de la inteligencia artificial.

 

“Máquinas como yo” de Ian McEwan

¿Puede una máquina llegar a entender y juzgar la complejidad moral de las decisiones de una persona? El autor Ian McEwan presenta en esta novela de ciencia ficción una historia ambientada en un Londres alternativo donde el científico Alan Turing ha creado seres humanos sintéticos llamados Adán y Eva. Una novela que plantea preguntas inquietantes sobre la humanidad, la ética de la Inteligencia Artificial y la moral humana.

 

“2084: Inteligencia artificial y el futuro de la humanidad” de John Lennox

El científico y filósofo John Lennox explora el rumbo que está tomando la tecnología y la inteligencia artificial. Lennox plantea preguntas que atañen a cada persona, como las ventajas y desventajas de la IA, su impacto en la privacidad y la libertad, así como la seguridad de nuestros trabajos. Desde un punto de vista cristiano, el autor reflexiona sobre cómo afecta la inteligencia artificial nuestra percepción del mundo, y en particular, nuestra percepción de Dios.

 

“Klara y el sol” de Kazuo Ishiguro

En este relato, Ishiguro sumerge al lector en un mundo donde los seres humanos conviven con androides altamente desarrollados. A través de los ojos de Klara, una IA diseñada para acompañar y cuidar a los niños, el autor examina las complejidades emocionales y morales de la relación entre seres humanos y máquinas. El relato realiza una exploración de las emociones, la empatía y la comprensión en un mundo donde la tecnología cada vez está más presente. ¿Cuál es el lugar de la humanidad en una sociedad donde la inteligencia artificial cada vez tiene mayor protagonismo?

 

“La cuarta revolución industrial” de Klaus Schwab

El economista Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, examina en esta obra cómo la convergencia de la tecnología, incluida la inteligencia artificial, está transformando rápidamente la economía y la sociedad. El autor sostiene que esta revolución industrial está impulsando cambios sin precedentes; desde la forma en la que trabajamos hasta cómo se estructuran las organizaciones y se toman decisiones. ¿Cómo podemos aprovechar al máximo esta transformación tecnológica para el beneficio de la humanidad? La intención de Schwab con este libro es concienciar sobre los cambios que se avecinan.

La arquitectura inclusiva, el camino hacia una ciudad justa y accesible

La arquitectura inclusiva se ha convertido en los últimos años en un gran apoyo en la defensa por una sociedad más igualitaria y respetuosa con determinados colectivos. Su razón de ser se encuentra en su compromiso por crear ciudades accesibles y habitables para todo el mundo, independientemente de sus capacidades, género o edad. Al considerar la diversidad de individuos a la hora de trazar sus diseños, es posible crear nuevas cartografías que no dejen fuera a nadie.

La arquitectura inclusiva se alza como la pieza imprescindible en el camino hacia una sociedad más conectada, equitativa y accesible para todo el mundo

Alrededor de 87 millones de personas en la UE tienen algún tipo de discapacidad y, sin embargo, hoy en día todavía pueden encontrarse infinitas muestras de arquitectura tradicional que no les garantizan libertad de movimiento y seguridad. Las barreras arquitectónicas, como la falta de rampas de acceso, baños amplios o señalizaciones claras, provocan que las personas con discapacidad vean limitado su disfrute de los espacios públicos, llevándolas así al aislamiento social. Frente a esta problemática, la arquitectura inclusiva plantea la configuración de un entorno favorable a sus necesidades que, como consiguiente, no solo incentivará su participación en la comunidad, sino que también favorecerá su autonomía.

La arquitectura inclusiva trabaja desde un enfoque integral, creando entornos flexibles y adaptativos que tienen en consideración las necesidades de todo tipo de individuos: personas con discapacidades físicas, como movilidad reducida, ceguera o sordera; personas mayores; familias con niños; mujeres embarazadas; entre muchos otros. Además, este tipo de arquitectura contempla las diferencias culturales existentes en una ciudad y los diferentes usos del espacio que hacen cada una de ellas.

Cómo construir una ciudad inclusiva

Una ciudad hecha por y para todos requiere de un diseño de carácter universal, de una localización adecuada para toda la población, independientemente de su ubicación geográfica, la implementación de medidas de seguridad inclusivas, y la integración de una tecnología que mejore la comunicación entre toda la ciudadanía. Por otro lado, es también imprescindible la participación de las comunidades en el proceso de diseño y construcción de la ciudad, ya que es la forma más eficaz para conocer sus necesidades en todo momento.

Algunas de las características comunes que podemos encontrar en todos los espacios creados desde una perspectiva inclusiva es que cuentan con complementos como rampas, barandas de apoyo o plataformas móviles; suelos antideslizantes y sin irregularidades para garantizar la seguridad durante los desplazamientos; incorporación de lenguajes inclusivos como el braille o el lenguaje de señas en el transporte público, así como el uso de colores llamativos como el amarillo y líneas rugosas para que las personas con discapacidad visual y auditiva puedan guiarse con plena independencia.

Luxemburgo, la ciudad más inclusiva de Europa en 2022

Desde 2010, la Comisión Europea celebra de forma anual el Access City Award (Premio a las Ciudades Accesibles) con el objetivo de “concienciar a la población sobre la situación de las personas con discapacidad y fomentar iniciativas de accesibilidad en ciudades europeas de más de 50.000 habitantes”, expresa la web oficial de la Unión Europea. Dentro de los criterios que se tienen en cuenta a la hora de valorar las propuestas, se encuentra el espacio público, el tipo de edificaciones, el transporte y sus infraestructuras, las tecnologías de información y comunicación, las instalaciones públicas y los servicios.

Alrededor de 87 millones de persones en la UE tienen algún tipo de discapacidad y, sin embargo, hoy en día todavía pueden encontrarse muestras de arquitectura tradicional que no les garantiza libertad de movimiento y seguridad

En 2022, durante la 12ª edición, fue seleccionada con el primer puesto la ciudad de Luxemburgo por sus soluciones innovadoras y la accesibilidad de sus espacios para las personas con discapacidad. Según indican en la web de la Comisión Europea, “la ciudad ha hecho de la accesibilidad una prioridad. Sigue un principio de «diseño para todos» […] Tiene autobuses de piso bajo equipados con rampas en toda la ciudad, así como anuncios visuales y de audio en autobuses y paradas de autobús. La ciudad consulta periódicamente a sus ciudadanos con discapacidad para velar porque sus medidas tengan el efecto deseado. Además, la ciudad de Luxemburgo facilita a todo el mundo información sobre las decisiones políticas al incluir en los principales plenos del ayuntamiento el lenguaje de signos y la transcripción accesible”. Entre el 24 y 25 de noviembre de 2023 se espera que se publique el nombre de la ciudad ganadora de la nueva edición.

Ángel Bonet: “Es urgente transformar la cultura empresarial actual hacia una economía del propósito”

Ángel Bonet es fundador y presidente de ImpactCo, una compañía que asesora al empresariado para alcanzar el éxito a través de la innovación tecnológica y el impacto social responsable. También lo es de la Fundación Unlimited, que él define como un referente mundial en el ecosistema del emprendimiento social. Con casi tres décadas de experiencia a sus espaldas, ha sido reconocido como uno de “Los 40 mejores futuristas de España” por la revista Forbes. Asimismo, es autor de libros como ‘El tsunami tecnológico' y ‘Empresas que crecen con alma’.

¿Cómo definiría el éxito empresarial?

Lo definiría como aquella compañía que tiene de foco estratégico no solo el rendimiento económico, sino el impacto social y medioambiental que genera con su actividad. Es decir, son aquellas compañías que ponen al mismo nivel la rentabilidad y el bienestar que generan en su comunidad y el planeta. Ese es el verdadero éxito: darle la misma importancia al cuánto y al cómo.

 

En general, ¿cree que las empresas españolas son empresas con alma, preocupadas por la sociedad y el planeta? ¿Qué transformaciones urgen en el sector privado? 

En general, sí.  Tenemos una clase empresarial muy concienciada con su entorno, aunque lamentablemente la mayoría no puede poner en práctica su sensibilidad social o medioambiental, dado que el propio sistema capitalista les fuerza a  poner el foco solo en el rendimiento económico a corto plazo, algo que ocurre especialmente con las empresas multinacionales o cotizadas.

Es urgente transformar la cultura empresarial actual hacia una economía del propósito, donde se dé la misma importancia al rendimiento económico que a su impacto social y medioambiental. Para ello, es imprescindible que todas las instituciones educativas, así como los medios de comunicación, formen e inspiren desde las bases este nuevo movimiento económico, a la vez que los gobiernos incentivan y legislan en esta dirección y los inversores canalizan sus capitales con más conciencia.

 

En un momento de aceleración de la digitalización, con la inteligencia artificial y herramientas como ChatGPT en pleno apogeo, ¿cómo afectan los cambios tecnológicos a la cultura empresarial?  

La revolución tecnológica transforma por completo todos los negocios, como estamos viendo en las últimas décadas. La inteligencia artificial, como otras muchas tecnologías disruptivas, son plataformas que permiten crecer exponencialmente los negocios y las empresas, a la vez que permiten innovar a las mismas en soluciones sociales y medioambientales. Dicho de otra manera, gracias a las nuevas tecnologías podemos crear compañías de más éxito económico a la vez que se solucionan los grandes retos de la humanidad, tanto sociales como medioambientales.

Si no entendemos la revolución tecnológica como un elemento de mejora de nuestra sociedad, se nos puede girar en contra y amplificar el actual problema que tenemos de diferencia entre ricos y pobres (o seguir destruyendo nuestros recursos naturales, tan solo por el beneficio de unos pocos).

 

¿Qué valor cobra el talento humano en las empresas con alma?

La clave de las empresas con alma son las personas y sus líderes. Solo aquellas personas con sensibilidad social y conectadas con su entorno pueden ser capaces de liderar esta nueva revolución social y medioambiental. Es prácticamente imposible que una persona sin valores lidere una empresa con alma.

 

¿Cómo se convierte una persona en un “growth soul leader”?

Desde la educación y la formación. Necesitamos que todas las instituciones académicas formen a nuestros líderes en valores, en conciencia social y en sensibilidad medioambiental; en definitiva, en poner en el centro de todos los negocios a la persona.

 

Algunos sectores cuestionan la viabilidad de las compañías sostenibles o socialmente responsables. ¿Considera que este planteamiento podría frenar el avance de este tipo de empresas?

A lo largo de la historia siempre ha habido negacionistas hacia cualquier innovación o avance de la humanidad. En este caso, además, al ser una transformación tan profunda del modelo económico de los últimos 200 años, surgen con más contundencia y virulencia.

Ya existen cientos de casos que relacionan la orientación estratégica de las compañías hacia el impacto social y medioambiental, con un alto impacto en el valor de la compañía, fundamentalmente por la retención y captación de talento (al buscar un propósito el nuevo empleado), así como un aumento significativo de la demanda de estos productos y servicios por parte del consumidor y la sociedad, además de un mejor y mayor acceso a otro tipo de capitales que están buscando un rendimiento económico a la vez que social.

En todo caso, estamos al inicio de esta revolución social del modelo económico, que liderarán, como ha pasado a lo largo de la historia, los pioneros; los negacionistas, en cambio, sufrirán el castigo del mercado a largo plazo.

 

Las pymes constituyen el 99,8% del tejido empresarial español. ¿Cree que su propuesta de empresas que crecen con alma es extrapolable a esta categoría? ¿Qué retos encuentran las pequeñas y medianas empresas en esta transformación? 

Precisamente mi libro va orientado hacia las pymes de nuestro país y del resto del mundo. Desde mi fundación Unlimited y nuestra red internacional hemos lanzado más de 15.000 empresas de impacto en los últimos 10 años. La gran mayoría de las nuevas empresas ya nacen con un sentido social y medioambiental; el reto está en transformar las existentes, especialmente las medianas y grandes corporaciones.

 

La ciudadanía está preocupada por la economía, pero no percibe que las empresas sean un problema, como en cambio sí sucede con los políticos, tal y como recoge el último barómetro del CIS. ¿Qué papel puede y debe jugar la ciudadanía en la consecución de un entorno económico más justo y medioambientalmente responsable?

La ciudadanía es la protagonista. Todo movimiento empieza por las bases. Si todos cambiamos nuestro estilo de vida, menos consumista y más consciente, obligaremos a transformar todas las empresas del planeta, a la vez que obligaremos a nuestros dirigentes a legislar y apoyar esta nueva economía.

Todo gesto cuenta. ¿Qué haces en tu día a día para hacer del nuestro un mundo mejor? ¿A quién compras tus productos o servicios y dónde estás dispuesto a trabajar? ¿Qué tipo de negocio estás dispuesto a crear y para qué fin? En definitiva, ¿qué tipo de persona quieres ser recordado cuando ya no estés? Dediquemos más tiempo a dar y a ser más humanos, ese es el verdadero éxito de una sociedad avanzada.

Atajar la pérdida y desperdicio de alimentos: una cuestión social, ambiental y económica

¿Te imaginas que, cada vez que fueras a comprar comida, desapareciera un tercio de lo adquirido? ¡Menudo derroche! Pues es algo que está pasando a nivel global. Un estudio realizado por la consultora McKinsey & Company estima que cada año se pierden o desperdician más de 2.000 millones de toneladas de alimentos, entre el 33% y el 40% a nivel mundial.

La pérdida alimentaria se produce durante la cosecha o poco después, durante la manipulación, el almacenamiento y el procesamiento de los productos, mientras que el desperdicio ocurre cuando los alimentos llegan al minorista o al consumidor. Una situación que posee numerosas implicaciones a nivel social, económico y ambiental.

Cada año se pierden o desperdician más de 2.000 millones de toneladas de alimentos, entre el 33% y el 40% del total de alimentos mundial

En el mundo padecen hambre más de 800 millones de seres humanos, aproximadamente el 9,8% de la población mundial. Una cifra que va en aumento: 150 millones de personas más desde el brote de la pandemia generada por la covid-19, según el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022, publicado por la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En cuanto al impacto medioambiental, los analistas llaman la atención sobre dos hechos. Por un lado, la pérdida y desperdicio de alimentos consume aproximadamente una cuarta parte del suministro mundial de agua dulce. Por otra, las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de los restos alimenticios suponen el 8% del total mundial, lo que equivale al menos a cuatro veces lo que genera la industria de la aviación. Los alimentos que generaron un mayor impacto ambiental negativo fueron, por este orden, las frutas y hortalizas, los cereales, y las raíces y tubérculos, por lo que los expertos recomiendan centrar ahí los esfuerzos.

La manera de funcionar de las empresas también deja mucho que desear, a juicio de los investigadores. La consultora estima que los comerciantes de comestibles podrían reducir la pérdida de alimentos entre un 50% y un 70% en las fases previas. Lograr una cadena de valor más eficiente no sólo reducirá costes, sino que también se traducirá en mejoras en los beneficios antes de intereses e impuestos.

Las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de los restos alimenticios suponen el 8% del total mundial, cuatro veces lo que genera la aviación

Apostar por una mayor eficiencia empresarial en el sector agroalimentario pronto dejará de ser algo opcional, según el informe de McKinsey & Company: “Las empresas se han dado el lujo de no tener que prestar demasiada atención a la pérdida de alimentos. Eso podría cambiar pronto: a medida que el mundo avanza hacia una posible emergencia alimentaria y que aumenta la conciencia pública sobre el problema, las partes interesadas externas se volverán más conscientes de la pérdida de alimentos y, en consecuencia, serán más exigentes”.

Para lograr un impacto significativo, algunas líneas de trabajo en las que ponen el foco los expertos pasan por trabajar juntos para ajustar mejor la oferta y la demanda, lo que requiere mucha comunicación y transparencia; revisar las prácticas de adquisición, y no elegir un proveedor basándose únicamente en el precio; o buscar fórmulas creativas para convertir los alimentos desechados en una fuente de valor.

Proteger el agua es proteger nuestro futuro

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Vital para el desarrollo de la vida y de los ecosistemas, el agua es un recurso cada vez más demandado, pero limitado. Con el objetivo de proteger su futuro, la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua ha creado un plan de acción compuesto por 689 compromisos que persiguen alcanzar el ODS 6.

Los países que todavía tienen que hacer los deberes para emitir menos C02

Como regla general, si no nos adaptamos, un calentamiento global de 1,5 grados centígrados este siglo pondría a 88 millones de personas al año en riesgo de inundación costera por el aumento del nivel del mar (entre 0,24 y 0,56 metros más). Y zonas del planeta como la India occidental y la región noroeste de África estarían gravemente expuestas a la escasez de agua. En cambio, si se consigue limitar, la seguridad de muchas especies estaría asegurada, incluso la propia del ser humano. Así, la exposición de la población a la malaria y al dengue sería un 10% menor si el calentamiento global se limita a 1,5 °C en vez de a 2 °C, tal y como figura en una investigación elaborada por científicos de la University of East Anglia en el Reino Unido.

A día de hoy, la temperatura mundial ha aumentado en 1,21 grados, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), dependiente de la Comisión Europea, por el uso del carbón y petróleo como principales fuentes de energía a partir de la Revolución Industrial. Los expertos sugieren que es probable que pronto se alcance el límite de los 1,5 grados. Algo que podría ocurrir entre 2030 y principios de la década de 2050 si no se pone remedio cuanto antes. Es más, desde el C3S, lejos de redondear, han dado ya una fecha concreta y han calculado que, para dentro de 12 años, se podría alcanzar ese aumento de la temperatura en todo el planeta.

Las predicciones van a más y apuntan a que, si no cambian las políticas actualmente en vigor, este aumento de la temperatura subirá a 2,8 grados a finales de siglo, tal y como señala el último Informe disponible sobre la Brecha de Emisiones 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

China y la Unión Europea, a la cabeza de los países que más gases de efecto invernadero emiten

Durante la COP15 que tuvo lugar en París en el año 2015 se recalcó, y mucho, la importancia de los 1,5 grados. En aquel momento se acordó “mantener el aumento de la temperatura mundial muy por debajo de los dos con respecto a los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 grados”. Sin embargo, pese a que muchos países se suscribieron a ese acuerdo, lejos de disminuir ese número, los expertos advierten que la cifra no baja. Ya en la COP26, celebrada en Glasgow en 2021, Naciones Unidas advertía que aún “estamos lejos del objetivo del Acuerdo de París”.

Los culpables de este aumento de la temperatura son claros y no son nuevos para nadie: las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero de manera masiva están causando ese aumento de la temperatura global. Así lo recalca el en el informe de la PNUMA anteriormente mencionado. Entre estas emisiones se encuentran identificados el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O), los hidrofluorocarburos (HFC), los perfluorocarburos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).

Y tras estas emisiones se encuentra la actividad humana. En números absolutos, los países que más gases de efecto invernadero (GEI) emiten son, por este orden, China, los 27 países de la Unión Europea, la India, Indonesia, Brasil, Rusia y Estados Unidos. Si ponemos el foco únicamente en las emisiones de CO2 (uno de los seis gases de efecto invernadero), China es el principal país emisor, seguido de Estados Unidos, la India y Rusia, según señalan desde Global Carbon Project, un organismo que forma parte de Future Earth sobre la sostenibilidad global y que es socio de investigación del Programa Mundial de Investigación Climática. Las cifras, calculadas en millones de toneladas emitidas, les sitúan a la cabeza en el listado de 2021.

Si se analizan las emisiones de C02 con respecto al número de habitantes de cada país, conocidas como emisiones per cápita, el listado de países cambia. Y Catar, en lugar de China, pasa a ser el país que ocupa el primer puesto, seguido de Bahréin. De hecho, varios de estos Estados que figuran en el listado forman parte de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) como Arabia Saudí y Kuwait. Y aunque Catar ya no forma parte de esta organización, si estuvo dentro hasta 2019.

La emisión de este gas, producido por la quema de carbón o petróleo, entre otros, lejos de disminuir, ha aumentado en la última década, según señalan desde Carbon Project. Y tras la pandemia de la covid-19, cuando se produjo un ligero parón, los niveles se han recuperado y han ido a más. El motivo, según explican, es que se han recuperado los vuelos y con ellos las emisiones. Los datos desglosados a lo largo de estas seis últimas décadas permiten ver cómo ha ido en aumento el consumo de todos los combustibles fósiles a nivel mundial. El uso del carbón, el petróleo y el gas licuado, entre otros, no han dejado de aumentar.

Ante estas cifras, desde la PNUMA recalcan que existe una brecha: mientras que la mitad más pobre de la población emite una media de 1,6 toneladas de CO2 por habitante, el 12% del total mundial, el 1% más rico emite una media de 110 toneladas de CO2 per cápita, contribuyendo al 17% del total. Estas cifras también coinciden con los cálculos que han hecho desde Carbon Project según el PIB per Cápita. Unos datos que ponen de manifiesto la inminente necesidad de que los países más desarrollados reduzcan de manera drástica  los gases de efecto invernadero durante los próximos ocho años.

Felicidad y ODS, un tándem que va (cada vez más) de la mano

Según la primera definición de la RAE, la felicidad es «un estado de grata satisfacción espiritual y física». A partir de una acepción tan rematadamente metafísica (y, por tanto, etérea), cuesta comprender que un concepto voluble y subjetivo pueda traducirse en datos estadísticos, gráficas y rankings.

Este fue el reto que se marcó hace una década la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible (SDSN, por sus siglas en inglés), una iniciativa de Naciones Unidas que moviliza la experiencia científica y tecnológica mundial para promover soluciones prácticas que encaminen a la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo Climático de París. Básicamente, pretendían determinar cómo (o mejor dicho, cuánto) de felices eran los 150 países consultados. Desde entonces, la SDSN trata de dar una respuesta aproximada, puntualmente cada 20 de marzo, en su Informe Mundial de la Felicidad (World Happiness Report), para el cual se basan en unos cuantos parámetros como el nivel de ingresos per cápita, la esperanza de vida al nacer, la libertad para tomar decisiones en la vida, la generosidad o las percepciones de corrupción.

«Las variables se eligieron originalmente como las mejores medidas disponibles de los factores establecidos en los datos experimentales y de encuestas por tener vínculos significativos con el bienestar subjetivo, y especialmente con las evaluaciones de la vida; el poder explicativo del modelo ha aumentado gradualmente a medida que agregamos más años a la muestra», justifican los responsables del estudio.

El primer puesto del último Informe Mundial de la Felicidad lo ocupa Finlandia por sexto año consecutivo mientras que España está en el puesto 32

Para llevar adelante tamaña empresa, que implica cientos de miles de consultas, el informe cuenta con el respaldo de Fondazione Ernesto Illy, illycaffè, Davines Group, Unilever, Wall's, The Blue Chip Foundation, The William, Jeff and Jennifer Gross Family Foundation, The Happier Way Foundation y The Regeneration Society Foundation. Y ese maremagno de información es después reordenado y convenientemente redactado por un grupo de expertos independientes.

El primer puesto del último Informe Mundial de la Felicidad lo ocupa Finlandia por sexto año consecutivo, con una puntuación significativamente superior a la del resto de países. Dinamarca permanece en el segundo lugar y en el top 5 le siguen Islandia, Israel y Países Bajos. «Sigue existiendo una gran brecha: los países de arriba están más estrechamente agrupados que los de abajo», advierten los redactores del estudio en sus conclusiones.

España queda en el puesto 32, por detrás de Rumanía, Eslovenia o Estonia. Sin embargo, la puntuación es más positiva si nos atenemos a partes concretas del estudio, como la relación entre bienestar subjetivo y generosidad, donde escalamos hasta el puesto 23, por delante de Suecia, Reino Unido o Estados Unidos. Y en cuanto a las brechas de felicidad entre las mitades superior e inferior de la población de cada país, España ocupa el puesto 17, lo que significa que hay menos desigualdad en términos de felicidad que en países como Australia, Reino Unido o Canadá, por ejemplo.

«Cuando evaluamos una sociedad no debemos mirar solo su felicidad, sino especialmente su escala de miseria, y para prevenirla los Gobiernos deberían considerar los ODS en sus políticas»

Tanto el informe (presentado el Día internacional de la Felicidad) como los Objetivos de Desarrollo Sostenible están impulsados por Naciones Unidas, y si bien la organización nunca ha establecido una correlación directa, su vinculación es más que tácita. «Cuando evaluamos una sociedad no debemos mirar solo su felicidad, sino especialmente su escala de miseria, y para prevenirla los Gobiernos y las organizaciones internacionales deberían considerar los ODS en sus políticas ambientales y de bienestar para garantizar la felicidad de las generaciones futuras», expresan los responsables del informe en su introducción. «Estos objetivos son herramientas esenciales para aumentar la felicidad humana y reducir la miseria ahora y en el futuro».

Los 17 ODS persiguen el fin de la pobreza, la erradicación del hambre, la salud y bienestar, la educación de calidad, la energía asequible y no contaminante, el trabajo decente y el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades, y la acción por el clima, entre otros.

Hoy en día, es imposible concebir un mundo sostenible desde el punto de vista ambiental, económico y social si quienes lo habitan no tienen una percepción de justicia generalizada, y eso es precisamente lo que evalúa el Informe Mundial de la Felicidad. Valores irrenunciables como un nivel de renta para una vida digna, unos gobernantes éticos, una libertad individual y colectiva y una salud global deben ser el punto de partida para la consecución de los ODS.

Ha pasado más de una década desde que se publicó el primer Informe Mundial de la Felicidad. Y hace exactamente diez años que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 66/281 que proclamó el 20 de marzo como Día Internacional de la Felicidad. «Desde entonces, cada vez más personas han llegado a creer que el éxito como país debe ser juzgado por la felicidad de su gente, y este consenso significa que la felicidad nacional puede convertirse ahora en un objetivo prioritario para los Gobiernos», reza el informe. Sin duda, sería el perfecto «Objetivo 18», aglutinador de los otros 17 de Desarrollo Sostenible.

El impacto ambiental de la industria del cine

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Emisiones de gases a la atmósfera, consumo de energía, generación de residuos o daños a la naturaleza son algunos de los impactos ambientales de los rodajes cinematográficos. Una realidad de la que el séptimo arte ya es consciente y que está revirtiendo con rodajes sostenibles.